miércoles, 13 de agosto de 2014

La Vieja Cruenta Cruz

Tema: La Vieja Cruenta Cruz
“Porque la palabra de la cruz es locura á los que se pierden; mas á los que se salvan, es á saber, á nosotros, es potencia de Dios” (1 Co. 1:18).

Todo verdadero cristiano seguramente recuerda cuando llegó al conocimiento de que él era un pecador perdido, destinado a una eternidad de miseria en el lago de fuego. Confrontados con la realidad de que el Hijo de Dios murió sobre la cruz para pagar la penalidad por nuestros pecados, nosotros humildemente y sinceramente nos arrepentimos de nuestros pecados y aceptamos la sangre expiatoria de Cristo como el precio que “pagó en su totalidad” nuestras ofensas contra Dios.

El canto, titulado, “La Cruenta Cruz Fue la Diferencia”, trata muy bien esta cuestión.

Era una vida sin rumbo llena de desesperación
Sin esperanza caminaba la cáscara de un hombre
Después una mano con heridas de clavos se extendió hacia abajo Solamente un toque y empezó una nueva vida.

Coro:
Y la cruenta cruz fue la diferencia
En una vida rumbo al dolor y la derrota;
A Él lo alabaré para siempre jamás
Porque la cruz fue para mí la diferencia

Estimado santo, ¿usted recuerda aquel día con claridad? ¿Acaso no se goza con gozo inexplicable cuando piensa en aquella “mano con heridas de clavos” que se extendió y lo sacó del lodo cenagoso del pecado? ¡Qué gozo llenó su corazón al sentir que la pesada culpa de su pecado de repente desapareció en el río del amor de Dios que limpia y, a medida que entraba el glorioso Salvador, todo cambió! Antes de su experiencia con Cristo, ciertamente usted iba rumbo a una vida de dolor y derrota, ¡pero ahora usted disfruta una vida de gozo inefable y glorificado!

El sufrimiento y la muerte de Jesucristo sobre la cruz compraron no solamente nuestra salvación, pero también nuestra santificación, al igual que la sanidad de nuestros cuerpos. Además, entendemos que nuestro Señor compró La Iglesia de Dios con Su propia sangre. Así pues, no hay nada más propio que escoger el tema La Cruenta Cruz para esta Asamblea General.

A todos los concurrentes les damos la bienvenida a esta 109na Asamblea General de la Iglesia del Señor y rogamos que todos disfruten de las gloriosas bendiciones que nuestro Señor nos ha traído a través de la cruenta cruz.

Stephen E. Smith, Supervisor General
La Iglesia de Dios

miércoles, 6 de agosto de 2014

¿Es Necesario Diezmar En Este Presente Tiempo?


¿Es Necesario Diezmar En Este Presente Tiempo?

¿Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10).

Jehová Dios siempre ha tenido un plan para la humanidad, y en ese plan incluye la bendición espiritual y la financiera.  El profeta Malaquías escribe siendo inspirado por Dios que llevemos los diezmos al alfolí, y haciendo eso veremos bendiciones en nuestro hogar que sobreabunden. ¿Pero que es diezmar? ¿O que quiere decir la palabra diezmo?

Diezmo: Décima parte de algo especialmente cuando se ofrenda a Dios. (D.B. Holman) 2. Impuesto de aduanas que pagaba el comerciante al rey y equivalía al diez por ciento del valor de sus mercancías. (Diccionario Enciclopédico vox 1. 2009).

            En este tiempo (después de la edad media) vemos que muchos cristianos quieren abrogar pagar diezmos.  Una de la razones por la cual quieren excusar pagar diezmos son porque fue ejercitado bajo la ley y ahora vivimos bajo la gracia (Rom. 6:14), y están en lo correcto que estamos bajo la gracia.  Pero como cristianos tenemos que aceptar TODA la Biblia como la Palabra de Dios, pero claro que correctamente dividida, por tal razón en lo siguiente compararemos el Antiguo Pacto con el Nuevo. 

            En el libro de Deuteronomio 12:11 dice, “Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para hacer habitar en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, y vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de vuestros votos que hubiereis prometido á Jehová;.  Esto indica como otras escrituras más en al Antiguo Testamento que los diezmos fueron dados para el servicio de Jehová Dios.  Los Levitas quienes representaban el ministerio en su servicio al tabernáculo de la congregación recibían los diezmos por su servicio.  No hay indicación alguna en la Escritura que mencione que los diezmos fueron entregados para otra cosa sino para el sostén del ministerio: “Y he aquí yo he dado á los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo del testimonio (Num. 18:21).  El ministerio de los Levitas era de mantener el fuego encendido continuamente, el cuidado del tabernáculo, de mantener los vasos limpios y mantenerlos llenos de agua, y otras cosas más dentro del ministerio.  Muchos de los pastores y granjeros tenían que labrar la tierra para su sostén, pero los Levitas estaban tan ocupados en el ministerio que no tenían suficiente tiempo para hacer eso sino dedicarse a lo que Dios les había mandado.  Como podemos ver, desde antes Dios tenía un plan para su servicio en el tabernáculo. 

            En nuestro presente tiempo (bajo la gracia) tenemos también un ministerio: “Y él mismo dió unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores; Para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo;” (Ef. 4:11-12).  Nuestro Señor Jesucristo no vino para abrogar la ley, “No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino á cumplir” (Mt. 5:17).  Entendiendo esto sabemos que Él vino a cumplir lo que ya estaba establecido (la ley) pero a través del cumplimiento de (la ley) estableció la gracia, muriendo en la cruz del calvario y resucitando al tercer día.  En el libro de Génesis 14:20 dice: “Y bendito sea el Dios alto, que entregó tus enemigos en tu mano. Y dióle Abram los diezmos de todo.”  Uno de los patriarcas, Abraham pagaba diezmos a Melchisedec quien fue uno de los sacerdotes de Dios; cuatrocientos años antes que la ley fuera establecida.  Igualmente paso con Jacob cuando el vio: “Y esta piedra que he puesto por título, será casa de Dios: y de todo lo que me dieres, el diezmo lo he de apartar para ti” (Gn. 28:22).  Este voto fue hecho muchos años antes que la ley fuese dada.  La Biblia nos enseña que fue algo que ellos hicieron voluntariamente como agradecimiento hacia Dios.

            Porque las cosas que antes fueron escritas, para nuestra enseñanza fueron escritas…” (Rom.15:4).  Nosotros no pagamos diezmos como si estuviéremos bajo la Ley porque en esta dispensación de la gracia no estamos obligados a guardar la Ley.  En el Nuevo Testamento hace referencia a Abraham concerniente al diezmar, y nosotros regresamos a Abraham para nuestros diezmos como si la Ley nunca había sido instituida. El profeta encomendó que se pagaren los diezmos al alfolí.  Esto ahora nos corresponde a nosotros pagar nuestros diezmos a la tesorería de la iglesia para el soporte del ministerio. 

Por consiguiente, “Indispensablemente diezmarás todo el producto de tu simiente, que rindiere el campo cada un año” (Deut. 14:22).  En el día que vivimos hoy, muchos de nosotros no obtenemos nuestros bienes por labrar la tierra o cuidar rebaños, y aquellos que si se les es más conveniente pagar diezmos con dinero que con los bienes de su labor.  Dios requería que pagaran diezmos del primer fruto, quiere decir que debemos pagar diezmos de lo que recibamos de nuestra ocupación o profesión y después usar la porción que queda como sea necesaria.

Algunos menciona que en la Iglesia Primitiva (del Nuevo Testamento) no se habló sobre el diezmar pero se entiende que la razón por la cual los apóstoles no discutían sobre el diezmo es porque ellos ya conocían los manuscritos y la ley de Moisés, por tal razón no se mencionaba, ya que era algo que los ante pasados habían ejercido.  Cuando los apóstoles continuaban enseñando algunas cosas que eran con respeto a la ley hubo un desacuerdo y se trajo a la asamblea que está registrada en Hechos capítulo 15.  Uno de los temas era sobre la circuncisión, y la razón era porque la ley decía que tenían que ser circuncidados más Jesucristo dijo que ahora la circuncisión seria en el corazón:

Porque la circuncisión en verdad aprovecha, si guardares la ley; más si eres rebelde á la ley, tu circuncisión es hecha incircuncisión. De manera que, si el incircunciso guardare las justicias de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión por circuncisión? Y lo que de su natural es incircunciso, guardando perfectamente la ley, te juzgará á ti, que con la letra y con la circuncisión eres rebelde á la ley. Porque no es Judío el que lo es en manifiesto; ni la circuncisión es la que es en manifiesto en la carne: Mas es Judío el que lo es en lo interior; y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no es de los hombres, sino de Dios” (Rom. 2:25-29).

Nuestro Señor Jesucristo aprobó el diezmo cuando se le acercaron los escribas y fariseos, “Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejasteis lo que es lo más grave de la ley, es á saber, el juicio y la misericordia y la fe: esto era menester hacer, y no dejar lo otro” (Mt. 23:23).  Jesús les encomendó lo bueno que hacían al pagar diezmos pero no les estaba llamando hipócritas porque diezmaban sino porque diezman y se olvidaban de lo demás.  Es necesario cumplir con todo lo que Dios nos ha encomendado a hacer, incluyendo la misericordia y la fe.  Creemos que los diezmos deben ser usados para el “apoyo del ministerio, pero un regalo o una ofrenda puede ser usada para ayudar a los pobres y al necesitado, para construir un templo, para financiar el trabajo misionero, para publicar el evangelio, y para otras cosas más que ayuden a promover el trabajo de la iglesia” (tcog t.g).  El ofrendar es algo separado y aparte de pagar diezmos, es algo adicional de los diezmos que pagamos.

Y aquí ciertamente los hombres mortales toman los diezmos: más allí, aquel del cual está dado testimonio que vive. Y, por decirlo así, en Abraham fué diezmado también Leví, que recibe los diezmos; Porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melchîsedec le salió al encuentro. Si pues la perfección era por el sacerdocio Levítico (porque debajo de él recibió el pueblo la ley) ¿qué necesidad había aún de que se levantase otro sacerdote según el orden de Melchîsedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? Pues mudado el sacerdocio, necesario es que se haga también mudanza de la ley.” (Hebreos 7:8-12)

En estos versículos del libro de Hebreos vemos la comparación que el escritor hace en referencia a los tiempos de Abraham. ¿Pero por qué? ¿Por qué menciona al patriarca Abraham en el libro de los Hebreos? ¿Cuál es la intención?  En el versículo once de Hebreos capitulo siete dice, “Si pues la perfección era por el sacerdocio Levítico (porque debajo de él recibió el pueblo la ley)…” Y no la epístola de Efesios usa la misma referencia concerniente al ministerio? “Para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo”.  Podemos comprender que es lo mismo para nuestro tiempo, el ministerio fue dado para perfección de los santos y ellos son los que nos administran la (ley) Palabra de Dios.  Pero haremos un poco más de énfasis en los primeros versículos de Hebreos 7:1-3. 

PORQUE este Melchîsedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, el cual salió á recibir á Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, Al cual asimismo dió Abraham los diezmos de todo, primeramente él se interpreta Rey de justicia; y luego también Rey de Salem, que es, Rey de paz; Sin padre, sin madre, sin linaje; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, mas hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.”

                Melchisedec es un tipo de Cristo, las mismas características que menciona el autor de él son idénticas a las de nuestro Señor Jesucristo.  El rey de Justicia es nuestro Señor Jesucristo (1 Tim. 6:15), Rey de Paz (Jn. 14:27), ni tiene principio de días (Heb. 13:8).  Nuestro Patriarca Abraham es conocido como el Padre de la fe, siendo que fue constituido amigo de Dios; y él mismo pagaba diezmos a Melchisedec quien era mayor que Abraham.  Entendiendo claramente que el Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo Testamento y el Antiguo es Revelado en el Nuevo podemos entender que desde los patriarcas, jueces, reyes, y profetas se preparaba el camino del Señor para que en Él sea cumplida la ley; y la gracia fuera establecida: “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Ef. 2:20).

Sabemos que es mejor dar que recibir, “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en vuestro seno” (Luc. 6:38).  “…Señor Jesús, el cual dijo: Más bienaventurada cosa es dar que recibir” (Hec. 20:35), Dios siempre ha bendecido al dador alegre y es algo hermoso que sigamos  practicando.  Es promesa que Dios nos bendecirá en gran manera:

Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Increparé también por vosotros al devorador, y no os corromperá el fruto de la tierra; ni vuestra vid en el campo abortará, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las gentes os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos (Mal. 3:10-12).

¿Sera tan importante pagar diezmos y ofrendar?  “¿Robará el hombre á Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? Los diezmos y las primicias.  Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado” (Mal. 3:8,9).  Dios quiere que seamos fiel en todas las cosas y eso incluye diezmar y el ofrendar: “Cuanto á la colecta para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros aparte en su casa, guardando lo que por la bondad de Dios pudiere; para que cuando yo llegare, no se hagan entonces colectas” (1 Cor. 16:1,2).  El ministerio es algo sagrado dado por Jesucristo mismo a Su Iglesia y por tal razón es importante que, “Así también ordenó el Señor á los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio” (1 Cor. 9:14).  Ayudemos a nuestros ministros en el Señor y cumplamos con la doctrina de la Biblia, “Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis, si las hiciereis  (Jn. 13:17).  Espero que a través de este corto estudio podamos reflexionar si estamos defraudando a Dios con no diezmar y empecemos a practicar el diezmar y traerlos al alfolí (tesorería) de la Iglesia.

Bendiciones,

Evangelista Regional y Ministro Irving Romano.

 

 

 

 

LA LLAMADA FRIA ESPIRITUAL

LA LLAMADA FRIA ESPIRITUAL
E. ROGER AMMONS,
COORDINADOR GENERAL DE EVANGELISMO

EL DICTIONARIO DE HERENCIA AMERICANA define “llamada fría” como: “Una llamada telefónica o una visita a alguien quien no conoce o no está esperando ese contacto, muchas veces para poder vender algo.”  Varios perspectivos enfadados añaden su nombre a una lista para que no les llamen o ponen un signo que diga, “NO SOLICITEN” en su puerta.  Algunos vendedores exponen que una venta por referencia es diez veces más efectiva que una llamada fría.

            Aunque hay unos beneficios en las llamadas frías cuando se refieren a un empuje evangelistico, no es tan efectivo cuando uno da seguimiento a los visitantes de la iglesia o a los compañeros de los que atienden a la iglesia.  Dr. Kennedy, fundador de la Explosión del Evangelio, dijo que un joven no pide la mano de matrimonio a una mucha en la primera vista, sino, después que establece una relación apropiada.

            Por favor permítame exponer una frase, “llamada fría espiritual”, para referirme a alcanzar, algo que es frio y mecánico, carente en “fervencia” y dirección del Espíritu Santo. Debemos ser, “En el cuidado no perezosos; ardientes en espíritu; sirviendo al Señor” (Rom. 12:11).  Leemos sobre Apolos quien “…ferviente de espíritu,… enseñaba diligentemente las cosas que son del Señor…” (Hechos 18:25.  Miembros de la iglesia primitiva estaban ungidos por el Espíritu y guiados para saber a quién, cuando, y adonde iban para ser testigos. Recuerda como Dios llamo a Felipe fuera de un gran avivamiento en Samaria al desierto para poder testificarle al eunuco en Etiopia. “Y el Espíritu dijo á Felipe: Llégate, y júntate á este carro” (Hechos 8:29).

            La oración fue una clave esencial que resultó en nombramientos divinos el lugar de llamadas frías.  Pedro y Juan fueron al templo a la hora de oración y vieron al hombre cojo quien fue sano (Hechos 3:1-6).  Pablo estaba orando cuando tuvo una visión que Ananías era enviado de Dios para sanarle de sus ojos (Hechos 9:11-12).  Pedro estaba orando cuando Dios le envió tres hombres para llevarlo a casa de Cornelio (Hechos 10:9-20). Pablo y Silas oraron estando en prisión y el carcelero dijo, “¿Qué es menester que yo haga para ser salvo?” (Hechos 16:25-27).

            En el segundo Viaje Misionero, el Espíritu Santo le prohibió que fuera a predicar en Asia y en Betania, pero en una visión el Señor le llamo que predicase en Macedonia (Hechos 16:6-10)).  Después en Atenas, “su espíritu se deshacía en él”  y disputaba con los Judíos diariamente (Hechos 17:16,17).  En Corinto, “Pablo estaba constreñido por la palabra, testificando á los Judíos que Jesús era el Cristo” (Hechos 18:5).

            Pablo le pidió en oración a Dios que abriera las puertas para que hablasen (Ef. 6:18-20; Col. 4:3).  De otra manera yendo de puerta en puerta para visitar seria como si fueran solo a caminar.

PARA LA IGLESIA DE LOS ULTIMOS DIAS


PARA LA IGLESIA DE LOS ULTIMOS DIAS
(Ronald Burns, Nampa, ID)

La bandera de la iglesia tiene muy poco significativo para muchos. Adonde desplieguen la bandera quiere decir que la iglesia está viva y operando.  La única manera que uno puede ver la verdad es cuando Dios se la revela a través de las Escrituras por la inspiración del Espíritu Santo.  De otra manera, es una bandera que alguien creó para que tenga algo diferente.  Muchos cristianos de denominaciones usan una bandera que tenga una cruz en ella—se llama la Iglesia Cristiana.  Claro que no hay nada malo en eso porque representa la muerte y la sangre de Cristo.

            La iglesia en la Biblia no fue establecida por leyes de hombre sino por la revelación de Dios a través de Jesucristo al hombre.  Entonces no es una iglesia de denominación sino la Iglesia que Jesucristo estableció cuando dijo, “Edificare mi Iglesia…” Dios esperaba que el hombre se comprometiera a Sus leyes en Cristo.  La doctrina de Jesucristo concerniente a Su cuerpo, la Iglesia, es una señal dada a toda la humanidad y Su cuerpo deber tener Sus atributos.

            La cruz no representa el sepulcro o la resurrección de Cristo.  Representa Su muerte.  Lo que Él hizo en la cruz y de la manera que Él murió define Su Iglesia.  La bandera representa verdad, y la verdad debe ser predicada por todo el mundo.  El Hijo de Dios es la única esperanza para el mundo.  Las escrituras dicen, “…Vivo yo, dice el Señor, que á mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará á Dios” (Rom. 14:11).  Yo creo que las manos de Dios estuvieron en el diseñar la bandera de la iglesia.  El verdadero Cuerpo de Cristo debe parase firme en Cristo quien es representado a través de los símbolos en la bandera.

            Por obediencia (para presentar a Su Hijo), la Iglesia despliega este diseño.

1.      Insignia/Bandera: un aparato simbólico representando el estandarte de la verdad y libertad.

2.      Bandera: Algo simbólico de regocijo en victoria.

El Cordero de Dios es nuestra bandera que nos permite regocijarnos en verdad y victoria espiritual sobre la muerte, infierno, y la tumba.

            Has [Dios] dado á los que te temen bandera Que alcen por la verdad. (Selah.)” (Sal. 60:4).  La Bandera es un insigne representando la doctrina de Cristo. “Y acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón á los pueblos, será buscada de las gentes; y [Jehová] su holganza será gloria….Y levantará pendón á las gentes…” (Isa. 11:10,12).  Vosotros, todos los moradores del mundo y habitantes de la tierra, cuando [el Señor] levantará bandera [insigne] en los montes, la veréis; y oiréis cuando tocará trompeta” (Isa. 18:3).

“Y de miedo pasará su fortaleza y sus príncipes tendrán pavor de la bandera, dice Jehová, cuyo fuego está en Sión [la Igesia] y su horno en Jerusalem” (Isa. 31:9).  Todo empezó con Jesucristo cuando Él estableció Su Iglesia.  Esta bandera de todas las naciones vuela sobre la Iglesia adonde se predica y se enseña toda la verdad.  Esta bandera también representa el gobierno teocrático.  Adonde Dios reina.  La Iglesia no adora la bandera sino adora al que representa.

“Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz á ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes” (Isa. 13:2).

            Hay cuatro colores en la bandera, rojo blanco, azul y morado.  Estos son significantes en la Biblia.  En Éxodo 25 la piel de los animales era pintada roja para cubrir el tabernáculo.  El tabernáculo de hoy es el corazón del individuo.  Es el lugar de habitación para Dios, cubierto por la sangre de Cristo.  El tabernáculo del Antiguo Testamento estaba cubierto de los 3 colores similares- azul, morado, y escarlata.  Los ephods eran compuestos de lino fino pintados de los mismos colores, cubiertos de una túnica blanca.

            Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isa. 9:6).  El rojo representa la sangre derramado de Jesucristo, el sacrificio esencial para el pecado.  La vida viene a través de Su sangre.  Sin su sangre no hubiera redención de pecado.  No cualquier sangre, pero Su sangre.  Su sangre no fue derramada solamente por nuestros pecados, pero también para nuestra santificación de una vez por todas.

            El blanco simboliza puridad, justicia, y santidad.  Pedro, Santiago, y Juan vieron Su gloria en Marcos 9:3, “Y su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve; y sus ojos como llama de fuego” (Apo. 1:14).

            Azul simboliza los cielos y la verdad de Dios y autoridad (gobierno teocrático) sobre todas las cosas.  Todos los que Le reciben serán perfectos por su verdad.  Las rayas azules en los lados no se tocan indicando que la entrada hacia la Iglesia aun es disponible.  Todavía hay tiempo para que la gente responda a la verdad.

            El morado representa majestad, todas las cosas le pertenecen a Dios.  No hay fin hacia Su prosperidad espiritual, ni fin de Su gloria y amor.  Su Iglesia, Su cuerpo, su gobierno y Su Reino tampoco tiene fin. 

            Hay tres símbolos morados en la parte central significando igualándose a uno en verdad. No están separados para Dios, ya que tiene un propósito eterno para esto.  Estamos en los últimos días, y la Iglesia profética declara “Por lo cual Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré” (2 Cor. 6:17).  Su pueblo saldrá y será uno simbolizado por los círculos en el centro.

            El primero símbolo es un cetro.  En Génesis este símbolo fue seleccionado por un rey  para representar “la vara de autoridad” y su posición como rey.  Muchos reyes usaban este símbolo para demostrar su soberanía.  David dijo, “Tu trono, oh Dios, eterno y para siempre: Vara de justicia la vara de tu reino” (Sal. 45:6).  Este símbolo está en representación de Jesucristo.  Cristo levantándose como la Estrella de la mañana.  Su historia viene de la estrella de Jacob, “Verélo, mas no ahora: Lo miraré, mas no de cerca: Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y levantaráse cetro de Israel… Y el de Jacob se enseñoreará…” (Num. 24:17, 19).

Y al que hubiere vencido, y hubiere guardado mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre las gentes; Y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantados como vaso de alfarero, como también yo he recibido de mi Padre: Y le daré la estrella de la mañana” (Ap. 2:26-28).  Así como Dios midió a Israel, de la misma manera Él está midiendo la Iglesia a hoy.

            La corona, el símbolo tercero, representa vida, denota la corona y la vida del reinado de Jesús.  Esta corona son dos símbolos en uno.  La corona de sí misma es el símbolo de vida eterna.  El circulo o la esfera sobre la corona es un símbolo de la eternidad infinita y atemporal. La corona es el símbolo de la más alta soberanía de Dios y una marca de Su supremo poder y honor.  La Iglesia tiene una grande responsabilidad cuando despliega la bandera fuera o dentro de nuestros edificios.

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente, y de la mañana” (Ap. 22:16).  “…su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isa. 9:6).  La bandera que Dios diseño para la iglesia de los últimos días cubre todo lo que Jesús es y todo lo que la Iglesia debe ser.

APRENDIENDO A OBEDECER

APRENDIENDO A OBEDECER
Donald Hall
Nashville, TN

Así también Cristo no se glorificó á sí mismo haciéndose Pontífice, más el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy; Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote eternamente, Según el orden de Melchîsedec. El cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído por su reverencial miedo. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; Y consumado, vino á ser causa de eterna salud á todos los que le obedecen” (Heb. 5:5-9).

            Jesucristo aprendió a obedecer porque Él experimento to el total—no a la mitad—sumisión a la voluntad del Padre.  No puede aprender obediencia al rebelarse.  Jesucristo fue hecho perfecto en el sentido que Él siempre hizo todo lo que agradaba al Padre.  ¡Jesús tuvo una opción—sí, la tuvo!  Pero si Él hubiera dicho que “NO,” Su venida hubiera sido en vano.

            Pablo escribió a la iglesia en Galacia, “Vosotros corríais bien: ¿quién os embarazó para no obedecer á la verdad?” (Gal. 5:7).  Si Jesucristo hubiera sufrido todo—la prueba, los azotes, las bofetadas, la corona de espinas, las llagas en Su espalda, y también llevando Su cruz hacia el Calvario—todo hubiera sido en vano si Él hubiera contestado, “¡No! ¡No pueden clavarme a esa cruz!”  ¡Debemos ser fieles hasta el fin! ¡Amen!

            E hizo Moisés que partiese Israel del mar Bermejo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. Y llegaron á Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés clamó á Jehová; y Jehová le mostró un árbol, el cual metídolo que hubo dentro de las aguas, las aguas se endulzaron. Allí les dió estatutos y ordenanzas, y allí los probó; Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, é hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído á sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié á los Egipcios te enviaré á ti; porque yo soy Jehová tu Sanador. Y llegaron á Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmas; y asentaron allí junto á las aguas” (Ex. 15:22-27).  ¿Tres días en el desierto; con qué rapidez puede caminar 2, 000,000+ gente con sus ganados por tres días?  No tan lejos.  ¿Y tan pronto ya está murmurando y quejándose?  ¿Por qué cree que Dios los dirigió en ese camino?  ¡Para probarlos!!! ¿Cuántas veces hemos fallado en la prueba que fue dada para fortalecer nuestra fe? 

            En lugar de traerlo delante de Moisés diciendo, “Tenemos un problema.  Ayúdanos a traérselo a Dios y vemos que es lo que Él quiere que hagamos para redimir el problema, o veamos lo que Dios hará el mismo,” el pueblo solamente murmuraba y se quejaba.  ¡O tan solo si pudiéramos testificar lo que Dios hará Él mismo cuando le llevemos nuestros problemas! 

            Estoy maravillado de la manera que trabaja Dios.  Dios le mostro a Moisés—después que clamo al Señor—se rompió un árbol.  ¿Ve?  Le dio algo que hacer al pueblo,  “Corta el árbol.”  Me pongo a pensar, cuantos pensaron, “De que nos va a servir?  ¿Nos estamos muriendo de sed y tú quieres que nos fatiguemos cortando un árbol? “Pero alguien se puso ocupado.  Moisés arrojo el árbol (leño) en las aguas (plural), y las aguas se hicieron dulces.  Dios quiere que alguien haga lo que Él diga no importando que tan ridículo se escuche.

            Allí, Dios les dio una estatua y una ordenanza, y allí les comprobó.  ¿Y que hizo después?  ¡Los guio a Eim donde había 12 manantiales, y 70 palmas!  ¿No es Dios bueno?  ¿No se siente bendecido cuando sale de una prueba victorioso?  ¡Claro!

            Y PARTIENDO de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, á los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto. Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; Y decíanles los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos entábamos á las ollas de las carnes, cuando comíamos pan en hartura; pues nos habéis sacado á este desierto, para matar de hambre á toda esta multitud. Y Jehová dijo á Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y cogerá para cada un día, para que yo le pruebe si anda en mi ley, ó no. Mas al sexto día aparejarán lo que han de encerrar, que será el doble de lo que solían coger cada día. Entonces dijo Moisés y Aarón á todos los hijos de Israel: A la tarde sabréis que Jehová os ha sacado de la tierra de Egipto: Y á la mañana veréis la gloria de Jehová; porque él ha oído vuestras murmuraciones contra Jehová; que nosotros, ¿qué somos, para que vosotros murmuréis contra nosotros?” (Ex. 16:1-7).  ¡Me he asombrado hace varios años, de cómo la gente salva, santificada, y bautizada con el Espíritu Santo puede actuar como niños cuando no se les da como quieren!  ¿A conocido usted a alguien asi?  ¿Ha sido usted una vez así?  ¡No conteste! “Hermanos, no seáis niños en el sentido, sino sed niños en la malicia: empero perfectos en el sentido” (1 Cor. 14:20).

            Después de 45 días fuera de Egipto encontramos que se están quejando otra vez.  ¡Ay personas que parece que nunca aprenden de sus experiencias pasadas!  Conocemos la historia, que debían rejuntar suficiente mana por un día—“Todo lo que quieras, pero no trates de guardarlo para el próximo día por que se pudrirá.  El día antes del sábado junta suficiente por dos días; no se pudrirá cada semana en el sábado.  Algunos trataron de juntar lo doble durante la semana y comprobar que si su pudriría y se llenaría de gusanos, algunos no rejuntaron lo doble el día antes del Sábado y se quedaron con hambre.  ¡Gracias a Dios que por fin aprendieron; fueron esforzados a aprender pero Aprendieron a Obedecer!

            Y el día que el tabernáculo fué levantado, la nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda del testimonio; y á la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la mañana. Así era continuamente: la nube lo cubría, y de noche la apariencia de fuego. Y según que se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos de Israel se partían: y en el lugar donde la nube paraba, allí alojaban los hijos de Israel. Al mandato de Jehová los hijos de Israel se partían: y al mandato de Jehová asentaban el campo: todos los días que la nube estaba sobre el tabernáculo, ellos estaban quedos. Y cuando la nube se detenía sobre el tabernáculo muchos días, entonces los hijos de Israel guardaban la ordenanza de Jehová y no partían. Y cuando sucedía que la nube estaba sobre el tabernáculo pocos días, al dicho de Jehová alojaban, y al dicho de Jehová partían. Y cuando era que la nube se detenía desde la tarde hasta la mañana, cuando á la mañana la nube se levantaba, ellos partían: ó si había estado el día, y á la noche la nube se levantaba, entonces partían. O si dos días, ó un mes, ó un año, mientras la nube se detenía sobre el tabernáculo quedándose sobre él, los hijos de Israel se estaban acampados y no movían: mas cuando ella se alzaba, ellos movían. Al dicho de Jehová asentaban, y al dicho de Jehová partían, guardando la ordenanza de Jehová, como lo había Jehová dicho por medio de Moisés (Num. 9:15-23).  Esta ocurrencia fue durante el primer año de su viaje—antes que mandaren los espías.  Note especialmente el verso 23, “Al dicho de Jehová asentaban…”

            Los hijos de Israel vagaron en el desierto por 40 años, no tan solo para que perezcan  los que reusaron conquistar, pero también para poder levantar una generación que Aprendería a Obedecer sin disidencia o duda.  ¿Somos esa generación para La Iglesia de Dios o debe Dios levantar otra?

            Durante los 40 años en el desierto Israel se movió 42 veces (Num. 33).  Todas las tribus acamparon alrededor del tabernáculo, en la orden apropiada.  Los Levitas acamparon alrededor, cercas de él, en los cuatro lados.  Después, en el lado este estaban las tribus de Judá, Issachar y Zebulón.  En el lado sur estaba Rubén, Simeón y Gad.  En el oeste estaba Ephraim, Manasseh y Benjamín.  Al norte estaban las tribus de Dan, Asher, y Nephtali.  Cada tribu fue marcada por su bandera individual.

Josué 3:2-5 Y pasados tres días, los oficiales atravesaron por medio del campo, Y mandaron al pueblo, diciendo: Cuando viereis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los sacerdotes y Levitas que la llevan, vosotros partiréis de vuestro lugar, y marcharéis en pos de ella. Empero entre vosotros y ella haya distancia como de la medida de dos mil codos: y no os acercaréis á ella, á fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir: por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino. Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana entre vosotros maravillas… Y aconteció, que partiendo el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, y los sacerdotes delante del pueblo llevando el arca del pacto, Cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, así como los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados á la orilla del agua, (porque el Jordán suele reverter sobre todos sus bordes todo el tiempo de la siega,) Las aguas que venían de arriba, se pararon como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Sarethán; y las que descendían á la mar de los llanos, al mar Salado, se acabaron y fueron partidas; y el pueblo pasó en derecho de Jericó. Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová, estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el Jordán; y todo Israel pasó en seco” (Jos. 3:2-5, 14-17).  ¿Puede imaginarse la organización que se requiere para esa gran cantidad de personas, adultos, niños, bebés, y todos sus ganados, y pasar en orden?  Cada tribu estaba en su lugar bajo su bandera.  ¡En 40 años habían verdaderamente Aprendido a Obedecer!

            Y así que Josué hubo hablado al pueblo, los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuernos de carneros, pasaron delante del arca de Jehová, y tocaron las bocinas: y el arca del pacto de Jehová los seguía. Y los armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las bocinas, y la gente reunida iba detrás del arca, andando y tocando bocinas. Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no daréis grita, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad: entonces daréis grita. El arca pues de Jehová dió una vuelta alrededor de la ciudad, y viniéronse al real, en el cual tuvieron la noche. Y Josué se levantó de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca de Jehová. Y los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuernos de carneros, fueron delante del arca de Jehová, andando siempre y tocando las bocinas; y los armados iban delante de ellos, y la gente reunida iba detrás del arca de Jehová, andando y tocando las bocinas. Así dieron otra vuelta á la ciudad el segundo día, y volviéronse al real: de esta manera hicieron por seis días. Y al séptimo día levantáronse cuando subía el alba, y dieron vuelta á la ciudad de la misma manera siete veces: solamente este día dieron vuelta alrededor de ella siete veces. Y como los sacerdotes hubieron tocado las bocinas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Dad grita, porque Jehová os ha entregado la ciudad”  Para mí, este es uno de los grandes ejemplos de Obediencia Absoluta grabada en la Biblia.  ¡Trece veces marcharon alrededor de la ciudad y NINGUNO dijo una sola palabra!  ¡No estoy siendo bromista o chistoso!  ¡No estoy bromeando!

            Hasta no nos sujetemos a Cristo en todo nunca alcanzaremos la perfección. Debemos alcanzar la Completa Obediencia.  ¡Aleluya! ¡Amen!

ADHERENCIA: Parte 1


ADHERENCIA: Parte 1

En este artículo, “ADHERENCIA” es usada para describir el proceso en cuanto una persona hace notorio que existe una iglesia local antes de hacerse miembro. No incluiría pastorear, disciplinar, o perfeccionar después de que viene a ser miembro.  Una palabra más inclusiva “asimilación” es comúnmente usada por algunas denominaciones que creen que su uso es relativamente nuevo.  Actualmente, F.J. Lee uso el termino en la 15ª Asamblea en el año 1920.  “Leeré el siríaco, pues lo expresa un poco más completo. "Porque vosotros, hermanos míos, se asimilaron a las iglesias de Dios en Judea…” (1 Ts. 2:14).  “Asimilar” es tomado de “a” y “similar,” para convertirlo en una substancia como si fuera, asi como la comida se asimila a nuestro cuerpo….  Habían sido parte de la iglesia; estaban en perfecta confraternidad con la iglesia, y la iglesia con ellos.”  La versión del Rey Jacobo dice, “Porque vosotros, hermanos, habéis sido imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea…” (1 Ts. 2:14).

Muchas personas entran por nuestras puertas de la iglesia que paran de atender, pocos se añaden a la Iglesia.  ¿Qué podemos hacer para ayudarles para que vayan de punto “A” (conscientes que la iglesia existe) a punto “B” (membresía de la iglesia)?  Recuerde la Parábola del Sembrador y como la simiente cayó “por el camino… cayó en pedregales,… cayó en espinas…” o “… en buena tierra…” (Mat. 13:4-8).  Pero esto no desmina nuestra preocupación, pues hay almas en riesgo.

En Lucas 15:2 los Fariseos y escribas murmuraron contra Jesús, diciendo, “Este á los pecadores recibe, y con ellos come.”  En respuesta, Jesús habló en una parábola diciendo, “¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si perdiere una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va á la que se perdió, hasta que la halle?” (Lucas 15:4).  Estaban culpando a Jesús por “ADHERENCIA”.

¿Cuándo Jesús le dijo a Simón Pedro que arrojara la red al lado derecho del barco y Pedro pesco una multitud de peses, no cree que una “ADHERENCIA” tomo lugar entre Jesús y sus compañeros de pesca?

Miembros de la Iglesia Primitiva “y vendían las posesiones, y las haciendas, y repartíanlas á todos, como cada uno había menester. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y con sencillez de corazón, Alabando á Dios, y teniendo gracia con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día á la iglesia los que habían de ser salvos” (Hch 2:45-47).  ¡Que hermosa foto de “AHERENCIA”!

Pablo escribió, “Por lo cual, siendo libre para con todos, me he hecho siervo de todos por ganar á más. Heme hecho á los Judíos como Judío, por ganar á los Judíos; á los que están sujetos á la ley (aunque yo no sea sujeto á la ley) como sujeto á la ley, por ganar á los que están sujetos á la ley; A los que son sin ley, como si yo fuera sin ley, (no estando yo sin ley de Dios, mas en la ley de Cristo) por ganar á los que estaban sin ley. Me he hecho á los flacos flaco, por ganar á los flacos: á todos me he hecho todo, para que de todo punto salve á algunos. Y esto hago por causa del evangelio, por hacerme juntamente participante de él” (1 Cor. 9:19-23).

Así como Jesús fue a la orilla del mar y a la mesa de los pecadores La Iglesia Primitiva de casa en casa, y Pablo de país a país por la causa de “ADHERENCIA”, así como hemos sido encomendados a ir “por todo el mundo” (Marcos 16:15) y “ve por los caminos y por los vallados, y fuerza los á entrar, para que se llene mi casa” (Lucas 14:23).  La Iglesia de Dios debe ser insolada, pero no aislada.  Si fuésemos a invitar personas, el fruto y los dones del Espíritu Que mora en nosotros los compelerá a venir.

Debemos ser como Andrés que invito a que su hermano se viniera a Jesús (Juan 1:40-42).  Considere el estudio que se ha conducido por el Crecimiento de la Iglesia, Inc. De Monrovia, California.  Adonde les preguntaron a más de 42,000 cristianos, “¿Qué o quién fue responsable de que tu vengas a Cristo y asistas a tu iglesia?” Más de 75% compartieron que fue un relativo o un amigo (Win Arn y Charles Arn. La Maestría en Crear Discípulos. 1982. Grand Rapids: Baker 1998. Pp. 45-46).

Un edificio bonito, un buen letrero, anuncios en las Páginas Amarillas, noticiero, carteleros, hojas informativas, mensajes de texto, llamadas telefónicas, llamadas frías, etc. Puede resultar en atraer algunos a un servicio local, pero “ADHERENCIA” solamente toma lugar como una relación con otras personas. El plan de Dios es que el hombre invite al hombre. Ninguna invitación es más efectiva que la de un amigo o un relativo.

Por fe, debemos creer que visitantes vendrán a la iglesia.  Debemos prepararnos para recibir “compañía” creando una atmosfera de bienvenida.  Provea materiales imprimidos cerca de la entrada informando acerca de los eventos cercanos, varios ministros de la iglesia, etc.  Los que dan la bienvenida deberán estar cerca de las puertas y los ujieres deberán asistir en guiarlos a sus clases, baños, enfermería, etc.  Los Pastores deben motivar a los miembros que lleguen temprano y se familiaricen con la gente nueva que este sentada cerca de ellos.

Las primeras impresiones pueden determinar si los visitantes regresan o no.  Formaran ciertas opiniones mientras entran en el edificio.  Si nos perciben amigables, amorosos, una iglesia cuidadosa, los atraerá como un imán. Muchos miembros puedan dar testimonio de tal experiencia.

Asegúrese de anotar el nombre del visitante, número telefónico, y su dirección en una tarjeta de visitante o en un libro de visitas. Dar seguimiento es una parte importante en el proceso de la “ADHERENCIA”.

Según Herb Miller, el autor de Como Crear una Iglesia Magnetica (Nashville: Abingdon, 1987, pp. 75-760), cuando los miembros, en lugar del pastor, toman quince minutos para visitar con las visitas:

85% de los visitantes regresan si son visitados en 36 horas

60% de los visitantes regresan si son visitados en 72 horas

15% de los visitantes regresan si son visitados en 7 horas

 

Si el pastor hace la visita en lugar de la persona

El % es cortado en mitad.

Las visitas no tardan más de quince minutos.  Su propósito es (1) familiarizarse, (2) contestar cualquier pregunta concerniente a la iglesia, (3) aprender acerca de sus necesidades religiosas, (4) dejarles información que describa la iglesia, y (5) invitarlos una vez más.

En el mundo denominaciónal, no es común que el visitante reciba una carta, un correo electrónico, y una o tres llamadas telefónicas, después de una semana de su visita.

Pueden recibir galletas recién hechas o un pastel de amistad en su hogar.

Herb Miller dice que un promedio de 12% de los visitantes eventualmente vienen a ser miembros de la iglesia. Según Marshall Shelley (De los Editores,” Liderazgo 11.4 (1990 p. 3), un estudio denominacional mostro que más de 75% de asistentes que se convirtieron inactivos fue porque no tuvieron un sentir de adherencia.  Según Robert Orr (“El Primer Año,” Net Resultados 12 3 (1991) p. 6), estos recién llegados no encontraron satisfacción en una o más de las siguientes preguntas: “¿Puedo desarrollar amigos en esta iglesia?” “¿Adónde la encuentro?”  ¿Estoy necesitado?”

Un estudio de quince iglesias en el área de Portland, Oregón declaro, “La discrepancia más sorprendente entre las respuestas de los líderes de la iglesia y los cristianos nuevos se relacionaron en por que gente que no tiene iglesia fue atraída a la iglesia. El predicar, y un ambiente amigable fueron dos de las cuatro categorías que fueron mencionados por los líderes de la iglesia.  Sin embargo, ninguna categoría recibió más de dos respuestas de los cuarenta y cinco cristianos que fueron entrevistados. Una invitación personal fue el factor más importante en atraer gente nueva a la iglesia; sin embargo, cuando se les pregunto, ¿“Por qué te quedaste?” las respuestas mayores de los cristianos nuevos fueron su amabilidad, la predicación, y su cuidado.  Los líderes de la iglesia deben realizar que aunque estos no fueron los factores por la cual ellos vinieron, fueron importantes grandes por la cual ellos decidieron quedarse” (Copyright 2002 por David Durey. Una disertación doctoral, Atraer y asimilación de los que no creen en el siglo 21, p. 139).

¿COMO AGRADAR A JEHOVÁ?


¿COMO AGRADAR A JEHOVÁ?

Desde la creación del hombre (Gen. 1:6) vemos que Dios (la trinidad) hizo al hombre para gloria de Él.  Pero siempre le ha dado el libre albedrío para que el hombre pueda escoger su decisión o camino.  Lamentablemente desde el jardín de Edén podemos ver la sublevación tomando lugar.  Eso mismo pasó con el reinado del rey Achaz sobre Judá. “DE VEINTE años era Achâz cuando comenzó á reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalem: mas no hizo lo recto en ojos de Jehová, como David su padre. Antes anduvo en los caminos de los reyes de Israel, y además hizo imágenes de fundición á los Baales” (2 Crónicas 28:1,2).

            Conforme leemos la historia del rey Salomón sabemos que por su desobediencia, Jehová dividió el reino de Israel.  Quiere decir que Israel fue dividido en partes. Dentro de Israel se formó el pueblo de Judá. Años después, se levantó un rey llamado Achaz, hijo de Jotham, rey de Judá, el reinó después de su padre más no vivió como su padre.  Achaz comenzó a reinar a la edad de veinte años, en el año diecisiete de Peka hijo de Remalías quien fue rey de Israel.  La historia de Achaz, comparte, que él adoro a imagines y quemo perfumes a dioses paganos, “Asimismo sacrificó, y quemó perfumes en los altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol umbroso” (2 R. 16:4; 2 Cro. 28:2), algo que era contra los mandamientos de Jehová, Dios de sus padres.  Otra abominación grande que cometió el rey Achaz fue sacrificar a su propio hijo quien se cree que fue Rimmon, “y aun hizo pasar por el fuego á su hijo, según las abominaciones de las gentes que Jehová echó de delante de los hijos de Israel,” por consiguiente, añadió un altar de ídolos en el templo. 

            Al rebelarse contra la voluntad de Dios, trajo maldición y cautividad literal en la vida del pueblo, “Porque Peca, hijo de Remalías mató en Judá en un día ciento y veinte mil, todos hombres valientes; por cuanto habían dejado á Jehová el Dios de sus padres, tomaron también cautivos los hijos de Israel de sus hermanos doscientos mil, mujeres, muchachos, y muchachas…” (2 Cro. 28:7,8).  El pueblo de Judá no podía ser liberado de esta opresión hasta que Dios obrara en el pueblo.

            Mucha de esta rebeldía está siendo ejercitada en nuestro presente tiempo. Cuando el individuo se opone a la voluntad de Dios, su alma entra en una cautividad espiritual.  Nuestro adversario (el diablo) lucha cada día por nuestras almas, él causa divisiones entre los hermanos, crea injusticias, contiendas, y todo lo que esta opuesto a la voluntad de Dios.  Cuando la persona empieza a confiar en su propia fuerza, inteligencia, habilidad, abre puerta al enemigo. Esa rebeldía es detestada por Dios, pues Él la ha visto desde el principio.  Todo empezó en los cielos, cuando “el Lucero” se rebeló contra Dios y fue arrojado a los abismos, (Isa. 14:12).

Regresando a la historia la biblia continua diciendo, “Y durmió Achâz con sus padres, y sepultáronlo en la ciudad de Jerusalem: mas no le metieron en los sepulcros de los reyes de Israel; y reinó en su lugar Ezechîas su hijo” (2 Cro. 8:27). Su hijo Ezechias hizo lo recto en los ojos de Jehová; “E hizo venir los sacerdotes y Levitas, y juntólos en la plaza oriental. Y díjoles: Oidme, Levitas, y santificaos ahora, y santificaréis la casa de Jehová el Dios de vuestros padres, y sacaréis del santuario la inmundicia. Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo en ojos de Jehová nuestro Dios; que le dejaron, y apartaron sus ojos del tabernáculo de Jehová, y le volvieron las espaldas”.  Si ponemos atención a lo que indica, dice que llamó a los Levitas y Sacerdotes para que se santifiquen, (los que estaban a cargo del ministerio). Un deber esencial, es que TODO el ministerio de la iglesia de los últimos días debe hacer. Recordando lo que nos declara el Apóstol Pablo en su epístola a los Efesios: “Para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo” (Ef. 4:12).  Eso quiere decir que es el ministerio el cual fue puesto para perfeccionar a la membresía. Después el libro de los Crónicas dice, “Ahora pues, yo he determinado hacer alianza con Jehová el Dios de Israel, para que aparte de nosotros la ira de su furor…y santificáronse, y entraron, conforme al mandamiento del rey y las palabras de Jehová, para limpiar la casa de Jehová. Y entrando los sacerdotes dentro de la casa de Jehová para limpiarla, sacaron toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehová, al atrio de la casa de Jehová” (2 Crónicas 29:10,15,16).  Para poder hacer alianza con Dios tenemos que estar limpios.  Como dijo el salmista David,  “…La santidad conviene á tu casa, Oh Jehová, por los siglos y para siempre (Sal. 93:5), es la santidad la cual atrae la gloria de Dios.  Aunque sabemos cómo dice en Salmos 51:17 “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado: Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.  Pero la santidad entra delante de la presencia de Dios como un perfume (aroma) suave delante del Padre.

El profeta Joel dice:Por eso pues ahora, dice Jehová, convertíos á mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y llanto. Y lacerad vuestro corazón, y no vuestros vestidos; y convertíos á Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que se arrepiente del castigo” (Joel 2:12,13).  Esto es lo que necesitamos hacer cada día para poder ver la gloria de Dios; si estamos mal debemos arrepentirnos de todo corazón y Dios quien es justo y misericordioso nos oirá y responderá.  Aquel que ya está limpio pida por los que todavía no están y veremos la gloria de Dios.  Esta carrera no es para que el individuo trabaje para sí mismo, aunque la salvación es individual; pero demos tener el amor y la compasión y el pesar que Jesucristo tuvo por las almas.  Somos un Cuerpo, y Dios quiere que seamos UNO, “Hasta que todos lleguemos á la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, á un varón perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo” (Ef. 4:13).  Esto significa que debemos trabajar unidos como un ejército en orden, no puede ser que el mundo trabaje más unidos que nosotros.  Nosotros somos hijos de un REY y su nombre es Jesucristo, tenemos el respaldo más grande de la trinidad entre nosotros.  Debemos mostrar al mundo nuestra unidad, santidad, y poder. Si continuamos en obediencia en la Palabra de Dios (la Biblia), entonces podremos cumplir la gran comisión que nos fue encomendada y cumplir en esta profecía, “Para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha” (Ef. 5:27).

                                                                        Bendiciones, Hno. Irving Romano