miércoles, 25 de noviembre de 2015

Cruzando las Puertas


Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mat. 16:18).

 ¡Qué escritura tan maravillosa y poderosa Dios le ha dado a la Iglesia de Dios! Contiene promesas maravillosas en las que nos hemos regocija-do durante los años. Es fácil leer este verso y entusiasmarse con la revelación divina, la única vía por la que tenemos conocimiento de quién es Cristo y de quien es la Iglesia, y el entendimiento mutuo entre Cristo y nosotros como individuos que sabemos quién es Él y Él sabe quién somos nosotros. Él estableció la Iglesia sobre estos dos hechos que forman la roca que Él mencionó aquí. ¡También escrita en este versículo esta la promesa que sin importar los problemas por los que atraviese la Iglesia, nada prevalecerá contra nosotros!

 Muchas veces hemos predicado esta promesa como si las puertas del infierno son las armas que Satanás lleva a la batalla contra nosotros. Mientras es cierto que a veces el término puertas, como se refiere a una ciudad, significaría el ejército de una ciudad, el uso adecuado del término sería las puertas que fueron diseñadas para mantener a los ejércitos del enemigo fuera de la ciudad. Cuando Jesús hizo esta promesa a la Iglesia era una indicación de que a medida que marchamos hacia el interior del territorio del enemigo que sus defensas no pueden detenernos. El diablo no está interesado en que marchemos al interior de sus puertas así es que él invierte mucho tiempo trayendo la batalla hacia nosotros. Al ganar esas victorias podemos empezar a sentir que estamos ganando la guerra y olvidamos que no hemos marchado en su territorio aún. Es hora de que nos pongamos nuestra armadura, tomemos nuestro escudo y espada y empecemos a abrirnos paso a la ofensiva contra sus puertas. Recordemos otra promesa de Jesús a los discípulos, "...Yo veía á Satanás, como un rayo, que caía del cielo. He aquí os doy potestad de hollar sobre las serpientes y sobre los escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”(Luc. 10:18-19). Es cierto que después de esta declaración Jesús les dijo que se regocijen en su salvación y no en el poder sobre el enemigo que Él les había prometido, sin embargo, esta instrucción no disminuye el poder que les dio a ellos y que ha sido pasado a quienes todavía retenemos la doctrina. No es que Él no quiere que usemos el poder y traspasemos las puertas del enemigo—eso es exactamente lo que Él quiere que hagamos. Si ese no hubiera sido su plan entonces no les habría mencionado este poder a ellos.

 Cuando Jesús estableció la Iglesia Él la comisionó“…a predicar. Y que tuviesen potestad de sanar enfermedades, y de echar fuera demonios” (Mar. 3:14, 15). Este es el mandato para utilizar el poder prometido en Lucas capítulo 10. Nuestro deber es "hollar… sobre toda fuerza del enemigo" y tenemos que cumplir con ese deber. Queremos que su reino sea destruido porque él es el enemigo de nuestro Rey. Todo lo que ha hecho desde que se rebeló contra Dios en el cielo ha sido un intento para so-cavar la autoridad y la influencia de Dios en el mundo. Jesús vino a "... deshacer las obras del diablo" (1 Juan 3: 8) y lo hizo en la cruz y por medio de la resurrección. Ahora la responsabilidad es nuestra de portar ese poder y continuar con la destrucción del reino del diablo. Vamos "Cruzando las Puertas" con el único propósito de destruir su reino, no vamos a dejar piedra sobre piedra y el único despojo que vamos a tomar son las almas de los hombres, mujeres y niños atrapados detrás de esas puertas. No estamos en esto por beneficio personal, sino por beneficio del reino por el cual luchamos.

 Parte de la promesa registrada por Lucas es la declaración, "... y nada os dañará." ¡Es algo maravilloso entrar en una batalla a la que sabemos que no podemos perder! Eso no cambia el hecho que sigue siendo una batalla y las batallas son difíciles. El enemigo reunirá todas sus fuerzas contra nosotros mientras marchamos, fortalecerá sus paredes y reforzará sus puertas; mientras más cerca estemos a las puertas colocará más soldados y armas sobre las paredes para lanzar dardos de fuego a nuestro ca-mino, vamos a sentir cada defensa que tiene porque él conoce la promesa también, pero no se dejara vencer sin una pelea. Las puertas no pueden prevalecer en contra de nosotros, pero si sus defensas tienen éxito en alejarnos entonces él tendrá el triunfo, y ha habido ocasiones en el pasado donde ese parece haber sido el caso. Su única oportunidad es asustarnos con sus defensas manteniéndonos aleja-dos de las puertas—convenciéndonos que si es tan difícil llegar a las puertas será mucho más difícil lograr atravesarlas. Debemos penetrar, a pesar de sus defensas, confiando en la promesa que nada puede hacernos daño. Cuando logramos llegar a las puertas parecen altas, gruesas e impenetrables. El diablo es un maestro en disfraces y confusión y pone toda su astucia en hacer que estas puertas parezcan imposibles de penetrar. Al encontrarnos frente a ellas podemos asombrarnos con su tamaño y preguntarnos cómo podremos atravesarlas. "Seguramente Dios quiso que otra generación las atraviese, nosotros no somos lo suficientemente fuertes", podríamos pensar. Podemos compararnos nosotros mismos al tamaño de las puertas y comenzar a buscar a otra persona que las atraviese. Fue y es la voluntad de Dios que otras generaciones atravesaran las puertas así como es Su voluntad que nosotros lo hagamos. El diablo está en constante construcción, fortaleciendo y ampliando, así que el ejército de Dios debe estar continuamente marchan-do y abatiendo. Mientras nos encontramos frente a ellas también nos preguntamos qué es lo que encontraremos al otro lado. Se ve oscuro del otro lado y no tenemos manera de saber lo que nos espera para luchar mano a mano contra nosotros. El diablo sin duda tiene sus fuerzas más poderosas para combatir contra nosotros en el interior una vez que hayamos vencido lo demás. Debemos aferrarnos a la promesa de que tenemos el poder para hollar sobre lo que está en el otro lado y debemos dejar su reino en ruinas porque nuestro Comandante ha ordenado que así sea.

 Será una pelea difícil para cruzar las puertas, pero lo que está detrás de ellas bien vale la pena la lucha que llevará atravesarlas. No estamos buscando ir "Cruzando las Puertas" porque queremos estar en esos lugares tenebrosos, sino porque queremos llevar la luz del Evangelio a esos lugares oscuros y rescatar lo que está atrapado allí. Podemos tomar valor "…porque el que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo" (1 Juan 4: 4). ¡Es hora de que alguien tome la delantera "Cruzando las puertas!" ¿Qué dices joven? ¿Permitirás que Dios te prepare y te haga parte del ejército que lo hará?

Dustin T. Hays, Coordinador General de la BLV

martes, 24 de noviembre de 2015

Movimiento de la Banda de la Asamblea


Movimiento de la Banda de la Asamblea

Allene Cox – Coordinadora General de MBA

En seguida una lista parcial de los deberes de un líder de banda de oración:

1. Asistir y ayudar a cada miembro espiritualmente.

2. Estimular la confraternidad y la lealtad a la iglesia (Hebreos 19:24, 25).

3. Visitar y mantener contacto estrecho con cada miembro de su banda

respectiva para que ninguno se pierda.

4. Ayudar al pastor en el cuidado del rebaño.

5. Llevar a cabo un servicio una vez al mes para el beneficio de los miembros.

6. Visitar a cada miembro una o dos veces al mes y mostrarles amor especial.

7. No condenar a sus miembros de pecado.

8. Hablar la verdad en amor.

9. Enseñarle (mostrar, guiar, impartir conocimiento) a sus miembros las cosas

que no han entendido.

10. Animar a sus miembros a que asistan a la Escuela Dominical y a los

servicios regulares de la iglesia.

11. Mantener un registro de la asistencia de cada miembro a los servicios regulares.

12. Mostrar la bendición que le viene a los que pagan sus diezmos.

13. Impulsar La Luz Vespertina y animar a cada miembro a suscribirse a ella

y leer esta buena revista cristiana.

14. Enseñar a los miembros en un buen espíritu de amor a confiar en el Señor

para la sanidad de sus cuerpos (Santiago 5:13-16)

15. Ayudar a sus miembros en todo momento.

16. Impulsar y recibir una ofrenda en los servicios de banda (la ofrenda será

usada a discreción de la iglesia local)

17. Ayudar al pastor en la colecta de los dineros para el Fondo de Emergencia.

18. Escribirles a aquellos que viven demasiado lejos para visitarlos.

19. Asistir a la junta mensual de los líderes de banda de oración conducida

por el pastor (este es el tiempo para que el pastor instruya a los líderes de

banda concerniente a su trabajo).

20. Estar preparado en todo momento para dar un reporte verbal en las

reuniones de líderes con el pastor cuando el pastor se lo pida.

21. Ser un ejemplo en todas las cosas.

22. Tener en cuenta a cada miembro de su banda de oración y orar por cada

uno todos los días.

23. Conseguir la dirección física correcta de cada miembro y siempre

mantener un registro detallado de lo mismo mientras usted permanezca a

cargo del grupo. (Si en algún momento hay algún cambio de dirección física por

cualquier miembro de su grupo, siempre obtenga la nueva dirección y reporte lo

mismo a la secretaria de la iglesia en los servicios regulares mensuales de los

líderes de banda de oración).

24. Mantener una estrecho cuidado de los miembros de su banda de oración

por si se mueven lejos se sepa inmediatamente y a dónde se han mudado, o

si están enfermos, o tienen necesidades, pueda dárseles el debido cuidado.

25. Proporcionar al pastor un reporte escrito cada mes (será entregado al

pastor en la reunión mensual de líderes).

Tomado de: El Departamento del Movimiento de la Banda de la Asamblea/

MBA del Cuidado Pastoral y Su Operaciones Internas Especiales, Por M.

T. Linkous—Revisado en 1979 y revisado en 1986.—Sometido por Jeff Wilcox

Coordinador Regional del Valle de Ohio.

jueves, 19 de noviembre de 2015

¿Estas Listo para “Ser el Oportuno?


“¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltará contando de Gedeón, de Barac, de Samsón, de Jephté, de David, de Samuel, y de los profetas: Que por fe ganaron reinos, obraron justicia, alcanzaron promesas, taparon las bocas de leones. Apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de cuchillo, convalecieron de enfermedades, fueron hechos fuertes en batallas, trastornaron campos de extraños. Las mujeres recibieron sus muertos por resurrección; unos fueron estirados, no aceptando el rescate, para ganar mejor resurrección; otros experimentaron vituperios y azotes; y á más de esto prisiones y cárceles; Fueron apedrea-dos, aserrados, tentados, muertos á cuchillo; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltrata-dos; De los cuales el mundo no era digno…” (He. 11:32-38).

 

La Biblia y nuestra propia historia están llenas de hombres y mujeres como los mencionados en estos ver-sículos de la escritura. Algunos de ellos tenían libros enteros acerca de ellos mismos o escritos por ellos y otros estuvieron en la escena de la Biblia por únicamente uno o dos capítulos. Todos ellos sirvieron fielmente a Dios sin la menor intención de que sus nombres fueran mencionados o sus historias fueran compartidas; simplemente amaron al Señor y a su causa y estuvieron dispuestos a negarse a sí mismos para poder servirle. Si pudiéramos hablar con ellos, sin duda nos harían saber su indignación al ser mencionados con otros héroes de la fe y tratarían de desviar toda la gloria y atención de nuevo al Señor. En realidad, ese espíritu humilde es una gran parte de lo que los hizo exitosos para Dios. Eso es lo que significa ser “el Oportuno," vivir tu vida de la manera que desvíes la gloria de ti mismo hacia Dios sirviéndole humildemente y ensalzando Su causa no la tuya propia.

 

Pablo le escribió a la iglesia de Corinto con respecto a aquellos que Dios elige para trabajar para Él. Él elige a los insensatos para confundir a los sabios y a los débiles para confundir a los fuertes. Elige a los humildes y a los menospreciados. Lo hace de esta manera para "que ninguna carne se jacte en su presencia" (1 Co. 1:29). Todos estos héroes de la fe reconocieron que no podían gloriarse en sí mismos, sino que toda la gloria le pertenecer al Señor.

 

¿Y qué de nosotros? En primer lugar, ¿estamos dispuestos a hacer a un lado todo, a sacrificarnos a nosotros mismos, nuestros sueños y esperanzas para poder tener la gran oportunidad de vivir para el Señor y servirle? ¿Estamos dispuestos, si es necesario a enfrentarnos a la violencia del fuego para lograr que se apague o a experimentar debilidad para que Dios pueda ser fuerte en nosotros? ¿Qué pasa si tenemos que ver a nuestros seres queridos perder sus vidas para que Dios pueda ser glorificado al levantarlos de nuevo? ¿Confiamos en Dios lo suficiente para permitir que nuestros seres queridos, o incluso nosotros mismos, vallamos tan lejos para permitir que Él sea glorificado? ¿Estamos dispuestos a ser torturados por la causa de Cristo o a experimentar crueles vituperios y azotes por amor de su nombre? ¿Y sobre la cárcel, estaremos dispuestos a ir a prisión por la causa de Cristo? Tal vez estas preguntas les parezcan ridículas, lea el relato en Hebreos, todo está ahí, y más. Estas son las cosas que el pueblo de Dios ha sufrido a lo largo de la historia para poder ganar a Cristo y ganar batallas para Él. Estaban dispuestos a avanzar y "Ser el Oportuno" para Dios en su generación. No siempre es glamoroso, de hecho, casi nunca lo es, pero Dios es siempre fiel en recompensar a aquellos que están dispuestos a hacer todo a un lado y servirle. Sacrificio parcial no es suficiente, el sacrificio parcial no es sacrificio en lo absoluto, es egoísmo.

 

En segundo lugar, ¿estamos dispuestos a permitir que toda la gloria, todo el honor y toda la atención se desvíen al Señor? La mayoría de nosotros tenemos una tendencia natural a llamar la atención hacia nosotros mismos de alguna manera. Desde nuestro nacimiento hemos sido acondicionados a creer que el mundo gira en torno a cada una de nuestras necesidades, deseos y caprichos. A medida que crecemos esta condición es magnificada por una sociedad que nos anima a seguir nuestros propios sueños y a forjar nuestros propios caminos. Muy a menudo el espíritu detrás de estos mensajes, y otros, es que vale la pena ir detrás de todo lo que tú deseas sin importar las con-secuencias. Esto es justo lo contrario a lo que Dios desea para nosotros. Él tiene un camino diseñado para cada uno de nosotros y muy a menudo este es muy diferente a la ruta que nos imaginamos para nosotros mismos. Algunas veces, después que ya hemos renunciado a nuestra voluntad para hacer la Suya, todavía no podemos dejar a un lado la idea que todo gira alrededor de nosotros y buscamos atención y gloria para nosotros mismos. Aquellos a quienes Dios elige para hacer su obra no sólo están dispuestos a desviar toda la gloria de sí mismos hacia Él, sino también reconocen que no son merecedores de ninguna gloria. Hace ya mucho tiempo que han muerto a su carne con sus deseos como para atraer atención para sí mismos; han tomado a pecho las palabras de Pablo a la iglesia en Corinto, ninguno de nosotros somos dignos de gloriarnos en nosotros mismos.

 

Estas características que debemos de tomar son características de Cristo que debemos emular. "Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame. Por-que cualquiera que quisiere salvar su vida, la perderá; y cualquiera que perdiere su vida por causa de mí, éste la salvará."(Lc. 9: 23-24). Nuestra cruz debe ser similar en característica a la cruz que Jesús llevó. Nunca vamos a sufrir por los pecados de otros, o en la medida en que Jesús sufrió. Sin embargo, nuestra cruz debe ser una cruz de abnegación y sacrificio voluntario. Con frecuencia leemos esta escritura y nos alentamos a nosotros mismos por tomar nuestra cruz al rendir nuestro corazón al servicio de Dios, pero una cruz no se lleva sin dolor ni es fácil de soportar. La cruz era un instrumento para una muerte cruel. Sin duda, el volverse a Dios en arrepentimiento es el primer paso de tomar nuestra cruz, pero debemos asemejarnos a la muerte de Jesús (cf. Fil. 3:10) en nuestro nivel de sacrificio voluntario y abnegación. "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús: El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios: Sin embargo, se anonadó á sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante á los hombres; Y hallado en la condición como hombre, se humilló á sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." (Fil. 2: 5-8). Incluso Jesús no se glorió en sí mismo, mientras estuvo en la tierra. Muchas veces Él instruyó a los que sanó a no decirle a nadie de Él. Su objetivo fue desviar toda la gloria al Padre mientras estuvo en la tierra. Si Jesús vivió una vida en la que desvió la gloria de sí mismo hacia el Padre, entonces ciertamente debemos hacerlo. Nuestras luces deben brillar ante todos los hombres, pero lo que ilumine en nuestras acciones y carácter debe dirigir a los hombres al Padre para traerle gloria a Él (Mt. 5:16).

 

¿Qué dices? ¿Está dispuesto? ¿Lo harás? ¿Serás tú "El Oportuno" cuando Dios necesite de uno para hacer su trabajo? ¿Estás listo para sacrificarte por quien sacrificó todo por ti? ¿Estás dispuesto a permitir que la gloria se le dé a Él, donde pertenece? Él siempre está buscando y siempre dispuesto a añadirte a la lista creciente de "los cuales el mundo no [es] digno."
Por el Obispo Dustin Hays, Coordinador General de la BLV

miércoles, 4 de noviembre de 2015

El DIEZMO UNA DOCTRINA RESPALDADA EN LOS DOS FUNDAMENTOS

El diezmo es un tema que no les agrada a muchos cristianos profesos, los cuales encuentran un montón de excusas, para contradecir dicha enseñanza. Entre algunas excusas, se encuentra aquella que asegura que el Diezmo era solo en el antiguo testamento, que fue establecido solo en la ley, que solo se debía diezmar productos agrícolas, y de la crianza de animales, que no se debe diezmar el dinero.


Todas estas excusas además de no tener ningún respaldo bíblico, carecen del espíritu del evangelio, el cual nos manifiesta la gran bondad de Dios, al darnos a Su Hijo en propiciación por nuestros pecados, y del espíritu de Cristo, el cual siendo rico se hizo pobre por amor a la humanidad.


Por supuesto que este espíritu no procede de un espíritu regenerado ni de un corazón arrepentido, pues resiste caminar en la luz de la Palabra, y expresa la mezquindad del hombre sin Dios, y la ignorancia de que el hombre no tiene nada, pues todo lo hizo Dios para entregárselo al hombre, el cual se enseñorea de las cosas de Dios, olvidándose de que la biblia dice: De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en el habitan. Bien dice la biblia, como la perdiz que cuida lo que no puso.


Pero buscando el origen de ésta enseñanza, encontramos que el primer hombre que habla de éste tema es nada menos que el padre de los fieles, el patriarca Abraham, después de la derrota de los reyes que habían llevado cautivo a Lot, en: Génesis 14:18-20 


Entonces Melchîsedec, rey de Salem, sacó pan y vino; el cual era sacerdote del Dios alto; Y bendígale, y dijo: Bendito sea Abram del Dios alto, poseedor de los cielos y de la tierra; Y bendito sea el Dios alto, que entregó tus enemigos en tu mano. Y dióle Abram los diezmos de todo.
Todos los que conocemos la historia bíblica, sabemos que Abraham, existió muchísimo tiempo antes de que Israel existiera, y por consiguiente antes de que la ley le fuera dada a Israel, también podemos notar el espíritu de Cristo moviéndose por medio de Abraham, el cual reconoce la superioridad del rey de Salem, ( Melquisedec ) del cual procede el sacerdocio de Cristo, de lo cual nos habla hebreos capitulo siete y del cual podemos aprender, el profundo significado espiritual, pues cuando Melquisedec bendijo a Abraham, y Abraham le dio los diezmos de todas las riquezas tomadas, con estas acciones, Abraham al ser el progenitor de Aarón, es visto como representante del sacerdocio de Aarón, y el hecho de que Melquisedec bendijera a Abraham, significa que el sacerdocio de Melquisedec era mayor al de Aarón, 6 porque el que bendice es superior al que es bendecido. Por lo tanto el hecho de que Abraham pagó diezmos á Melquisedec puede verse como el sacerdocio de Aarón reconociendo la superioridad del sacerdocio de Melquisedec, porque el menor pagó diezmos al mayor.


También podemos comprender que si el padre de los fieles pagó diezmos a Melquisedec, y si el sacerdocio de Cristo es según el orden de Melquisedec, los creyentes deben entender que en el sacerdocio de Cristo también se deben pagar los Diezmos, el cual es parte del sistema financiero junto con las ofrendas para el gran programa de Dios en Cristo y su Iglesia.


También debemos reconocer como se movió el espíritu de Cristo, cuando Jacob recibió la revelación de la Iglesia en: Génesis 28:20-22.


E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, Y si tornare en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios, Y esta piedra que he puesto por título, será casa de Dios: y de todo lo que me dieres, el diezmo lo he de apartar para ti.


Podemos deducir sin temor a equivocarnos que nadie les dio una enseñanza de pagar diezmos, a estos patriarcas, pero cuando la guía del cristiano es el Espíritu de Dios, las personas son liberadas del espíritu de error y de mezquindad, para vivir en la libertad gloriosa del evangelio de nuestro Señor Jesucristo, razón tuvo él de decir: y conoceréis la verdad y la verdad os libertará.


Hay muchos que en lugar de darle libertad al espíritu del evangelio de Cristo, prefieren pretender agradar a Dios en la ley, sin darse cuenta que son víctima del espíritu de ceguera, en el cual quedó Israel pues hasta el día de hoy, todavía están esperando su primer venida sin darse cuenta que la que se aproxima es la segunda venida por aquellos que fueron dóciles y sensibles al Espíritu Santo, en lugar de cuestionar su revelación en las sagradas Escrituras, como dice el apóstol Pablo en :
2 Corintios 3:15-17 .


Y aun hasta el día de hoy, cuando Moisés es leído, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Más cuando se convirtieren al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde hay el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

 

En primer lugar deseo explicar a qué me refiero cuando digo respaldada en los dos fundamentos, quiero decir que es una enseñanza que tiene apoyo en el antiguo y en el nuevo testamento, pues no debemos olvidar que el apóstol Pablo, dice que debemos ser edificados en el fundamento de apóstoles y profetas, lo cual se refiere al nuevo y al antiguo testamento.


En segundo lugar deseo recordar que el Espíritu Santo estaba usando a Abraham y a Jacob, para poner el fundamento de la doctrina del diezmo, la cual debía ser observada tanto en el tiempo de la ley como en el tiempo de la gracia. Y la cual junto a la ofrenda, serían el medio por el cual se iban a financiar los gastos incurridos en el plan de las épocas de Dios.


Éxodo 25:1-2.
Y JEHOVA habló a Moisés, diciendo: Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda: de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda.
1 Crónicas 29:9.
Y holgóse el pueblo de haber contribuido de su voluntad; porque con entero corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente.


Por lo tanto el diezmar la décima parte de de todo lo que el Señor le da a Su pueblo, y la donación de las ofrendas del noventa por ciento restantes de sus ingresos, es del agrado de Dios cuando es hecho de corazón voluntario.


No debemos olvidar que los diezmos eran pagados para financiar los gastos incurridos por los sacerdotes en el servicio de la obra de Dios Levítico 27:30-32.


Y todas las décimas de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová son: es cosa consagrada a Jehová. Y si alguno quisiere redimir algo de sus décimas, añadirá su quinto a ello. Y toda décima de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, la décima será consagrada a Jehová.


Tampoco debemos olvidar que ninguna de las enseñanzas ha sido dada para practicarlas contra nuestra voluntad, porque todo lo que no se hace de corazón voluntario no es agradable a Dios. Muchos quieren servir a a Dios a la defensiva, tratando de salir lo menos afectados posible, lo cual manifiesta a simple vista la falta de una conversión real, porque cuando se obedece por un deber no es de un corazón voluntario, Cristo dijo: Mateo 11:29-30.


Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.


Cuando obedecer las verdades bíblicas se convierte en una carga demasiado pesada para el seguidor de Cristo, es porque estamos tratando de agradar a Dios á través de nuestros propios esfuerzos, lo cual expresa la falta de conversión, pues cuando disfrutamos de una verdadera conversión, el yugo es fácil y la la carga no es pesada.


El propósito de los diezmos: cuando Dios introdujo el sistema del diezmo en la ley dada en el Sinaí, fue usado para sostener l tribu de Leví por su servicio en el tabernáculo Números 18:21.


Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo del testimonio.


Cuando el pueblo de Israel fue llevado cautivo por babilonia. La práctica general del diezmo cesó, pero durante la restauración el profeta de Dios proclamó la necesidad de volver a practicar dicha enseñanza. Malaquías 3:7-12.


Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Tornaos a mí, y yo me tornaré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de tornar? ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? Los diezmos y las primicias. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Increparé también por vosotros al devorador, y no os corromperá el fruto de la tierra; ni vuestra vida en el campo abortará, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las gentes os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.


En ésta ocasión La ley del profeta les recuerda lo siguiente.
No 1= el diezmar tenía que seguir continuado en conformidad a la ley de Moisés
No 2= señala hacía el diezmar para el tiempo de la dispensación de La Iglesia de Dios.
No 3= comprueba la abundancia delas bendiciones que vendrancomo resultado de pagar diezmos.
No 4 = Revelase punto de vista divino hacía los que no lo paguen el diez por ciento de sus ingresos y ofrendas voluntarias.

 

Como dijimos antes bajo, la restauración de Israel, los levitas volverían a envolverse nuevamente en el servicio de Jehová Su Dios. Él había diseñado el sistema de diezmos para el sostén de los levitas Números 18:21.


Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo del testimonio.


No obstante, con el regreso de Israel a su tierra natal, el diezmo fue omitido.


El diezmo tenía que ser almacenado en el alfolí ( que en aquel tiempo eran los lugares donde se almacenaba todo lo que traían las once tribus de Israel para la tribu de Leví ) para el tiempo de la Iglesia ( es la tesorería ) para que haya alimento en su casa, lo cual deja ver claramente que era para el sostenimiento de los levitas , ( hoy el ministerio en general de la Iglesia de Dios ) En el nuevo pacto, el diezmo supliría el maná espiritual para el "real sacerdocio “el rebaño de Dios. El alfolí o tesorería es una parte integral de Su casa, que es la Iglesia. 


En el capítulo de los oyes de Mateo, Jesús dijo: Mateo 23:23.


Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejasteis lo que es lo más grave de la ley, es a saber, el juicio y la misericordia y la fe: esto era menester hacer, y no dejar lo otro.


Los escribas y fariseos eran muy religiosos, y pagaban los diezmos siguiendo la letra de la ley, en contraste con aquellos que diezmaban de corazón. Siendo que Cristo cumplió la ley, el diezmar continuó bajo, la gracia. Así que el ignorar el pago de la décima parte de nuestros ingresos, es como robarle a Dios.


La práctica recomendada para la membresía general de la Iglesia es pagar sus diezmos a la tesorería de la Iglesia local donde está la membresía del creyente. Los diezmos son para el sostén del ministerio.


No para llevarlos a lugares de beneficencia pública o lugares de asilo de ancianos, como algunos que no tienen un gobierno lo recomiendan, porque es un diseño para el sostén del ministerio de la Iglesia, establecido para ese propósito por lo cual nadie tiene autoridad para cambiar ese diseño, porque ningún ser humano tiene autoridad sobre la Palabra de Dios, Isaías 55:8-9.


Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Eclesiastés 3:14.


He entendido que todo lo que Dios hace, esto será perpetuo: sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y háchelo Dios, para que delante de él teman los hombres.


Muchos en nuestro tiempo se consideran con autoridad para establecer corrientes de pensamiento y recomendar enseñanzas salidas de su opinión personal, o subjetivas y privadas, pero hacer eso es un atrevimiento grave, porque la Palabra de Dios es la máxima autoridad de Dios en la tierra, la historia bíblica nos enseña, que todos los que se han atrevido a hacer eso, han sufrido consecuencias desastrosas, por supuesto hablando de los que han tenido una experiencia personal con Dios, porque Dios no disciplina a los que no son sus hijos. Hebreos 12:5-8.


Y estáis ya olvidados de la exhortación que como con hijos habla con vosotros, diciendo: Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, Ni desmayes cuando eres de él reprendido. Porque el Señor al que ama castiga, Y azota a cualquiera que recibe por hijo. Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no castiga? Más si estáis fuera del castigo, del cual todos han sido hechos participantes, luego sois bastardos, y no hijos.


Saúl es un ejemplo palpable, cuando Dios lo envió en campaña contra amale, él, cambió el diseño de Dios, luego él, quiso corregir ofreciendo holocausto, pero la respuesta de Dios muy enérgica: 1 Samuel 15:22-23.


Y Samuel dijo: ¿Tiene Jehová tanto contentamiento con los holocaustos y víctimas, como en obedecer a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios; y el prestar atención que el sebo de los carneros: Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos é idolatría el infringir. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.


Por muy buenas intenciones que tengamos, ninguna buena intención sustituirá lo establecido por Dios, cualquiera que se autocalifique para dar su opinión personal en lugar de la opinión de Dios a la luz de Su Palabra, sufrirá las consecuencias de su atrevimiento. Santiago nos da un concejo sabio en: Santiago 3:1.


HERMANOS míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
Debemos aprender a reconocer nuestros límites, un no, es un no, un si es un sí, Balaán se engañó a sí mismo, se dejó llevar por lo que él quería e intentó persuadir a Dios de satisfacer sus deseos, no reconoció que un no, es un no. Nosotros debemos entender que del 100 % que ganamos un 10 % no nos pertenece, y debemos entender que del 90% restante debemos dar nuestras ofrendas, lo cual Dios lo ha dejado a nuestra discreción, no tratemos de cambiar lo establecido por Dios, está bien que lo hagan los que no son la Iglesia pues como dijimos, no tienen un gobierno, pero la Iglesia es el gobierno de Dios en la tierra, si no aprendemos a someternos a Su gobierno ahora, no vamos a poder gobernar con él, en el milenio.

 

Por José Urbina, Virginia