¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre
vosotros? ¿No son de vuestras concupiscencias, las cuales combaten en vuestros
miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis
alcanzar; combatís y guerreáis, y no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con
Dios? Cualquiera pues que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo
de Dios. Someteos pues a Dios; resistid al diablo, y de vosotros huirá.
Santiago 4:1-4, 7.
Cuando meditamos en este pasaje, cualquiera podría
pensar que no está dirigido a la Iglesia Universal de Dios; por cuanto expresa
la razón por la cual se originan la mayoría de malos entendidos entre los hermanos,
y entre el liderazgo en el pueblo de Dios. Y por cuanto se supone que los
miembros de la Iglesia de Dios, por ser un pueblo redimido; está exento de la codicia.
Pero no es verdad, pues según el apóstol Santiago; la razón o la causa por la
cual el pueblo de Dios no disfruta de un extenso período de paz, no es otra
cosa sino la codicia o la envidia. Pues las luchas y las pasiones dentro de
nosotros se derivan en muchas ocasiones por el deseo o el anhelo ya sea de
acumular riqueza o posesiones, o por el empuje en pos del prestigio, o por el
deseo de placer de los apetitos físicos, éstas poderosas fuerzas están obrando
dentro de nosotros; y nunca nos damos por satisfechos, siempre queremos más. La
Iglesia ha pasado por grandes fracasos, pues para nadie es un secreto que uno
de los más grandes fracasos la silenció por 1578 años, luego cuando Dios la
levantó del oscurantismo; veinte años después, volvió a sucumbir en otra
apostasía parcial; setenta años después, tuvimos que soportar otra vergüenza
dolorosa que no esperábamos, y nos vino en el momento cuando ya creíamos que
habíamos superado la inmadurez, y que nos enfilábamos hacía el cumplimiento del
propósito de Dios. Pero lo más triste es que dentro del pequeño remanente que
se paró para continuar sosteniendo los mismos principios, todavía quedaron residuos
de codicia y avaricia por lo cual continuaron algunos aprovechando el momento y
sacando provecho personal. Cualquiera podría pensar que ya se había terminado,
pero no es verdad todavía hay dentro de nosotros individuos que parecen buenos líderes,
y que manifiestan ser los abanderados de la santidad, que no están satisfechos
con la doctrina y que consideran que la Iglesia debe abrasar más puntos o
verdades importantes a fin de satisfacer sus deseos, de verse como los que
poseen el don de completar lo que le falta. Estos individuos están fomentando o
impulsando temas de doctrina que se supone que ya estaban superados, y no lo están
haciendo por el canal correspondiente, pues se supone que la iglesia tiene un
comité de doctrina a donde se debe presentar todo punto de vista para someterlo
a discusión en asamblea general. Pero lo están haciendo aprovechando la
influencia personal, y la fama y la confianza que han ganado. Entre estos temas,
están en primer lugar el prohibir el uso del pantalón en la mujer, un tema que
se viene siendo arrastrando desde que éramos la I.D.D.D. P. El usar el símbolo
de la Cruz, el prohibir la celebración de la navidad, un tema que la Iglesia y
las Escrituras dejan a discreción personal, el condenar también la celebración
de la semana santa, solo porque el mundo la celebra, el corte del cabello, y
muchos otros temas que ya se han discutido en asambleas general y que se supone
que ya han sido evacuados.
¿por qué no se usan los canales correspondientes?, si
tenemos buenas intenciones, ¿por qué no se atreven a desinnorar a la membresía
?, porque no quieren perder el capital político que ha ganado en todo este
tiempo atrás, prefieren culpar a los americanos de ser muy condescendientes en
asuntos doctrinales, lo cual no es verdad. Yo no soy nada en la Iglesia, pero
sí hemos prevalecido hasta este momento como Iglesia de Dios se lo debemos a
los hermanos americanos, que son los que siempre han resistido y discernido el mal.
Aunque ha habido algunos que ha sucumbido, pero el remanente que siempre ha
prevalecido y el que siempre ha llevado el peso de la responsabilidad han sido ellos.
Lo que me motiva a decir éstas cosas es: porque pienso que mientras los
intereses de sacar provecho personal, no desaparezcan de nosotros y
especialmente por los que están en puestos de eminencia, las guerras y los
debates entre nosotros no van a terminar. Es responsabilidad de los dirigentes
enseñar la verdad a la membresía, una verdad libre de levadura farisaica, libre
de pretender ser nosotros los niños bonitos, no somos nosotros, nosotros éramos
y podemos volver hacer unos miserables de nuevo si no hacemos un alto, sino
expulsamos la codicia y la avaricia de ser personas de renombre, o buscar
nuestro propio prestigio personal. Como miembro de la Iglesia de Dios hago un
llamado a la membresía de La Iglesia a que, por todos los medios, nos esforcemos
por estudiar todos los materiales de los que disponemos en la Iglesia de Dios,
y ya nos prestemos para colocar en un pedestal a los que están sobre nosotros, amémoslos
y respetémoslos, pero no los endiosemos. No debemos fundamentar nuestra
relación personal con Dios en torno a un hombre , nuestra relación personal
deba estar en torno a la persona de Cristo , el cual es nuestra cabeza y
nuestro comandante en jefe , por el amor de Dios pidamos discernimiento del
espíritu , sí queremos tener todo lo que necesitamos , solo tenemos que pedirlo
, no tenemos que ser como los partidos políticos , donde la gente anda
levantando a sus líderes en sus hombros , pongámoslo en oración ayudémosles en
todo lo posible , pero cuando están sosteniendo principios que la Iglesia no
sostiene , tengamos el carácter de confrontarlos con la verdad . No seamos cobardes,
Dios no nos ha dado espíritu de temor, sí hemos conocido la verdad debemos
permanecer libres, y no congraciarnos simplemente por agradar al hombre.
Ya es tiempo que tengamos nuestro propio
discernimiento de la cosa, no debemos continuar siendo títeres o niños llevados
de todo viento de doctrina.
~ Ministro José Urbina