LA IMPORTANCIA DE LA VERDAD
INTRODUCCIÓN
Muchas organizaciones religiosas hoy en día se comienzan basadas en la afición, modas, filosofías populares, estudios e inspecciones demográficas de lo que las comunidades requieren y lo que es práctico. Lamentablemente, en estos casos, la Santa Biblia a menudo ocupa una posición secundaria en cuanto a la última moda y opinión. No obstante, la Iglesia que Jesús estableció, es columna y apoyo de la verdad (1 Ti. 3:15), y debe ser guiada a toda verdad para concluir Su comisión y llegar a la perfección.
Pues, ¿qué es la verdad? El mundo y la perspectiva humanista que es tan predominante hoy en día (y se enseña en muchísimas de nuestras escuelas públicas), dice que la verdad es la conformidad de lo que se dice con lo que es y esa verdad puede cambiar de un minuto a minuto. La gente que cree esto también empieza a dudar sobre la verdad de la Palabra de Dios. No obstante, el Dios de la verdad es puro, y es inmutable.
TEXTO ÁUREO (Salmos 119:89)
“Para siempre, oh JEHOVÁ, permanece tu palabra en los cielos”.
COMENTARIO DE LA LECCIÓN
I. No Es Un Cuento (Gn. 10:1, 11:10-32, 12:1-9.)
El nombre Abraham (Abram o Abraham) se menciona 277 veces en la Biblia, en 27 de los 66 libros. Hay más versículos tocante a él en Hebreos 11 (el capítulo de la fe) que cualquier otra persona inscrita ahí. Pablo dijo que Abraham es el padre de todo el que tiene fe verdadera, y él es la primera persona de quien se habla en la Biblia de que “creyó a Dios”. A él se le llama el padre de los fieles.
Cuando leemos sobre el linaje, a veces pasamos por alto los “versículos” para estar bien en cuanto a lo que algunos tal vez les llama los Versículos “importantes” de la Escritura, pero muchas veces hay una lección importante que aprender de esos “versículos”. Hay una razón por la cual la Biblia registra cada palabra, incluso aquí, donde aparece el nombre del padre de Lot y su abuelo (y todos los otros antepasados y los lugares que visitaban o habitaban a través de la Escritura). Hay un motivo por el cual nos han dicho por dónde Abraham viajó, en dónde había nacido, y quién era su padre. Esta genealogía ayuda a demostrar que éstas eran personas reales. Ellas no son personajes de un cuento. No es una “leyenda” sino un relato real. La Biblia es la VERDAD no es una ficción. No dice, “había una vez”, lo cual le da al lector ningún esquema de referencia. En cambio, da los detalles y los hechos, que son apoyados por la historia—la historia que se puede investigar y verificar. Todos estos “versículos” ayudan a demostrar que éstas eran personas reales, a quienes le sucedieron cosas precisamente igual que nos ha sucedido a nosotros. Podemos aprender de sus ejemplos reales, lo que hay que seguir y lo que hay que evitar.
Satanás invariablemente mandará a otros para tratar de persuadirnos de que no debemos creer en la Biblia. Si sabemos estas cosas, bien que, podemos ser mejores para defender el hecho de que la Biblia es 100% verídica. Piense sobre eso la próxima vez que usted sea inducido a pasar por alto sobre esos “versículos”.
II. La Importancia De La Verdad
En el Libro de los Hechos, durante los tiempos primitivos de la Iglesia, otra vez vemos a un pueblo regenerado, que no tenía dinero y ningunos edificios, haciendo un impacto asombroso en su mundo en poco tiempo. ¿Qué era importante para la Iglesia en aquellos tiempos? 1) El Evangelismo—llegar al perdido para Cristo y Su Iglesia, 2) La Adoración—alabar al Señor, 3) La Oración—comunicarse con Dios, 4) El Bautismo—bautizar a los conversos nuevos por la inmersión total en agua, 5) La Confraternidad—estar con y comunicarse con otros cristianos, 6) Los Miembros Nuevos—agregar miembros a la Iglesia mediante el pacto, 7) La Pureza—vivir vidas santas, y 8) La Verdad. En Hechos 2:37, dice: “Varones y hermanos, ¿qué haremos?” Éstos estaban preguntando por la Palabra de verdad de Dios.
La lista antedicha era de suma importancia para la Iglesia primitiva y aún lo es hoy en día. De estas ocho cosas, hay una que todas las demás dependen de ella. Es la verdad. Si la verdad fuera sacada de contexto, no importarían las otras cosas. ¡Debemos tener la verdad! Sin ella evangelizamos en vano, alabamos en vano, oramos en vano, bautizamos en vano, confraternizamos en vano, agregamos miembros en vano, buscamos inútilmente una pureza que no se puede hallar. SINO agrega toda la verdad ahí para que vea que hace una diferencia. ¡Con la verdad viene la esperanza! “Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca a tales que le adoren. Dios es espíritu; y es necesario que los que le adoran, le adoren en espíritu y en verdad” (Juan 4:23, 24). ¡La verdad hace toda la diferencia!
III. La Iglesia Aún Debe Guardar La Verdad
La Palabra de Dios es una fuente infalible de la verdad. En vista de que la Iglesia es columna y apoyo de la verdad, Ella debe sobresalir en cuanto a sostener la verdad. La Iglesia no tiene albedrío para crear la verdad, para suplementar la verdad, para alterar la verdad, ni para obedecer con criterio selectivo la verdad. La Iglesia debe exhortar con sana doctrina (Tito 1:9). La Iglesia debe ser amonestada tocante a que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada a los santos (Judas 1:3). La Iglesia debe ser amonestada tocante a, “Predica la palabra; insta a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende; exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Ti. 4:2). También la Iglesia debe enseñar la verdad fuera de tiempo. Aún cuando no goza de popularidad se debe guardar toda la verdad.
IV. Hay Que Proclamar La Verdad
A. TODA LA VERDAD (SALMOS 12:6, 7)
Este mundo no es un ambiente en el cual la verdad puede florecer con facilidad. A causa de esto, hay numerosas versiones de la Biblia. Los hombres continúan haciendo un esfuerzo en revisar y actualizar la Biblia para hacer que se “entienda más”, pero sus esfuerzos la hacen contradictoria, confusa, y malinterpretada.
[La 66ta Asamblea General del 1971 dio… “voz de aprobación a la Antigua Versión de la Biblia en español de Casiodoro de Reina desde el 1569 hasta el 1909 D.C., como la autoridad para la enseñanza de la doctrina en la Iglesia en el idioma español. (66ta Minutas de Asamblea, 1971, Pág. 143, A&P)].
La Iglesia de Dios aún reconoce (para los miembros de habla inglesa) sólo la Versión Autorizada de la Biblia del Rey Jacobo como la Palabra de Dios verdadera, como era el caso con las organizaciones religiosas muy cristianas de esos tiempos. Esta es la Palabra de Dios infalible. Está sin error, y cuando es dividida correctamente, no contiene contradicciones. Muchas otras versiones de varias traducciones de la Biblia a medida que son revisadas han sido diluidas.
Sin embargo, la Versión Autorizada de la Biblia fue minuciosamente traducida de los manuscritos más exactos y completos disponibles en esa época durante siete años. ¡Está escrita a la perfección y en un nivel de lectura de quinto grado, a pesar de eso, los críticos dicen que es difícil de leer! ¡Esta es una excusa del diablo para pervertir y reemplazar la verdad!
B. LA RESPONSABILIDAD DE LA IGLESIA TOCANTE A LA VERDAD (EFESIOS 4:15, 16)
La Iglesia debe proclamar la Palabra de verdad—debe ser prioridad, ya que es una marca de La Iglesia de Dios. A medida que el cuerpo es edificado a través de la enseñanza cuidadosa de la Palabra de Dios y la aplicación de esa verdad mediante la Iglesia, el cuerpo crece en Él en todo, en el que es la cabeza, a saber, Cristo. La comunicación amorosa de la verdad de Dios es lo que perfeccionará a los miembros y finalmente a la Iglesia. Es el poder de Cristo obrando a través de los miembros del cuerpo que finalmente hace que el cuerpo crezca. Los miembros como individuos ya no deben tener temor, ser tímidos, ni estar reacios a hablar de la verdad a otros. Cuando Dios ofrece la oportunidad, Él dará las palabras para hablar. Es de importancia fundamental que nosotros, como individuos, escudriñemos la Palabra y le pidamos a Dios que nos revele esas cosas que no podemos entender. ¿Estamos haciendo lo posible por escudriñarla para que seamos hallados aprobados?
C. JEREMÍAS PROCLAMÓ LA VERDAD (JEREMÍAS 23:9-40)
Jeremías fue llamado por Dios en su juventud para profetizar. Al estar su corazón quebrantado a causa del estado del pueblo de Dios, lo llamaban el profeta llorón. Por más de 40 años él se dio a la tarea de proclamar un mensaje de juicio para el pueblo de Judá que era de dura cerviz (el Reino Meridional después que la nación de Israel fue dividida). Jeremías fue despreciado y perseguido, pero él continuó hablándoles la verdad con amor, compasión, y llanto. Él declaró la verdad fielmente, de que el único medio de escape del castigo inminente para ellos era convertirse de su maldad y tornarse a Dios.
¿Acaso hay una persona en su vida que le recuerda a usted a Jeremías—que ha estado amonestando, llorando, y suplicando para que los perdidos se arrepientan? ¿Acaso pueden otros fijarse en su vida y decir eso acerca de usted? ¡Hoy en día la Iglesia necesita a muchos como Jeremías!
CONCLUSIÓN
Con muchas versiones en cuanto a la “verdad”, ¿por qué es de importancia fundamental que proclamemos la Palabra de Dios pura, verdadera y no una versión corrupta de ella? Es porque tiene el poder que hará que las personas sean hechas libres. Las mentiras pueden hacer que algunos se sientan bien por algún tiempo, aquí en tierra, pero es la verdad quien nos hará libres y nos conducirá al cielo. Y cuando estemos delante de Jehová en el Día del Juicio, no seremos una versión de la verdad diluida que Él estará usando (Ap. 20:12).
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