LA TEOCRACIA
INTRODUCCIÓN
Podemos mirar alrededor de los gobiernos del mundo y vemos que ahí continúa estar más y más la decadencia moral y una gran promoción para las cosas más profanas que corrompen las mentes que se pueda imaginar. Hay casamientos del mismo sexo, abortos de nacimiento parcial, y eutanasia, sólo para nombrar unos cuantos. ¡La tierra parece estar gimiendo en señal de protesta! Preste atención a los numerosos y peores desastres, tales como derramamientos de aceite, fundido de planta nuclear, terremotos, tsunamis, inundaciones, tormentas de nieve, sequías, enfermedades, y pestilencias.
Es evidente ver el tiempo del cumplimiento de la profecía cumplirse. ¡Pero espera! No importa qué tipo de gobierno nosotros, como una nación vivamos, a pesar de cuál sea el partido político que esté en el poder o tenga el voto mayoritario de control, la Iglesia debe continuar operando de manera muy diferente. Ella no puede mirar al mundo para su modelo de gobierno. La Iglesia de Dios opera bajo el Gobierno Teocrático. Dios no opera mediante la anarquía. Él no hace las cosas a la manera democrática. Dios opera mediante la Teocracia y esa es una marca de la Iglesia verdadera.
TEXTO ÁUREO (Números 9:23) “Al dicho de JEHOVÁ asentaban, y al dicho de JEHOVÁ partían, guardando la ordenanza de JEHOVÁ, como lo había JEHOVÁ dicho por medio de Moisés”.
COMENTARIO DE LA LECCIÓN
I. Los Gobiernos Creados Por El Hombre
Hay muchas formas de gobiernos creados por el hombre. En este formato limitado, nos dirigiremos a dos tipos: la Anarquía y la Democracia. La anarquía se define como la ausencia o negación de cualquier autoridad u orden establecido. También significa la falta de orden. (Por supuesto que, debemos reconocer que nuestro Dios es un Dios de orden.) La democracia es el gobierno para el pueblo; una forma de gobierno en que el pueblo ejerce la soberanía y es ejecutado directamente por ellos o por sus agentes elegidos bajo un sistema electoral libre. Ninguno de estos planes, de la Anarquía ni la Democracia, están en armonía con el plan de Dios a través de los tiempos, no para Israel ni para la Iglesia.
II. El Gobierno De Dios
A. LA TEOCRACIA DEFINIDA
La teocracia es el tipo de gobierno que debe operar dentro de la Iglesia. En el Diccionario Webster original el vocablo teocracia se define como, “Gobierno de un estado por la inmediata dirección de Dios o de ese modo el estado gobernado. De esta especie, los Israelitas proporcionan un ejemplo ilustre”. El vocablo teocracia en griego se define como “tener el poder de Dios”. Al entender esto, debemos preguntarnos, “¿Quién tiene el poder de Dios?” La respuesta es, “¡Por supuesto que, nadie, sino Dios!” Sin embargo, como Él lo tiene desde el principio, Dios obra a través de los individuos. Él aún obra a través de una nación, una nación santa, la cual es la Iglesia (1 Pedro 2:9).
B. UN VISLUMBRE DE LA TEOCRACIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Dios administra a través de Su liderazgo ungido y de aquellos que han sido nombrados por Sus líderes ungidos. Esto se ejemplifica en estos versículos de la Escritura con respecto a Israel como la Iglesia en el Desierto (Éxodo 18:13-27).
C. LA TEOCRACIA EN EL NUEVO TESTAMENTO (HECHOS 6:1-7)
La teocracia estaba en operación en la Iglesia del Nuevo Testamento. Todavía somos parte de esa misma Iglesia. La teocracia hoy en día debe continuar operando en La Iglesia de Dios de la misma manera.
D. ENTENDIENDO LOS PRINCIPIOS DE LA TEOCRACIA
1. Hay UN solo Dios, manifestado en tres personas (el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo). Dios es Todopoderoso y Soberano, que significa, que Él tiene el derecho exclusivo para ejercer la autoridad suprema. Bajo la Teocracia, el miembro individual debe hacer un compromiso total y sin reservas para Dios y someterse bajo Su gobierno.
2. La Palabra de Dios es divina, infalible y eterna. Es la autoridad final en todos los asuntos relacionados a Dios y el hombre. Es el libro de consulta para cada creyente y para cada miembro es como una guía para hacer la voluntad de Dios y cumplir con Su llamado. La Iglesia la debe usar, predicar, enseñar, y apoyar en todo respecto. La teocracia requiere nuestra aceptación total de la Palabra de Dios, Su voluntad, y Su dirección. Se requiere obedecer la voluntad de Dios para recibir la instrucción y las direcciones espirituales.
3. La teocracia que opera en la Iglesia requiere que cada miembro siga a Dios bajo el liderazgo humano. Donde la Teocracia a menudo falla es en esto. Cuando uno rechaza al líder de Dios nombrado o designado, él, en realidad, rechaza a Dios, porque este es el plan de operación de Dios. “Al dicho de JEHOVÁ asentaban, y al dicho de JEHOVÁ partían, guardando la ordenanza de JEHOVÁ, como JEHOVÁ lo había dicho por medio de Moisés” (Números 9:23). Esto es el gobierno teocrático en acción. En realidad Moisés dio las órdenes, pero era como si Dios estuviera conduciendo al pueblo Él Mismo, porque Dios finalmente estaba a su cargo. “Como a un rebaño has conducido a tu pueblo por medio de Moisés y de Aarón”(Salmos 77:20). “De la manera que JEHOVÁ lo había mandado a Moisés su siervo, así Moisés lo mandó a Josué; y Josué lo hizo así, sin quitar palabra de todo lo que JEHOVÁ había mandado a Moisés” (Josué 11:15). ¿Acaso vemos cómo Dios obra a través del hombre?
4. Jesús aprobó el proceso teocrático en obediencia a Su Padre y a los Apóstoles en la Iglesia primitiva. “De cierto, de cierto os digo, que el que recibe al que yo enviare, a mí recibe; y el que a mí recibe, recibe al que me envió” (Juan 13:20). Es peligroso para un individuo o un grupo de individuos ignorar la cadena de mando de Dios. Siempre hay la posibilidad de limitaciones, debilidades, y errores humanos, pero estos no anulan el proceso teocrático. Todo el mundo puede cometer errores y errores en el juicio, pero aún estos no destruyen el propósito de Dios. Moisés cometió errores, pero de todos modos continuó el plan eterno de Dios. Si el líder ha cometido errores ellos no deben multiplicarse y llegar a ser acusables para la membresía por la rebelión y la desobediencia. En estos casos, Dios tiene poder para resolver la situación, dando indicaciones claras a la Iglesia a su debido tiempo. “Y aconteció que habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel. Y el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo, Abia: fueron jueces en Beerseba. Mas sus hijos no anduvieron por sus caminos, antes se desviaron tras la avaricia, recibiendo cohecho y pervirtiendo el derecho. Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Samuel en Ramá, y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no van por tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones. Pero desagradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos ahora un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a JEHOVÁ. Y dijo JEHOVÁ a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te dijeren: porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos” (1 S. 8:1-7). Israel no le permitió a Dios intervenir en esta situación, pero demandó un tipo nuevo de gobierno, uno igual que el que tenía el mundo. Este era el fin de la Teocracia para el tipo y sombra de la Iglesia del Antiguo Testamento.
5. Bajo el gobierno de Dios, es importante recordar que Él no acepta substitutos para la obediencia. “Y Samuel dijo: ¿Tiene JEHOVÁ tanto contentamiento con los holocaustos y víctimas, como en obedecer a las palabras de JEHOVÁ? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios; y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1 Samuel 15:22). “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia” (He. 5:8).Ningún talento, habilidad, o servicio aparte de lo que Dios requiere es aceptable en lugar del llamado específico de Dios en nuestras vidas. No podemos negociar con Dios y estar en Su voluntad perfecta.
6. La teocracia que opera dentro de la Iglesia requiere la rendición total y voluntaria de talentos y habilidades para el servicio de Dios mediante la Iglesia. “Hasta que todos lleguemos en la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Ef. 4:13). Esto indica que llegaremos a la unidad porque la disensión y la fragmentación nunca cumplirán el propósito de Dios para la Iglesia.
CONCLUSIÓN
No importa qué deparará el futuro para los gobiernos nacionales, la Iglesia no puede permitirse ser desviada por el diablo. A él le encantaría nada más que causarnos que quitemos la mirada de la meta y de todas las cosas que están sucediendo alrededor de nosotros en este mundo, pero no debemos permitir que él nos distraiga. ¡Debemos continuar! ¿Acaso usted puede ver que Su venida se acerca? ¡El estado actual de los acontecimientos del mundo debe causar que seamos mucho más fieles, mucho más concienzudos con respecto a llegar al perdido, mucho más diligentes en llegar a la perfección! Debemos continuar buscando a Dios para el liderazgo por Su Palabra a medida que seguimos a aquéllos sobre nosotros en el Señor. Por supuesto que, esto será a medida que ellos siguen a Él a través de la dirección y guía del Espíritu Santo, teniendo cuidado en permanecer en la senda de rectitud que Él ha trazado para nosotros seguir. ¡Eso es lo que significa vivir bajo la Teocracia!
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