El diezmo es un tema que no les agrada a muchos
cristianos profesos, los cuales encuentran un montón de excusas, para
contradecir dicha enseñanza. Entre algunas excusas, se encuentra aquella que asegura
que el Diezmo era solo en el antiguo testamento, que fue establecido solo en la
ley, que solo se debía diezmar productos agrícolas, y de la crianza de
animales, que no se debe diezmar el dinero.
Todas estas excusas además de no tener ningún respaldo bíblico, carecen del
espíritu del evangelio, el cual nos manifiesta la gran bondad de Dios, al
darnos a Su Hijo en propiciación por nuestros pecados, y del espíritu de
Cristo, el cual siendo rico se hizo pobre por amor a la humanidad.
Por supuesto que este espíritu no procede de un espíritu regenerado ni de un
corazón arrepentido, pues resiste caminar en la luz de la Palabra, y expresa la
mezquindad del hombre sin Dios, y la ignorancia de que el hombre no tiene nada,
pues todo lo hizo Dios para entregárselo al hombre, el cual se enseñorea de las
cosas de Dios, olvidándose de que la biblia dice: De Jehová es la tierra y su
plenitud, el mundo y los que en el habitan. Bien dice la biblia, como la perdiz
que cuida lo que no puso.
Pero buscando el origen de ésta enseñanza, encontramos que el primer hombre que
habla de éste tema es nada menos que el padre de los fieles, el patriarca Abraham,
después de la derrota de los reyes que habían llevado cautivo a Lot, en:
Génesis 14:18-20
Entonces Melchîsedec, rey de Salem, sacó pan y vino; el cual era sacerdote del
Dios alto; Y bendígale, y dijo: Bendito sea Abram del Dios alto, poseedor de
los cielos y de la tierra; Y bendito sea el Dios alto, que entregó tus enemigos
en tu mano. Y dióle Abram los diezmos de todo.
Todos los que conocemos la historia bíblica, sabemos que Abraham, existió muchísimo
tiempo antes de que Israel existiera, y por consiguiente antes de que la ley le
fuera dada a Israel, también podemos notar el espíritu de Cristo moviéndose por
medio de Abraham, el cual reconoce la superioridad del rey de Salem, ( Melquisedec
) del cual procede el sacerdocio de Cristo, de lo cual nos habla hebreos
capitulo siete y del cual podemos aprender, el profundo significado espiritual,
pues cuando Melquisedec bendijo a Abraham, y Abraham le dio los diezmos de
todas las riquezas tomadas, con estas acciones, Abraham al ser el progenitor de
Aarón, es visto como representante del sacerdocio de Aarón, y el hecho de que
Melquisedec bendijera a Abraham, significa que el sacerdocio de Melquisedec era
mayor al de Aarón, 6 porque el que bendice es superior al que es bendecido. Por
lo tanto el hecho de que Abraham pagó diezmos á Melquisedec puede verse como el
sacerdocio de Aarón reconociendo la superioridad del sacerdocio de Melquisedec,
porque el menor pagó diezmos al mayor.
También podemos comprender que si el padre de los fieles pagó diezmos a Melquisedec,
y si el sacerdocio de Cristo es según el orden de Melquisedec, los creyentes
deben entender que en el sacerdocio de Cristo también se deben pagar los
Diezmos, el cual es parte del sistema financiero junto con las ofrendas para el
gran programa de Dios en Cristo y su Iglesia.
También debemos reconocer como se movió el espíritu de Cristo, cuando Jacob
recibió la revelación de la Iglesia en: Génesis 28:20-22.
E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje
que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, Y si tornare en paz a
casa de mi padre, Jehová será mi Dios, Y esta piedra que he puesto por título,
será casa de Dios: y de todo lo que me dieres, el diezmo lo he de apartar para
ti.
Podemos deducir sin temor a equivocarnos que nadie les dio una enseñanza de
pagar diezmos, a estos patriarcas, pero cuando la guía del cristiano es el
Espíritu de Dios, las personas son liberadas del espíritu de error y de mezquindad,
para vivir en la libertad gloriosa del evangelio de nuestro Señor Jesucristo,
razón tuvo él de decir: y conoceréis la verdad y la verdad os libertará.
Hay muchos que en lugar de darle libertad al espíritu del evangelio de Cristo,
prefieren pretender agradar a Dios en la ley, sin darse cuenta que son víctima
del espíritu de ceguera, en el cual quedó Israel pues hasta el día de hoy,
todavía están esperando su primer venida sin darse cuenta que la que se
aproxima es la segunda venida por aquellos que fueron dóciles y sensibles al
Espíritu Santo, en lugar de cuestionar su revelación en las sagradas
Escrituras, como dice el apóstol Pablo en :
2 Corintios 3:15-17 .
Y aun hasta el día de hoy, cuando Moisés es leído, el velo está puesto sobre el
corazón de ellos. Más cuando se convirtieren al Señor, el velo se quitará.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde hay el Espíritu del Señor, allí hay
libertad.
En primer lugar deseo explicar a qué me refiero cuando
digo respaldada en los dos fundamentos, quiero decir que es una enseñanza que
tiene apoyo en el antiguo y en el nuevo testamento, pues no debemos olvidar que
el apóstol Pablo, dice que debemos ser edificados en el fundamento de apóstoles
y profetas, lo cual se refiere al nuevo y al antiguo testamento.
En segundo lugar deseo recordar que el Espíritu Santo estaba usando a Abraham y
a Jacob, para poner el fundamento de la doctrina del diezmo, la cual debía ser
observada tanto en el tiempo de la ley como en el tiempo de la gracia. Y la
cual junto a la ofrenda, serían el medio por el cual se iban a financiar los
gastos incurridos en el plan de las épocas de Dios.
Éxodo 25:1-2.
Y JEHOVA habló a Moisés, diciendo: Di a los hijos de Israel que tomen para mí
ofrenda: de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi
ofrenda.
1 Crónicas 29:9.
Y holgóse el pueblo de haber contribuido de su voluntad; porque con entero
corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente.
Por lo tanto el diezmar la décima parte de de todo lo que el Señor le da a Su pueblo,
y la donación de las ofrendas del noventa por ciento restantes de sus ingresos,
es del agrado de Dios cuando es hecho de corazón voluntario.
No debemos olvidar que los diezmos eran pagados para financiar los gastos
incurridos por los sacerdotes en el servicio de la obra de Dios Levítico
27:30-32.
Y todas las décimas de la tierra, así de la simiente de la tierra como del
fruto de los árboles, de Jehová son: es cosa consagrada a Jehová. Y si alguno
quisiere redimir algo de sus décimas, añadirá su quinto a ello. Y toda décima
de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, la décima será
consagrada a Jehová.
Tampoco debemos olvidar que ninguna de las enseñanzas ha sido dada para
practicarlas contra nuestra voluntad, porque todo lo que no se hace de corazón
voluntario no es agradable a Dios. Muchos quieren servir a a Dios a la
defensiva, tratando de salir lo menos afectados posible, lo cual manifiesta a
simple vista la falta de una conversión real, porque cuando se obedece por un
deber no es de un corazón voluntario, Cristo dijo: Mateo 11:29-30.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y
ligera mi carga.
Cuando obedecer las verdades bíblicas se convierte en una carga demasiado
pesada para el seguidor de Cristo, es porque estamos tratando de agradar a Dios
á través de nuestros propios esfuerzos, lo cual expresa la falta de conversión,
pues cuando disfrutamos de una verdadera conversión, el yugo es fácil y la la
carga no es pesada.
El propósito de los diezmos: cuando Dios introdujo el sistema del diezmo en la
ley dada en el Sinaí, fue usado para sostener l tribu de Leví por su servicio
en el tabernáculo Números 18:21.
Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por
heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del
tabernáculo del testimonio.
Cuando el pueblo de Israel fue llevado cautivo por babilonia. La práctica
general del diezmo cesó, pero durante la restauración el profeta de Dios
proclamó la necesidad de volver a practicar dicha enseñanza. Malaquías 3:7-12.
Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las
guardasteis. Tornaos a mí, y yo me tornaré a vosotros, ha dicho Jehová de los
ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de tornar? ¿Robará el hombre a Dios?
Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? Los
diezmos y las primicias. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la
nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí, y haya
alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si
no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición
hasta que sobreabunde. Increparé también por vosotros al devorador, y no os
corromperá el fruto de la tierra; ni vuestra vida en el campo abortará, dice
Jehová de los ejércitos. Y todas las gentes os dirán bienaventurados; porque
seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.
En ésta ocasión La ley del profeta les recuerda lo siguiente.
No 1= el diezmar tenía que seguir continuado en conformidad a la ley de Moisés
No 2= señala hacía el diezmar para el tiempo de la dispensación de La Iglesia
de Dios.
No 3= comprueba la abundancia delas bendiciones que vendrancomo resultado de
pagar diezmos.
No 4 = Revelase punto de vista divino hacía los que no lo paguen el diez por
ciento de sus ingresos y ofrendas voluntarias.
Como dijimos antes bajo, la restauración de Israel,
los levitas volverían a envolverse nuevamente en el servicio de Jehová Su Dios.
Él había diseñado el sistema de diezmos para el sostén de los levitas Números 18:21.
Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por
heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del
tabernáculo del testimonio.
No obstante, con el regreso de Israel a su tierra natal, el diezmo fue omitido.
El diezmo tenía que ser almacenado en el alfolí ( que en aquel tiempo eran los
lugares donde se almacenaba todo lo que traían las once tribus de Israel para
la tribu de Leví ) para el tiempo de la Iglesia ( es la tesorería ) para que
haya alimento en su casa, lo cual deja ver claramente que era para el
sostenimiento de los levitas , ( hoy el ministerio en general de la Iglesia de
Dios ) En el nuevo pacto, el diezmo supliría el maná espiritual para el
"real sacerdocio “el rebaño de Dios. El alfolí o tesorería es una parte
integral de Su casa, que es la Iglesia.
En el capítulo de los oyes de Mateo, Jesús dijo: Mateo 23:23.
Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el
eneldo y el comino, y dejasteis lo que es lo más grave de la ley, es a saber,
el juicio y la misericordia y la fe: esto era menester hacer, y no dejar lo
otro.
Los escribas y fariseos eran muy religiosos, y pagaban los diezmos siguiendo la
letra de la ley, en contraste con aquellos que diezmaban de corazón. Siendo que
Cristo cumplió la ley, el diezmar continuó bajo, la gracia. Así que el ignorar
el pago de la décima parte de nuestros ingresos, es como robarle a Dios.
La práctica recomendada para la membresía general de la Iglesia es pagar sus
diezmos a la tesorería de la Iglesia local donde está la membresía del
creyente. Los diezmos son para el sostén del ministerio.
No para llevarlos a lugares de beneficencia pública o lugares de asilo de
ancianos, como algunos que no tienen un gobierno lo recomiendan, porque es un
diseño para el sostén del ministerio de la Iglesia, establecido para ese
propósito por lo cual nadie tiene autoridad para cambiar ese diseño, porque ningún
ser humano tiene autoridad sobre la Palabra de Dios, Isaías 55:8-9.
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis
caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis
caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos. Eclesiastés 3:14.
He entendido que todo lo que Dios hace, esto será perpetuo: sobre aquello no se
añadirá, ni de ello se disminuirá; y háchelo Dios, para que delante de él teman
los hombres.
Muchos en nuestro tiempo se consideran con autoridad para establecer corrientes
de pensamiento y recomendar enseñanzas salidas de su opinión personal, o
subjetivas y privadas, pero hacer eso es un atrevimiento grave, porque la
Palabra de Dios es la máxima autoridad de Dios en la tierra, la historia bíblica
nos enseña, que todos los que se han atrevido a hacer eso, han sufrido
consecuencias desastrosas, por supuesto hablando de los que han tenido una
experiencia personal con Dios, porque Dios no disciplina a los que no son sus
hijos. Hebreos 12:5-8.
Y estáis ya olvidados de la exhortación que como con hijos habla con vosotros,
diciendo: Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, Ni desmayes cuando
eres de él reprendido. Porque el Señor al que ama castiga, Y azota a cualquiera
que recibe por hijo. Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como a hijos;
porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no castiga? Más si estáis fuera del
castigo, del cual todos han sido hechos participantes, luego sois bastardos, y
no hijos.
Saúl es un ejemplo palpable, cuando Dios lo envió en campaña contra amale, él, cambió
el diseño de Dios, luego él, quiso corregir ofreciendo holocausto, pero la
respuesta de Dios muy enérgica: 1 Samuel 15:22-23.
Y Samuel dijo: ¿Tiene Jehová tanto contentamiento con los holocaustos y
víctimas, como en obedecer a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es
mejor que los sacrificios; y el prestar atención que el sebo de los carneros:
Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos é idolatría el
infringir. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha
desechado para que no seas rey.
Por muy buenas intenciones que tengamos, ninguna buena intención sustituirá lo
establecido por Dios, cualquiera que se autocalifique para dar su opinión
personal en lugar de la opinión de Dios a la luz de Su Palabra, sufrirá las
consecuencias de su atrevimiento. Santiago nos da un concejo sabio en: Santiago
3:1.
HERMANOS míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos mayor
condenación.
Debemos aprender a reconocer nuestros límites, un no, es un no, un si es un sí,
Balaán se engañó a sí mismo, se dejó llevar por lo que él quería e intentó
persuadir a Dios de satisfacer sus deseos, no reconoció que un no, es un no.
Nosotros debemos entender que del 100 % que ganamos un 10 % no nos pertenece, y
debemos entender que del 90% restante debemos dar nuestras ofrendas, lo cual
Dios lo ha dejado a nuestra discreción, no tratemos de cambiar lo establecido
por Dios, está bien que lo hagan los que no son la Iglesia pues como dijimos,
no tienen un gobierno, pero la Iglesia es el gobierno de Dios en la tierra, si
no aprendemos a someternos a Su gobierno ahora, no vamos a poder gobernar con
él, en el milenio.
Por José
Urbina, Virginia