Por el fallecido R. O. Covey
(Extracto del mensaje impreso en la edición del Ala Blanca
de junio de 1979, p. 13, 40.)
Hemos vivido para ver el tiempo cuando "La Iglesia de Dios" está en muchas lenguas y sobre muchas puertas, como su título sectario–y Dios lo permite. La misma Iglesia la cual Jesús edificó y compró no es simplemente la Iglesia
en virtud del nombre; más bien, esta lleva el nombre en virtud de ser la única ordenada por Dios para llevarlo. Hubo también otros hombres llamados "Jesús,"
pero solo uno fue el Cristo profetizado, el escogido y ungido del Padre, de quien fue escrito "en la cabecera del libro." Hubo "falsos Cristo" ambos entonces y a partir de entonces, pero solamente Uno fue identificado por "Moisés y de todos los profetas… en todas las escrituras" (Lucas 24:27).
Con las señales y anuncios dondequiera de "La Iglesia de Dios," y del "Cuerpo de Cristo" en los labios de cientos y miles de seguidores (muchos de ellos muertos fervorosos al respecto), estamos listos y podemos dar cuenta de nosotros mismos ante Dios por el hecho de que las "doncellas," "reinas," "concubinas," "la alabaron" como "la única a su madre," y de Cristo "paloma mía, la perfecta mía" (Cantares 6:9) Listo o no listo, ¡DEBEMOS ESTARLO!
"Esto no es el tiempo correcto," alguien dijo. Lo siento amigo, pero esta demanda no se originó con usted. Nuestra "sombra" hizo una demanda similar, bajo algunas diferentes circunstancias, pero no con más razón. El remanente restaurado de Judá dijo, "No es aún venido el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada" (Hag. 1:2). Pero el Señor no podía aceptar su acuerdo de fundamento. Su problema era que ellos estaban muy envueltos en sus intereses personales–construyendo sus propias "casas enmaderadas," sembrando sus propios campos, llenándose ellos mismos con bebidas, vistiéndose, y escondiendo sus salarios para ellos mismos. Ellos no habían considerado que todo lo que ellos estaban haciendo en su egoísmo iba a venir a ser nada. Ellos estaban trabajando para la muerte, pero Dios "irrumpe." "¿Por qué? Dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa" (v. 9).
Si este fue el tiempo de "Levántate, resplandece" hace sesenta y seis años [ahora 113 años], ¿por qué no es tiempo ahora de resplandecer? ¿Qué del "resplandor de tu nacimiento"? Parece que la Iglesia debe tener algo que los otros no tienen, y lo que otros quieren. ¿Porque debemos pedir "prestado" cuando debemos "prestar"? ¿Por qué debemos ser "cola" cuando la voluntad de Dios es que seamos la "cabeza"? ¿Por qué debemos estar "debajo" cuando debemos estar "arriba"? Me apresuro a explicar que estas posturas exaltadas no han de ser de nuestra propia presunción, ya que Dios promete hacernos estas cosas. (Dt. 28:10-13).
Sí, hay prosperidad en la Iglesia a pesar de nuestra timidez respecto a la visión; y a pesar de nuestra disposición apática (por no decir el deseo) de ser "como las otras naciones." Pero estamos considerando nuestra herencia en la luz de esta ultima hora. "La cabecera del libro" grita la singularidad de la Iglesia. Y si bien Él no hizo "actuaciones anunciadas" para impresionar a las multitudes, el mero hecho de ser lo que el Padre lo envió a ser generó su propio magnetismo. ¿No debería de ser así con Su cuerpo, la Iglesia?
Cristo vino solamente para hacer la voluntad del Padre y para terminar Su obra; y ¿acaso no dijo a la Iglesia, "como mi padre me ha enviado, así los envió"? Sus intereses y lealtades no se dividieron; ¿podemos decir lo mismo?
"Nuestra herencia desde la Montaña Burger 1903-1979" [ahora 2016] –¿Realmente entendemos lo que se trata todo esto? ¿Cuál es mi evaluación de esto? ¿Cuál es la suya? Salomón una vez dijo, "Buena es la ciencia con herencia" (Ec. 7:11). ¡Por falta de sabiduría, grandes herencias han sido malgastadas, finalmente muriendo el heredero en pobreza!
Pero esta herencia–la visión y comisión de la Iglesia será apreciado por parte de la generación de los santos. ¿Será nuestra generación? O ¿la siguiente?
"Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" ¡Gracias a Dios! !Aleluya!
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