lunes, 10 de abril de 2017

EL VERDADERO MOTIVO DE LA REBELIÓN DE CORÉ

Moisés pudo discernir el verdadero motivo que llevó a Coré a rebelarse, según el relato bíblico: “Dijo más Moisés a Coré: Oíd ahora, hijos de Leví: ¿Os es poco que el Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel, acercándoos a él para que ministréis en el servicio del tabernáculo de Jehová, y estéis delante de la congregación para ministrarles, y que te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví conti...go? ¿Procuráis también el sacerdocio? Por tanto, tú y todo tu séquito sois los que os juntáis contra Jehová; pues Aarón, ¿qué es, para que contra él murmuréis?” (Nm 16:8-11).

En realidad, aquel grupo de levitas estaba insatisfecho porque no tenían la función sacerdotal de la casa de Aarón. Sin embargo, a pesar de las palabras de Moisés, no mostraron ninguna reacción de arrepentimiento.

Datán y Abiram, por su parte, dijeron también mentiras contra el liderazgo instituido por el Señor y no atendieron al llamado de Moisés: “Y envió Moisés a llamar a Datán y Abiram, hijos de Eliab; mas ellos respondieron: No iremos allá. ¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto, sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente?” (vs. 12-13). Ellos no habían subido de una tierra que destilaba leche y miel, sino de Egipto, donde eran esclavos. Esto muestra cuantas mentiras y difamaciones este grupo usó para atacar a Moisés y a Aarón.

Por esa razón, la ira del Señor se encendió contra el pueblo según leemos: “Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: Apartaos de entre esta congregación, y los consumiré en un momento. Y ellos se postraron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un solo hombre el que pecó? ¿Por qué airarte contra toda la congregación?” (vs. 20-22). Esto nos muestra que Moisés y Aarón se preocupaban por el pueblo, por eso intercedieron a Dios en su favor.

Además, vemos la orientación de Dios para que el pueblo fuera salvado de la muerte: “Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a la congregación y diles: Apartaos de en derredor de la tienda de Coré, Datán y Abiram” (vs. 23-24). Este es el principio de Dios que debemos observar para ser guardados del mal: no asociarnos con aquel que es desobediente y promueve la rebeldía (2 Ts 3:14-16). Esta fue la orientación de Dios, que Moisés fielmente le transmitió al pueblo: “Y él habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las tiendas de estos hombres impíos, y no toquéis ninguna cosa suya, para que no perezcáis en todos sus pecados” (Nm 16:26).

Cuando se trata de una situación de rebelión, no podemos dejar que nuestros afectos o vínculos naturales prevalezcan sobre la determinación de Dios. Porque a Cristo el Señor servimos (Col 3:24).

Por Daniel Martínez Navarro

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