Sea equivocado o no, creo que nunca hubo un momento en la historia del cristianismo cuando había tanta infidelidad en el exterior con respecto a la predicación y enseñanza de las doctrinas bíblicas básicas como convicción, arrepentimiento, justificación, santificación instantánea, vida santa, bautismo con el Espíritu Santo con la evidencia de hablar en otras lenguas como el Espíritu les dé que hablan, el divorcio y el pecado de volverse a casar, fornicación, etc.
En el cristianismo miles de argumentos se han hecho en contra de estos y otras enseñanzas bíblicas y la fe de muchas personas ha sido socavada por argumentos no bíblicos y sofisticados que se están vendiendo por toda la tierra en contra de la doctrina de Jesucristo.
Es triste ver que el espíritu que ha estado en el mundo para eliminar y callar la predicación de algunos, si no de la mayoría, de estas doctrinas y enseñanza bíblicas básicas, ha encontrado tantos defensores en los pulpitos de muchas iglesias llamadas cristianas. Esto nunca será cierto de La Iglesia de Dios de la Biblia porque ella es “columna y apoyo de la verdad” (1 Ti. 3:15); este es su llamado, este es su propósito antes de la fundación del mundo. Ya que la cabeza de la Iglesia es Cristo y ella recibe su esencia de vida de Él, La Iglesia de Dios está bajo la obligación celestial de no solo guardar y proteger toda la doctrina bíblica sino PREDICARLA Y PUBLICARLA.
Hay un idioma y herencia que mis hijos no entienden o comprenden verdaderamente como yo los conozco y los he comprendido. He sido un poco negligente respecto a esas cosas. Es la lengua mexicana española y la herencia mexicana de mis padres, abuelos y bisabuelos. Si usted no lo sabía, soy de origen mexicano. Mi hijo es consciente de esto y también mis hijas. Son conscientes de que mis padres son originarios de México y sus padres antes que ellos. Mis hijos pueden ver físicamente en mis rasgos las cosas que me identifican como de ascendencia mexicana. Ellos pueden ir y dar un vistazo a mi certificado de nacimiento y encontraran los nombres de mis padres con el país de su origen. Pero simplemente porque son nuestros hijos y pueden ser conscientes de la información escrita no significa que han aprendido a hablar el idioma y abrazar esa herencia. Tendré que hablarles en el idioma de mis antepasados para que puedan oír la pronunciación de sus palabras y aprender a hablarla; y tendré que sumergirlos en la cultura de mis antepasados para que la vivan, si mi esperanza es que no pierdan esa herencia por completo. No van a ser conscientes de esta información simplemente por tenerla escrita guardada en una caja en la parte superior de un armario en algún lugar, y luego esperar que ellos la obtengan, sino que voy a hacer un fuerte esfuerzo para mantener el idioma y el patrimonio ante ellos constantemente.
Iglesia de Dios, tenemos un idioma y una herencia espiritual que transmitir a nuestros hijos naturales y espirituales y a otros, y no es suficiente con simplemente tener doctrina en nuestros tratados y libros y que éstos estén escondidos en una caja en un estante en alguna parte, pero vamos a mantenerla ante la gente. No podemos estar inactivos, porque cuando la doctrina deja de ser predicada fuerte y constantemente, tarde o temprano deja de hablarse—tarde o temprano deja de creerse no solo por la congregación, sino por el propio ministro.
No debemos pensar por un momento que Satanás no intentará o no ha intentado inyectar en la gloriosa Iglesia de Dios veneno de descuido hacia la predicación de las 29 Enseñanzas Prominentes, pero él no prevalecerá porque yo sé que hay hombres y mujeres en todas partes en la Iglesia que se mantendrán con la fuerza del Espíritu Santo y predicarán la Palabra.
En muchos lugares, y para muchos predicadores, las doctrinas de la Biblia son algo de lo que simplemente no hablan. En otros lugares donde se mantienen ciertas doctrinas, es sólo el nombre, pero la predicación de la doctrina básica de la Biblia ha sido abandonada por completo. Sin duda Satanás quisiera influir en La Iglesia de Dios con esta manera de pensar y este modo de operar. Es como que si él no estuviera molesto por nuestra asistencia regular a los servicios siempre y cuando no hagamos oración sin cesar; o que poseamos una Biblia mientras no la leamos y creamos. Así es, no le molesta que tengamos estas doctrinas bíblicas en nuestros libros y tratados, siempre y cuando no los predicamos. Le encantaría hacernos creer que esto está bien, pero hemos sido llamados a predicar y a hacer un gran esfuerzo para llenar el mundo con la verdadera predicación de la Palabra de Dios correctamente dividida, y bajo la unción del Espíritu Santo publicar la doctrina de la santidad no adulterada.
Si las almas preciosas realmente van a conocer a Jesucristo, también deben conocer la doctrina que Él predicó. Algunos dudan que Jesús tuvo una doctrina y enseñanzas, pero la Biblia dice que la gente en los días de Jesús “se admiraban de su DOCTRINA” (Marcos 1:22). La Biblia dice que Jesús “les decía en su DOCTRINA” (Marcos 4:2). “Y el pontífice preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su DOCTRINA” (Juan 18:19). Jesús dijo, “Mi DOCTRINA nos es mía, sino de aquél que me envió” (Juan 7:16). Sí, Él tiene una doctrina y enseñanzas y ellas son de Su Padre celestial; y ellas nos han sido reveladas para predicarlas y enseñarlas y vivirlas. En este mundo, usted encontrará algunas organizaciones cristianas o gente cristiana que diga, “¿Doctrina? ¡No necesitamos doctrina, todo lo que necesitamos es a Jesús! ¡Prediquemos acerca de Jesús!” Debemos predicar a Jesús, por supuesto, pero no debemos dejar de predicar las inmutables e incambiables doctrinas bíblicas básicas enseñadas por la Palabra de Dios que equipa al hombre para vivir una vida victoriosa sobre el pecado en el aquí y ahora y lo prepara para llegar al cielo.
Algunos hermanos dicen, “No hablemos de doctrina porque divide,” pero la verdadera doctrina bíblica, correctamente dividida, debe ser la más apreciada cuando consideramos que hay doctrinas de demonios de las cuales uno debe separarse. Ellos dicen que no hay necesidad de doctrina bíblica, pero estas doctrinas bíblicas que La Iglesia de Dios defiende son una parte de la Palabra que Jesús dijo al Padre, “Yo les he dado” (Juan 17:14). La doctrina correcta trae consigo el Salvador correcto– el Cristo del Calvario– ¡Este mismo Jesús!
El declive de la fe, y la predicación de las enseñanzas bíblicas básicas por parte de algunos grupos ha tenido que ver mucho con el predominio de la vida infiel hacia Dios, la creencia que uno puede ser un cristiano pecador, la creencia que la santificación es progresiva, la creencia que no hay castigo futuro para los injustos, y muchas de las otras falsas creencias que existen hoy en día que no hacen nada para transmitir al hombre el verdadero propósito y la verdadera voluntad de Dios para ellos.
La Iglesia de Dios se alza hoy como una ciudad de la verdad, ella fue legítimamente establecida como columna y apoyo de la verdad. Ella permanece y se posiciona como la última línea de defensa de la VERDAD en este mundo. Mientras que otros en otros lugares pueden permitir a Satanás avanzar y romper sus muros, ella es una ciudad fortificada con paredes impenetrables sobre la que se encuentran los guardias de Dios que nunca tendrán tranquilidad día ni noche.
Lo que ha sucedido en las organizaciones cristianas ha sucedido, pero La Iglesia de Dios no debe dar a Satanás un punto de apoyo. Ella debe ser fiel para declarar a Cristo el Salvador y Su doctrina. Todo el consejo de Dios debe ser predicado, y predicado con sinceridad por los hombres y mujeres que lo crean firmemente, para que sea eficaz en los corazones y vidas de los hombres.
Oscar Pimentel, Supervisor General, La Iglesia de Dios
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