PARA LA IGLESIA DE LOS ÚLTIMOS DÍAS
Ronald Burns – Nampa, ID
La bandera de la Iglesia significa muy poco para
muchos. Donde desplieguen la bandera quiere decir que la Iglesia está viva y
operando. La única manera que uno puede conocer la verdad de ella es cuando
Dios se la revela a través de las Escrituras por inspiración del Espíritu
Santo. De otra manera, es una bandera que alguien creó para que tenga algo
diferente. Muchas denominaciones cristianas usan una bandera que tiene una cruz—se
llama la Bandera Cristiana. Por supuesto, no hay nada malo en eso porque
representa la muerte y la sangre de Cristo.
La Iglesia de la Biblia no fue establecida por leyes
de hombre sino por revelación de Dios a través de Jesucristo. Entonces no es
una iglesia denominacional, sino la Iglesia que Jesucristo estableció cuando
dijo, “Edificaré mi
Iglesia…”. Dios esperaba que el
hombre se comprometiera con Sus leyes en Cristo. La doctrina de Jesucristo
concerniente a Su cuerpo, la Iglesia, es una señal dada a toda la humanidad y
Su cuerpo deber tener Sus atributos.
La cruz no representa la sepultura y resurrección de
Cristo. Ésta representa Su muerte. Lo que Él hizo en la cruz y el modo en que Él
murió definen Su Iglesia. La bandera representa verdad, y esa verdad debe ser
predicada en todo el mundo. El Hijo de Dios es la única esperanza para el
mundo. Las Escrituras dicen, “…Vivo yo, dice el Señor, que á mí se doblará toda
rodilla, Y toda lengua confesará á Dios” (Ro. 14:11). Yo creo que las manos de Dios estuvieron
en el diseño de la bandera de la Iglesia. El verdadero Cuerpo de Cristo debe
parase firme en Cristo quien es representado en los símbolos que se encuentran
en la bandera. En obediencia (para presentar a Su Hijo), la Iglesia despliega
este diseño.
Insignia/Bandera: un aparato simbólico representando el
estandarte de la verdad y libertad. Bandera: Algo simbólico de regocijo en victoria. El Cordero de
Dios es nuestra bandera que nos permite regocijar en la verdad y victoria espiritual
sobre la muerte, infierno y la tumba.
“Has [Dios] dado á los que te temen bandera Que
alcen por la verdad. (Selah)” (Sal.
60:4). La Bandera es una insignia representando la doctrina de Cristo. “Y acontecerá en aquel tiempo que la
raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón á los pueblos, será buscada de
las gentes; y [Jehová] su holganza será gloria….Y levantará
pendón á las gentes…”
(Is. 11:10, 12). “Vosotros,
todos los moradores del mundo y habitantes de la tierra, cuando [el Señor] levantará bandera [insignia] en los montes, la veréis; y oiréis cuando tocará trompeta”
(Is. 18:3).
“Y de miedo pasará su fortaleza y sus príncipes
tendrán pavor de la bandera, dice Jehová, cuyo fuego está en Sión [la Iglesia] y su horno en Jerusalem” (Is. 31:9). Todo empezó con Jesucristo cuando
estableció Su Iglesia. Esta bandera de todas las naciones flamea sobre la
Iglesia donde se predica y se enseña toda la verdad. Esta bandera también
representa el gobierno teocrático. Es decir, Dios reina. La Iglesia no adora la
bandera sino adora a Aquel a quien representa.
“Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz á
ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes” (Is. 13:2).
Hay cuatro colores en la bandera, rojo blanco, azul y
morado. Estos son importantes en la Biblia. En Éxodo 25 la piel de los animales
era pintada roja para cubrir el tabernáculo. El tabernáculo de hoy es el corazón
del individuo. Es el lugar de habitación para Dios, cubierto por la sangre de
Cristo. El tabernáculo del Antiguo Testamento estaba cubierto de 3 colores
similares—azul, morado y escarlata. Los ephods eran de lino fino pintados de
los mismos colores, usados sobre una túnica blanca.
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su
hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno,
Príncipe de paz” (Is. 9:6). El
rojo representa la sangre derramado de Jesucristo, el máximo sacrificio por el
pecado. La vida viene a través de Su sangre. Sin Su sangre no hay remisión de
pecados. No cualquier sangre, pero Su sangre. Su sangre no fue derramada
solamente por nuestros pecados, pero también para nuestra santificación de una
vez por todas.
El blanco simboliza pureza, justicia y santidad.
Pedro, Santiago y Juan vieron Su gloria en Marcos 9:3, “Y su cabeza y sus cabellos eran blancos
como la lana blanca, como la nieve; y sus ojos como llama de fuego” (Ap. 1:14).
Azul simboliza la verdad y autoridad (gobierno teocrático)
de los cielos y de Dios sobre todas las cosas. Todos los que reciben a Dios serán
hechos perfectos por la verdad. Las franjas azules en los lados no se tocan
indicando que la entrada a la Iglesia sigue disponible. Todavía hay tiempo para
que la gente responda a la verdad.
El morado representa majestad, todas las cosas le
pertenecen a Dios. No hay fin a Su prosperidad espiritual, ni fin a Su gloria y
amor. Su Iglesia, Su cuerpo, Su gobierno y Su Reino tampoco tiene fin.
Los tres símbolos en el centro de la bandera son color
morado haciéndolos iguales el uno con el otro en verdad. No están separados
porque Dios tiene un propósito eterno en esto. Estamos en los últimos días, y
la profecía de la Iglesia declara “Por lo cual salid de en medio de ellos, y apartaos,
dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré” (2 Co. 6:17). Su pueblo saldrá y será uno como
también simbolizan los símbolos rodeados.
El primer símbolo es un cetro. En Génesis este símbolo
era seleccionado por un rey para representar “la vara de autoridad” y su posición
como rey. Muchos reyes usaban este símbolo para demostrar su soberanía. David
dijo, “Tu trono, oh Dios,
eterno y para siempre: Vara de justicia la vara de tu reino” (Sal. 45:6). Este símbolo está en representación
de Jesucristo. El segundo símbolo es una estrella de cinco puntas. Esta estrella
de cinto puntas representa la gracia de Dios a través de Jesucristo que se
levanta como Estrella resplandeciente de la mañana. Su historia viene de la
estrella de Jacob, “Verélo, mas no ahora: Lo miraré, mas no de cerca: Saldrá ESTRELLA de
Jacob, Y levantaráse cetro de Israel… Y el de Jacob se enseñoreará…” (Nm. 24:17, 19).
“Y al que hubiere vencido, y hubiere guardado mis obras hasta el fin, yo le
daré potestad sobre las gentes; Y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantados
como vaso de alfarero, como también yo he recibido de mi Padre: Y le daré la
estrella de la mañana” (Ap.
2:26-28). Así como Dios midió a Israel, de la misma manera Él está midiendo la
Iglesia hoy.
La corona, el símbolo tercero, representa vida, denota
la corona de la vida y el reinado de Jesús. Esta corona es dos símbolos en uno.
La corona en sí es símbolo de vida eterna. El circulo o la esfera sobre la
corona es un símbolo de la eternidad infinita e interminable. La corona es símbolo
de la más alta soberanía de Dios y una marca de Su poder y honor supremo. La
Iglesia tiene una formidable responsabilidad cuando despliega su bandera dentro
o fuera de nuestros edificios.
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de
estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella
resplandeciente, y de la mañana” (Ap.
22:16). “…su nombre
Admirable, Consejero, Dios fuerte,
Padre eterno, Príncipe de paz” (Is. 9:6). La bandera que Dios diseño para la
Iglesia de los últimos días abarca todo lo que Jesús es y todo lo que la Iglesia
debe ser.
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