miércoles, 25 de mayo de 2011
HISTORIA Y GOBIERNO: EL NUEVO SUPERVISOR GENERAL
Milton Ambrose Tomlinson nació el 19 de octubre del 1906 cerca de las 6:00 P.M. Dos años antes, hacia fines del 1904, su padre había comprado la casa en la Calle Gaut Número 2525, Cleveland, Tenesí. Al moverse de Culberson, Carolina del Norte, la familia Tomlinson hizo de Cleveland su hogar permanente.
A pesar de haber nacido de una familia pobre en posesiones materiales, el niño menor de Jessup y Mary Jane Tomlinson, experimentó la riqueza del amor e intimidad de una familia centralizada en Cristo. Según Halcy, su hermana mayor, "él (era) el niño más agradable de todos". Cuando tenía cuatro meses de edad, tenía " ... los ojos azules más hermosos, y (tenía) pelo rojo obscuro como (su) Mamá, y tez blanca (con muchas pecas) y muy hermoso e inteligente". Halcy continuó diciendo: "Nunca he visto un niño tan inteligente para su edad".
El joven, Tony, como era llamado por sus hermanos, creció hacia la vida adulta como un niño típico criado en la primera parte del Siglo Veinte. Con su padre viajando constantemente, promoviendo la Iglesia de Dios, su mamá naturalmente tuvo una tremenda influencia en la crianza de los cuatro hijos de la familia Tomlinson. No obstante, él tenía que experimentar algunas "sesiones de orientación privadas" con su padre cuando el Supervisor General regresaba a casa de algún viaje y era notificado por su esposa concerniente a ciertas maneras de comportarse de algunos de los jóvenes Tomlinson.
Después de terminar su escuela superior en el 1926, él comenzó a prepararse para una vida adulta fructífera. Su vida espiritual comenzó el mismo año cuando se convirtió en el antiguo Tabernáculo de Asambleas. El siguiente año, durante la Convención de Estado de Tenesí (14 de abril de 1927), él fue santificado y recibió el bautismo del Espíritu Santo. El se unió a la Iglesia de Dios a través del pacto el mismo año. Su vida espiritual fue una muy fructífera, lo cual fue de gran gozo para su padre.
En la Asamblea General del 1928, su papá lo casó ante una extensa congregación de aproximadamente tres mil personas. El 18 de septiembre de 1928, cuando tenía veintidós años de edad, Ina Mae Turner se convirtió en su esposa.
El servicio espiritual de Milton Ambrose Tomlinson a la Iglesia de Dios abarcó muchas áreas. El sirvió como el director de la Banda de los Líderes Victoriosos por cerca de diez años en su iglesia local en Cleveland. Fue ordenado diácono el 17 de octubre de 1932, y fue ordenado Obispo el 13 de octubre de 1943. El sirvió además como secretario y tesorero de la iglesia local cuando servía como diácono. El sirvió a la Iglesia además como obrero en la planta de publicaciones ayudando a producir la literatura de la Iglesia.
La Iglesia local de Henderson, Kentucky. El sirvió como pastor hasta el mes de octubre de 194, fecha para la cual su padre murió. Como se dijo antes, él vino a ser el Supervisor General de La Iglesia de Dios a las 12:16 P.M. del 7 de octubre de 1943.
El sintió el peso de su vasta responsabilidad, ya que en su primer mensaje anual, manifestó ante la 39na Asamblea• "No es una tarea fácil estar en pie ante ustedes en esta capacidad hoy.” El sabía que el poder que ayudo a su padre estaba allí para ayudarle a él también. Acababa de concluir su primer año como Supervisor General y sabía que la responsabilidad se había logrado mucho, pero también sabía que había mucho más por hacer.
"Hemos seguido adelante a una velocidad bastante rápida, pero con todo lo que hemos hecho, todavía hay mucho trabajo que hacer…A fin de efectuar nuestra parte, todos vamos a que tener que aplicarnos y laborar más arduamente que nunca antes. Esto requerirá de todos un servicio fiel y voluntario”.
Bajo el liderato del nuevo Supervisor General, la Iglesia laboro fielmente; esto es comprobado de 63,851 nuevos miembros que se recibieron durante los siguientes diez años de servicio. El incremento que se recibieron durante los siguientes diez años de servicio. El incremento anual de ese crecimiento es visto en a siguiente tabal:.
Año Nuevos Miembros
1944 4,767
1945 5,556
1946 6,308
1947 5,015
1948 7,724
1949 6,487
1950 6,686
1951 5,837
1952 5,195
1953 5,423
1954 5,323
Total 63,851
Aquellos rimeros años de la Supervisión General de M. A. Tomlinson no fueron todos de fácil navegación, puesto que él tenía que experimentar el asedio final en la continuación de la lucha en la corte, la cual había
Comenzado en el 1924. El 1 de septiembre de 1949, se le entrego una orden expresa prohibiéndole a la Iglesia "el que desembolsara fondo alguno, ni hipotecara propiedades, aceptara nuevos miembros o recibiera, correspondencia o comunicaciones dirigidas a la Iglesia de Dios.” Notas de tales órdenes fueron enviadas al Banco Merchant, a la Compañía de Teléfonos y Telégrafos y Telégrafos Southern y a la Oficina de Correos de los Estados Unidos prohibiéndoles efectuar negocio alguno con la Iglesia. La orden fue otro movimiento instigado por la facción que dividió la Iglesia en el 1923.
El hno. Tomlinson y el remanente se dieron prisa (aproximadamente seis meses después de la separación) en incorporar su grupo en el Estado de Tenesí como la "Iglesia de Dios". Ellos recibieron una orden judicial de parte de la Cancillería de la Corte de Cleveland, Tenesí, la cual prohibía a la Iglesia el "Reclamar o el representarse a sí misma en forma alguna en conexión con la Iglesia de Dios...” el retener remesas o contribuciones enviadas a la “Iglesia de Dios”. Ellos recibieron una orden judicial de parte de la Cancilleria de la Corte de Cleveland, Tenesi, la cual prohibia a la Iglesia el “Reclamar o el representarse a si misma en forma alguna en conexcion con la Iglesia de Dios… el reterner remesas o contribuciones enviadas a la Iglesia de Dios…recibir miembros en ninguna iglesia u organización sobre el reclamo o representación de que la misma es la Iglesia de Dios original". Esta orden judicial paralizó virtualmente la Iglesia en su labor de llevar a cabo las funciones vitales que se necesitaban para promover la obra. Por ejemplo, el "Mensajero Ala Blanca" no pudo ser publicado entre el 23 de febrero y el 22 de marzo de 1924.
El 12 de marzo de 1924, la orden judicial fue modificada por la Cancillería de la Corte de Jasper, Tenesí, permitiéndole a la Iglesia el continuar su trabajo de igual forma en que la hiciera antes de la presentación de la orden expresa del 26 de febrero. La orden modificada permitía que la Iglesia llevara adelante sus negocios siempre y cuando hiciera claro que esta era la Iglesia de Dios sobre la cual A. J. Tomlinson era el Supervisor General. La Iglesia podía ahora continuar sus esfuerzos para promover el evangelio.
Las batallas legales no se habían terminado. A. J. Tomlinson fue llevado a corte aproximadamente ocho veces el año siguiente debido a que se alegaba que no estaba cumpliendo con la orden legal. En casi todos estos incidentes particulares, él, en esencia, salía victorioso. El 1 juez a menudo decía que él creía que A. J. Tomlinson no era culpable de los cargos. Eso ayudaba a la Iglesia a ganar más libertad de la orden judicial inicial. Si acaso era multado, la suma era tan mínima que en la esencia, no era multa después de todo, como es ilustrado en el juicio del 14 de abril, en el cual se le multó a pagar un centavo.
La lucha en la corte continuó hasta julio del 1925, cuando la Corte de Apelaciones del Estado de Tenesí repentinamente volteó todo alrededor. Esta registró el 3 de julio de 1925 en esencia, como lo resumió A. J. Tomlinson:
" ... los honorables jueces han decidido todo punto en cuestión en el litigio a nuestro favor ... la corte sostiene que nuestra Asamblea Anual es la Asamblea de la Iglesia de Dios".
La Corte de Apelaciones dictaminó a favor de la Iglesia, lo cual ayudó a que .se viera un gran incremento material. No obstante, la oposición, no satisfecha con la decisión de la Corte de Apelaciones, llevó su caso a la Corte Suprema del Estado de Tenesí. Los días 4 de abril y 15 de julio de 1927, la Corte Suprema del Estado revocó la decisión de la Corte de Apelaciones y sostuvo la decisión de la Corte de Cancillería. Una vez más la Iglesia sufrió un revés. No obstante, A. J. Tomlinson escribió en su diario:
"La decisión de la corte dictaminó el que ellos saldaran una deuda de $45,000. La deuda nuestra era apenas unos $2,000 determinaron hacerme pagar al acusante de todo. Ellos fracasaron además al no poder probar mi culpabilidad del robo de $14,000. Así que, después de todo ganamos una buena victoria".
Los derechos a la propiedad y las deudas fueron resueltas finalmente. El cargo de malversación de fondos contra A. J. Tomlinson fue disipado también como lo declaran los registros del estado- orden retirada al respecto". Sin embargo, la batalla en la corte no terminó, ya que el 20 de marzo de 1929, A. J. Tomlinson fue arrestado por rebeldía, acusado de violar la orden expresa. Debido a que el magistrado ya había hecho la fianza y la trajo con él cuando notificó a A. J. Tomlinson del arresto, el Supervisor General siguió en libertad hasta que se efectuara el JUICIO en la corte el 8 de abril de 1929.
La Iglesia no buscó un abogado para que la representara en el juicio. No obstante, "la Cámara de Comercio de Cleveland se interesó en el asunto y solicitó un abogado para que actuara por ellos a fin de conseguir que el conflicto fuera ajustado". La Corte no formuló preguntas ni al Supervisor General ni a la Iglesia, procediendo a retirar los cargos. A. J. Tomlinson declaró más tarde en su mensaje anual ante la 24ta Asamblea General de ese mismo año:
" ... Comenzó un amanecer sobre mí con la crítica de que era una vergüenza-una desgracia el ser arrestado y llevado ante las Cortes, y se me imputó una penalidad como si fuera un criminal. Pero lo hecho estaba hecho, y Dios lo permitió porque El Tuvo como digno el que sufriera ignominia por Su gran nombre".
Aunque los cargos fueron retirados; con todo, había una restricción clave colocada sobre la Iglesia la cual tendría efectos de largo alcance. La Corte requirió un cambio en el orden de secuencia del nombre de la
Iglesia. En lugar de leer "Iglesia de Dios, A. J. Tomlinson, Supervisor General", el nombre de la Iglesia debería aparecer registrado ahora: "Iglesia de Dios, Tomlinson".
Cumpliendo con la reciente decisión de la corte, la siguiente edición del Mensajero Ala Blanca fue publicada con un formato diferente en las páginas donde van los títulos. La edición del 6 de abril de 1929, bajo su impresión en letra oscura: "El Mensajero Ala Blanca", tenía cerca del margen izquierdo un pequeño encasillado cuadrado el cual contenía las palabras "Nuevas de la Iglesia de Dios". Próximo a éste, en un encasillado un poco más largo de forma rectangular, aparecían las palabras: "La Iglesia de Dios, A. J. Tomlinson, Supervisor General". En la siguiente edición, la fraseología del formato fue cambiada. El nombre "Iglesia de Dios" no aparecía por ningún lado como título en la revista. En lugar de ello, las palabras: "Alegres Nuevas de la Iglesia", llenaban el primer encasillado, junto a una declaración concerniente al "Mensajero Ala Blanca" con una subscripción de más de 18,000 miembros y amigos, la cual llenaba el encasillado de forma rectangular. Este formato continuó en uso hasta la edición del 6 de julio de 1929.
Los detalles del decrete de la Corte del 8 de abril de 1929, inmediatamente comenzaron a reaccionar negativamente ante el cambio de nombre. Una delegación de Virginia dirigida por W. M. Lowman, Supervisor de Estado, vino al Cuartel General para manifestar su insatisfacción. Debido a este creciente interés de los miembros, A. J. Tomlinson y A. D. Evans presentaron una petición de revocación de los cargos ante la corte el 8 de mayo de 1929. Esta petición fue adjudicada temporalmente hasta la siguiente sesión de la Corte. En la edición del periódico Cleveland Daily Banner del13 de octubre de 1932, A. J. Tomlinson declaró la razón de su objeción al uso del nombre "Iglesia de Dios de Tomlinson". El les dijo que "ni él ni los miembros de (la) Iglesia querían poner su nombre Junto a tan sagrado nombre como lo era el de Iglesia de Dios".
La Iglesia recibió el permiso de la corte para usar el nombre: "Iglesia de Dios, sobre la cual A. J. Tomlinson es Supervisor". Como consecuencia la edición del Mensajero Ala Blanca del 6 de julio de 1929, una vez más agrego al" formato el título "Iglesia de Dios". Este declaraba específicamente. La Iglesia de Dios, sobre la cual A. J. Tomlinson es Supervisor, con Permiso Pendiente a Otras Audiencias".
La 24ta Asamblea efectuada los días 11-17 de septiembre de 1929 pasó al registro unánimemente "que estamos dispuestos y realmente deseamos distinguirnos de dicha iglesia querellante por el uso de las palabras 'Iglesia de Dios, A. J. Tomlinson, Supervisor General". No obstante, para el día 1 de enero de 1930, "la corte finalmente escribió un decreto diciendo que él (el juez) no podía adjudicar la petición (de la Iglesia) de quitar el nombre Tomlinson como un sufijo pero que (la Iglesia) podía continuar usando por el momento el nombre Iglesia de Dios sobre la cual A. J. Tomlinson es Supervisor".
Como ya se ha mostrado, la Iglesia estaba experimentando un tremendo Período de crecimiento y expansión a pesar de la persistencia de la oposición en su empeño de continuar presentando cargos contra A. J. Tomlinson y la Iglesia. Los registros revelan que muchos ministros R. G. Spurling como un ejemplo y otros miembros estaban regresando a la Iglesia después que pudieron entender la verdad sobre el asunto en cuestión.
A través de la década del treinta, A. J. Tomlinson continuó siendo acusado una y otra vez de cargos que el grupo de la oposición presentaba. Después de leer amenazado Por una carta de parte del Supervisor General de la oposición, A. J. Tomlmson volvió a ser llevado a corte el 13 de octubre de 1932. El Supervisor General abogó su propio caso y eventualmente fue multado con $25.00. En abril del 1936, la misma acusación que presentada contra él, al igual que en abril de 1939 de hecho, el esisodio final no tuvo lugar hasta que M. A. Tomlinson vino a ser Supervisor General.
Fue en el sexto año de su supervisión que M. A. Tomlinson experimentó su primera prueba al ser llevado a corte, siendo aquél el vigésimo año de controversia. Las persecuciones fueron instigadas por el mismo grupo de personas que se rebelaron contra su padre en los años 1922 y 1923. Las cortes de Tenesi nunca presentaron el asunto, sino que actuaban únicamente cuando los cargos eran presentados por la oposición.
de las 2:00 P.M., día jueves l de septiembre, un agente del comisario del Condado Bradley de Tenesí llegó a la oficina del Supervisor General y le presentó una orden judicial la cual decía que la Iglesia tenía que: "abstenerse de vender o hipotecar cualquiera de las propiedades ni disponer de los fondos ya fuera retirándolos del Banco Merchants en Cleveland, Tenesí, por medio de cheques u otras formas. Y que no podrían aceptar o recibir cualquier remesa, correspondencia o comunicaciones dirigidas a la Iglesia de Dios." La Iglesia fue demandada por la suma de $250,000 por daños y perjuicios.
Tal parecía que la Iglesia tendría que cancelar la Asamblea General a menos que se pudiera hacer algo para obtener relevo de la demanda. Los obreros del Cuartel General acordaron continuar trabajando sin paga, determinados a echar adelante el trabajo. M. A. Tomlinson hizo un anuncio público de que la Asamblea se llevaría a cabo a pesar de la demanda judicial.
El relevo llegó cuando un juez en Dayton, Tenesí, dictaminó que al proveer la fianza de $50,000 la orden judicial sería disuelta. La decisión de los jueces el 3 de septiembre de 1949, esperaría hasta que la cuestión pudiera ser resuelta en la corte. La audiencia final no vendría hasta el 2 de mayo de 1952.
El 1 de mayo de 1952, el Canciller de Justicia Genn W. Woodlee de Dayton, Tenesí, negó una petición de la Iglesia para continuar el uso de "Iglesia de Dios sobre la cual M. A. Tomlinson es Supervisor". El dictaminó que la Iglesia de allí en adelante usaría el nombre: "Iglesia De Dios Tomlinson", u otro nombre que distinguiera los dos grupos adecuadamente. El Canciller de Justicia declaró que "a menos que hubiera un acatamiento a tal decreto, la corte tomaría los debidos pasos para poner un embargo (confiscar o tomar posesión provisional) o recibidor (depositario) sobre el grupo demandado para conducir los negocios de esta iglesia en conformidad con los decretos de esta corte".
En el decreto final expedido por las Cortes el 2 de mayo de 1952, el nombre "Iglesia de Dios de la Profecía" fue declarado "como un nombre apropiado para el grupo Demandado en todo tiempo y en su totalidad, sin ninguna abreviación, en sus negocios seculares (pero no en sus asuntos religiosos o espirituales)".
La Iglesia fue forzada finalmente a usar el nombre "Iglesia de Dios de la Profecía", "en sus negocios seculares." La edición del Cleveland Daily Banner del 6 de mayo de 1952 declaró: "El decreto del Canciller Woodlee el jueves pasado (2 de mayo) fue el resultado de una demanda de la Iglesia de Dios, una organización rival con cuartel general en la Avenida Montgomery, N.E. de Cleveland". El continuó diciendo:
"No fue su propósito mandar el cómo la (Iglesia) debería referirse a sí misma durante sus servicios de adoración y otras juntas". La Iglesia acordó aceptar el cambio de nombre con el entendimiento de que éste no interfiriera en ninguna manera con la forma en que se condujera la adoración, estructura interna u operación del gobierno de la Iglesia. Este sería para el uso externo únicamente, como un medio de identificar la Iglesia de otras organizaciones con nombres similares.
La lucha en corte concluyó finalmente. La Iglesia de Dios bajo el liderato de M. A. Tomlinson podía estar ahora totalmente ocupada en la “Por tanto id y doctrinad a todos los Gentiles ... "
A pesar de haber nacido de una familia pobre en posesiones materiales, el niño menor de Jessup y Mary Jane Tomlinson, experimentó la riqueza del amor e intimidad de una familia centralizada en Cristo. Según Halcy, su hermana mayor, "él (era) el niño más agradable de todos". Cuando tenía cuatro meses de edad, tenía " ... los ojos azules más hermosos, y (tenía) pelo rojo obscuro como (su) Mamá, y tez blanca (con muchas pecas) y muy hermoso e inteligente". Halcy continuó diciendo: "Nunca he visto un niño tan inteligente para su edad".
El joven, Tony, como era llamado por sus hermanos, creció hacia la vida adulta como un niño típico criado en la primera parte del Siglo Veinte. Con su padre viajando constantemente, promoviendo la Iglesia de Dios, su mamá naturalmente tuvo una tremenda influencia en la crianza de los cuatro hijos de la familia Tomlinson. No obstante, él tenía que experimentar algunas "sesiones de orientación privadas" con su padre cuando el Supervisor General regresaba a casa de algún viaje y era notificado por su esposa concerniente a ciertas maneras de comportarse de algunos de los jóvenes Tomlinson.
Después de terminar su escuela superior en el 1926, él comenzó a prepararse para una vida adulta fructífera. Su vida espiritual comenzó el mismo año cuando se convirtió en el antiguo Tabernáculo de Asambleas. El siguiente año, durante la Convención de Estado de Tenesí (14 de abril de 1927), él fue santificado y recibió el bautismo del Espíritu Santo. El se unió a la Iglesia de Dios a través del pacto el mismo año. Su vida espiritual fue una muy fructífera, lo cual fue de gran gozo para su padre.
En la Asamblea General del 1928, su papá lo casó ante una extensa congregación de aproximadamente tres mil personas. El 18 de septiembre de 1928, cuando tenía veintidós años de edad, Ina Mae Turner se convirtió en su esposa.
El servicio espiritual de Milton Ambrose Tomlinson a la Iglesia de Dios abarcó muchas áreas. El sirvió como el director de la Banda de los Líderes Victoriosos por cerca de diez años en su iglesia local en Cleveland. Fue ordenado diácono el 17 de octubre de 1932, y fue ordenado Obispo el 13 de octubre de 1943. El sirvió además como secretario y tesorero de la iglesia local cuando servía como diácono. El sirvió a la Iglesia además como obrero en la planta de publicaciones ayudando a producir la literatura de la Iglesia.
La Iglesia local de Henderson, Kentucky. El sirvió como pastor hasta el mes de octubre de 194, fecha para la cual su padre murió. Como se dijo antes, él vino a ser el Supervisor General de La Iglesia de Dios a las 12:16 P.M. del 7 de octubre de 1943.
El sintió el peso de su vasta responsabilidad, ya que en su primer mensaje anual, manifestó ante la 39na Asamblea• "No es una tarea fácil estar en pie ante ustedes en esta capacidad hoy.” El sabía que el poder que ayudo a su padre estaba allí para ayudarle a él también. Acababa de concluir su primer año como Supervisor General y sabía que la responsabilidad se había logrado mucho, pero también sabía que había mucho más por hacer.
"Hemos seguido adelante a una velocidad bastante rápida, pero con todo lo que hemos hecho, todavía hay mucho trabajo que hacer…A fin de efectuar nuestra parte, todos vamos a que tener que aplicarnos y laborar más arduamente que nunca antes. Esto requerirá de todos un servicio fiel y voluntario”.
Bajo el liderato del nuevo Supervisor General, la Iglesia laboro fielmente; esto es comprobado de 63,851 nuevos miembros que se recibieron durante los siguientes diez años de servicio. El incremento que se recibieron durante los siguientes diez años de servicio. El incremento anual de ese crecimiento es visto en a siguiente tabal:.
Año Nuevos Miembros
1944 4,767
1945 5,556
1946 6,308
1947 5,015
1948 7,724
1949 6,487
1950 6,686
1951 5,837
1952 5,195
1953 5,423
1954 5,323
Total 63,851
Aquellos rimeros años de la Supervisión General de M. A. Tomlinson no fueron todos de fácil navegación, puesto que él tenía que experimentar el asedio final en la continuación de la lucha en la corte, la cual había
Comenzado en el 1924. El 1 de septiembre de 1949, se le entrego una orden expresa prohibiéndole a la Iglesia "el que desembolsara fondo alguno, ni hipotecara propiedades, aceptara nuevos miembros o recibiera, correspondencia o comunicaciones dirigidas a la Iglesia de Dios.” Notas de tales órdenes fueron enviadas al Banco Merchant, a la Compañía de Teléfonos y Telégrafos y Telégrafos Southern y a la Oficina de Correos de los Estados Unidos prohibiéndoles efectuar negocio alguno con la Iglesia. La orden fue otro movimiento instigado por la facción que dividió la Iglesia en el 1923.
El hno. Tomlinson y el remanente se dieron prisa (aproximadamente seis meses después de la separación) en incorporar su grupo en el Estado de Tenesí como la "Iglesia de Dios". Ellos recibieron una orden judicial de parte de la Cancillería de la Corte de Cleveland, Tenesí, la cual prohibía a la Iglesia el "Reclamar o el representarse a sí misma en forma alguna en conexión con la Iglesia de Dios...” el retener remesas o contribuciones enviadas a la “Iglesia de Dios”. Ellos recibieron una orden judicial de parte de la Cancilleria de la Corte de Cleveland, Tenesi, la cual prohibia a la Iglesia el “Reclamar o el representarse a si misma en forma alguna en conexcion con la Iglesia de Dios… el reterner remesas o contribuciones enviadas a la Iglesia de Dios…recibir miembros en ninguna iglesia u organización sobre el reclamo o representación de que la misma es la Iglesia de Dios original". Esta orden judicial paralizó virtualmente la Iglesia en su labor de llevar a cabo las funciones vitales que se necesitaban para promover la obra. Por ejemplo, el "Mensajero Ala Blanca" no pudo ser publicado entre el 23 de febrero y el 22 de marzo de 1924.
El 12 de marzo de 1924, la orden judicial fue modificada por la Cancillería de la Corte de Jasper, Tenesí, permitiéndole a la Iglesia el continuar su trabajo de igual forma en que la hiciera antes de la presentación de la orden expresa del 26 de febrero. La orden modificada permitía que la Iglesia llevara adelante sus negocios siempre y cuando hiciera claro que esta era la Iglesia de Dios sobre la cual A. J. Tomlinson era el Supervisor General. La Iglesia podía ahora continuar sus esfuerzos para promover el evangelio.
Las batallas legales no se habían terminado. A. J. Tomlinson fue llevado a corte aproximadamente ocho veces el año siguiente debido a que se alegaba que no estaba cumpliendo con la orden legal. En casi todos estos incidentes particulares, él, en esencia, salía victorioso. El 1 juez a menudo decía que él creía que A. J. Tomlinson no era culpable de los cargos. Eso ayudaba a la Iglesia a ganar más libertad de la orden judicial inicial. Si acaso era multado, la suma era tan mínima que en la esencia, no era multa después de todo, como es ilustrado en el juicio del 14 de abril, en el cual se le multó a pagar un centavo.
La lucha en la corte continuó hasta julio del 1925, cuando la Corte de Apelaciones del Estado de Tenesí repentinamente volteó todo alrededor. Esta registró el 3 de julio de 1925 en esencia, como lo resumió A. J. Tomlinson:
" ... los honorables jueces han decidido todo punto en cuestión en el litigio a nuestro favor ... la corte sostiene que nuestra Asamblea Anual es la Asamblea de la Iglesia de Dios".
La Corte de Apelaciones dictaminó a favor de la Iglesia, lo cual ayudó a que .se viera un gran incremento material. No obstante, la oposición, no satisfecha con la decisión de la Corte de Apelaciones, llevó su caso a la Corte Suprema del Estado de Tenesí. Los días 4 de abril y 15 de julio de 1927, la Corte Suprema del Estado revocó la decisión de la Corte de Apelaciones y sostuvo la decisión de la Corte de Cancillería. Una vez más la Iglesia sufrió un revés. No obstante, A. J. Tomlinson escribió en su diario:
"La decisión de la corte dictaminó el que ellos saldaran una deuda de $45,000. La deuda nuestra era apenas unos $2,000 determinaron hacerme pagar al acusante de todo. Ellos fracasaron además al no poder probar mi culpabilidad del robo de $14,000. Así que, después de todo ganamos una buena victoria".
Los derechos a la propiedad y las deudas fueron resueltas finalmente. El cargo de malversación de fondos contra A. J. Tomlinson fue disipado también como lo declaran los registros del estado- orden retirada al respecto". Sin embargo, la batalla en la corte no terminó, ya que el 20 de marzo de 1929, A. J. Tomlinson fue arrestado por rebeldía, acusado de violar la orden expresa. Debido a que el magistrado ya había hecho la fianza y la trajo con él cuando notificó a A. J. Tomlinson del arresto, el Supervisor General siguió en libertad hasta que se efectuara el JUICIO en la corte el 8 de abril de 1929.
La Iglesia no buscó un abogado para que la representara en el juicio. No obstante, "la Cámara de Comercio de Cleveland se interesó en el asunto y solicitó un abogado para que actuara por ellos a fin de conseguir que el conflicto fuera ajustado". La Corte no formuló preguntas ni al Supervisor General ni a la Iglesia, procediendo a retirar los cargos. A. J. Tomlinson declaró más tarde en su mensaje anual ante la 24ta Asamblea General de ese mismo año:
" ... Comenzó un amanecer sobre mí con la crítica de que era una vergüenza-una desgracia el ser arrestado y llevado ante las Cortes, y se me imputó una penalidad como si fuera un criminal. Pero lo hecho estaba hecho, y Dios lo permitió porque El Tuvo como digno el que sufriera ignominia por Su gran nombre".
Aunque los cargos fueron retirados; con todo, había una restricción clave colocada sobre la Iglesia la cual tendría efectos de largo alcance. La Corte requirió un cambio en el orden de secuencia del nombre de la
Iglesia. En lugar de leer "Iglesia de Dios, A. J. Tomlinson, Supervisor General", el nombre de la Iglesia debería aparecer registrado ahora: "Iglesia de Dios, Tomlinson".
Cumpliendo con la reciente decisión de la corte, la siguiente edición del Mensajero Ala Blanca fue publicada con un formato diferente en las páginas donde van los títulos. La edición del 6 de abril de 1929, bajo su impresión en letra oscura: "El Mensajero Ala Blanca", tenía cerca del margen izquierdo un pequeño encasillado cuadrado el cual contenía las palabras "Nuevas de la Iglesia de Dios". Próximo a éste, en un encasillado un poco más largo de forma rectangular, aparecían las palabras: "La Iglesia de Dios, A. J. Tomlinson, Supervisor General". En la siguiente edición, la fraseología del formato fue cambiada. El nombre "Iglesia de Dios" no aparecía por ningún lado como título en la revista. En lugar de ello, las palabras: "Alegres Nuevas de la Iglesia", llenaban el primer encasillado, junto a una declaración concerniente al "Mensajero Ala Blanca" con una subscripción de más de 18,000 miembros y amigos, la cual llenaba el encasillado de forma rectangular. Este formato continuó en uso hasta la edición del 6 de julio de 1929.
Los detalles del decrete de la Corte del 8 de abril de 1929, inmediatamente comenzaron a reaccionar negativamente ante el cambio de nombre. Una delegación de Virginia dirigida por W. M. Lowman, Supervisor de Estado, vino al Cuartel General para manifestar su insatisfacción. Debido a este creciente interés de los miembros, A. J. Tomlinson y A. D. Evans presentaron una petición de revocación de los cargos ante la corte el 8 de mayo de 1929. Esta petición fue adjudicada temporalmente hasta la siguiente sesión de la Corte. En la edición del periódico Cleveland Daily Banner del13 de octubre de 1932, A. J. Tomlinson declaró la razón de su objeción al uso del nombre "Iglesia de Dios de Tomlinson". El les dijo que "ni él ni los miembros de (la) Iglesia querían poner su nombre Junto a tan sagrado nombre como lo era el de Iglesia de Dios".
La Iglesia recibió el permiso de la corte para usar el nombre: "Iglesia de Dios, sobre la cual A. J. Tomlinson es Supervisor". Como consecuencia la edición del Mensajero Ala Blanca del 6 de julio de 1929, una vez más agrego al" formato el título "Iglesia de Dios". Este declaraba específicamente. La Iglesia de Dios, sobre la cual A. J. Tomlinson es Supervisor, con Permiso Pendiente a Otras Audiencias".
La 24ta Asamblea efectuada los días 11-17 de septiembre de 1929 pasó al registro unánimemente "que estamos dispuestos y realmente deseamos distinguirnos de dicha iglesia querellante por el uso de las palabras 'Iglesia de Dios, A. J. Tomlinson, Supervisor General". No obstante, para el día 1 de enero de 1930, "la corte finalmente escribió un decreto diciendo que él (el juez) no podía adjudicar la petición (de la Iglesia) de quitar el nombre Tomlinson como un sufijo pero que (la Iglesia) podía continuar usando por el momento el nombre Iglesia de Dios sobre la cual A. J. Tomlinson es Supervisor".
Como ya se ha mostrado, la Iglesia estaba experimentando un tremendo Período de crecimiento y expansión a pesar de la persistencia de la oposición en su empeño de continuar presentando cargos contra A. J. Tomlinson y la Iglesia. Los registros revelan que muchos ministros R. G. Spurling como un ejemplo y otros miembros estaban regresando a la Iglesia después que pudieron entender la verdad sobre el asunto en cuestión.
A través de la década del treinta, A. J. Tomlinson continuó siendo acusado una y otra vez de cargos que el grupo de la oposición presentaba. Después de leer amenazado Por una carta de parte del Supervisor General de la oposición, A. J. Tomlmson volvió a ser llevado a corte el 13 de octubre de 1932. El Supervisor General abogó su propio caso y eventualmente fue multado con $25.00. En abril del 1936, la misma acusación que presentada contra él, al igual que en abril de 1939 de hecho, el esisodio final no tuvo lugar hasta que M. A. Tomlinson vino a ser Supervisor General.
Fue en el sexto año de su supervisión que M. A. Tomlinson experimentó su primera prueba al ser llevado a corte, siendo aquél el vigésimo año de controversia. Las persecuciones fueron instigadas por el mismo grupo de personas que se rebelaron contra su padre en los años 1922 y 1923. Las cortes de Tenesi nunca presentaron el asunto, sino que actuaban únicamente cuando los cargos eran presentados por la oposición.
de las 2:00 P.M., día jueves l de septiembre, un agente del comisario del Condado Bradley de Tenesí llegó a la oficina del Supervisor General y le presentó una orden judicial la cual decía que la Iglesia tenía que: "abstenerse de vender o hipotecar cualquiera de las propiedades ni disponer de los fondos ya fuera retirándolos del Banco Merchants en Cleveland, Tenesí, por medio de cheques u otras formas. Y que no podrían aceptar o recibir cualquier remesa, correspondencia o comunicaciones dirigidas a la Iglesia de Dios." La Iglesia fue demandada por la suma de $250,000 por daños y perjuicios.
Tal parecía que la Iglesia tendría que cancelar la Asamblea General a menos que se pudiera hacer algo para obtener relevo de la demanda. Los obreros del Cuartel General acordaron continuar trabajando sin paga, determinados a echar adelante el trabajo. M. A. Tomlinson hizo un anuncio público de que la Asamblea se llevaría a cabo a pesar de la demanda judicial.
El relevo llegó cuando un juez en Dayton, Tenesí, dictaminó que al proveer la fianza de $50,000 la orden judicial sería disuelta. La decisión de los jueces el 3 de septiembre de 1949, esperaría hasta que la cuestión pudiera ser resuelta en la corte. La audiencia final no vendría hasta el 2 de mayo de 1952.
El 1 de mayo de 1952, el Canciller de Justicia Genn W. Woodlee de Dayton, Tenesí, negó una petición de la Iglesia para continuar el uso de "Iglesia de Dios sobre la cual M. A. Tomlinson es Supervisor". El dictaminó que la Iglesia de allí en adelante usaría el nombre: "Iglesia De Dios Tomlinson", u otro nombre que distinguiera los dos grupos adecuadamente. El Canciller de Justicia declaró que "a menos que hubiera un acatamiento a tal decreto, la corte tomaría los debidos pasos para poner un embargo (confiscar o tomar posesión provisional) o recibidor (depositario) sobre el grupo demandado para conducir los negocios de esta iglesia en conformidad con los decretos de esta corte".
En el decreto final expedido por las Cortes el 2 de mayo de 1952, el nombre "Iglesia de Dios de la Profecía" fue declarado "como un nombre apropiado para el grupo Demandado en todo tiempo y en su totalidad, sin ninguna abreviación, en sus negocios seculares (pero no en sus asuntos religiosos o espirituales)".
La Iglesia fue forzada finalmente a usar el nombre "Iglesia de Dios de la Profecía", "en sus negocios seculares." La edición del Cleveland Daily Banner del 6 de mayo de 1952 declaró: "El decreto del Canciller Woodlee el jueves pasado (2 de mayo) fue el resultado de una demanda de la Iglesia de Dios, una organización rival con cuartel general en la Avenida Montgomery, N.E. de Cleveland". El continuó diciendo:
"No fue su propósito mandar el cómo la (Iglesia) debería referirse a sí misma durante sus servicios de adoración y otras juntas". La Iglesia acordó aceptar el cambio de nombre con el entendimiento de que éste no interfiriera en ninguna manera con la forma en que se condujera la adoración, estructura interna u operación del gobierno de la Iglesia. Este sería para el uso externo únicamente, como un medio de identificar la Iglesia de otras organizaciones con nombres similares.
La lucha en corte concluyó finalmente. La Iglesia de Dios bajo el liderato de M. A. Tomlinson podía estar ahora totalmente ocupada en la “Por tanto id y doctrinad a todos los Gentiles ... "
martes, 24 de mayo de 2011
HISTORIA Y GOBIERNO: LA ERA DE LA ESTABILIZACION
Aunque los miembros de la Iglesia sabían que la muerte vendría eventualmente a su Supervisor General, ésta aun produjo un estado de conmoción y sorpresa cuando la noticia de su fallecimiento llegó hasta ellos unos dieciocho días después de la 38va Asamblea en el 1943. El había guiado la Iglesia de Dios victoriosamente durante cuarenta años. Ellos no conocían otro Supervisor General, y ahora este se había ido. Sin embargo, la Iglesia en su ferviente búsqueda de las Escrituras en las primeras Asambleas, había hecho planes para tal ocasión. En la 8va Asamblea del 1913 la provisión declaraba:
"Recomendamos además, que si en cualquier momento surge la necesidad por incapacidad de alguna causa, y el oficio del Supervisor General fuera declarado vacante, que los Supervisores de Estado/Nacionales seleccionen un Supervisor General para que ocupe el oficio hasta la siguiente Asamblea General".
Treinta años después de haberse pasado esa recomendación, ésta fue puesta en operación con la muerte de A. J. Tomlinson.
A las 8:00 A.M. del martes 7 de octubre de 1943, la reunión para la selección del nuevo Supervisor General comenzó con la asistencia de treinta y siete Supervisores de Estado y tres Supervisores Nacionales.
Sólo se tomaron cuatro horas y dieciséis minutos para seleccionar al nuevo Supervisor. Con A. D. Evans como moderador, los delegados de la junta procedieron sistemáticamente a buscar la "voluntad de Dios" y para "seleccionar al hombre que Dios aprobara para llenar aquella posición".
Con "el Espíritu Santo obrando poderosamente entre (ellos)" en tres ocasiones diferentes, los Supervisores discutieron la recomendación de la 8va Asamblea, el carácter del pasado Supervisor General, y el carácter deseado de un nuevo Supervisor General por casi tres horas. Luego, a las 11:13 A.M., el siguiente mensaje fue dicho: "Traed al hijo menor". Después de este mensaje, cuatro diferentes Supervisores de Estado hablaron de sus respectivas "motivaciones especiales del Espíritu Santo", indicando que M. A. Tomlinson sería el hombre escogido para seguir la obra del pasado Supervisor General.
El tiempo más extenso que se tomó en hablar durante toda la sesión fue tomado por Homer Tomlinson. Por más de veinticinco minutos él "enfatizó el hecho de que el Hermano Milton debería ocupar el lugar de su padre ... ". El concluyó su discurso con estas palabras: "Milton es la incorporación (personificación) del espíritu de mi padre ... Milton no tiene enemigos en el mundo ... no hay ni una mancha en su vida".
M. A. Tomlinson fue seleccionado unánimemente a las 12:16 P.M., para ser el Supervisor General desde esa reunión hasta la siguiente Asamblea General. Luego en la 39na Asamblea del1944, él fue oficialmente oficializado como Supervisor General. Varios pañuelos, lágrimas, alabanzas, mensajes e interpretaciones, la "vasta audiencia exclamó su aprobación". Ellos manifestaron su ratificación en concierto al decir: "Consideramos que le parece bien al Espíritu Santo y a nosotros que usted sea el Supervisor General de la Iglesia de Dios".
Referencia Parte I a "HISTORIA Y GOBIERNO" Revisado 1985. Derechos de autor 1977 Por La Casa De Publicaciones E Imprenta Ala Blanca Cleveland, Tenesí, E.U.A
"Recomendamos además, que si en cualquier momento surge la necesidad por incapacidad de alguna causa, y el oficio del Supervisor General fuera declarado vacante, que los Supervisores de Estado/Nacionales seleccionen un Supervisor General para que ocupe el oficio hasta la siguiente Asamblea General".
Treinta años después de haberse pasado esa recomendación, ésta fue puesta en operación con la muerte de A. J. Tomlinson.
A las 8:00 A.M. del martes 7 de octubre de 1943, la reunión para la selección del nuevo Supervisor General comenzó con la asistencia de treinta y siete Supervisores de Estado y tres Supervisores Nacionales.
Sólo se tomaron cuatro horas y dieciséis minutos para seleccionar al nuevo Supervisor. Con A. D. Evans como moderador, los delegados de la junta procedieron sistemáticamente a buscar la "voluntad de Dios" y para "seleccionar al hombre que Dios aprobara para llenar aquella posición".
Con "el Espíritu Santo obrando poderosamente entre (ellos)" en tres ocasiones diferentes, los Supervisores discutieron la recomendación de la 8va Asamblea, el carácter del pasado Supervisor General, y el carácter deseado de un nuevo Supervisor General por casi tres horas. Luego, a las 11:13 A.M., el siguiente mensaje fue dicho: "Traed al hijo menor". Después de este mensaje, cuatro diferentes Supervisores de Estado hablaron de sus respectivas "motivaciones especiales del Espíritu Santo", indicando que M. A. Tomlinson sería el hombre escogido para seguir la obra del pasado Supervisor General.
El tiempo más extenso que se tomó en hablar durante toda la sesión fue tomado por Homer Tomlinson. Por más de veinticinco minutos él "enfatizó el hecho de que el Hermano Milton debería ocupar el lugar de su padre ... ". El concluyó su discurso con estas palabras: "Milton es la incorporación (personificación) del espíritu de mi padre ... Milton no tiene enemigos en el mundo ... no hay ni una mancha en su vida".
M. A. Tomlinson fue seleccionado unánimemente a las 12:16 P.M., para ser el Supervisor General desde esa reunión hasta la siguiente Asamblea General. Luego en la 39na Asamblea del1944, él fue oficialmente oficializado como Supervisor General. Varios pañuelos, lágrimas, alabanzas, mensajes e interpretaciones, la "vasta audiencia exclamó su aprobación". Ellos manifestaron su ratificación en concierto al decir: "Consideramos que le parece bien al Espíritu Santo y a nosotros que usted sea el Supervisor General de la Iglesia de Dios".
Referencia Parte I a "HISTORIA Y GOBIERNO" Revisado 1985. Derechos de autor 1977 Por La Casa De Publicaciones E Imprenta Ala Blanca Cleveland, Tenesí, E.U.A
viernes, 20 de mayo de 2011
HISTORIA Y GOBIERNO: LA ERA DEL GRAN AVIVAMIENTO (CAPITULO TRES)
Quizás algunos de los más grandes avivamientos en este lado del "Levántate, Resplandece" de la Iglesia de Dios, tomaron lugar a fines de la década del 20 y a principio de la década del 30, a medida que la Iglesia, con una determinación fresca, se lanzó afuera, penetrando dentro de muchas áreas y regiones nuevas. Aunque carecemos de estadísticas definidas, es evidente que la Iglesia creció de unos cinco a seis mil miembros, quienes permanecieron con la Iglesia después de la división del 1923, hasta veintiún mil miembros en 1933. Esta rápida expansión tomó lugar tanto en los Estados Unidos como en otros países del mundo. Ese crecimiento es ilustrado en la siguiente tabla:
1929 1,406
1930 2,036
1931 2,701
1932 4,561
1933 5,573
Total 16,277
Como se puede ver en este período de cinco años de crecimiento, la Iglesia alcanzó una membresía de 16,277.
El "Mensajero Ala Blanca" (el nombre de la publicación de la Iglesia desde el 1923) está literalmente lleno de reportes proclamando los grandes avivamientos de las décadas del veinte y del treinta. La década del treinta mostró un aumento total de 41,961 nuevos miembros añadidos a la Iglesia. Sin duda que la Iglesia de la década del treinta tenía los fuegos del avivamiento ardiendo.
En la edición del "Mensajero Ala Blanca" del 28 de abril de 1934, se reportó que veintiocho nuevas congregaciones locales fueron organizadas en un período de tres años en el Estado de Oklahoma. El último año de esa expansión vio quince nuevas congregaciones establecidas. Esta tremenda expansión de la Iglesia, como sucedió en Oklahoma, había venido a ser la norma de la Iglesia en general Muchos de los Supervisores de Estado estaban experimentando el mismo crecimiento fenomenal en sus estados respectivos.
La Iglesia no sólo se estaba extendiendo en los Estados Unidos, sino que estaba creciendo y expandiéndose hacia nuevas áreas alrededor del mundo. Aunque las "misiones" en la Iglesia de Dios en los primeros días fueron consideradas principalmente como la comunidad adyacente, el estado o región, algunos de los primeros misioneros pentecostales en salir de los Estados Unidos hacia otras tierras, fueron misioneros de la Iglesia de Dios. Como se dijo arriba, desde el 1910, cuando el primer misionero de la Iglesia puso su pie en las Islas Bahamas, hasta el 1923, doce países diferentes fueron alcanzados con el mensaje de la Iglesia de Dios.
Desafortunadamente, todas estas estaciones misioneras perecieron antes de finalizar el año 1923, principalmente debido a la falta de finanzas con la excepción de Egipto, Guatemala e Islas Bahamas. Con relación a la misión en Egipto, por alguna razón desconocida, la correspondencia con la Iglesia fue disminuyendo poco a poco, y dado a que la Iglesia no podía ayudar más financieramente, la persona a cargo de la misión se fue apartando gradualmente de la Iglesia. Para el año 1919, evidentemente todo vínculo había sido roto entre la Iglesia y la misión en Egipto, quedando solamente las misiones de Guatemala y las Islas Bahamas en operación para el año en que ocurrió la división. Las Islas Bahamas, con aproximadamente dos terceras partes de la membresía de la Iglesia fuera de los Estados Unidos, era el más extenso de los campos misioneros. La Iglesia, en esencia, retuvo la mayoría de los miembros en las Islas Bahamas, pero perdió la mayor parte de los miembros en Guatemala.
Con la mayoría de los miembros de la Iglesia fuera de los Estados Unidos, en las Islas Bahamas, se puede ver que las fuerzas destructoras tuvieron e1 mismo efecto fuera de los Estados Unidos. La historia del conflicto en las Islas Bahamas y la victoria resultante es realmente un relato inspiracional. Ese relato puede ser apreciado de mejor manera leyendo la Sección del diario de A. J. Tomlinson con fecha del 2 de abril de 1924:
"Estas preciosas personas se informaron concerniente al evento de la división a través de la revista de la oposición cuya literatura tenebrosa y degradante hizo que se fueran de rodillas ante Dios, y Dios les otorgó la revelación de que ellos (los ancianos) estaban equivocados y que permanecieran adheridos a (la Iglesia)".
En la era del gran avivamiento a fines de las décadas del veinte y treinta, la Iglesia fuera de los Estados Unidos experimentó también un crecimiento fenomenal. En el 1926, en las Islas Vírgenes se desataron poderosos avivamientos. La Iglesia fue restablecida cuando A. J. Tomlinson organizó una congregación local con veinte miembros. Después de marcharse de las Islas Vírgenes, A. J. Tomlinson salió para Barbados, lugar donde la Iglesia había sido organizada recientemente. Su visita resultó en siete nuevas iglesias organizadas con casi cuatrocientos nuevos miembros.
En la siguiente tabla se puede ver claramente en la siguiente tabla la expansión de la Iglesia fuera de los Estados Unidos durante los primeros cinco años de la década del treinta.
País La Iglesia Fue Establecida
Canadá 1931
Grecia 1931
Haití 1931
Costa Rica 1932
Islas del Turco 1932
Sierra Leona 1934
Cuba 1935
Chipre 1935
Islas de Barlovento 1935
La Iglesia creció de unos trescientos miembros aproximadamente en un país hasta cerca de diez mil miembros en veinte países, desde el l923 hasta el 1943. Había doscientas cuarenta congregaciones de la Iglesia de Dios fuera de los Estados Unidos. El crecimiento tanto en el campo misionero como en los Estados Unidos trajo como resultado un gran oleaje de nuevos miembros, ministros y congregaciones locales para la Iglesia de Dios. Las siguientes estadísticas y tablas revelarán este gran movimiento.
Ministros en la Iglesia
1924 170
1943 1,999
1931 (registro dado en el primer año) 9,249
1941 51,549
Dinero Misionero
(Dinero enviado a las Oficinas Generales)
1925 $ 200.65
1942 $42,265.54
Nuevos Miembros Ganados
1929 1,406
1930 2,036
1931 2,701
1932 4,561
1933 5,573
1934 5,256
1935 5,457
1936 4,178
1937 4,688
1938 3,899
1939 6,601
1940 5,123
1941 4,958
1942 4,656
1943 4,317
Total 65,304
La era del gran avivamiento trajo más de sesenta y cinco. Mil miembros dentro de la Iglesia. Tal parecía que cada miembro Y ministro estaba supe cargado de un celo santo en la Iglesia, de tal manera que ésta se llenaba de hombres y mujeres con un espíritu pionero para Ir Y llevar el mensaje de la Iglesia de Dios a todas las partes del mundo. El clamor de A. J. Tomlinson por hombres y mujeres de tal calibre en la 20ma Asamblea del 1925, se había convertido en una realidad. En su mensaje anual de ese año, él declaró:
"Estoy esperando grandes campañas en cada estado, pero para ello se necesitarán hombres de valor-hombres de fe--hombres que triunfen o que mueran, y triunfen si mueren en el campo de batalla. Hombres que jamás levanten la bandera blanca ni que ordenen la retirada. Gracias a Dios que los tenemos; sí que los tenemos".
Aquellos cinco o seis mil miembros de la Iglesia a mediados del 1920 no levantaron la bandera blanca, puesto que marcharon delante de victoria en victoria.
Parado en primera fila, como era usual en la demostración de entusiasmo y celo, estaba el Supervisor General. Sea que su vida fuera examinada a la edad de dieciocho años en el 1883, siendo un joven en Indiana, o a la edad de treinta y ocho en el 1903, como líder aspirante de una nueva revelación divina, o a los cincuenta y ocho años de edad en el 1923, como un líder determinado a estar firme por la verdad sin importar las consecuencias, ésta revela una característica prominente que permaneció con él a través de toda su vida. Se ha dicho siempre que A. J. Tomlinson fue un hombre lleno de entusiasmo y celo por cumplir aquello que Dios depositó sobre él.
Cuando tenía la edad de sesenta y un años viajó veinte mil ciento sesenta (20 160) millas por "tren, barcos de vapor, automóviles, autobuses, taxímetros: botes de remo, lanchas de motor, tranvías, y a pie", mundo. En el l931, después de viajar veinticinco mil quinientas noventa y seis millas (25,596), visitando treinta y una convenciones y predicando doscientos sesenta y seis sermones, aún pudo manifestar en su (66to) sexagesimosexto cumpleaños:
"Todavía estoy lleno de fuego y celo, soplando y escarbando porque quiero darme prisa para entrar a la batalla a velocidad precipitada, para asombrar al mundo y hacerle saber a las gentes en todas partes que la Iglesia de los últimos días, como fue profetizado, está actualmente aquí y funcionando exactamente como lo programó su Fundador antes de que el mundo fuera formado".
En el año 1934, el Supervisor General visitó cuarenta convenciones de estado, muchas iglesias locales y predicó un total de cuatrocientos veinte sermones. El extraordinario hombre de sesenta y nueve años de edad declaró en su mensaje anual de ese mismo año: "Pensé que había ido sobre mis límites en años previos, pero descubrí que aún hay más cosas en mí que desarrollar".
Tal parecía que el Supervisor General iba a seguir adelante para siempre jamás en su actividad promocional a favor de la Iglesia de Dios. No obstante, en el 1937 se vio forzado a disminuir sus labores. El efecto que le ocasionó el sacarse la dentadura lo dejó muy débil, pero aún continuó laborando en la oficina. A pesar de que sus ojos comenzaron a darle problemas, pudo moderar toda la Asamblea General del 1937. Cuatro días después de la Asamblea, el sábado 18 de septiembre de 1937, se desmayó en el baño (excusado) cerca de su oficina de trabajo.
El permaneció en estado semiconsciente por tres días. Su recuperación fue muy lenta, tomándose casi toda la parte restante del año. Después de la Asamblea del 1938, donde recibió el toque divino del Señor, su salud comenzó a mejorar lo suficiente como para permitirle continuar su liderato en la Iglesia de Dios en forma restrictiva. Aunque viajó 19,750 millas en el 1939, nunca se recuperó totalmente de aquel primer desmayo que sufriera en el 1937.
La última partida que A. J. Tomlinson entrara en su diario, con fecha del 8-14 de septiembre de 1943, decía: "Grandes cosas a la expectativa". Con estas fechas siendo las mismas de la 38va Asamblea, evidentemente él esperaba tener una gloriosa Asamblea. Su expectación vino a ser una realidad, ya que la Asamblea fue un tiempo de grandes bendiciones espirituales de parte del Señor.
El 16 de septiembre dos días después de la clausura de la Asamblea, A.J. Tomlinson trabajo en su oficina y después regreso a su casa para cenar alrededor de las 6:00P.M. Alrededor de la media noche, después de regresar de trabajar en su oficina otra vez, se enfermó gravemente. Este fue el comienzo de su final. El varón de Dios estaba entrando al umbral de su última batalla terrenal.
A través de toda su enfermedad, él habló muy poco. Apenas contestaba cuando le preguntaban cómo estaba. El solía decir: "Estoy más cerca del fin". El fin llegó a su vida el sábado 2 de octubre de 1943 a las 10:00
A.M. "Grandes cosas a la expectativa", comenzaron inmediatamente después para A. J. Tomlinson en el otro mundo.
Durante cuarenta años, él dirigió la Iglesia de Dios desde 1!1 montaña a través del valle y por las laderas hacia el destino final. El liderato de su generación produjo el "levántate" de la gran, Iglesia de Dios. Ahora quedaba en manos del liderato de otra generación, la cual deben llevar el "resplandor del levantamiento" a su óptimo resplandor, a fin de que "todos los hombres puedan ver la dispensación del misterio".
1929 1,406
1930 2,036
1931 2,701
1932 4,561
1933 5,573
Total 16,277
Como se puede ver en este período de cinco años de crecimiento, la Iglesia alcanzó una membresía de 16,277.
El "Mensajero Ala Blanca" (el nombre de la publicación de la Iglesia desde el 1923) está literalmente lleno de reportes proclamando los grandes avivamientos de las décadas del veinte y del treinta. La década del treinta mostró un aumento total de 41,961 nuevos miembros añadidos a la Iglesia. Sin duda que la Iglesia de la década del treinta tenía los fuegos del avivamiento ardiendo.
En la edición del "Mensajero Ala Blanca" del 28 de abril de 1934, se reportó que veintiocho nuevas congregaciones locales fueron organizadas en un período de tres años en el Estado de Oklahoma. El último año de esa expansión vio quince nuevas congregaciones establecidas. Esta tremenda expansión de la Iglesia, como sucedió en Oklahoma, había venido a ser la norma de la Iglesia en general Muchos de los Supervisores de Estado estaban experimentando el mismo crecimiento fenomenal en sus estados respectivos.
La Iglesia no sólo se estaba extendiendo en los Estados Unidos, sino que estaba creciendo y expandiéndose hacia nuevas áreas alrededor del mundo. Aunque las "misiones" en la Iglesia de Dios en los primeros días fueron consideradas principalmente como la comunidad adyacente, el estado o región, algunos de los primeros misioneros pentecostales en salir de los Estados Unidos hacia otras tierras, fueron misioneros de la Iglesia de Dios. Como se dijo arriba, desde el 1910, cuando el primer misionero de la Iglesia puso su pie en las Islas Bahamas, hasta el 1923, doce países diferentes fueron alcanzados con el mensaje de la Iglesia de Dios.
Desafortunadamente, todas estas estaciones misioneras perecieron antes de finalizar el año 1923, principalmente debido a la falta de finanzas con la excepción de Egipto, Guatemala e Islas Bahamas. Con relación a la misión en Egipto, por alguna razón desconocida, la correspondencia con la Iglesia fue disminuyendo poco a poco, y dado a que la Iglesia no podía ayudar más financieramente, la persona a cargo de la misión se fue apartando gradualmente de la Iglesia. Para el año 1919, evidentemente todo vínculo había sido roto entre la Iglesia y la misión en Egipto, quedando solamente las misiones de Guatemala y las Islas Bahamas en operación para el año en que ocurrió la división. Las Islas Bahamas, con aproximadamente dos terceras partes de la membresía de la Iglesia fuera de los Estados Unidos, era el más extenso de los campos misioneros. La Iglesia, en esencia, retuvo la mayoría de los miembros en las Islas Bahamas, pero perdió la mayor parte de los miembros en Guatemala.
Con la mayoría de los miembros de la Iglesia fuera de los Estados Unidos, en las Islas Bahamas, se puede ver que las fuerzas destructoras tuvieron e1 mismo efecto fuera de los Estados Unidos. La historia del conflicto en las Islas Bahamas y la victoria resultante es realmente un relato inspiracional. Ese relato puede ser apreciado de mejor manera leyendo la Sección del diario de A. J. Tomlinson con fecha del 2 de abril de 1924:
"Estas preciosas personas se informaron concerniente al evento de la división a través de la revista de la oposición cuya literatura tenebrosa y degradante hizo que se fueran de rodillas ante Dios, y Dios les otorgó la revelación de que ellos (los ancianos) estaban equivocados y que permanecieran adheridos a (la Iglesia)".
En la era del gran avivamiento a fines de las décadas del veinte y treinta, la Iglesia fuera de los Estados Unidos experimentó también un crecimiento fenomenal. En el 1926, en las Islas Vírgenes se desataron poderosos avivamientos. La Iglesia fue restablecida cuando A. J. Tomlinson organizó una congregación local con veinte miembros. Después de marcharse de las Islas Vírgenes, A. J. Tomlinson salió para Barbados, lugar donde la Iglesia había sido organizada recientemente. Su visita resultó en siete nuevas iglesias organizadas con casi cuatrocientos nuevos miembros.
En la siguiente tabla se puede ver claramente en la siguiente tabla la expansión de la Iglesia fuera de los Estados Unidos durante los primeros cinco años de la década del treinta.
País La Iglesia Fue Establecida
Canadá 1931
Grecia 1931
Haití 1931
Costa Rica 1932
Islas del Turco 1932
Sierra Leona 1934
Cuba 1935
Chipre 1935
Islas de Barlovento 1935
La Iglesia creció de unos trescientos miembros aproximadamente en un país hasta cerca de diez mil miembros en veinte países, desde el l923 hasta el 1943. Había doscientas cuarenta congregaciones de la Iglesia de Dios fuera de los Estados Unidos. El crecimiento tanto en el campo misionero como en los Estados Unidos trajo como resultado un gran oleaje de nuevos miembros, ministros y congregaciones locales para la Iglesia de Dios. Las siguientes estadísticas y tablas revelarán este gran movimiento.
Ministros en la Iglesia
1924 170
1943 1,999
1931 (registro dado en el primer año) 9,249
1941 51,549
Dinero Misionero
(Dinero enviado a las Oficinas Generales)
1925 $ 200.65
1942 $42,265.54
Nuevos Miembros Ganados
1929 1,406
1930 2,036
1931 2,701
1932 4,561
1933 5,573
1934 5,256
1935 5,457
1936 4,178
1937 4,688
1938 3,899
1939 6,601
1940 5,123
1941 4,958
1942 4,656
1943 4,317
Total 65,304
La era del gran avivamiento trajo más de sesenta y cinco. Mil miembros dentro de la Iglesia. Tal parecía que cada miembro Y ministro estaba supe cargado de un celo santo en la Iglesia, de tal manera que ésta se llenaba de hombres y mujeres con un espíritu pionero para Ir Y llevar el mensaje de la Iglesia de Dios a todas las partes del mundo. El clamor de A. J. Tomlinson por hombres y mujeres de tal calibre en la 20ma Asamblea del 1925, se había convertido en una realidad. En su mensaje anual de ese año, él declaró:
"Estoy esperando grandes campañas en cada estado, pero para ello se necesitarán hombres de valor-hombres de fe--hombres que triunfen o que mueran, y triunfen si mueren en el campo de batalla. Hombres que jamás levanten la bandera blanca ni que ordenen la retirada. Gracias a Dios que los tenemos; sí que los tenemos".
Aquellos cinco o seis mil miembros de la Iglesia a mediados del 1920 no levantaron la bandera blanca, puesto que marcharon delante de victoria en victoria.
Parado en primera fila, como era usual en la demostración de entusiasmo y celo, estaba el Supervisor General. Sea que su vida fuera examinada a la edad de dieciocho años en el 1883, siendo un joven en Indiana, o a la edad de treinta y ocho en el 1903, como líder aspirante de una nueva revelación divina, o a los cincuenta y ocho años de edad en el 1923, como un líder determinado a estar firme por la verdad sin importar las consecuencias, ésta revela una característica prominente que permaneció con él a través de toda su vida. Se ha dicho siempre que A. J. Tomlinson fue un hombre lleno de entusiasmo y celo por cumplir aquello que Dios depositó sobre él.
Cuando tenía la edad de sesenta y un años viajó veinte mil ciento sesenta (20 160) millas por "tren, barcos de vapor, automóviles, autobuses, taxímetros: botes de remo, lanchas de motor, tranvías, y a pie", mundo. En el l931, después de viajar veinticinco mil quinientas noventa y seis millas (25,596), visitando treinta y una convenciones y predicando doscientos sesenta y seis sermones, aún pudo manifestar en su (66to) sexagesimosexto cumpleaños:
"Todavía estoy lleno de fuego y celo, soplando y escarbando porque quiero darme prisa para entrar a la batalla a velocidad precipitada, para asombrar al mundo y hacerle saber a las gentes en todas partes que la Iglesia de los últimos días, como fue profetizado, está actualmente aquí y funcionando exactamente como lo programó su Fundador antes de que el mundo fuera formado".
En el año 1934, el Supervisor General visitó cuarenta convenciones de estado, muchas iglesias locales y predicó un total de cuatrocientos veinte sermones. El extraordinario hombre de sesenta y nueve años de edad declaró en su mensaje anual de ese mismo año: "Pensé que había ido sobre mis límites en años previos, pero descubrí que aún hay más cosas en mí que desarrollar".
Tal parecía que el Supervisor General iba a seguir adelante para siempre jamás en su actividad promocional a favor de la Iglesia de Dios. No obstante, en el 1937 se vio forzado a disminuir sus labores. El efecto que le ocasionó el sacarse la dentadura lo dejó muy débil, pero aún continuó laborando en la oficina. A pesar de que sus ojos comenzaron a darle problemas, pudo moderar toda la Asamblea General del 1937. Cuatro días después de la Asamblea, el sábado 18 de septiembre de 1937, se desmayó en el baño (excusado) cerca de su oficina de trabajo.
El permaneció en estado semiconsciente por tres días. Su recuperación fue muy lenta, tomándose casi toda la parte restante del año. Después de la Asamblea del 1938, donde recibió el toque divino del Señor, su salud comenzó a mejorar lo suficiente como para permitirle continuar su liderato en la Iglesia de Dios en forma restrictiva. Aunque viajó 19,750 millas en el 1939, nunca se recuperó totalmente de aquel primer desmayo que sufriera en el 1937.
La última partida que A. J. Tomlinson entrara en su diario, con fecha del 8-14 de septiembre de 1943, decía: "Grandes cosas a la expectativa". Con estas fechas siendo las mismas de la 38va Asamblea, evidentemente él esperaba tener una gloriosa Asamblea. Su expectación vino a ser una realidad, ya que la Asamblea fue un tiempo de grandes bendiciones espirituales de parte del Señor.
El 16 de septiembre dos días después de la clausura de la Asamblea, A.J. Tomlinson trabajo en su oficina y después regreso a su casa para cenar alrededor de las 6:00P.M. Alrededor de la media noche, después de regresar de trabajar en su oficina otra vez, se enfermó gravemente. Este fue el comienzo de su final. El varón de Dios estaba entrando al umbral de su última batalla terrenal.
A través de toda su enfermedad, él habló muy poco. Apenas contestaba cuando le preguntaban cómo estaba. El solía decir: "Estoy más cerca del fin". El fin llegó a su vida el sábado 2 de octubre de 1943 a las 10:00
A.M. "Grandes cosas a la expectativa", comenzaron inmediatamente después para A. J. Tomlinson en el otro mundo.
Durante cuarenta años, él dirigió la Iglesia de Dios desde 1!1 montaña a través del valle y por las laderas hacia el destino final. El liderato de su generación produjo el "levántate" de la gran, Iglesia de Dios. Ahora quedaba en manos del liderato de otra generación, la cual deben llevar el "resplandor del levantamiento" a su óptimo resplandor, a fin de que "todos los hombres puedan ver la dispensación del misterio".
miércoles, 18 de mayo de 2011
HISTORIA Y GOBIERNO: CAPITULO TRES - LA ERA DEL AVIVAMIENTO
Las condiciones existentes entre las 17ma y 18va Asambleas fueron muy perturbadoras. La Iglesia había sido arrastrada hacia su hora más tenebrosa; donde una vez prevalecía el amor y la unidad, ahora había caos y confusión. El registro de las diversas Minutas de Asamblea testifican del contristamiento del Espíritu Santo durante estos tiempos caóticos.
En la primera Asamblea se registró que los delegados " ... temblaban frecuentemente con temor santo y excelsa reverencia ... ". Se declaró además: "El servicio en su totalidad fue notable por el amor entre unos y otros y por la unidad".
En el servicio de apertura de la 2da Asamblea, el poder de Dios descendió con "excelsas bendiciones" durante el servicio de sanidad (el '' primero de los muchos servicios de sanidad que se efectuarían en las Asambleas). Muchos fueron sanados y "un excelso espíritu de poderosa consagración descendió como un gran mantel" sobre la congregación. Las minutas vuelven a decir: "...Varios otros hablaron libremente con poder y demostración del Espíritu. Un himno... el Espíritu descendió, exclamaciones, saludos de mano, lágrimas y gran gloria sobre nuestras almas".
Las Minutas de la Cuarta, Quinta, Sexta y Séptima Asambleas registran la misma manifestación del Espíritu Santo. " ... Lágrimas, gozo y exclamaciones de gratitud seguidas por una sesión de cantos de alabanzas y oración ... ". El discurso (mensaje) resultó en una sesión de oración, expresiones de gemidos, llanto, lágrimas y sollozos, y los cánticos de los himnos: "Esperando en el Señor" y "La Promesa Dada". Casi todos los ojos estaban llenos de lágrimas y bajo el calor luminoso del amor de Dios; todos los presentes estaban fundidos como una sola masa de amor y confraternidad.
La Octava Asamblea Anual fue tal vez la Asamblea más grande hasta la fecha en lo que respecta a la poderosa manifestación del Espíritu de Dios. Las minutas declaran que era evidente el que varios de los dones del Espíritu se manifestaran desde el principio hasta el final. "Después de este himno, el poder cayó y todos estaban sobre sus pies con las manos levantadas, danzando y dando exclamaciones de alabanzas a Dios. Uno tocaba el órgano bajo el poder del Espíritu." "Todos se irguieron con manos levantadas y alababan a Dios. Para entonces el Espíritu cantó: 'Obedecedme y comeréis del bien de la tierra.' " Finalmente, las minutas leen: "En este momento resaltante, el poder de Dios estremeció a toda la congregación. Algunos gritaban, otros danzaban, unos tocaban el órgano bajo el poder, otros escribían bajo el poder, y esto continuó durante varios minutos. Todos fueron ejercitados de alguna manera".
En cada una de las Asambleas subsiguientes el poder de Dios continuó manifestándose. "Muchos vieron 'semejanzas como de fuego' resplandeciendo alrededor. Las gentes daban aclamaciones, lloraban,
Lo que siguió por cerca de treinta minutos, sería imposible. Las exclamaciones, danzas, el hablar en otras lenguas, la música, llanto y muchas otras manifestaciones, se experimentaban en la Asamblea." Un hombre que tenía ambas piernas y su espalda rotas, quien no había dado un paso por unos diez años, fue sano al instante. El saltó y gritó, dejó sus muletas tras sí y anduvo por todo el edificio.
La Decimoquinta Asamblea, conducida los días 3-9 de noviembre de 1920, fue destinada a ser la Asamblea espiritual más grande en los varios años por venir. "El gran amor de Dios controló cada servicio." A. J. Tomlinson declaró: "Puedo expresar con verdad que ésta ha sido la Asamblea más bendecida que jamás hayamos tenido. Se experimentó el amor genuino y perfecta unidad. Verdaderamente que el Señor ha estado con nosotros".
Hubo una definida disminución de las acostumbradas bendiciones espirituales del Espíritu Santo tan apreciadas por la multitud de delegados en la Decimosexta Asamblea. Unos cuantos mensajes e interpretaciones de lenguas fueron registradas en las minutas. Un historiador de ese año manifestó: "Por alguna razón y propósito, extrañábamos en ocasiones la presencia de Dios, cuando parecía que más la necesitábamos ... ". Se puede notar fácilmente que los acostumbrados derramamientos del Espíritu, mensajes e interpretaciones, exclamaciones, danzas y expresiones de regocijo o gozo, son echadas de menos en las Minutas de la Asamblea del 1921.
La Asamblea del 1922 estaba destinada a ser una de las más tempestuosas, bochornosas, llenas de remordimientos jamás conducidas. Por ejemplo, en la discusión de un aspecto particular de negocios de la
Asamblea, el Supervisor General, como era su costumbre, llamó a la Asamblea a la oración cuando parecía no hallarse la solución. Mientras estaban envueltos en la oración, "J. S. Llewellyn corrió hacia mí (A. J. Tomlinson) en un arrebato de ira y sacudió su puño apuntando su dedo casi contra mi rostro, y dijo: 'No se atreva a impedir esta medida en forma alguna. Es mejor que no se atreva, es mejor que no se atreva.' Y luego se marchó pálido del mucho enojo que tenía". Los pocos instantes en que hubo las acostumbradas manifestaciones de exclamaciones danzas y aclamaciones de gozo en el Espíritu, ocurrieron durante el Mensaje Anual del Supervisor General, o cuando él consintió en servir otro año más como Supervisor General. Las Asambleas de 1921 y 1922 fueron muy diferentes a las quince previas Asambleas.
Las Asambleas una vez poderosas y llenas del Espíritu habían sido impedidas y empobrecidas espiritualmente por la sofistería política de unos cuantos hombres. La Iglesia en general estaba confundida y engañada respecto a lo que estaba sucediendo en las Oficinas Generales. La Iglesia en Cleveland estaba en estado de caos. La necesidad de un avivamiento poderoso y del retorno a la pura teocracia fue sentida por cada uno de los que estaban espiritualmente conscientes del tiempo. El clamor de los corazones de muchos se elevaba a favor de una restauración espiritual, y la historia revela que su clamor vino a ser una realidad.
La Constitución originalmente delineada por tres miembros del Concilio de Ancianos fue pasada por la Decimosexta Asamblea del 1921. A. J. Tomlinson no comprendió los precedentes peligrosos que esta establecía, probablemente porque él estaba tan fatigado con otros deberes que no pudo examinar la misma con más detenimiento. El declaró en la Asamblea que la Constitución no establecía leyes o credos, sino solamente aquello que había sido practicado por años. No obstante, para su sorpresa y tristeza, pronto descubrió que ésta cambiaba tradiciones vitales ya establecidas por la Iglesia de Dios.
Después de examinar la Constitución con detenimiento tras haber finalizado la Decimosexta Asamblea, el Supervisor General comprendió que la Iglesia había cometido un "grave error". Respecto a lo que a él concernía no había nada que hacer excepto regresar a las sendas antiguas de la pura teocracia. En su mensaje anual ante la Decimoséptima Asamblea, el clamó valientemente: "Las minutas de nuestras Asambleas no deberán ser consideradas como leyes, sino únicamente registros de nuestros hallazgos. Debemos adherirnos al bienaventurado y antiguo Libro para nuestras leyes si es que deseamos conservar el favor de Dios'_'.
La trayectoria hacia la recuperación había comenzado, pero la Iglesia afrontaría batallas desastrosas antes de que la victoria final fuera ganada. La Asamblea del 1922 culminó sin ~l rechazo de la Constitución.
La tragedia de la Sesión del Concilio de Ancianos del 12 de Junio de 1923 expiró sin decirse mucho respecto a la Constitución. No fue hasta que la Sesión del Concilio de Ancianos se citó para el 24 de julio de 1923, que dicha Constitución fue oficialmente repudiada. Por supuesto se necesitó de la 18va Asamblea del 1923 para abrogar dicha Constitución oficialmente como forma del gobierno de la Iglesia de Dios. Con el Consejo o Sesión del 24 de julio, la trayectoria hacia la restauración comenzó a ser trazada. La necesidad de la hora, en lo que concernía a la Iglesia, era una avenida clara y distintiva con dirección hacia la recuperación. Con este punto de vista en mente se citó a una Sesión del Consejo de la Iglesia para los días 8-10 de agosto de 1923. Esta fijó un nuevo precedente para la Iglesia, pero la confusión y perplejidad de esta época requería una nueva y osada inspiración para guiar la Iglesia fuera de tan graves problemas.
Esta no fue una Asamblea General, sino solo una sesión extraordinaria de los miembros interesados de la Iglesia. Ellos se reunieron para "tratar de conocer juntos la plena voluntad de Dios en asuntos de vital importancia que pudieran venir ante ellos". El Concilio discutió los siguientes temas: las diversas posiciones u oficios vacantes, resolución condenando la acción de los ancianos rebeldes, la publicación de la Iglesia, el papel de la Asamblea General, y más importante todavía, la Constitución.
Un nuevo y valiente paso había sido dado, el cual proveía la guianza necesaria para la Iglesia. La Constitución fue denunciada otra vez y la Iglesia esperaba por la 18va Asamblea Anual para abrogarla oficialmente. El Consejo creó también la "Oficina de Información de la Iglesia de Dios" con el propósito de obtener información de las personas en el campo.
De rehusar reunirse con el Consejo de Ancianos en la sesión del 24 de julio, ellos se congregaron en una junta renegada y seleccionaron otro para que fungiera como su Supervisor General. Ellos mostraron su antagonismo temprano en la 17ma Asamblea; su insurrección tomó auge en la citada Junta o Consejo de Ancianos para el 12 de junio; luego ellos se rebelaron abiertamente en la Sesión del 24 de julio. Ya no tenían otra cosa que hacer excepto seleccionar un líder y seguir su propio camino. Aunque algunos obviamente no querían unirse en la batalla para recobrar la virtuosa teocracia, la Iglesia siguió tratando de abrirse paso hacia el esperado momento en el cual la Constitución sería abrogada. El momento llegó a las 4:30p.m. del 23 de noviembre de 10"23.
El registro declara:
"Nosotros, su comité sobre Gobierno Bíblico, sometemos respetuosamente el siguiente reporte: Endosamos de corazón la acción de nuestro Supervisor General y los dos ancianos, Hermano S. O. Gillaspie y George T. Brouayer, en su acción en el Concilio del24 de julio de 1923. También endosamos la acción del Consejo del 8 de agosto de 1923, en Chattanooga, Tenesí, y recomendamos que la 18va Asamblea Anual de la Iglesia de Dios apruebe la misma, a fin de que de aquí en adelante no seamos más sobrecargados con credos hechos por los hombres, la constitución, y solicitamos su anulación (abrogación) ... ".
La Asamblea General entera se puso de pies en apoyo y aceptación del reporte. Como manifestara A. J. Tomlinson: "La Asamblea se sacudió el yugo áspero de la Constitución y fue libre. Y con la ayuda del Señor, esto será para siempre".
Una victoria de grandes proporciones había sido ganada, pero todavía habían muchas otras que pelear. Con la acción de los ancianos rebeldes, existían dos iglesias en Cleveland, usando el nombre de Iglesia de Dios.
Aquéllos que estaban a cargo del liderato de la Iglesia solicitaron a la oposición un convenio pacífico.
"Y o le pregunté a uno de ellos por segunda vez esta mañana de si estaban dispuestos a hacer una separación o división pacífica. El preguntó respecto a qué pensaba yo que deberíamos hacer. Yo le dije que consideraba que deberíamos estar de acuerdo en este respecto. Ustedes toman toda la Propiedad de la Asamblea aquí y asumen todas las deudas, dejándonos exentos de éstas a nosotros, o nosotros nos haremos cargo de todas las deudas y ustedes quedarán libres de ellas. El dijo: 'Nosotros no haremos ninguna de las dos cosas' ".
Aunque dos de los cuatro, quienes fueron responsables de guiar la oposición contra A. J. Tomlinson, más tarde pidieron perdón, y confesaron su pecado, tuvieron éxito en guiar a la mayoría de los ancianos en revuelta contra la Iglesia. Es evidente que la oposición tenía un propósito principal en mente, A. J. Tomlinson tenía que ser eliminado
El Supervisor General presento su renuncia, M.S. Lemons se levanto con gran enojo y delante de dos mil personas habló contra (él) en términos probablemente peores que aquéllos que los criminales están acostumbrados a escuchar; El amenazó con poner (al Supervisor General) en la pem_tenc1ana y uso lenguaje abusivo". J. S. Llewellyn difamó a A. J. Tomlmson ante una junta de comité ante toda la Asamblea, y unas cuantas semanas antes de la 17ma Asamblea del 1922, manifestó atrevidamente: “Te voy a echar fuera de ese Oficio de Editor de la revista, El Evangelio, aun cuando tenga que emplear hasta el último centavo que posea en las cortes".
Cuando no pudieron eliminar oficialmente a A. J. Tomlinson como Supervisor General, tomaron su propio camino. Después de que ellos fracasaron en conseguir que todos los ancianos se movieran a su bando en la Sesión de diez días del Consejo de Ancianos el12 de junio de 1923, Y después de que se revelaron públicamente en la citada Junta de Ancianos el 24 de julio de 1923, no pudieron hacer nada más excepto seleccionar de por sí mismos un líder y comenzar una nueva rama de la historia.
La actitud de A. J. Tomlinson a través del amargo conflicto fue una de resistencia pasiva. El soportó todo abuso sin resentimiento, sin contestar las ofensas y sin tratar de defenderse a sí mismo. Su firmeza a través de los años caóticos del 1922 y 1923, los años de la restauración, del 1923 hasta el 1927, y las batallas en la corte, son descritas mejor por uno de sus propios relatos filosóficos-la vieja mula. En _uno de_ sus ejemplos favoritos de cómo Dios lo miraría a él y a la Iglesia de Dios a través de todas las batallas, él declaró:
"Y o les narré una breve historia acerca de una vieja mula que había caído dentro de un pozo y el dueño decidió que debido a que no valía la pena pagar el precio que se requería para sacarla fuera, llenaría el pozo de tierra y dejaría a la mula en el fondo enterrada. En conformidad con su decisión, él comenzó a llenar el pozo con piedras y tierra para enterrar la mula. Pero la mula se sacudía la tierra a medida que caía sobre ella hasta que finalmente salió fuera y comenzó a comer hierba como si nunca hubiera sucedido nada".
Debido a la creencia de que Dios protegería Su Iglesia, y evitando "levantar contiendas o ir a corte" para entrar en lo que vendría a ser un conflicto más amargo sobre los edificios y propiedad en Cleveland, A. J. Tomlinson colocó un anuncio en el Cleveland Daily Banner (un periódico) para el 20 de septiembre de 1923 el cual decía:
"Vivir para Servir. Este espacio pertenece a A. J. Tomlinson. Esté alerta a lo que pueda venir".
El anuncio fue el principio de siete anuncios contando a los lectores acerca de una campaña al aire libre en la Calle Short y en la A venida Central. Esta campaña fue coadyutoria en la compra de esta sección de terreno para la iglesia local y para el Tabernáculo de Asambleas. Esta le confirió además a la iglesia local mayor fortaleza y ánimo para seguir adelante en beneficio de la Iglesia de Dios.
Las personas a la Escuela Dominical en diciembre del 1923. En febrero del 1924, la iglesia experimentó un avivamiento de doce noches con más de setenta y cinco experiencias y quince nuevos miembros añadidos a la Iglesia. En mayo del 1924, la membresía había aumentado a ciento cinco miembros. La fuerza y el tamaño de la iglesia local en Cleveland demostró ampliamente que A. J. Tomlinson no estaba solo, como algunos indicarían, en la lucha por mantener a la Iglesia de Dios pura y libre de los credos hechos por los hombres.
Es muy difícil calcular cuántos se perdieron debido a la gran división. La razón para tal dificultad se debió a la confusión que existía en Cleveland en aquellos años de 1923-1927. Con un reporte exacto de 11 ¡• todas las iglesias locales, lo cual fue imposible de obtener, dado a que no sabíamos si ellas Iban a permanecer con la Iglesia o si se iban con los ancianos rebeldes, no sería hasta los años 1926 y 1927 que un estimado razonablemente exacto pudo hacerse concerniente al número de los que se fueron. Desafortunadamente, debido a los tantos rumores que flotaban por los alrededores, y los miembros en el campo recibiendo un solo lado " de la historia a través de las publicaciones de Llewellyn en El Evangelio (la revista que publicaba la Iglesia), la división resultó en una pérdida de aproximadamente dos terceras partes a tres cuartas partes de la membresía de la Iglesia.
Aproximadamente una cuarta parte o una tercera parte de los miembros de la Iglesia soportaron la tormenta y permanecieron firmes en pro de la Iglesia de Dios y su teocracia. Aunque la división producida por la constitución sería llevada a las Cortes de Tenesí por parte de los ancianos rebeldes (La lucha completa en la corte desde su principio—26 de febrero de 1924----hasta el 2 de mayo de 1952-será abarcada en una unidad), aproximadamente de cinco a seis mil miembros con el Supervisor General estaban libres ahora para guiar a la Iglesia hacia una de las eras más grandes de avivamientos en la historia de la Iglesia. A. J. Tomlinson resumió la situación entera cuando declaró el 1 de diciembre de 1927: "Cuento con miles de buenos amigos que han permanecido junto a mí, y con más de trescientos ministros. El trabajo de mi oficina me mantiene ocupado y la Iglesia en general está progresando hermosamente".
En la primera Asamblea se registró que los delegados " ... temblaban frecuentemente con temor santo y excelsa reverencia ... ". Se declaró además: "El servicio en su totalidad fue notable por el amor entre unos y otros y por la unidad".
En el servicio de apertura de la 2da Asamblea, el poder de Dios descendió con "excelsas bendiciones" durante el servicio de sanidad (el '' primero de los muchos servicios de sanidad que se efectuarían en las Asambleas). Muchos fueron sanados y "un excelso espíritu de poderosa consagración descendió como un gran mantel" sobre la congregación. Las minutas vuelven a decir: "...Varios otros hablaron libremente con poder y demostración del Espíritu. Un himno... el Espíritu descendió, exclamaciones, saludos de mano, lágrimas y gran gloria sobre nuestras almas".
Las Minutas de la Cuarta, Quinta, Sexta y Séptima Asambleas registran la misma manifestación del Espíritu Santo. " ... Lágrimas, gozo y exclamaciones de gratitud seguidas por una sesión de cantos de alabanzas y oración ... ". El discurso (mensaje) resultó en una sesión de oración, expresiones de gemidos, llanto, lágrimas y sollozos, y los cánticos de los himnos: "Esperando en el Señor" y "La Promesa Dada". Casi todos los ojos estaban llenos de lágrimas y bajo el calor luminoso del amor de Dios; todos los presentes estaban fundidos como una sola masa de amor y confraternidad.
La Octava Asamblea Anual fue tal vez la Asamblea más grande hasta la fecha en lo que respecta a la poderosa manifestación del Espíritu de Dios. Las minutas declaran que era evidente el que varios de los dones del Espíritu se manifestaran desde el principio hasta el final. "Después de este himno, el poder cayó y todos estaban sobre sus pies con las manos levantadas, danzando y dando exclamaciones de alabanzas a Dios. Uno tocaba el órgano bajo el poder del Espíritu." "Todos se irguieron con manos levantadas y alababan a Dios. Para entonces el Espíritu cantó: 'Obedecedme y comeréis del bien de la tierra.' " Finalmente, las minutas leen: "En este momento resaltante, el poder de Dios estremeció a toda la congregación. Algunos gritaban, otros danzaban, unos tocaban el órgano bajo el poder, otros escribían bajo el poder, y esto continuó durante varios minutos. Todos fueron ejercitados de alguna manera".
En cada una de las Asambleas subsiguientes el poder de Dios continuó manifestándose. "Muchos vieron 'semejanzas como de fuego' resplandeciendo alrededor. Las gentes daban aclamaciones, lloraban,
Lo que siguió por cerca de treinta minutos, sería imposible. Las exclamaciones, danzas, el hablar en otras lenguas, la música, llanto y muchas otras manifestaciones, se experimentaban en la Asamblea." Un hombre que tenía ambas piernas y su espalda rotas, quien no había dado un paso por unos diez años, fue sano al instante. El saltó y gritó, dejó sus muletas tras sí y anduvo por todo el edificio.
La Decimoquinta Asamblea, conducida los días 3-9 de noviembre de 1920, fue destinada a ser la Asamblea espiritual más grande en los varios años por venir. "El gran amor de Dios controló cada servicio." A. J. Tomlinson declaró: "Puedo expresar con verdad que ésta ha sido la Asamblea más bendecida que jamás hayamos tenido. Se experimentó el amor genuino y perfecta unidad. Verdaderamente que el Señor ha estado con nosotros".
Hubo una definida disminución de las acostumbradas bendiciones espirituales del Espíritu Santo tan apreciadas por la multitud de delegados en la Decimosexta Asamblea. Unos cuantos mensajes e interpretaciones de lenguas fueron registradas en las minutas. Un historiador de ese año manifestó: "Por alguna razón y propósito, extrañábamos en ocasiones la presencia de Dios, cuando parecía que más la necesitábamos ... ". Se puede notar fácilmente que los acostumbrados derramamientos del Espíritu, mensajes e interpretaciones, exclamaciones, danzas y expresiones de regocijo o gozo, son echadas de menos en las Minutas de la Asamblea del 1921.
La Asamblea del 1922 estaba destinada a ser una de las más tempestuosas, bochornosas, llenas de remordimientos jamás conducidas. Por ejemplo, en la discusión de un aspecto particular de negocios de la
Asamblea, el Supervisor General, como era su costumbre, llamó a la Asamblea a la oración cuando parecía no hallarse la solución. Mientras estaban envueltos en la oración, "J. S. Llewellyn corrió hacia mí (A. J. Tomlinson) en un arrebato de ira y sacudió su puño apuntando su dedo casi contra mi rostro, y dijo: 'No se atreva a impedir esta medida en forma alguna. Es mejor que no se atreva, es mejor que no se atreva.' Y luego se marchó pálido del mucho enojo que tenía". Los pocos instantes en que hubo las acostumbradas manifestaciones de exclamaciones danzas y aclamaciones de gozo en el Espíritu, ocurrieron durante el Mensaje Anual del Supervisor General, o cuando él consintió en servir otro año más como Supervisor General. Las Asambleas de 1921 y 1922 fueron muy diferentes a las quince previas Asambleas.
Las Asambleas una vez poderosas y llenas del Espíritu habían sido impedidas y empobrecidas espiritualmente por la sofistería política de unos cuantos hombres. La Iglesia en general estaba confundida y engañada respecto a lo que estaba sucediendo en las Oficinas Generales. La Iglesia en Cleveland estaba en estado de caos. La necesidad de un avivamiento poderoso y del retorno a la pura teocracia fue sentida por cada uno de los que estaban espiritualmente conscientes del tiempo. El clamor de los corazones de muchos se elevaba a favor de una restauración espiritual, y la historia revela que su clamor vino a ser una realidad.
La Constitución originalmente delineada por tres miembros del Concilio de Ancianos fue pasada por la Decimosexta Asamblea del 1921. A. J. Tomlinson no comprendió los precedentes peligrosos que esta establecía, probablemente porque él estaba tan fatigado con otros deberes que no pudo examinar la misma con más detenimiento. El declaró en la Asamblea que la Constitución no establecía leyes o credos, sino solamente aquello que había sido practicado por años. No obstante, para su sorpresa y tristeza, pronto descubrió que ésta cambiaba tradiciones vitales ya establecidas por la Iglesia de Dios.
Después de examinar la Constitución con detenimiento tras haber finalizado la Decimosexta Asamblea, el Supervisor General comprendió que la Iglesia había cometido un "grave error". Respecto a lo que a él concernía no había nada que hacer excepto regresar a las sendas antiguas de la pura teocracia. En su mensaje anual ante la Decimoséptima Asamblea, el clamó valientemente: "Las minutas de nuestras Asambleas no deberán ser consideradas como leyes, sino únicamente registros de nuestros hallazgos. Debemos adherirnos al bienaventurado y antiguo Libro para nuestras leyes si es que deseamos conservar el favor de Dios'_'.
La trayectoria hacia la recuperación había comenzado, pero la Iglesia afrontaría batallas desastrosas antes de que la victoria final fuera ganada. La Asamblea del 1922 culminó sin ~l rechazo de la Constitución.
La tragedia de la Sesión del Concilio de Ancianos del 12 de Junio de 1923 expiró sin decirse mucho respecto a la Constitución. No fue hasta que la Sesión del Concilio de Ancianos se citó para el 24 de julio de 1923, que dicha Constitución fue oficialmente repudiada. Por supuesto se necesitó de la 18va Asamblea del 1923 para abrogar dicha Constitución oficialmente como forma del gobierno de la Iglesia de Dios. Con el Consejo o Sesión del 24 de julio, la trayectoria hacia la restauración comenzó a ser trazada. La necesidad de la hora, en lo que concernía a la Iglesia, era una avenida clara y distintiva con dirección hacia la recuperación. Con este punto de vista en mente se citó a una Sesión del Consejo de la Iglesia para los días 8-10 de agosto de 1923. Esta fijó un nuevo precedente para la Iglesia, pero la confusión y perplejidad de esta época requería una nueva y osada inspiración para guiar la Iglesia fuera de tan graves problemas.
Esta no fue una Asamblea General, sino solo una sesión extraordinaria de los miembros interesados de la Iglesia. Ellos se reunieron para "tratar de conocer juntos la plena voluntad de Dios en asuntos de vital importancia que pudieran venir ante ellos". El Concilio discutió los siguientes temas: las diversas posiciones u oficios vacantes, resolución condenando la acción de los ancianos rebeldes, la publicación de la Iglesia, el papel de la Asamblea General, y más importante todavía, la Constitución.
Un nuevo y valiente paso había sido dado, el cual proveía la guianza necesaria para la Iglesia. La Constitución fue denunciada otra vez y la Iglesia esperaba por la 18va Asamblea Anual para abrogarla oficialmente. El Consejo creó también la "Oficina de Información de la Iglesia de Dios" con el propósito de obtener información de las personas en el campo.
De rehusar reunirse con el Consejo de Ancianos en la sesión del 24 de julio, ellos se congregaron en una junta renegada y seleccionaron otro para que fungiera como su Supervisor General. Ellos mostraron su antagonismo temprano en la 17ma Asamblea; su insurrección tomó auge en la citada Junta o Consejo de Ancianos para el 12 de junio; luego ellos se rebelaron abiertamente en la Sesión del 24 de julio. Ya no tenían otra cosa que hacer excepto seleccionar un líder y seguir su propio camino. Aunque algunos obviamente no querían unirse en la batalla para recobrar la virtuosa teocracia, la Iglesia siguió tratando de abrirse paso hacia el esperado momento en el cual la Constitución sería abrogada. El momento llegó a las 4:30p.m. del 23 de noviembre de 10"23.
El registro declara:
"Nosotros, su comité sobre Gobierno Bíblico, sometemos respetuosamente el siguiente reporte: Endosamos de corazón la acción de nuestro Supervisor General y los dos ancianos, Hermano S. O. Gillaspie y George T. Brouayer, en su acción en el Concilio del24 de julio de 1923. También endosamos la acción del Consejo del 8 de agosto de 1923, en Chattanooga, Tenesí, y recomendamos que la 18va Asamblea Anual de la Iglesia de Dios apruebe la misma, a fin de que de aquí en adelante no seamos más sobrecargados con credos hechos por los hombres, la constitución, y solicitamos su anulación (abrogación) ... ".
La Asamblea General entera se puso de pies en apoyo y aceptación del reporte. Como manifestara A. J. Tomlinson: "La Asamblea se sacudió el yugo áspero de la Constitución y fue libre. Y con la ayuda del Señor, esto será para siempre".
Una victoria de grandes proporciones había sido ganada, pero todavía habían muchas otras que pelear. Con la acción de los ancianos rebeldes, existían dos iglesias en Cleveland, usando el nombre de Iglesia de Dios.
Aquéllos que estaban a cargo del liderato de la Iglesia solicitaron a la oposición un convenio pacífico.
"Y o le pregunté a uno de ellos por segunda vez esta mañana de si estaban dispuestos a hacer una separación o división pacífica. El preguntó respecto a qué pensaba yo que deberíamos hacer. Yo le dije que consideraba que deberíamos estar de acuerdo en este respecto. Ustedes toman toda la Propiedad de la Asamblea aquí y asumen todas las deudas, dejándonos exentos de éstas a nosotros, o nosotros nos haremos cargo de todas las deudas y ustedes quedarán libres de ellas. El dijo: 'Nosotros no haremos ninguna de las dos cosas' ".
Aunque dos de los cuatro, quienes fueron responsables de guiar la oposición contra A. J. Tomlinson, más tarde pidieron perdón, y confesaron su pecado, tuvieron éxito en guiar a la mayoría de los ancianos en revuelta contra la Iglesia. Es evidente que la oposición tenía un propósito principal en mente, A. J. Tomlinson tenía que ser eliminado
El Supervisor General presento su renuncia, M.S. Lemons se levanto con gran enojo y delante de dos mil personas habló contra (él) en términos probablemente peores que aquéllos que los criminales están acostumbrados a escuchar; El amenazó con poner (al Supervisor General) en la pem_tenc1ana y uso lenguaje abusivo". J. S. Llewellyn difamó a A. J. Tomlmson ante una junta de comité ante toda la Asamblea, y unas cuantas semanas antes de la 17ma Asamblea del 1922, manifestó atrevidamente: “Te voy a echar fuera de ese Oficio de Editor de la revista, El Evangelio, aun cuando tenga que emplear hasta el último centavo que posea en las cortes".
Cuando no pudieron eliminar oficialmente a A. J. Tomlinson como Supervisor General, tomaron su propio camino. Después de que ellos fracasaron en conseguir que todos los ancianos se movieran a su bando en la Sesión de diez días del Consejo de Ancianos el12 de junio de 1923, Y después de que se revelaron públicamente en la citada Junta de Ancianos el 24 de julio de 1923, no pudieron hacer nada más excepto seleccionar de por sí mismos un líder y comenzar una nueva rama de la historia.
La actitud de A. J. Tomlinson a través del amargo conflicto fue una de resistencia pasiva. El soportó todo abuso sin resentimiento, sin contestar las ofensas y sin tratar de defenderse a sí mismo. Su firmeza a través de los años caóticos del 1922 y 1923, los años de la restauración, del 1923 hasta el 1927, y las batallas en la corte, son descritas mejor por uno de sus propios relatos filosóficos-la vieja mula. En _uno de_ sus ejemplos favoritos de cómo Dios lo miraría a él y a la Iglesia de Dios a través de todas las batallas, él declaró:
"Y o les narré una breve historia acerca de una vieja mula que había caído dentro de un pozo y el dueño decidió que debido a que no valía la pena pagar el precio que se requería para sacarla fuera, llenaría el pozo de tierra y dejaría a la mula en el fondo enterrada. En conformidad con su decisión, él comenzó a llenar el pozo con piedras y tierra para enterrar la mula. Pero la mula se sacudía la tierra a medida que caía sobre ella hasta que finalmente salió fuera y comenzó a comer hierba como si nunca hubiera sucedido nada".
Debido a la creencia de que Dios protegería Su Iglesia, y evitando "levantar contiendas o ir a corte" para entrar en lo que vendría a ser un conflicto más amargo sobre los edificios y propiedad en Cleveland, A. J. Tomlinson colocó un anuncio en el Cleveland Daily Banner (un periódico) para el 20 de septiembre de 1923 el cual decía:
"Vivir para Servir. Este espacio pertenece a A. J. Tomlinson. Esté alerta a lo que pueda venir".
El anuncio fue el principio de siete anuncios contando a los lectores acerca de una campaña al aire libre en la Calle Short y en la A venida Central. Esta campaña fue coadyutoria en la compra de esta sección de terreno para la iglesia local y para el Tabernáculo de Asambleas. Esta le confirió además a la iglesia local mayor fortaleza y ánimo para seguir adelante en beneficio de la Iglesia de Dios.
Las personas a la Escuela Dominical en diciembre del 1923. En febrero del 1924, la iglesia experimentó un avivamiento de doce noches con más de setenta y cinco experiencias y quince nuevos miembros añadidos a la Iglesia. En mayo del 1924, la membresía había aumentado a ciento cinco miembros. La fuerza y el tamaño de la iglesia local en Cleveland demostró ampliamente que A. J. Tomlinson no estaba solo, como algunos indicarían, en la lucha por mantener a la Iglesia de Dios pura y libre de los credos hechos por los hombres.
Es muy difícil calcular cuántos se perdieron debido a la gran división. La razón para tal dificultad se debió a la confusión que existía en Cleveland en aquellos años de 1923-1927. Con un reporte exacto de 11 ¡• todas las iglesias locales, lo cual fue imposible de obtener, dado a que no sabíamos si ellas Iban a permanecer con la Iglesia o si se iban con los ancianos rebeldes, no sería hasta los años 1926 y 1927 que un estimado razonablemente exacto pudo hacerse concerniente al número de los que se fueron. Desafortunadamente, debido a los tantos rumores que flotaban por los alrededores, y los miembros en el campo recibiendo un solo lado " de la historia a través de las publicaciones de Llewellyn en El Evangelio (la revista que publicaba la Iglesia), la división resultó en una pérdida de aproximadamente dos terceras partes a tres cuartas partes de la membresía de la Iglesia.
Aproximadamente una cuarta parte o una tercera parte de los miembros de la Iglesia soportaron la tormenta y permanecieron firmes en pro de la Iglesia de Dios y su teocracia. Aunque la división producida por la constitución sería llevada a las Cortes de Tenesí por parte de los ancianos rebeldes (La lucha completa en la corte desde su principio—26 de febrero de 1924----hasta el 2 de mayo de 1952-será abarcada en una unidad), aproximadamente de cinco a seis mil miembros con el Supervisor General estaban libres ahora para guiar a la Iglesia hacia una de las eras más grandes de avivamientos en la historia de la Iglesia. A. J. Tomlinson resumió la situación entera cuando declaró el 1 de diciembre de 1927: "Cuento con miles de buenos amigos que han permanecido junto a mí, y con más de trescientos ministros. El trabajo de mi oficina me mantiene ocupado y la Iglesia en general está progresando hermosamente".
lunes, 16 de mayo de 2011
HISTORIA Y GOBIERNO: CAPITULO DOS - LA DIVISION DE 1923
La División (rompimiento)
Existían tres puntos vitales en cuestión en la Iglesia durante el período de 1915-1923. Cada uno de estos puntos-la cuestión del divorcio y el re-casamiento, la acusación de malversación de fondos contra el Supervisor General y la cuestión del gobierno teocrático-eran los asuntos que dividían. No fue hasta la 18va Asamblea Anual del 1923 que estos puntos en cuestión fueron resueltos. La unidad que por tanto tiempo había sido un rasgo característico de la Asamblea General, se fue deteriorando lentamente en las filas de los miembros de la Iglesia. Cada uno de los asuntos en debate jugó su parte en la destrucción de la armonía en la búsqueda conjunta y concienzuda de las Escrituras para hallar más luz, necesitada para la buena dirección de la senda de la Iglesia.
Aunque todos estos tres puntos en cuestión eran destructivos de por sí, el verdadero motivo de la gran división fue la cuestión del gobierno teocrático. ¿Iba el gobierno de la Iglesia a ser teocrático, bajo la inmediata dirección de Dios, a través de la seguridad del acuerdo unánime de una multitud de consejeros moderado por el Supervisor General, o sería un gobierno oligárquico (ochenta y tres en número) con decisiones que modificarían la Iglesia y hechas alrededor de una mesa de conferencias? Los otros dos puntos eran ramificaciones de la cuestión mayor respecto a quién sería el Supervisor General de la Iglesia de Dios. La cuestión del divorcio y el recasamiento preparó el escenario para el comienzo de la oposición contra el Supervisor General. La acusación de malversación de fondos contra A. J. Tomlinson de parte de la oposición, fue dirigida para nublar la verdadera cuestión y para usar la acusación como un instrumento para eliminar al Supervisor General de su oficio. Estaban conscientes de la decisión peligrosa que estaba siendo hecha dentro de la Iglesia. De hecho, algunos, si tal vez ninguno de los líderes estaban capacitados para comprender la apostasía o viraje de la Iglesia de la verdadera trayectoria del gobierno teocrático hasta que el daño ya había sido efectuado.
La Iglesia siempre ha apoyado valientemente la forma de gobierno teocrático. Con la excepción de aquellos años de división, 1921-23, y tomando en consideración la posibilidad de un error humano, la Iglesia ha sido gobernada por Dios a través de Su Palabra, como es interpretada por la Asamblea General con el Supervisor General como moderador. Esta provisión tradicional y bíblica se ha desarrollado con los años a medida que la Iglesia continua buscando el andar a la luz de las Escrituras.
El gobierno teocrático comenzó a tomar significado en la Primera Asamblea del 1906. Los delegados de la Asamblea manifestaron: "Nosotros no nos consideramos a nosotros mismos un cuerpo legislativo o ejecutivo,
sino judicial solamente". En la Segunda Asamblea se dijo lo siguiente: "Se deberá ejercer cuidado en ser guiados por el Espíritu más bien que por los cuerpos o regidores eclesiásticos". En la Tercera Asamblea se acentuó de nuevo que la Asamblea era un cuerpo judicial y las "minutas (de las asambleas) no son leyes hechas por la Asamblea, sino solamente el registro de las leyes que nos han sido conferidas por Cristo y Sus discípulos, escudriñadas por ese cuerpo y traídas a la luz, a fin de que las iglesias puedan tomar acción sobre las mismas como lo vean conveniente".
La Octava Asamblea del 1913 registró lo siguiente: "La Iglesia de Dios es el gobierno más prominente, sabio y glorioso que jamás haya sido inaugurado sobre esta tierra". Pasó al registro además que "sobrecarga sobre el honorable y sagrado cuerpo de la Asamblea el investigar y aplicar las leyes... lo cual deberá ser considerado como el más alto honor conferido a los hombres".
La Decimocuarta Asamblea del 1919 reafirmó lo siguiente: "Nuestro propósito ahora es igual al que hemos tenido en todas las Asambleas anteriores. Nosotros siempre hemos declarado que la Asamblea no es un cuerpo legislativo, sino un cuerpo con el propósito de escudriñar las Escrituras y prepararse para practicar las leyes que ya han sido delineadas". En la Decimoquinta Asamblea del 1920, se acentuó lo siguiente: "Nosotros reconocemos a Cristo como la Cabeza de la Iglesia y el Supremo Legislador. El nos habla por Su Palabra y por el Espíritu Santo, y nosotros resolvemos toda cuestión y disputa por medio de la Palabra de Dios, y como le parezca bien al Espíritu Santo y a nosotros". Finalmente, en la 17ma Asamblea del 1922, el punto de vista de la Iglesia sobre la teocracia en una declaración breve es registrada así: Reconocemos el gobierno de la Iglesia de Dios como uno teocrático en su forma. . . Estamos siguiendo el Libro de Dios, y reconocemos la Biblia como Su Palabra para nosotros. Decimos, que Dios resuelve nuestras disputas al ir a la Biblia para buscar la solución del debate en cuestión. Reclamamos que podemos hallar en el Libro las leyes y normas, ya sea en estatutos, tipos, profecía o principios, las cuales son suficientes para entender.
Se buscaba cosas para llamar leyes y no tienen la autoridad para ponerlas en ejecución. En otras palabras, ésta no es ni legislativa ni ejecutiva, sino más bien judicial. La Iglesia se apartó de este principio durante los años del 1916-1923, sufriendo las consecuencias que casi ocasionaron su total desastre.
Como se indicó anteriormente, la Asamblea autorizó el nombramiento de los doce ancianos o consejeros del Supervisor General. Esto de por sí no fue una equivocación, mientras la junta permaneciera en su papel de consejería. No obstante, a medida que transcurría el tiempo, individuos claves, determinados a fortalecer su influencia y poder, eventualmente intentaron eliminar a A. J. Tomlinson de su oficio de Supervisor General. La Junta de Ancianos, aunque creada para ser de bendición para la Iglesia, vino a ser el origen de la división y la confusión. La Iglesia continuó alejándose de la norma de la pura teocracia con la adopción de la "Declaración" en la 15ta Asamblea del 1920. Esta decía: "Que sea notorio a todas las gentes de todo lugar que nosotros, la Asamblea General de las Iglesias de Dios, ahora congregadas en conferencia de negocios en el Cuartel General en la ciudad de Cleveland, Tennessee, delineó la siguiente declaración:
Primero, que las minutas de todas las Asambleas previas son un registro oficial fidedigno en substancia y en hechos, tomadas por los secretarios autorizados por dicha Asamblea, y publicadas por aquéllos que están autorizados total y legalmente para hacer tal cosa, y no el producto o declaraciones individuales de A. J. Tomlinson, el Supervisor General.
Segundo, que los nombres de todas las iglesias locales registradas en las diversas minutas, incluyendo ésta, son el resultado de los servicios fieles de los ministros y representantes de la Asamblea General, y cuando son recibidas como tal por dichos representantes de la Asamblea General, ellas entonces vienen a ser y a formar parte de la Asamblea General. Por consiguiente, no reconocemos el derecho de ninguna iglesia local a retirarse de la Asamblea General como un todo, no obstante, aquellos individuos que demuestren ser infieles al gobierno y enseñanzas como son promulgadas por la Asamblea General de tiempo en tiempo, o quienes anden desordenadamente, deberán ser juzgados de manera individual y excluidos como miembros de dicha iglesia.
Tercero, que todos los ministros, ya sea el Supervisor General, los ancianos, obispos, diáconos o evangelistas han sido y son representantes legales expresos de la Iglesia de Dios mientras estén en armonía con su gobierno y enseñanzas.
Cuarto, que la Asamblea General de la Iglesia de Dios es ese cuerpo organizado con pleno poder y autoridad para designar la enseñanza, gobierno, principios y prácticas de todas las iglesias locales que componen dicha Asamblea.
Quinto, La Iglesia de Dios la cual a menudo es referida como tal, con su Cuartel General en Cleveland, Tennessee, únicamente con el propósito de distinguirla de las demás iglesias que se llaman a sí mismas la Iglesia de Dios, pero que no son parte de su nombre.
Sexto, que uno de los primeros principios aceptados en la temprana historia de su organización fue que nosotros aceptamos toda la Biblia correctamente dividida, el cual es hoy uno de sus principios más sagrados. Por lo tanto, nos congregamos en conferencia anual para examinar las Escrituras y para ponerlas en práctica. Nuestras enseñanzas y fe son las mismas, así como fueron aceptadas originalmente en su organización inicial, y todos los cambios en gobierno Y administración han sido debidamente autorizados por la Asamblea General en sus diversas sesiones anuales".
Aunque la Declaración establecía el principio de teocracia-aceptando el Nuevo Testamento como la única regla de fe y práctica-ésta fue de por sí un paso fuera de ese principio. Muy parecido al Credo Nicea en el año 325 D. C., la mayoría de los preceptos de la Declaración son ciertos; sin embargo, detrás de aquellas verdades hay un error de largo alcance hacia el desarrollo de credos hechos por el hombre como guía para la conducta del hombre. Esta piedra de tropiezo hacia la apostasía es verificada únicamente un año más tarde con la adopción de una constitución para la Iglesia de Dios.
La tradición honrada por muchos años respecto a que la Asamblea General sería únicamente un cuerpo judicial, fue cambiada por la Constitución no solo a un cuerpo legislativo, (Artículo 1, Sección 3. "Para promulgar normas y reglamentos") sino también a un cuerpo ejecutivo (Artículo 2, Sección 5. "Para proveer un gobierno general el cual esté investido de pleno poder y autoridad para dictar y ... para gobernar las iglesias locales ... ").
La Constitución cambió la autoridad más alta en la Iglesia, la cual era la Asamblea General, compuesta de todos los delegados congregados de la Iglesia en general, a una oligarquía de ochenta y tres individuos (Artículo 4, Sección 6). La "Asamblea oficial" compuesta de estos ochenta y tres individuos, quienes se podían reunir en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier ocasión, tenía "pleno poder y autoridad para designar normas de gobierno, enseñanzas y principios para las iglesias locales". '
Con la adopción de la Constitución en la 16ta Asamblea del 1921, la Iglesia oficialmente cesó de practicar la teocracia. Debido a tal decisión, el cuerpo de Cristo sufriría una de las más grandes vergüenzas en la historia de la Iglesia. Para los aproximadamente mil delegados representando a treinta y tres estados y las Bahamas, la 17ma Asamblea del 1922 solamente pudo ser un tiempo de adoración y alabanzas al Señor, porque la voz en la Iglesia había sido eliminada por la Constitución. Si el poder de la autoridad hubiera sido dejado en el control de la Asamblea General representada por todos los delegados reunidos, la gran apostasía jamás habría ocurrido.
Consistiendo de los individuos que fueron principalmente responsables por la introducción y aprobación de la constitución, e} Supervisor General, viendo el trágico error de la Iglesia, y deseando corregirlo, llevó el asunto en cuestión ante la gente. El hizo esto durante su mensaje anual ante la 17ma Asamblea del 1922. La mañana del viernes 4 de noviembre del 1922, A. J. Tomlinson pronunció lo que quizás fue su discurso o mensaje más prominente. En medio del caos y la confusión, él hizo un llamado al retorno a las antiguas sendas.
El asumió su posición valientemente:
"Considero que cometimos un grave error un año atrás cuando adoptamos lo que denominamos nuestra constitución. Cuando desperté ante lo que habíamos hecho en la primera parte de este año, me atemoricé de tal manera que nunca he sido liberado de tal temor... Considero que el rostro del Cuerpo de Cristo ha sido empañado... Estoy tan afligido por esto, que he temblado como una hoja. Esto ha puesto un espíritu de llanto en mi alma.... He llevado este peso sobre mí y he orado por el mismo por casi nueve meses. No puedo conseguir apartarme de esto. Casi me rebelé contra el hacer mención de esto aquí, pero temí el dejar de hacerlo. Tengo que ser libre para sostener la bendita y antigua Biblia, y declaro como en otro tiempo, que ésta es nuestra única regla de fe y práctica. Como ésta lo es ahora, no la puedo aceptar, ya que esto ha sido la causa de los problemas en algunos lugares este año-ellos se sintieron obligados a poner a un lado el Libro más sagrado de todos los libros y aceptar la constitución, o de otra manera ser contados entre los infieles.
No, las minutas de nuestras asambleas no deberán considerarse como leyes, sino solo como registros de nuestros hallazgos.... ¿Qué puede hacerse? Solamente hay una cosa por hacer, y tal vez pierda mi posición al expresarla, y es que abroguemos tal constitución y que tal acción sea registrada al efecto, y aun hasta borrarla de nuestra memoria, procediendo a levantar el Libro por el aire una vez más y declarar: 'ESTA ES NUESTRA UNICA REGLA DE FE Y PRACTICA' ".
Como se ha indicado, el verdadero punto en cuestión de aquellos años de división fue la pregunta sobre el gobierno teocrático. Tal parece que la Constitución fue introducida con el solo propósito de destruir el gobierno teocrático y de echar fuera a A. J. Tomlinson de la posición de Supervisor General de la Iglesia. Otros intentaron ocultar el punto principal al introducir los cargos de malversación de fondos contra el Jefe Ejecutivo.
A petición del instigador clave de la mayoría de los puntos controversiales de este período, un comité compuesto por él mismo y otros dos, fue nombrado para examinar los asuntos financieros de la Iglesia. Después de un examen preliminar de algunos de los libros, un auditor mostró un aparente déficit de aproximadamente $14,000.00.
Concluida, pero e1 déficit, el cual habría sido el resto de los libros de la Iglesia hubieran sido examinados por el auditor, le fue achacado a A. J. Tomlinson. La equivocación de toda la farsa de la auditoría fue evidente cuando los cargos de malversación de fondos fueron comprobados como falsos y la auditoría fue declarada "totalmente sin valor o mérito" por las Cortes de los Estados Unidos.
Los cargos de malversación de fondos fueron un intento directo por eliminar a A. J. Tomlinson de su oficio. Cuando esta táctica no dio resultado, ellos intentaron rebajar su posición de Jefe Ejecutivo a una de menor importancia. Con la adopción de una enmienda a la Constitución en la 17ma Asamblea, un Concilio Ejecutivo fue creado para convertirse en la voz ejecutiva de la Iglesia. Este consistía de tres individuos quienes, por supuesto, subordinaron el oficio del Supervisor General al Concilio Ejecutivo. Vino a ser el deber imperativo del Supervisor General salir al campo a visitar las iglesias locales, Convenciones de Estado y Supervisores de Estado. Esto, en efecto, mantendría al Supervisor General fuera del Cuartel General.
Muy poco podía hacer el Supervisor General excepto presentar su renuncia. El 6 de noviembre de 1922, él trató de presentar su renuncia, pero los delegados de la Asamblea reaccionaron tan firmemente en su súplica para que se quedara que él consintió en servir durante otro año más. La audiencia volvió a mostrar su gran amor por el Supervisor General al literalmente acudir en gran número para mostrarle su aprecio. Los delegados reunidos le confirieron una ovación de pie para mostrarle su aprobación. No obstante, desafortunadamente la autoridad de la Iglesia ya no descansaba sobre los delegados, sino más bien en los ochenta y tres individuos que formaban o componían la "Asamblea oficial".
No pasó mucho tiempo después de que la gente regresó a sus campos respectivos de labor, para que los que se oponían al Supervisor General comenzaran su trampa política legal. Al comienzo de este período, el problema fue instigado por un solo hombre, y aún hasta el 1922, tal parecía que habían solamente unas cuatro o cinco personas que se oponían activamente al Supervisor General.
Estos cuatro o cinco individuos claves fueron los verdaderos renegados de la gran apostasía. Intentaron destruir la influencia del Supervisor General utilizando desde conversaciones personales detrás del pulpito hasta una instigación a la huelga en la casa de publicaciones. A medida que pasaba el tiempo, a través de tales tácticas como la falsa acusación de la malversación de fondos, ellos pudieron gradualmente ganar unos cuantos más a sus filas. Debido a tal acción el confrontamiento era seguro.
Al ser citado el Concilio de Ancianos pana el 12 de junio de 1923, los respectivos retos fueron convocados. Veinte años después del "levántate, resplandece", las hazañas pusilánimes de las tinieblas casi destruyeron la Iglesia de Dios.
Hasta el presente, existían dos cargos los cuales fueron presentados ante el concilio. Los primeros cargos residían en acusaciones contra tres de los miembros de la Junta de Ancianos. Estos cargos contra los cabecillas de aquéllos que se oponían a A. J. Tomlinson fueron a la reunión. El siguiente es un resumen de tales cargos.
"A los ancianos de la Asamblea General de la Iglesia de Dios, Cleveland, Tennessee:
“... Por cuanto, el lenguaje empleado y la extrema depravación de expresiones, en conjunción de un carácter muy excitado y provocativo, nosotros consideramos que estas cosas son impropias de cualquier persona que lleve el dulce nombre de un cristiano, y Por cuanto M. S. Lemons, J. S. Llewellyn y J. B. Ellis fueron los más prominentes por sus contiendas y demandas, pasando ciertas medidas en la 17ma Asamblea Anual las cuales no tenían base bíblica y eran desagradables al Espíritu Santo, y
Por cuanto, uno de estos hombres fue directamente hacia nuestro intérprete y lo intimidó de tal manera que él se sintió en estado muy miserable durante toda la Asamblea, dicho hombre se atrevió a darle órdenes de manera amenazante a fin de que no intentara dar alguna interpretación durante toda la Asamblea, y Por cuanto, estos hombres intimidaron a uno de los comités de forma tal que no pudieron actuar en la capacidad de hombres libres ante Dios, impidiéndoles el que hicieran sus reportes ante la Asamblea como ellos lo deseaban, y Por cuanto dicho J. S. Llewellyn, en un discurso de dos horas o más de duración ante los Once y Setenta en una sesión combinada, usó palabras y términos con la intención de tratar de destruir la reputación del Supervisor General y su familia, tales expresiones fueron impropias de un caballero, o de un embaucador político y mucho menos de uno que profesa la religión cristiana".
Las acusaciones continuaron para procesar estos tres hombres como "contenciosos", ineptos para ser obispos" e "inhábiles para tomar parte activa en el gobierno de la Iglesia de Dios". Los cargos aconsejaban al Concilio (consejo) que "estos hombres deberían ser despojados de toda posición de honor y confianza en la Iglesia de Dios, y que se les acusara de desleales, presentando tales cargos en las respectivas iglesias locales donde estuviera su membresía, a fin de la Iglesia tomar acción". Después de discutir estos cargos por cerca de diez horas, el asunto fue dejado en las manos del Supervisor General y nueve de los ancianos para su consideración. Por alguna razón desconocida, se decidió posponer la acción contra tales cargos hasta que la acusación contra el Supervisor General pudiera ser resuelta.
Cuando la cuestión sobre el Supervisor General fue presentada para su discusión por el concilio, A. J. Tomlinson entregó su cargo. El hizo esto no sólo porque le fuera pedido, sino porque hubo un mensaje en lenguas y la interpretación les amonestó a que se sometieran los unos a los otros. Uno de los ancianos fue entonces escogido para moderar el Concilio (consejo o junta) hasta que la acusación pudiera ser discutida
Durante diez días. El Supervisor General nunca fue Invitado para defenderse a sí mismo o a dar clausura oficial a la sesión. Durante varios días, aquéllos en oposición al Jefe Ejecutivo intentaron ganarse a todo el cuerpo de ancianos. Después de fracasar en su intento, ellos despidieron la junta sin conferir al Supervisor General el privilegio Y derecho de su presidencia. La cuestión en debate sobre el gobierno teocrático iba erigiéndose hasta su clímax. Algunos de los más desafiadores estaban tomando osadamente los asuntos en sus manos. La gran apostasía estaba a un paso de hacerse una realidad.
La ruptura final ocurrió el 24 de julio de 1923. El Supervisor General, siendo el Jefe Ejecutivo de la Iglesia de Dios, citó a otra junta para completar la obra de la junta del 12 de junio. Desafortunadamente, diez de los ancianos no quisieron presentarse a esta oficialmente denominada Junta de Ancianos. A través de este acto públicamente desafiante, ellos escogieron andar su propio camino y se apartaron de la Iglesia de Dios de la Biblia. La úlcera de la contención se había estado enconando por varios años y finalmente con el llamado Consejo de Ancianos del 24 de julio de 1923. No había nada más que hacer excepto el declarar aquellas posiciones ocupadas por los ancianos rebeldes como vacantes. Esto fue oficialmente hecho en la reunión del Consejo del 24 de julio.
El Consejo no sólo declaró tales oficios vacantes, sino que rechazó la Constitución. El instrumento de destrucción había tenido a la Iglesia de Dios en sus garras por solamente un corto período de tiempo. Sin embargo, ésta fue una experiencia muy tajante para la Iglesia. El único recurso de información que los miembros de la Iglesia de Dios en el campo recibían era la revista el Evangelio de la Iglesia de Dios, la cual era editada por J. S. Llewellyn. Podemos imaginar hasta qué punto ellos serían mal informados. En tiempos tan caóticos, los miembros de la Iglesia de Dios inocentes de lo que ocurría, recibieron todo menos la verdad expresa. La Iglesia estaba siendo sacudida de por sí, tratando de encontrar las antiguas y verídicas sendas de la teocracia. En el campo, quienes habían mostrado su respeto, amor y confianza unos cuantos meses atrás al Supervisor General, habían sido mal informados mientras laboraban ingenuamente cumpliendo con sus deberes en el campo. La Constitución, el instrumento de la codicia del hombre por el poder, estaba teniendo sus estertores de la muerte. Estaba para morir, pero se llevaría consigo aproximadamente 15,000 miembros de la Iglesia con ella.
Existían tres puntos vitales en cuestión en la Iglesia durante el período de 1915-1923. Cada uno de estos puntos-la cuestión del divorcio y el re-casamiento, la acusación de malversación de fondos contra el Supervisor General y la cuestión del gobierno teocrático-eran los asuntos que dividían. No fue hasta la 18va Asamblea Anual del 1923 que estos puntos en cuestión fueron resueltos. La unidad que por tanto tiempo había sido un rasgo característico de la Asamblea General, se fue deteriorando lentamente en las filas de los miembros de la Iglesia. Cada uno de los asuntos en debate jugó su parte en la destrucción de la armonía en la búsqueda conjunta y concienzuda de las Escrituras para hallar más luz, necesitada para la buena dirección de la senda de la Iglesia.
Aunque todos estos tres puntos en cuestión eran destructivos de por sí, el verdadero motivo de la gran división fue la cuestión del gobierno teocrático. ¿Iba el gobierno de la Iglesia a ser teocrático, bajo la inmediata dirección de Dios, a través de la seguridad del acuerdo unánime de una multitud de consejeros moderado por el Supervisor General, o sería un gobierno oligárquico (ochenta y tres en número) con decisiones que modificarían la Iglesia y hechas alrededor de una mesa de conferencias? Los otros dos puntos eran ramificaciones de la cuestión mayor respecto a quién sería el Supervisor General de la Iglesia de Dios. La cuestión del divorcio y el recasamiento preparó el escenario para el comienzo de la oposición contra el Supervisor General. La acusación de malversación de fondos contra A. J. Tomlinson de parte de la oposición, fue dirigida para nublar la verdadera cuestión y para usar la acusación como un instrumento para eliminar al Supervisor General de su oficio. Estaban conscientes de la decisión peligrosa que estaba siendo hecha dentro de la Iglesia. De hecho, algunos, si tal vez ninguno de los líderes estaban capacitados para comprender la apostasía o viraje de la Iglesia de la verdadera trayectoria del gobierno teocrático hasta que el daño ya había sido efectuado.
La Iglesia siempre ha apoyado valientemente la forma de gobierno teocrático. Con la excepción de aquellos años de división, 1921-23, y tomando en consideración la posibilidad de un error humano, la Iglesia ha sido gobernada por Dios a través de Su Palabra, como es interpretada por la Asamblea General con el Supervisor General como moderador. Esta provisión tradicional y bíblica se ha desarrollado con los años a medida que la Iglesia continua buscando el andar a la luz de las Escrituras.
El gobierno teocrático comenzó a tomar significado en la Primera Asamblea del 1906. Los delegados de la Asamblea manifestaron: "Nosotros no nos consideramos a nosotros mismos un cuerpo legislativo o ejecutivo,
sino judicial solamente". En la Segunda Asamblea se dijo lo siguiente: "Se deberá ejercer cuidado en ser guiados por el Espíritu más bien que por los cuerpos o regidores eclesiásticos". En la Tercera Asamblea se acentuó de nuevo que la Asamblea era un cuerpo judicial y las "minutas (de las asambleas) no son leyes hechas por la Asamblea, sino solamente el registro de las leyes que nos han sido conferidas por Cristo y Sus discípulos, escudriñadas por ese cuerpo y traídas a la luz, a fin de que las iglesias puedan tomar acción sobre las mismas como lo vean conveniente".
La Octava Asamblea del 1913 registró lo siguiente: "La Iglesia de Dios es el gobierno más prominente, sabio y glorioso que jamás haya sido inaugurado sobre esta tierra". Pasó al registro además que "sobrecarga sobre el honorable y sagrado cuerpo de la Asamblea el investigar y aplicar las leyes... lo cual deberá ser considerado como el más alto honor conferido a los hombres".
La Decimocuarta Asamblea del 1919 reafirmó lo siguiente: "Nuestro propósito ahora es igual al que hemos tenido en todas las Asambleas anteriores. Nosotros siempre hemos declarado que la Asamblea no es un cuerpo legislativo, sino un cuerpo con el propósito de escudriñar las Escrituras y prepararse para practicar las leyes que ya han sido delineadas". En la Decimoquinta Asamblea del 1920, se acentuó lo siguiente: "Nosotros reconocemos a Cristo como la Cabeza de la Iglesia y el Supremo Legislador. El nos habla por Su Palabra y por el Espíritu Santo, y nosotros resolvemos toda cuestión y disputa por medio de la Palabra de Dios, y como le parezca bien al Espíritu Santo y a nosotros". Finalmente, en la 17ma Asamblea del 1922, el punto de vista de la Iglesia sobre la teocracia en una declaración breve es registrada así: Reconocemos el gobierno de la Iglesia de Dios como uno teocrático en su forma. . . Estamos siguiendo el Libro de Dios, y reconocemos la Biblia como Su Palabra para nosotros. Decimos, que Dios resuelve nuestras disputas al ir a la Biblia para buscar la solución del debate en cuestión. Reclamamos que podemos hallar en el Libro las leyes y normas, ya sea en estatutos, tipos, profecía o principios, las cuales son suficientes para entender.
Se buscaba cosas para llamar leyes y no tienen la autoridad para ponerlas en ejecución. En otras palabras, ésta no es ni legislativa ni ejecutiva, sino más bien judicial. La Iglesia se apartó de este principio durante los años del 1916-1923, sufriendo las consecuencias que casi ocasionaron su total desastre.
Como se indicó anteriormente, la Asamblea autorizó el nombramiento de los doce ancianos o consejeros del Supervisor General. Esto de por sí no fue una equivocación, mientras la junta permaneciera en su papel de consejería. No obstante, a medida que transcurría el tiempo, individuos claves, determinados a fortalecer su influencia y poder, eventualmente intentaron eliminar a A. J. Tomlinson de su oficio de Supervisor General. La Junta de Ancianos, aunque creada para ser de bendición para la Iglesia, vino a ser el origen de la división y la confusión. La Iglesia continuó alejándose de la norma de la pura teocracia con la adopción de la "Declaración" en la 15ta Asamblea del 1920. Esta decía: "Que sea notorio a todas las gentes de todo lugar que nosotros, la Asamblea General de las Iglesias de Dios, ahora congregadas en conferencia de negocios en el Cuartel General en la ciudad de Cleveland, Tennessee, delineó la siguiente declaración:
Primero, que las minutas de todas las Asambleas previas son un registro oficial fidedigno en substancia y en hechos, tomadas por los secretarios autorizados por dicha Asamblea, y publicadas por aquéllos que están autorizados total y legalmente para hacer tal cosa, y no el producto o declaraciones individuales de A. J. Tomlinson, el Supervisor General.
Segundo, que los nombres de todas las iglesias locales registradas en las diversas minutas, incluyendo ésta, son el resultado de los servicios fieles de los ministros y representantes de la Asamblea General, y cuando son recibidas como tal por dichos representantes de la Asamblea General, ellas entonces vienen a ser y a formar parte de la Asamblea General. Por consiguiente, no reconocemos el derecho de ninguna iglesia local a retirarse de la Asamblea General como un todo, no obstante, aquellos individuos que demuestren ser infieles al gobierno y enseñanzas como son promulgadas por la Asamblea General de tiempo en tiempo, o quienes anden desordenadamente, deberán ser juzgados de manera individual y excluidos como miembros de dicha iglesia.
Tercero, que todos los ministros, ya sea el Supervisor General, los ancianos, obispos, diáconos o evangelistas han sido y son representantes legales expresos de la Iglesia de Dios mientras estén en armonía con su gobierno y enseñanzas.
Cuarto, que la Asamblea General de la Iglesia de Dios es ese cuerpo organizado con pleno poder y autoridad para designar la enseñanza, gobierno, principios y prácticas de todas las iglesias locales que componen dicha Asamblea.
Quinto, La Iglesia de Dios la cual a menudo es referida como tal, con su Cuartel General en Cleveland, Tennessee, únicamente con el propósito de distinguirla de las demás iglesias que se llaman a sí mismas la Iglesia de Dios, pero que no son parte de su nombre.
Sexto, que uno de los primeros principios aceptados en la temprana historia de su organización fue que nosotros aceptamos toda la Biblia correctamente dividida, el cual es hoy uno de sus principios más sagrados. Por lo tanto, nos congregamos en conferencia anual para examinar las Escrituras y para ponerlas en práctica. Nuestras enseñanzas y fe son las mismas, así como fueron aceptadas originalmente en su organización inicial, y todos los cambios en gobierno Y administración han sido debidamente autorizados por la Asamblea General en sus diversas sesiones anuales".
Aunque la Declaración establecía el principio de teocracia-aceptando el Nuevo Testamento como la única regla de fe y práctica-ésta fue de por sí un paso fuera de ese principio. Muy parecido al Credo Nicea en el año 325 D. C., la mayoría de los preceptos de la Declaración son ciertos; sin embargo, detrás de aquellas verdades hay un error de largo alcance hacia el desarrollo de credos hechos por el hombre como guía para la conducta del hombre. Esta piedra de tropiezo hacia la apostasía es verificada únicamente un año más tarde con la adopción de una constitución para la Iglesia de Dios.
La tradición honrada por muchos años respecto a que la Asamblea General sería únicamente un cuerpo judicial, fue cambiada por la Constitución no solo a un cuerpo legislativo, (Artículo 1, Sección 3. "Para promulgar normas y reglamentos") sino también a un cuerpo ejecutivo (Artículo 2, Sección 5. "Para proveer un gobierno general el cual esté investido de pleno poder y autoridad para dictar y ... para gobernar las iglesias locales ... ").
La Constitución cambió la autoridad más alta en la Iglesia, la cual era la Asamblea General, compuesta de todos los delegados congregados de la Iglesia en general, a una oligarquía de ochenta y tres individuos (Artículo 4, Sección 6). La "Asamblea oficial" compuesta de estos ochenta y tres individuos, quienes se podían reunir en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier ocasión, tenía "pleno poder y autoridad para designar normas de gobierno, enseñanzas y principios para las iglesias locales". '
Con la adopción de la Constitución en la 16ta Asamblea del 1921, la Iglesia oficialmente cesó de practicar la teocracia. Debido a tal decisión, el cuerpo de Cristo sufriría una de las más grandes vergüenzas en la historia de la Iglesia. Para los aproximadamente mil delegados representando a treinta y tres estados y las Bahamas, la 17ma Asamblea del 1922 solamente pudo ser un tiempo de adoración y alabanzas al Señor, porque la voz en la Iglesia había sido eliminada por la Constitución. Si el poder de la autoridad hubiera sido dejado en el control de la Asamblea General representada por todos los delegados reunidos, la gran apostasía jamás habría ocurrido.
Consistiendo de los individuos que fueron principalmente responsables por la introducción y aprobación de la constitución, e} Supervisor General, viendo el trágico error de la Iglesia, y deseando corregirlo, llevó el asunto en cuestión ante la gente. El hizo esto durante su mensaje anual ante la 17ma Asamblea del 1922. La mañana del viernes 4 de noviembre del 1922, A. J. Tomlinson pronunció lo que quizás fue su discurso o mensaje más prominente. En medio del caos y la confusión, él hizo un llamado al retorno a las antiguas sendas.
El asumió su posición valientemente:
"Considero que cometimos un grave error un año atrás cuando adoptamos lo que denominamos nuestra constitución. Cuando desperté ante lo que habíamos hecho en la primera parte de este año, me atemoricé de tal manera que nunca he sido liberado de tal temor... Considero que el rostro del Cuerpo de Cristo ha sido empañado... Estoy tan afligido por esto, que he temblado como una hoja. Esto ha puesto un espíritu de llanto en mi alma.... He llevado este peso sobre mí y he orado por el mismo por casi nueve meses. No puedo conseguir apartarme de esto. Casi me rebelé contra el hacer mención de esto aquí, pero temí el dejar de hacerlo. Tengo que ser libre para sostener la bendita y antigua Biblia, y declaro como en otro tiempo, que ésta es nuestra única regla de fe y práctica. Como ésta lo es ahora, no la puedo aceptar, ya que esto ha sido la causa de los problemas en algunos lugares este año-ellos se sintieron obligados a poner a un lado el Libro más sagrado de todos los libros y aceptar la constitución, o de otra manera ser contados entre los infieles.
No, las minutas de nuestras asambleas no deberán considerarse como leyes, sino solo como registros de nuestros hallazgos.... ¿Qué puede hacerse? Solamente hay una cosa por hacer, y tal vez pierda mi posición al expresarla, y es que abroguemos tal constitución y que tal acción sea registrada al efecto, y aun hasta borrarla de nuestra memoria, procediendo a levantar el Libro por el aire una vez más y declarar: 'ESTA ES NUESTRA UNICA REGLA DE FE Y PRACTICA' ".
Como se ha indicado, el verdadero punto en cuestión de aquellos años de división fue la pregunta sobre el gobierno teocrático. Tal parece que la Constitución fue introducida con el solo propósito de destruir el gobierno teocrático y de echar fuera a A. J. Tomlinson de la posición de Supervisor General de la Iglesia. Otros intentaron ocultar el punto principal al introducir los cargos de malversación de fondos contra el Jefe Ejecutivo.
A petición del instigador clave de la mayoría de los puntos controversiales de este período, un comité compuesto por él mismo y otros dos, fue nombrado para examinar los asuntos financieros de la Iglesia. Después de un examen preliminar de algunos de los libros, un auditor mostró un aparente déficit de aproximadamente $14,000.00.
Concluida, pero e1 déficit, el cual habría sido el resto de los libros de la Iglesia hubieran sido examinados por el auditor, le fue achacado a A. J. Tomlinson. La equivocación de toda la farsa de la auditoría fue evidente cuando los cargos de malversación de fondos fueron comprobados como falsos y la auditoría fue declarada "totalmente sin valor o mérito" por las Cortes de los Estados Unidos.
Los cargos de malversación de fondos fueron un intento directo por eliminar a A. J. Tomlinson de su oficio. Cuando esta táctica no dio resultado, ellos intentaron rebajar su posición de Jefe Ejecutivo a una de menor importancia. Con la adopción de una enmienda a la Constitución en la 17ma Asamblea, un Concilio Ejecutivo fue creado para convertirse en la voz ejecutiva de la Iglesia. Este consistía de tres individuos quienes, por supuesto, subordinaron el oficio del Supervisor General al Concilio Ejecutivo. Vino a ser el deber imperativo del Supervisor General salir al campo a visitar las iglesias locales, Convenciones de Estado y Supervisores de Estado. Esto, en efecto, mantendría al Supervisor General fuera del Cuartel General.
Muy poco podía hacer el Supervisor General excepto presentar su renuncia. El 6 de noviembre de 1922, él trató de presentar su renuncia, pero los delegados de la Asamblea reaccionaron tan firmemente en su súplica para que se quedara que él consintió en servir durante otro año más. La audiencia volvió a mostrar su gran amor por el Supervisor General al literalmente acudir en gran número para mostrarle su aprecio. Los delegados reunidos le confirieron una ovación de pie para mostrarle su aprobación. No obstante, desafortunadamente la autoridad de la Iglesia ya no descansaba sobre los delegados, sino más bien en los ochenta y tres individuos que formaban o componían la "Asamblea oficial".
No pasó mucho tiempo después de que la gente regresó a sus campos respectivos de labor, para que los que se oponían al Supervisor General comenzaran su trampa política legal. Al comienzo de este período, el problema fue instigado por un solo hombre, y aún hasta el 1922, tal parecía que habían solamente unas cuatro o cinco personas que se oponían activamente al Supervisor General.
Estos cuatro o cinco individuos claves fueron los verdaderos renegados de la gran apostasía. Intentaron destruir la influencia del Supervisor General utilizando desde conversaciones personales detrás del pulpito hasta una instigación a la huelga en la casa de publicaciones. A medida que pasaba el tiempo, a través de tales tácticas como la falsa acusación de la malversación de fondos, ellos pudieron gradualmente ganar unos cuantos más a sus filas. Debido a tal acción el confrontamiento era seguro.
Al ser citado el Concilio de Ancianos pana el 12 de junio de 1923, los respectivos retos fueron convocados. Veinte años después del "levántate, resplandece", las hazañas pusilánimes de las tinieblas casi destruyeron la Iglesia de Dios.
Hasta el presente, existían dos cargos los cuales fueron presentados ante el concilio. Los primeros cargos residían en acusaciones contra tres de los miembros de la Junta de Ancianos. Estos cargos contra los cabecillas de aquéllos que se oponían a A. J. Tomlinson fueron a la reunión. El siguiente es un resumen de tales cargos.
"A los ancianos de la Asamblea General de la Iglesia de Dios, Cleveland, Tennessee:
“... Por cuanto, el lenguaje empleado y la extrema depravación de expresiones, en conjunción de un carácter muy excitado y provocativo, nosotros consideramos que estas cosas son impropias de cualquier persona que lleve el dulce nombre de un cristiano, y Por cuanto M. S. Lemons, J. S. Llewellyn y J. B. Ellis fueron los más prominentes por sus contiendas y demandas, pasando ciertas medidas en la 17ma Asamblea Anual las cuales no tenían base bíblica y eran desagradables al Espíritu Santo, y
Por cuanto, uno de estos hombres fue directamente hacia nuestro intérprete y lo intimidó de tal manera que él se sintió en estado muy miserable durante toda la Asamblea, dicho hombre se atrevió a darle órdenes de manera amenazante a fin de que no intentara dar alguna interpretación durante toda la Asamblea, y Por cuanto, estos hombres intimidaron a uno de los comités de forma tal que no pudieron actuar en la capacidad de hombres libres ante Dios, impidiéndoles el que hicieran sus reportes ante la Asamblea como ellos lo deseaban, y Por cuanto dicho J. S. Llewellyn, en un discurso de dos horas o más de duración ante los Once y Setenta en una sesión combinada, usó palabras y términos con la intención de tratar de destruir la reputación del Supervisor General y su familia, tales expresiones fueron impropias de un caballero, o de un embaucador político y mucho menos de uno que profesa la religión cristiana".
Las acusaciones continuaron para procesar estos tres hombres como "contenciosos", ineptos para ser obispos" e "inhábiles para tomar parte activa en el gobierno de la Iglesia de Dios". Los cargos aconsejaban al Concilio (consejo) que "estos hombres deberían ser despojados de toda posición de honor y confianza en la Iglesia de Dios, y que se les acusara de desleales, presentando tales cargos en las respectivas iglesias locales donde estuviera su membresía, a fin de la Iglesia tomar acción". Después de discutir estos cargos por cerca de diez horas, el asunto fue dejado en las manos del Supervisor General y nueve de los ancianos para su consideración. Por alguna razón desconocida, se decidió posponer la acción contra tales cargos hasta que la acusación contra el Supervisor General pudiera ser resuelta.
Cuando la cuestión sobre el Supervisor General fue presentada para su discusión por el concilio, A. J. Tomlinson entregó su cargo. El hizo esto no sólo porque le fuera pedido, sino porque hubo un mensaje en lenguas y la interpretación les amonestó a que se sometieran los unos a los otros. Uno de los ancianos fue entonces escogido para moderar el Concilio (consejo o junta) hasta que la acusación pudiera ser discutida
Durante diez días. El Supervisor General nunca fue Invitado para defenderse a sí mismo o a dar clausura oficial a la sesión. Durante varios días, aquéllos en oposición al Jefe Ejecutivo intentaron ganarse a todo el cuerpo de ancianos. Después de fracasar en su intento, ellos despidieron la junta sin conferir al Supervisor General el privilegio Y derecho de su presidencia. La cuestión en debate sobre el gobierno teocrático iba erigiéndose hasta su clímax. Algunos de los más desafiadores estaban tomando osadamente los asuntos en sus manos. La gran apostasía estaba a un paso de hacerse una realidad.
La ruptura final ocurrió el 24 de julio de 1923. El Supervisor General, siendo el Jefe Ejecutivo de la Iglesia de Dios, citó a otra junta para completar la obra de la junta del 12 de junio. Desafortunadamente, diez de los ancianos no quisieron presentarse a esta oficialmente denominada Junta de Ancianos. A través de este acto públicamente desafiante, ellos escogieron andar su propio camino y se apartaron de la Iglesia de Dios de la Biblia. La úlcera de la contención se había estado enconando por varios años y finalmente con el llamado Consejo de Ancianos del 24 de julio de 1923. No había nada más que hacer excepto el declarar aquellas posiciones ocupadas por los ancianos rebeldes como vacantes. Esto fue oficialmente hecho en la reunión del Consejo del 24 de julio.
El Consejo no sólo declaró tales oficios vacantes, sino que rechazó la Constitución. El instrumento de destrucción había tenido a la Iglesia de Dios en sus garras por solamente un corto período de tiempo. Sin embargo, ésta fue una experiencia muy tajante para la Iglesia. El único recurso de información que los miembros de la Iglesia de Dios en el campo recibían era la revista el Evangelio de la Iglesia de Dios, la cual era editada por J. S. Llewellyn. Podemos imaginar hasta qué punto ellos serían mal informados. En tiempos tan caóticos, los miembros de la Iglesia de Dios inocentes de lo que ocurría, recibieron todo menos la verdad expresa. La Iglesia estaba siendo sacudida de por sí, tratando de encontrar las antiguas y verídicas sendas de la teocracia. En el campo, quienes habían mostrado su respeto, amor y confianza unos cuantos meses atrás al Supervisor General, habían sido mal informados mientras laboraban ingenuamente cumpliendo con sus deberes en el campo. La Constitución, el instrumento de la codicia del hombre por el poder, estaba teniendo sus estertores de la muerte. Estaba para morir, pero se llevaría consigo aproximadamente 15,000 miembros de la Iglesia con ella.
jueves, 12 de mayo de 2011
HISTORIA Y GOBIERNO: CAPITULO DOS - La Era Del Crecimiento Temprano Parte III
Otra eventualidad para la Iglesia lo fue la impresión de la literatura de Escuela Dominical por primera vez. La nueva casa de publicaciones pudo sacar literatura para el primer trimestre de 1915. Para la Asamblea de ese año se produjeron cuadernos de Escuela Dominical, hojas sueltas de las lecciones y láminas para las congregaciones locales. El siguiente evento de importancia ocurrió en febrero y marzo de 1917. El13 de febrero de 1917 el Supervisor General nombró a F. J. Lee y a T. L. McLain como "ancianos". Estos tres hombres a su vez, nombraron a T. S. Payne, M. S. Lemons, J. B. Ellis y a Sam C. Perry al cuerpo de ancianos el 15 de febrero de 1917. El 1 de marzo de 1917, los otros seis ancianos restantes fueron nombrados. Ellos fueron M. S. Haynes, George T. Brouayer, S. W. Latimer, E. J. Boehmer, S. O. Gillaspie y J. S. Llewellyn.
La Junta de Ancianos fue aceptada por la Iglesia cuando el reporte del comité número cuatro sobre planes bíblicos de orden, fue oficialmente leído y aceptado por la Asamblea General. El comité recomendó que un cuerpo de ancianos fuera seleccionado, cuyos deberes fueran tener jurisdicción sobre toda pregunta de cualquier naturaleza que les fuera presentada debidamente.
La Junta de Ancianos, como fue sugerida por primera vez en el mensaje anual del Supervisor General en el 1915, y enfatizada de nuevo en su mensaje en el1916, sería para "un cuerpo de ancianos íntimamente asociados con el Supervisor General semejante al gabinete del Presidente de los Estados Unidos". Ellos fungirían como "un gabinete o cuerpo de consejeros".
La razón para la aparente necesidad de este cuerpo particular de General y 1a Asamblea escogen constantemente tratando de hallar un mejor sistema de realizar el trabajo de la Iglesia. De la iglesia madre de veinticinco miembros en 1903, hasta doscientas treinta iglesias, con una membresía de ocho mil cincuenta y nueve miembros en el 1916, la organización de la Iglesia estaba en constante necesidad de expansión a medida que crecía.
Aunque A. J. Tomlinson vio la necesidad de ayuda; quería moverse con extrema precaución. El sabía que la Iglesia descansaba en un punto giratorio y que si se echaba "una pluma en el lado opuesto de la balanza, tal ínfimo peso haría que el balance se rompiera, llevándonos hacia una dirección que resultaría en el desastre y la derrota". El sabía que la Iglesia había encontrado la mejor forma de gobierno (la teocracia), pero sabía también que una búsqueda más profunda de sus principios era necesaria a fin de mantenerse a la par con el tremendo aumento en la membresía de la misma.
La expansión de la Iglesia puede ser vista fácilmente a través de la siguiente tabla tomada de las respectivas minutas de Asamblea y de otros registros.
Año Miembros
1903 25
1904 39
1905 No hay registro
1906 No hay registro
1907 No hay registro
1908 No hay registro
1909 No hay registro
1910 1,005
1911 1,855
1912 2,323
1913 3,116
1914 4,568
1915 6,503
1916 8,059
1917 10,566
1918 No se condujo Asamblea
1919 12,768
1920 15,058
1921 18,998
1922 21,673
La época del crecimiento temprano de la Iglesia fue un período prominente en la expansión. Con cada año mostrando ganancias Impresionantes en el total de iglesias, ministros y miembros, pocos habrían creído que le esperara .tan terrible caos y desastre a principios del año de mil novecientos veinte (1920). Fue como si un presagio o pronostico hubiera sido pronunciado por el Supervisor General en aquel funesto mensaje anual ante la Asamblea General del 1916, Concerniente a la Junta de Ancianos, él declaró: "Estoy temblando ante Dios hoy, con la sensación de que estoy en un pasadizo estrecho, por temor de que vaya para la causa que Verdaderamente que era un pasadizo estrecho y algunos de los miembros de la Junta de Ancianos no podrían pasar por el mismo.
La Asamblea del 1916, siguiendo la sugerencia del Supervisor General, autorizó el nombramiento de doce ancianos como consejeros del Jefe Ejecutivo. Mientras ellos se mantuvieran dentro de los límites del oficio de orientadores o consejeros, podrían ofrecer la oportunidad de ser de tremenda ayuda para el Supervisor General.
Desafortunadamente, dado a que era un pasadizo estrecho, individuos claves, a medida que el tiempo transcurría, trataron de fortalecer su influencia y poder. Finalmente, este cuerpo de consejeros, a través de miembros individuales, intentó cambiar la Junta de Ancianos en un cuerpo que controlara al Supervisor General.
A través de la acción de instigadores claves, la era del crecimiento temprano de la Iglesia vendría a parar en un final desastroso. Una atroz división ocurrió en la Iglesia, la cual eventualmente ocasionó la partida de aproximadamente quince mil miembros. Le había tomado a la Iglesia unos veinte años ganar más de veintiún mil miembros. Tomó solamente veinte meses de caos para perder más de dos terceras partes de ese número, con la mayoría de ellos siendo guiados fuera (descarriados) sin saberlo. Esta fue en realidad la gran división.
La Junta de Ancianos fue aceptada por la Iglesia cuando el reporte del comité número cuatro sobre planes bíblicos de orden, fue oficialmente leído y aceptado por la Asamblea General. El comité recomendó que un cuerpo de ancianos fuera seleccionado, cuyos deberes fueran tener jurisdicción sobre toda pregunta de cualquier naturaleza que les fuera presentada debidamente.
La Junta de Ancianos, como fue sugerida por primera vez en el mensaje anual del Supervisor General en el 1915, y enfatizada de nuevo en su mensaje en el1916, sería para "un cuerpo de ancianos íntimamente asociados con el Supervisor General semejante al gabinete del Presidente de los Estados Unidos". Ellos fungirían como "un gabinete o cuerpo de consejeros".
La razón para la aparente necesidad de este cuerpo particular de General y 1a Asamblea escogen constantemente tratando de hallar un mejor sistema de realizar el trabajo de la Iglesia. De la iglesia madre de veinticinco miembros en 1903, hasta doscientas treinta iglesias, con una membresía de ocho mil cincuenta y nueve miembros en el 1916, la organización de la Iglesia estaba en constante necesidad de expansión a medida que crecía.
Aunque A. J. Tomlinson vio la necesidad de ayuda; quería moverse con extrema precaución. El sabía que la Iglesia descansaba en un punto giratorio y que si se echaba "una pluma en el lado opuesto de la balanza, tal ínfimo peso haría que el balance se rompiera, llevándonos hacia una dirección que resultaría en el desastre y la derrota". El sabía que la Iglesia había encontrado la mejor forma de gobierno (la teocracia), pero sabía también que una búsqueda más profunda de sus principios era necesaria a fin de mantenerse a la par con el tremendo aumento en la membresía de la misma.
La expansión de la Iglesia puede ser vista fácilmente a través de la siguiente tabla tomada de las respectivas minutas de Asamblea y de otros registros.
Año Miembros
1903 25
1904 39
1905 No hay registro
1906 No hay registro
1907 No hay registro
1908 No hay registro
1909 No hay registro
1910 1,005
1911 1,855
1912 2,323
1913 3,116
1914 4,568
1915 6,503
1916 8,059
1917 10,566
1918 No se condujo Asamblea
1919 12,768
1920 15,058
1921 18,998
1922 21,673
La época del crecimiento temprano de la Iglesia fue un período prominente en la expansión. Con cada año mostrando ganancias Impresionantes en el total de iglesias, ministros y miembros, pocos habrían creído que le esperara .tan terrible caos y desastre a principios del año de mil novecientos veinte (1920). Fue como si un presagio o pronostico hubiera sido pronunciado por el Supervisor General en aquel funesto mensaje anual ante la Asamblea General del 1916, Concerniente a la Junta de Ancianos, él declaró: "Estoy temblando ante Dios hoy, con la sensación de que estoy en un pasadizo estrecho, por temor de que vaya para la causa que Verdaderamente que era un pasadizo estrecho y algunos de los miembros de la Junta de Ancianos no podrían pasar por el mismo.
La Asamblea del 1916, siguiendo la sugerencia del Supervisor General, autorizó el nombramiento de doce ancianos como consejeros del Jefe Ejecutivo. Mientras ellos se mantuvieran dentro de los límites del oficio de orientadores o consejeros, podrían ofrecer la oportunidad de ser de tremenda ayuda para el Supervisor General.
Desafortunadamente, dado a que era un pasadizo estrecho, individuos claves, a medida que el tiempo transcurría, trataron de fortalecer su influencia y poder. Finalmente, este cuerpo de consejeros, a través de miembros individuales, intentó cambiar la Junta de Ancianos en un cuerpo que controlara al Supervisor General.
A través de la acción de instigadores claves, la era del crecimiento temprano de la Iglesia vendría a parar en un final desastroso. Una atroz división ocurrió en la Iglesia, la cual eventualmente ocasionó la partida de aproximadamente quince mil miembros. Le había tomado a la Iglesia unos veinte años ganar más de veintiún mil miembros. Tomó solamente veinte meses de caos para perder más de dos terceras partes de ese número, con la mayoría de ellos siendo guiados fuera (descarriados) sin saberlo. Esta fue en realidad la gran división.
miércoles, 11 de mayo de 2011
martes, 10 de mayo de 2011
HISTORIA Y GOBIERNO: CAPITULO DOS - La Era Del Crecimiento Temprano Parte II
El Hno. Tomlinson tuvo la necesidad del bautismo del Espíritu Santo, y comenzó a buscar tal experiencia con más ahinco. Ya él había sido despertado a esta necesidad para la década del 1890. El manifestó después de haber sido santificado: "Un clamor emergió de mi corazón por la misma experiencia que fue disfrutada por las personas en el día de Pentecostés". Aun mientras edificaba con éxito la Iglesia y conducía avivamientos, él predicaba concerniente a la necesidad de la experiencia, y luego era uno de los primeros que pasaba al altar buscando ser bautizado con el Espíritu. Para fines del año él estaba tan sediento por el Bautismo que apenas se interesaba en la comida, en sus amistades o cualesquier otra cosa.
El escribió a G. B. Cashwell, quien había estado en el gran avivamiento del Espíritu Santo en Los Angeles, California, y quien recibió tal experiencia. El le pidió que viniera a Cleveland para que condujera un avivamiento de unos cuantos días.
Mientras Cashwell estaba predicando un domingo en la mañana, A. J. Tomlinson recibió la experiencia que por tanto tiempo había procurado de Dios. El relata en sus propias palabras la experiencia fenomenal:
"Una sensación peculiar se apoderó de mí y casi inconscientemente, me deslicé de mi silla como un montón frente a la plataforma donde predicaba el Hermano Cashwell.
Muy pronto perdí el sentido de las cosas que me rodeaban mientras yacía sobre el piso, ocupado únicamente con Dios y las cosas eternas.
Mi cuerpo daba vueltas y se movía bruscamente más allá de mi control. En una ocasión, mientras yacía postrado sobre mi espalda, me pareció ver un gran lienzo que descendía, y a medida que se acercaba a mí, sentí que me envolvía en sus plegaduras, y me sentí literalmente levantado varias pulgadas del piso, y llevado en ese lienzo varios pies....
Mientras permanecía en el suelo, gran gozo inundó mi alma; los momentos más felices jamás experimentados hasta ese instante. Jamás supe lo que era el verdadero gozo antes de que mis manos se unieran entre sí sin ningún esfuerzo de mi parte. Oh, qué inundaciones y oleadas de gloria corrieron a través de todo mi ser por varios minutos....
Luego vino una parte muy interesante de la experiencia....En una visión fui llevado por América Central (y de igual manera a Brasil, Chile, Patagonia, Africa, Jerusalén, Rusia, Francia, Japón, y de regreso a los Estados Unidos); se me mostró la condición horrible de las gentes.... Un paroxismo de sufrimientos vino sobre mí mientras parecía estar atormentado (padeciendo dolores de parto) por su salvación. Después hablé en lenguas como el Espíritu me daba que hablase....
No puedo dejar de contar concerniente al terrible conflicto que tuve en la visión con el diablo ... mientras hablaba en un idioma desconocido, el Espíritu parecía envolverme, y fui llevado a través de un paraje echando fuera demonios; una experiencia real en la visión ... ".
Aunque el tuvo gran éxito en sus avivamientos antes de recibir el bautismo del Espíritu Santo, sus siguientes avivamientos harían el que sus previos parecieran como avivamientos totalmente inadecuados. Al cerrar un avivamiento en Chattanooga, Tennessee, se organizó una iglesia con cuarenta y nueve miembros, setenta y cinco fueron bautizados en agua y como cinco mil personas le escucharon predicar en un servicio. El comenzó un avivamiento en Cleveland el 10 de agosto de 1908, el cual vino a ser conocido como uno de los avivamientos más prominentes jamás experimentados en Cleveland.
El avivamiento continuó por diez semanas y los servicios se extendían hasta las dos y tres de la madrugada. La cuenta final mostró más de quinientas setenta y dos experiencias, además de muchas sanidades. Los siguientes son algunos de los acontecimientos del avivamiento:
16 de agosto: "...Había 1,500 personas en la tienda...Antes de pasar a predicar, un predicador bautista...tomó mi plataforma y por unos minutos declaró que su cuerpo pecaba pero que su alma era pura...sosteniendo una vida cristiana participante del pecado. Pero cuando llegó mi turno, el Señor me ayudó para cortarlo con la Palabra. Y o le pedí que pasara al altar a fin de que recibiera la salvación. Creo que pasaron al altar cerca de cincuenta personas".
18 de agosto: "... Un gran número en el altar... tres recibieron el bautismo del Espíritu Santo... algunos hombres trataron de salir corriendo de la tienda y cayeron a tierra bajo el poder. Esta noche tuvimos el servicio más glorioso y poderoso, y una barrida del Espíritu Santo descendió de la manera más maravillosa, con manifestaciones y milagros, al compararlo con algún otro servicio al cual jamás asistiera... ".
20 de agosto: "...siete profesiones de fe y cinco recibieron el bautismo del Espíritu Santo... el alcalde de la ciudad me pasó un papel... pidiéndome que culminara los servicios a las 10:00 P.M. o sería arrestado. Oramos fervientemente, y le dije al oficial sobre el asunto... los oficiales vinieron... (nos dieron) su protección. Dios adjudicó una gran victoria... como sesenta se encontraban en el altar".
25 de agosto: "...una dama estuvo bajo el poder aproximadamente seis o siete horas".
28 de agosto: "...posiblemente sesenta y cinco o setenta y cinco pasaron al altar. Un hombre cayó bajo el poder y fue llevado al altar... él era un líder en la iglesia bautista de la ciudad, pero recibió el bautismo del Espíritu Santo y se levantó hablando en lenguas".
10 de septiembre:"...no hubo predicación. Durante el servicio de testimonios la presencia del Señor descendió sobre algunos de los obreros y comenzaron a llorar, yo pedí una oración intercesora especial en concierto, la cual duró varios minutos.
El Espíritu me hiso mirar hacia la congregación, me pareció ver una erase que vapor azul o neblina asentada sobre la misma. La gente se puso pálida, y mientras hacía el llamamiento al altar, setenta y cinco o cien pasaron rápidamente...el fuego se está esparciendo más y más en cada vecindad de la cuidad y por millas en el país".
12 de septiembre: "...una gran multitud esta noche...anoche, sobre la tienda, más de una persona vio un rayo de luz o fuego...las gentes están conmovidas respecto al avivamiento, abarcando un área de quince a veinte millas alrededor".
14 de octubre: " ... un servicio fue muy impresionante en el cual cerca de quince hombres pasaron frente a mí y quienes habían sido liberados del alcoholismo por el poder de Dios".
La Iglesia en general estaba experimentando una sacudida fenomenal por el fuego del avivamiento. A medida que los miembros eran conmovidos por estos poderosos servicios, ellos salían en busca de los no salvos y de los que no asistían a alguna iglesia de manera asombrosa, ocasionando el que la Iglesia aumentara en miembros y en congregaciones nuevas. La Iglesia comenzó a extenderse hacia nuevos estados con el pasar de cada Asamblea General. Dentro de los primeros cinco o diez años casi todo el Sur de los E.U.A. había sido alcanzado con el mensaje de la Iglesia.
No obstante, antes del 1910, los pioneros de la Iglesia no se habían aventurado a salir de los Estados Unidos para alcanzar suelo extranjero con el mensaje. Pero en los siguientes diez años el mensaje de la Iglesia sería llevado a Egipto, Cuba, Chile, Islas Vírgenes, Barbados, Argentina, China, Bermuda, Canadá, Jamaica, Guatemala e Islas Bahamas. La primera iglesia en ser establecida fuera de los Estados Unidos fue una congregación local que se organizó en marzo del 1910 en Nassau, Bahamas. R. M. Evans y su esposa acompañados por Carl Padgett, quien había llegado a las Bahamas el 4 de enero de 1910, fueron los primeros en establecer la Iglesia de Dios de los últimos días fuera de los Estados Unidos. Con la organización de esta congregación en las Islas Bahamas, el celo de misiones en la Iglesia de Dios había venido a la vida para jamás morir.
Casi coincidiendo con el esfuerzo misionero de la Iglesia en el 1910, surgió la impresión de la tercera publicación editada por A. J. Tomlinson. El pasado Supervisor General había reconocido siempre el valor de la página impresa como fue visto en sus previas publicaciones: "Las Zorras De Samsón" y "El Camino". En la tercera Asamblea del 1908, él en conjunción con otros delegados, acentuó la importancia de tener una revista de la Iglesia. La ventaja de una publicación de la Iglesia fue acentuada otra vez en la Asamblea del1909, pero no fue hasta la Quinta Asamblea General Anual del 1910 que se confirió la aprobación final a la publicación de la revista.
Tomlinson comenzó inmediatamente después de concluir la Asamblea en enero a preparar la primera copia de "La Luz Del Anochecer y El Evangelio de la Iglesia de Dios". La primera edición fue publicada para la fecha del 1 de marzo de 1910. Ciento-veinticinco personas pagaron sus subscripciones para la primera edición de lo que más tarde sería "El Evangelio De La Iglesia De Dios".
La era del crecimiento temprano de la Iglesia de Dios fue un período tremendamente activo en su evolución. Además de aquellos eventos ya mencionados, la Iglesia continuó extendiéndose hacia nuevas áreas. En la Asamblea del 1911, se nombraron los primeros Supervisores de Estado. Ellos serían responsables de la "supervisión de sus estados y de conducir u ordenar la conducción de una campaña evangelística general... ".
En la Asamblea del 1911, la Sexta Asamblea Anual propuso y discutió con diligencia la institución de una escuela de entrenamiento bíblico.
Además, en la misma Asamblea, el Supervisor General pronunció su primer mensaje anual. Su mensaje anual abarcó tópicos tales como: plegaria a favor de obreros adicionales, la necesidad de más finanzas para apoyar tales obreros, un mejor sistema de organización, una evangelización sistemática, una escuela preparatoria y concerniente al permitir que el amor fraternal continuara. El primer mensaje anual consistió solamente de novecientas cincuenta palabras, pero vendría a ser uno muy rico en tradición.
En la primavera del 1913, la primera casa de publicaciones fue construida al otro lado de la calle donde estaba ubicada la casa de A. J. Tomlinson. De los registros que existen, es evidente que el Supervisor General era extensamente responsable del edificio de oficinas y de la casa de publicaciones. Esta sería la primera de las tres diferentes casas de publicaciones que la Iglesia eventualmente erigiría.
La Décima Asamblea General del 1914 registraría uno de los eventos de más alcance en la historia de la Iglesia. Había llegado el momento para la selección de un nuevo Supervisor General para el próximo año. Cuando hubo llegado el momento, A. J. Tomlinson inmediatamente dio un paso atrás y se hincó a orar después de hacer el anuncio: "Ahora es el tiempo oportuno para pedirle al Señor que nos dé un nuevo Supervisor General". Después de un largo silencio, alguien sugirió que la Asamblea debería orar para que Dios les diera un supervisor.
Todos cayeron sobre sus rostros y clamaron a Dios durante varios minutos. Después de esto hubo otra gran calma. Cuando el silencio vino a ser algo casi doloroso, alguien habló en lenguas y la interpretación siguió inmediatamente: "Mi amado, tú no puedes hacer más de lo que has hecho. Retén lo que has recibido".
Un clamor de gozo se dejó escuchar de casi todos los presentes. Un segundo mensaje fue dado, seguido de su interpretación. "El ha sido muy fiel por mí, y así ha gobernado y guiado la pequeña manada. Seguidle a medida que él me sigue."
Para esta ocasión el poder cayó sobre muchos, y el escogido fue literalmente cubierto por los hermanos que cayeron sobre él para abrazarlo y besarlo. El estaba tan rendido que no pudo levantarse discursos y finalmente el Hermano Lemons tomo al que fue nombrado por el Espíritu Santo por la mano y lo levantó del suelo, conduciéndole hacia el púlpito frente a toda la congregación, quienes aplaudieron y dieron vítores de aprobación por varios segundos.
Después de este derramamiento del Espíritu, hubo varios, comentarios. J. A. Davis declaró: "No encuentro en las Escrituras ningún cambio de supervisor en la Iglesia primitiva hasta que Santiago murió... ". W. R. Anderson replicó: "Es mi entender que cuando Dios pone un hombre en un lugar o posición, el tal permanece en ella hasta que muere ... " .. J. L. Scott enfatizó: "Cuando contemplo todo lo que el Hermano Tomlmson ha hecho por la Iglesia de Dios, y el poco sostén financiero que él ha recibido para sí y su familia, puedo decir con toda certeza que es Dios quien le ha sostenido. El ha sido muy fiel y recto, y me alegro en decir que tenemos un hombre que nunca murmura ni se queja". F. J. Lee dijo: "He conocido al Hermano Tomlinson por varios años. Y o le amo. Y o le honro. Y o le honro más porque Dios le honra a él.... Hay tanta unidad y armonía prevaleciendo en esta sesión que yo no veo la necesidad de jamás hacer un cambio hasta que Dios se lo lleve". M. S. Lemons dijo: "Considero que todos pueden ver que la aprobación de Dios está en esta selección, y yo no veo la necesidad de que jamás se diga algo más respecto a un cambio". Este fue un gran momento histórico y espiritual, ya que el miércoles 4 de noviembre de 1914, A. J. Tomlinson fue oficialmente reconocido por la Asamblea General como Supervisor General de la Iglesia de Dios de por vida.
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