Quizás algunos de los más grandes avivamientos en este lado del "Levántate, Resplandece" de la Iglesia de Dios, tomaron lugar a fines de la década del 20 y a principio de la década del 30, a medida que la Iglesia, con una determinación fresca, se lanzó afuera, penetrando dentro de muchas áreas y regiones nuevas. Aunque carecemos de estadísticas definidas, es evidente que la Iglesia creció de unos cinco a seis mil miembros, quienes permanecieron con la Iglesia después de la división del 1923, hasta veintiún mil miembros en 1933. Esta rápida expansión tomó lugar tanto en los Estados Unidos como en otros países del mundo. Ese crecimiento es ilustrado en la siguiente tabla:
1929 1,406
1930 2,036
1931 2,701
1932 4,561
1933 5,573
Total 16,277
Como se puede ver en este período de cinco años de crecimiento, la Iglesia alcanzó una membresía de 16,277.
El "Mensajero Ala Blanca" (el nombre de la publicación de la Iglesia desde el 1923) está literalmente lleno de reportes proclamando los grandes avivamientos de las décadas del veinte y del treinta. La década del treinta mostró un aumento total de 41,961 nuevos miembros añadidos a la Iglesia. Sin duda que la Iglesia de la década del treinta tenía los fuegos del avivamiento ardiendo.
En la edición del "Mensajero Ala Blanca" del 28 de abril de 1934, se reportó que veintiocho nuevas congregaciones locales fueron organizadas en un período de tres años en el Estado de Oklahoma. El último año de esa expansión vio quince nuevas congregaciones establecidas. Esta tremenda expansión de la Iglesia, como sucedió en Oklahoma, había venido a ser la norma de la Iglesia en general Muchos de los Supervisores de Estado estaban experimentando el mismo crecimiento fenomenal en sus estados respectivos.
La Iglesia no sólo se estaba extendiendo en los Estados Unidos, sino que estaba creciendo y expandiéndose hacia nuevas áreas alrededor del mundo. Aunque las "misiones" en la Iglesia de Dios en los primeros días fueron consideradas principalmente como la comunidad adyacente, el estado o región, algunos de los primeros misioneros pentecostales en salir de los Estados Unidos hacia otras tierras, fueron misioneros de la Iglesia de Dios. Como se dijo arriba, desde el 1910, cuando el primer misionero de la Iglesia puso su pie en las Islas Bahamas, hasta el 1923, doce países diferentes fueron alcanzados con el mensaje de la Iglesia de Dios.
Desafortunadamente, todas estas estaciones misioneras perecieron antes de finalizar el año 1923, principalmente debido a la falta de finanzas con la excepción de Egipto, Guatemala e Islas Bahamas. Con relación a la misión en Egipto, por alguna razón desconocida, la correspondencia con la Iglesia fue disminuyendo poco a poco, y dado a que la Iglesia no podía ayudar más financieramente, la persona a cargo de la misión se fue apartando gradualmente de la Iglesia. Para el año 1919, evidentemente todo vínculo había sido roto entre la Iglesia y la misión en Egipto, quedando solamente las misiones de Guatemala y las Islas Bahamas en operación para el año en que ocurrió la división. Las Islas Bahamas, con aproximadamente dos terceras partes de la membresía de la Iglesia fuera de los Estados Unidos, era el más extenso de los campos misioneros. La Iglesia, en esencia, retuvo la mayoría de los miembros en las Islas Bahamas, pero perdió la mayor parte de los miembros en Guatemala.
Con la mayoría de los miembros de la Iglesia fuera de los Estados Unidos, en las Islas Bahamas, se puede ver que las fuerzas destructoras tuvieron e1 mismo efecto fuera de los Estados Unidos. La historia del conflicto en las Islas Bahamas y la victoria resultante es realmente un relato inspiracional. Ese relato puede ser apreciado de mejor manera leyendo la Sección del diario de A. J. Tomlinson con fecha del 2 de abril de 1924:
"Estas preciosas personas se informaron concerniente al evento de la división a través de la revista de la oposición cuya literatura tenebrosa y degradante hizo que se fueran de rodillas ante Dios, y Dios les otorgó la revelación de que ellos (los ancianos) estaban equivocados y que permanecieran adheridos a (la Iglesia)".
En la era del gran avivamiento a fines de las décadas del veinte y treinta, la Iglesia fuera de los Estados Unidos experimentó también un crecimiento fenomenal. En el 1926, en las Islas Vírgenes se desataron poderosos avivamientos. La Iglesia fue restablecida cuando A. J. Tomlinson organizó una congregación local con veinte miembros. Después de marcharse de las Islas Vírgenes, A. J. Tomlinson salió para Barbados, lugar donde la Iglesia había sido organizada recientemente. Su visita resultó en siete nuevas iglesias organizadas con casi cuatrocientos nuevos miembros.
En la siguiente tabla se puede ver claramente en la siguiente tabla la expansión de la Iglesia fuera de los Estados Unidos durante los primeros cinco años de la década del treinta.
País La Iglesia Fue Establecida
Canadá 1931
Grecia 1931
Haití 1931
Costa Rica 1932
Islas del Turco 1932
Sierra Leona 1934
Cuba 1935
Chipre 1935
Islas de Barlovento 1935
La Iglesia creció de unos trescientos miembros aproximadamente en un país hasta cerca de diez mil miembros en veinte países, desde el l923 hasta el 1943. Había doscientas cuarenta congregaciones de la Iglesia de Dios fuera de los Estados Unidos. El crecimiento tanto en el campo misionero como en los Estados Unidos trajo como resultado un gran oleaje de nuevos miembros, ministros y congregaciones locales para la Iglesia de Dios. Las siguientes estadísticas y tablas revelarán este gran movimiento.
Ministros en la Iglesia
1924 170
1943 1,999
1931 (registro dado en el primer año) 9,249
1941 51,549
Dinero Misionero
(Dinero enviado a las Oficinas Generales)
1925 $ 200.65
1942 $42,265.54
Nuevos Miembros Ganados
1929 1,406
1930 2,036
1931 2,701
1932 4,561
1933 5,573
1934 5,256
1935 5,457
1936 4,178
1937 4,688
1938 3,899
1939 6,601
1940 5,123
1941 4,958
1942 4,656
1943 4,317
Total 65,304
La era del gran avivamiento trajo más de sesenta y cinco. Mil miembros dentro de la Iglesia. Tal parecía que cada miembro Y ministro estaba supe cargado de un celo santo en la Iglesia, de tal manera que ésta se llenaba de hombres y mujeres con un espíritu pionero para Ir Y llevar el mensaje de la Iglesia de Dios a todas las partes del mundo. El clamor de A. J. Tomlinson por hombres y mujeres de tal calibre en la 20ma Asamblea del 1925, se había convertido en una realidad. En su mensaje anual de ese año, él declaró:
"Estoy esperando grandes campañas en cada estado, pero para ello se necesitarán hombres de valor-hombres de fe--hombres que triunfen o que mueran, y triunfen si mueren en el campo de batalla. Hombres que jamás levanten la bandera blanca ni que ordenen la retirada. Gracias a Dios que los tenemos; sí que los tenemos".
Aquellos cinco o seis mil miembros de la Iglesia a mediados del 1920 no levantaron la bandera blanca, puesto que marcharon delante de victoria en victoria.
Parado en primera fila, como era usual en la demostración de entusiasmo y celo, estaba el Supervisor General. Sea que su vida fuera examinada a la edad de dieciocho años en el 1883, siendo un joven en Indiana, o a la edad de treinta y ocho en el 1903, como líder aspirante de una nueva revelación divina, o a los cincuenta y ocho años de edad en el 1923, como un líder determinado a estar firme por la verdad sin importar las consecuencias, ésta revela una característica prominente que permaneció con él a través de toda su vida. Se ha dicho siempre que A. J. Tomlinson fue un hombre lleno de entusiasmo y celo por cumplir aquello que Dios depositó sobre él.
Cuando tenía la edad de sesenta y un años viajó veinte mil ciento sesenta (20 160) millas por "tren, barcos de vapor, automóviles, autobuses, taxímetros: botes de remo, lanchas de motor, tranvías, y a pie", mundo. En el l931, después de viajar veinticinco mil quinientas noventa y seis millas (25,596), visitando treinta y una convenciones y predicando doscientos sesenta y seis sermones, aún pudo manifestar en su (66to) sexagesimosexto cumpleaños:
"Todavía estoy lleno de fuego y celo, soplando y escarbando porque quiero darme prisa para entrar a la batalla a velocidad precipitada, para asombrar al mundo y hacerle saber a las gentes en todas partes que la Iglesia de los últimos días, como fue profetizado, está actualmente aquí y funcionando exactamente como lo programó su Fundador antes de que el mundo fuera formado".
En el año 1934, el Supervisor General visitó cuarenta convenciones de estado, muchas iglesias locales y predicó un total de cuatrocientos veinte sermones. El extraordinario hombre de sesenta y nueve años de edad declaró en su mensaje anual de ese mismo año: "Pensé que había ido sobre mis límites en años previos, pero descubrí que aún hay más cosas en mí que desarrollar".
Tal parecía que el Supervisor General iba a seguir adelante para siempre jamás en su actividad promocional a favor de la Iglesia de Dios. No obstante, en el 1937 se vio forzado a disminuir sus labores. El efecto que le ocasionó el sacarse la dentadura lo dejó muy débil, pero aún continuó laborando en la oficina. A pesar de que sus ojos comenzaron a darle problemas, pudo moderar toda la Asamblea General del 1937. Cuatro días después de la Asamblea, el sábado 18 de septiembre de 1937, se desmayó en el baño (excusado) cerca de su oficina de trabajo.
El permaneció en estado semiconsciente por tres días. Su recuperación fue muy lenta, tomándose casi toda la parte restante del año. Después de la Asamblea del 1938, donde recibió el toque divino del Señor, su salud comenzó a mejorar lo suficiente como para permitirle continuar su liderato en la Iglesia de Dios en forma restrictiva. Aunque viajó 19,750 millas en el 1939, nunca se recuperó totalmente de aquel primer desmayo que sufriera en el 1937.
La última partida que A. J. Tomlinson entrara en su diario, con fecha del 8-14 de septiembre de 1943, decía: "Grandes cosas a la expectativa". Con estas fechas siendo las mismas de la 38va Asamblea, evidentemente él esperaba tener una gloriosa Asamblea. Su expectación vino a ser una realidad, ya que la Asamblea fue un tiempo de grandes bendiciones espirituales de parte del Señor.
El 16 de septiembre dos días después de la clausura de la Asamblea, A.J. Tomlinson trabajo en su oficina y después regreso a su casa para cenar alrededor de las 6:00P.M. Alrededor de la media noche, después de regresar de trabajar en su oficina otra vez, se enfermó gravemente. Este fue el comienzo de su final. El varón de Dios estaba entrando al umbral de su última batalla terrenal.
A través de toda su enfermedad, él habló muy poco. Apenas contestaba cuando le preguntaban cómo estaba. El solía decir: "Estoy más cerca del fin". El fin llegó a su vida el sábado 2 de octubre de 1943 a las 10:00
A.M. "Grandes cosas a la expectativa", comenzaron inmediatamente después para A. J. Tomlinson en el otro mundo.
Durante cuarenta años, él dirigió la Iglesia de Dios desde 1!1 montaña a través del valle y por las laderas hacia el destino final. El liderato de su generación produjo el "levántate" de la gran, Iglesia de Dios. Ahora quedaba en manos del liderato de otra generación, la cual deben llevar el "resplandor del levantamiento" a su óptimo resplandor, a fin de que "todos los hombres puedan ver la dispensación del misterio".
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