martes, 20 de marzo de 2012

Un Libro de Memorias Cap. 2

CAPITULO DOS

LAS AGUAS TURBULENTAS

Paulatinamente y durante varios años, la Iglesia siguió bajando por la senda de la apatía hasta caer en un estado de tibieza espiritual en su descenso hacia la apostasía, complacencia y actitud mundana. EJ fervor y celo espiritual anterior por la visión de la Iglesia y la misión de ganar los perdidos, y la de guiar a las otras ovejas hacia el único redil pareció ir menguando. Esta cualidad única de la Iglesia comenzó a ser remplazada por una mentalidad materialista y dominada por un énfasis educacional conducente al estudio de la teología. Cada día se introducían programas vacíos que comenzaron a tomar el lugar de la esencia espiritual de nuestros servicios, al igual que en nuestras convenciones y asambleas. Muchos esperaban que cada asamblea viera un punto de retrospección hacia una espiritualidad más intensa entre nosotros. En lugar de eso, hemos visto que nos hemos estado alejando cada vez más de nuestro páramo espiritual.

Dios había bendecido la Iglesia en años recientes con abundantes finanzas, con las cuales pudimos edificar facilidades modernas de impresión, un hermoso edificio de oficinas en el cuartel general, un tabernáculo de asambleas y un colegio. Estas bendiciones materiales nos dieron una seguridad falsa; comenzamos a confiar en el brazo de la carne y a depender cada vez menos de Dios quien nos otorgó todas esas bendiciones. La condición ya descrita en la cual fuimos cayendo paulatinamente fue la condición perfecta para la decepción, rebelión e idolatría.

Fue en tal escenario que la reunión de1 presbiterio fue citada por el Supervisor General en Abril de 1990. El propósito de esta reunión fue buscar ayuda administrativa para el Supervisor General que estaba enfermo y avanzado en edad. La reunión debería comenzar el 30 de abril y se extendería hasta el 2 de mayo de 1 990. Esta reunión sería la más importante en los últimos 46 años de la historia de La Iglesia de Dios. Una reunión de tal naturaleza debió haber sido enfocada con una entrega personal, profunda y sincera al ayuno y oración de parte de todos los envueltos. En lugar de eso, supimos más tarde que en su mayoría, fue una reunión motivada por la política de muchos que buscaban posiciones. Los reportes que salieron a la superficie más tarde indican que Oficiales de alto rango en el Cuartel General ya se habían reunido con diversos grupos de Supervisores Nacionales para instruirlos sobre el candidato por el cual deberían votar. En lugar de entrar con seriedad al asunto de cómo resolver la sería situación del negocio a tratar, emplearon la mayor parte del tiempo de la reunión discutiendo respecto a si deberían tener cámaras de películas para grabarla.

Algunos se levantaron en la primera sesión y demandaron que el Supervisor General renunciara antes de que ellos pudieran seguir adelante con su negocio. El se sometió a ellos con renuencia, y regresó al final de la reunión para pasar el mazo al nuevo líder que ellos escogieron. Después de tres días de discusión, los presbíteros se notaban agotados y con el deseo de regresar a sus campos de labor. Así que, se logró w1a decisión rápida y sin seguir el principio de la unanimidad. Cuarenta y ocho (48) votaron a favor y 33 en contra de la selección, y varios más se abstuvieron de votar por el nuevo líder que reemplazaría al anciano Supervisor General. La reunión fue despedida con la oposición de varios de los 33 que votaron en contra, y quienes no se sometieron.

La idea del cambio había estado por los alrededores durante al1os. Una actitud sutil para 1al cambio había estado obrando bajo cubierta por más de*dos décadas. Los defensores del cambio vieron su oportunidad dorada para obtener el control y forzar su agenda sobre la Iglesia. Su causa fue servida para nombrar un candidato que pudiera servir su propósito. El candidato aunque renuente a ser cuestionado de primera intención por sus compañeros, eventualmente reconoció que tenía problemas con la doctrina sobre la exclusividad de la Iglesia y también con la 26ta enseñanza-contra el uso del oro como ornamento. A pesar de esta admisión de parte del candidato, la mayoría de los supervisores de estado y nacionales votaron a su favor. Su voto pareció implicar que ellos también negaban la exclusividad de la Iglesia en conjunción con su respaldo a otras creencias heréticas.

El mazo fue pasado a aquél que fue seleccionado de esa manera democrática en una ceremonia ejecutada el 3 de mayo de 1990.

En su discurso de aceptación, el nuevo supervisor declaró que habían dos grupos de miembros en la Iglesia. Uno era descrito como liberales mientras que el otro grupo era descrito como conservadores. Declaró que quería ser supervisor de ambos grupos. De esa manera, un reconocimiento público y oficial de una iglesia dividida fue pronunciado por el oficial de autoridad administrativa más alta en la misma.

El Espíritu Santo había declarado eso mismo en diferentes términos en el 1986 cuando nos habló en la Asamblea General diciéndonos que había una iglesia dentro de una iglesia. La ''Iglesia dentro de una iglesia el remanente verdadero de la "Iglesia" quería seguir a Dios en las "sendas antiguas" (Jer. 6: 16), mientras que la otra 'iglesia" quería cambiar la doctrina para seguir tras el mundo. El sentido común, la Palabra de Dios, la experiencia y el espíritu dentro de nosotros nos dice que esos dos elementos en oposición no pueden coexistir.

Los caminos carnales y los caminos espirituales no pueden estar juntos en el mismo campo, ya que son enemigos. Era inevitable que ambos tuvieran que separarse y seguir sendas diferentes, pues son incompatibles. La incompatibilidad es lo opuesto de unidad, que es la META que La Iglesia de Dios tiene que lograr antes del Rapto.

Mientras traemos al recuerdo alguna de la reciente historia de la Iglesia, podemos ver que el nuevo Supervisor General era de la persuasión o facción liberal. Esta comenzó a movilizarse, a expresar y promover públicamente sus doctrinas y puntos de vista heréticos. Muchas cartas fueron escritas y circuladas por el mundo promoviendo los cambios doctrinales. Un defensor de la oposición escribió un manuscrito atacando el carácter de nuestro pasado Supervisor General A. J. Tomlinson. Al hacerlo, no sólo estaba atacando el carácter de un héroe fenecido sino que también estaba atacando indirectamente a La Iglesia de Dios. Este hermano nunca fue disciplinado a pesar del hecho de que cientos de hermanos apelado al Comité de Asesoramiento de la Iglesia en relación a tal ofensa, y escribieron cartas e hicieron llamadas telefónicas al Supervisor General solicitándole que tomara medidas disciplinarias contra tal hermano por escribir y circular un manuscrito de tal naturaleza entre los miembros de la Iglesia. Hasta este día, él todavía sostiene una posición de alto rango en su iglesia siendo reverenciado por muchos de los miembros y líderes de la organización apóstata.

Un pastor de una iglesia local ubicada a una distancia de media hora en automóvil del Cuartel General se había rebelado unos meses antes de la citada reunión del presbiterio y comenzó a predicar contra la teocracia. Para este tiempo, su congregación había crecido bastante a través del evangelismo personal y los esfuerzos de ganar almas. La nueva administración se vio obligada a tratar con este ministro, aunque con renuencia. Su membresía, muchos de los cuales eran nuevos y aún mundanos [sin experiencia), fueron presa fácil de esa doctrina deceptiva. La mayoría le siguió para formar una iglesia independiente, llevándose miles de dólares de su iglesia local con ellos. El número de miembros de esa iglesia, quienes son miembros de La Iglesia de Dios hoy, formaban menos del cinco por ciento de la membresía original antes de que la iglesia local se dividiera. Lo que sucedió en la iglesia local parece representar ante nosotros el cuadro de lo que sucedería pronto en la Iglesia en general. Muchas similaridades están presentes en las dos entidades (1) ambas crecieron hasta alcanzar tamaños respetables,(2) ambas adoptaron prácticas y normas del sistema denominacional mundano,(3) un líder apóstata emergió en ambas,(4) ambas se olvidaron de la teocracia, (5)una división vino sobre ambas (6) el verdadero remanente en ambas eventualmente tuvo que luchar para encontrar un nuevo lugar para congregarse (7) el porcentaje que abrazó la verdad en ambas fue casi el mismo. Dios nos enseña la verdad divina a través de las cosas naturales. Muchas parábolas en el Nuevo Testamento son usadas de esa manera. ¿Acaso está Dios tratando de enseñarnos algo al presente? Si es así, ¿estarnos prestando atención?

La publicación de este tratado ha sido aprobada por el Comité Editorial de Doctrina.

Pasado Supervisor General POR Robert J. Pruitt

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