martes, 20 de marzo de 2012

Un Libro de Memorias Cap. 7

CAPITULO SIETE


EL LLAMADO A UNA ASAMBLEA SOLEMNE

Joel 1: 13-15 declara: "Ceñías y lamentad, sacerdotes; aullad, ministros del altar; venid, dormid en sacos, ministros de mi Dios• porque quitado es de la casa de nuestro Dios el presente y la libación. Pregonad ayuno, llamad a congregación [asamblea]; congregad los ancianos y todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová. ¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso". Joel 2: 15-17: "Tocad trompeta en Sión, pregonad ayuno, llamad a congregación [Asamblea Solemne], Reunid el pueblo, santificad la reunión, juntad los viejos, congregad los niños y los que maman: salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia Entre la entrada y el altar, lloren los sacerdotes, ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no pongas en oprobio tu heredad, para que las gentes se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?"

La convocación para una Asamblea Solemne vino el día 25 de abril de 1993, exactamente tres meses antes del gran evento. No obstante, la real convocación de la misma fue proclamada aproximadamente 2,700 años antes a través del profeta Joel cuando profetizó de los eventos de los últimos días. Dios habla impresionado sobre la Iglesia tan temprano como para el año 1984 respecto a la necesidad de una Asamblea Solemne. En la conclusión del informe del Comité de Asuntos y Preguntas ante la 79na Asamblea (1984), ellos presentaron el siguiente asunto ante la Asamblea, el cual es citado aquí como extractos: "Aunque es nuestro sentir que todos los asuntos a los que hemos dado atención durante el curso de nuestras reuniones este año son importantes, en la opinión de este Comité, hay uno que eclipsa todos los demás. Es uno que el Espíritu Santo trajo de manera muy enfática ante nuestra atención en la primera reunión de este año de Asamblea, la cual se condujo en el mes de enero. Su necesidad encuentra expresión en Joel 2:15-17: "Tocad trompeta en Sión. Pregonad ayuno, llamad a congregación. Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad los viejos, congregad los niños y los que maman: salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia. Entre la entrada y el altar, lloren los sacerdotes, ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no pongas en oprobio a tu heredad, para que las gentes se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?" Este Comité está consciente de que no hay una necesidad mayor de traer ante la atención de esta Asamblea la necesidad de arrepentirnos... Con el permiso de nuestro Moderador, sugerimos que esta porción de nuestro informe sea aceptada, no por medio de una moción y su secundación, sino por medio de que todos los presentes en esta Asamblea caigan sobre sus rodillas ante el Señor.... "

Aunque todos se arrodillaron a orar después de esa invitación, el subsiguiente estilo de vida mundano de nuestro pueblo dejó ver que no se verificó un arrepentimiento genuino en esa ocasión. Cinco años más tarde (1989), se condujo una Conferencia de Oración inmediatamente después de los ejercicios de clausura del Instituto de Entrenamiento Bíblico. No se vio ningún resultado especial después de la conferencia de oración. Dios habló a la Iglesia muchas veces instándonos a la humillación. El Espíritu Santo siguió exponiendo repetidos mensajes y llamando al arrepentimiento pero en general fueron ignorados. Así como Dios había hablado previamente respecto a que: “Este es mi tiempo”, de seguro que el tiempo de cumplir la profecía ya había llegado. La plataforma o escenario había sido preparado para una liberación gloriosa. Sólo aquéllos que fueron lo suficientemente valientes en su determinación de obedecer y buscar a Dios en oración y ayuno, experimentarían tal liberación del yugo opresor del gobierno y doctrina del hombre.

El llamado a una Asamblea Solemne, el cual fue articulado por Dios a través de Su Espíritu el día 25 de abril de 1993, fue la culminación del período de siete años de la búsqueda de Dios de parte de Sus escogidos o llamados. Dios había avisado y preparado un pueblo a través del cual proclamarla este llamado profético y divino. Esta convocación vino mediante un mensaje en lenguas de una serie de mensajes que comenzaron el día 3 de febrero de 1993. Lo único que tenía que hacer este cuerpo de personas ahora era correr con el mensaje en obediencia al mandato del Espíritu Santo.

El mensaje del Espíritu Santo es bastante extenso, y por eso no lo citaremos aquí palabra por palabra. Aquéllos que lo deseen, pueden encontrar el mensaje registrado en su totalidad en la edición de La Luz Vespertina de junio de 1993 en inglés. El primero y segundo mensajes son breves en comparación. Sus articulaciones son expuestas subsiguientemente. El primer mensaje vino el día 3 de febrero de 1993. "Oíd, oíd. Os hablaré tres veces. Esta es la primera vez. Estad atentos y no dejéis pasar por alto nada. Jerusalén, la ciudad capital, yace en ruinas. El enemigo se infiltró en ella. Hay aberturas en sus murallas. Sus doncellas han sido violadas. Sus mancebos han sido asesinados. En el palacio del rey hay gran pavor. Están estrujándose sus manos y no saben qué hacer. Desconocen lo que esta pasando. Los carneros han dado cabezadas tan fuertes que han hecho roturas en las murallas. Estad atemos, escuchad, oíd. Mi ira está encendida. Jehová Dios está airado. Este es mi tiempo. Hijos, levantaos en el poder del Dios viviente. Dejad que mi gloria y poder se muevan. Hay una pequeña hendedura en la pared Salid por ella y entrad a la batalla; no a una batalla carnal, sino a una espiritual. No esperéis por más tiempo. Ya llegó la hora. Hay dos mensajes más por venir. Sed receptivos a mi Espíritu. Mi manada pequeña. Mi manada pequeña, Mi manada pequeña, congregaos alrededor de mi estandarte (bandera). Mi verdad no fracasará. Todavía sois mi novia".

El segundo mensaje vino el día 11 de abril de 1993. Fue un poco más detallado, pero no tan claro que supiéramos cómo responder sin la información e instrucciones detalladas contenidas en el tercer mensaje. Lo registramos aquí en su totalidad como sigue: "Oíd. Oíd. Yo Jehová Dios, soy quien hablo. He aquí, he aquí, este es el segundo mensaje. He aquí, os digo que el tercer mensaje vendrá pronto, en unos cuantos días. Estad atentos: estad atentos, estad atentos. No tardará. No tardará. Sí, yo fui quien endurecí el corazón de faraón, e hice que saliera de la ciudad para que persiguiera a mi pueblo. Pero, oh, yo fui quien los sepulté a todos en las aguas. Si, os estoy hablando una palabra de ciencia. Vendrá un gran endurecimiento sobre el corazón de muchos. No podrán detener los actos que habrán de hacer. No podrán impedirse a sí mismos. Ellos habían planeado retractarse, pero os digo que Yo he endurecido sus corazones, he endurecido sus corazones. Tengo que hacer una obra breve. El tiempo es corto. Oíd, Oíd, Oíd. Sí, os estoy hablando a vosotros, novia mía, os estoy diciendo ahora: Yo he abierto vuestros ojos para que vean. Si sólo pudierais ver lo que yo veo: he aquí, si vosotros pudierais ver, si sólo pudierais ver lo que mis ojos ven, os digo que habría gran llanto entre vosotros. Habría un gran lamento entre vosotros. Sí, oíd con diligencia el mensaje. Pues ciertamente que me estoy moviendo en medio de mi Iglesia, pueblo mío. Sí, estoy desilusionado. Estoy muy desilusionado. He aquí os digo, mi pueblo está sentado en lugares de muerte, y rehúsan salir fuera. Mi Espíritu los ha llamado, pero rehúsan salir fuera. Ellos se quejan, argumentan, oran y lloran, pero han rehusado, han rehusado atender mi llamado. He aquí, os digo que vendrá una gran sacudida, vendrá una gran sacudida. Os hablo estas cosas para que estén informados, y para que cuando ocurran, estéis firmes en vuestros corazones. Sí, viene una gran división. Os digo que hay dos partes divididas, está ocurriendo una gran guerra. Sí, os digo que la guerra ha comenzado. Una guerra sin cuartel está por desatarse, y vosotros, mis amigos, habéis sido sorprendidos en el medio. Pero yo os digo, levantad vuestras voces y dad aclamaciones. Decid: 'Es tiempo de unirse en el nombre de Jehová Dios•. Sí, el tercer mensaje vendrá en breve, de aquí a solamente unos días. Escuchad, escuchad pues os hablaré un último mensaje para instruiros. Viene de camino una unción especial. Sí, hay algunos en vuestros medios a quienes usaré poderosamente, dice Jehová Dios. Proclamad estas palabras y decidle a mi pueblo que salgan fuera, que salgan y se unan".

Los primeros dos mensajes fueron como una introducción del tercero. Estos son algo así como un resumen del tercer mensaje que fue expuesto. Hay tres componentes básicos en ellos: Primero, una advertencia de la ira de Dios contra Su pueblo por haber apostatado, una advertencia de que Dios nos llamó para una obra especial, y una orden para ejecutarla. Resumiendo, los líderes apóstatas se habían introducido en la Iglesia. Su liderato se habla concentrado en dirigir al pueblo fuera del propósito de Dios, quien los había amonestado para que se arrepintieran, pero habían rehusado. El levantó un remanente para que guiara a Su pueblo de vuelta a La senda estrecha. El llamado era para que se reunieran en un acuerdo para buscar la voluntad divina y regresar de nuevo a la verdad de Dios. Una sentencia del juicio divino vendría sobre todos los que rehusaran obedecer.

El segundo mensaje habló acerca de "los lugares de muerte" sobre los que las gentes estaban sentadas. Esto se refiere a la atmósfera seca y formal que prevalecía en la mayoría de nuestras iglesias para ese tiempo. El Espíritu dijo además que había una gran ruptura, y que dos partes estaban divididas. Esto está en armonía con la profecía de Zacarías 13:8: "Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos parles serán Jaladas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella". Sin duda alguna que esto es a lo que Dios se refirió cuando dijo: " ... He aquí, si vosotros pudierais ver, si sólo pudierais ver lo que mis ojos ven, os digo que habría gran llanto entre vosotros. Habría gran llanto". La Asamblea Solemne se convocó con el nombre de La Iglesia del Dios Viviente, así como el Espíritu había dicho. El tiempo para la Asamblea Solemne había sido predicho por el Espíritu Santo, se congregaría tres días en el séptimo mes. El Auditorio estaba disponible para ser alquilado el séptimo mes, lo cual coincidía precisamente con el 70mo aniversario de la fecha del 1923, que fue el año para el cual La Iglesia de Dios se sacudió de sí el yugo de la constitución o decretos inventados por el hombre, quedando libre de ellos después de la primera división.

La razón para la convocación de la Asamblea Solemne también fue expuesta por el Espíritu Santo, el cual dijo: “¿Por qué una Asamblea Solemne? Oh, Monte Carmelo, Monte Carmelo, Monte Carmelo. Examina mi Palabra. Sí, el tiempo ha llegado en el cual mi pueblo ha de conocer quién es su Dios, quién es el Verbo, cuál es la Verdad'. Así como el Profeta Elías había confrontado al Israel apóstata para demostrarles quién en realidad era el Dios Vivo, una exhibición semejante estaba tomando lugar en La Iglesia de Dios. Una vez más el Dios vivo estaba rescatando la Iglesia de las manos de carne y poniéndola bajo Su control. Esto fue lo que El dijo que haría en la Asamblea del 1986. El cumplimiento de Su Palabra estaba viniendo a ser una realidad.

El Espíritu Santo también nos amonestó en relación a la reacción del liderato apóstata, informándonos sobre cómo responder. Citando el mensaje del Espíritu Santo, Dios dijo: " ...esto causará una gran revolución en la Iglesia. He aquí yo os hablo ahora y les digo que saldrán con gran furia contra vosotros. Oh, os dije que he endurecido sus corazones .. Sí, decidle a los ancianos que dejen este movimiento tranquilo ... Oh, decid/es que si tratan de impedirlo, la muerte los visitará. Decidle a los ancianos que es mejor que dejen este movimiento tranquilo". El mensaje continuó con instrucciones adicionales: “Volarán juera de la ciudad. Pero, he aquí os digo que no os podrán hacer daño...Decidle que esto es lo que Dios ha dicho...Citad el consejo de Gamaliel Dejaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres. se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis deshacer; no seáis tal vez hallados resistiendo a Dios" (Hch. 5:38. 39).

El liderato apóstata tuvo su oportunidad y le falló a Dios. El nos recuerda a nosotros de esto en las siguientes palabras: "Puede un ciego guiar a otro ciego? ... Mis líderes no conocen el movimiento de Mi Espíritu...Sí, Mis hijos, cuando mi siervo Moisés descendió de la montaña, encontró al pueblo sumido en la idolatría. Sí, os digo que yo he descendido de la montaña ... He aquí que he encontrado a mi pueblo prostituyéndose. Sí, ellos se han hecho para sí mismos imágenes de oro, si, sí, así dice Jehová Dios, estoy contra ellos ... Se han inclinado a los dioses de es/e mundo ... su pecado está delante de mí. Están desnudos ante mis ojos .. .Así como mi siervo Moisés clamó en aquel día diciendo: '¿Quién está de/lado de Jehová?• .. Sí, yo llamo ahora diciendo: ¿Quién está de lado de Jehová? ... Ay de los pastores que dispersan Mi rebaño. Sí, los vomitaré de mi boca. ¡TEMED, TEMED AL DIOS VTVO!" El continuó recordándonos que ellos le habían desobedecido en otras cosas también. El mensaje continuó diciendo: .... decidles, ¿no he ordenado Yo la convocación de una Asamblea Anual? ¿No ordené Yo que mi pueblo subiera una vez al año para reunirse conmigo? Ellos han violado Mis mandamientos". La fecha de las Asambleas Anuales fue cambiado en el 1991 a una Asamblea de cada dos años. Tal cambio sería efectivo después de la siguiente Asamblea (1 992), dejando fuera el año 1993. Dios nos estaba recordando que Su plan original incluía una Asamblea Anual. Cuando los apóstatas cambiaron la convocación de la Asamblea General de cada año a una de cada dos años, ellos violaron Su mandamiento. Dios es soberano. Nadie puede decirle que no intervenga en los asuntos de los hombres. El no sólo mostró al liderato apóstata que El CONVOCARIA una Asamblea en el año que ellos no lo hicieron, sino que convocó dos Asambleas en el año que ellos violaron Su mandato de no celebrar una Asamblea-la Asamblea Solemne y también la 88va Asamblea General. La razón que los líderes descarriados dieron para cambiar la Asamblea Anual a una de cada dos años fue una de propósitos financieros. No obstante, la razón obvia fue la de armonizar la Iglesia con la estructura denominacional para sus futuros planes de procurar la unidad ecuménica. Ya ellos habían rechazado la exclusividad de la Iglesia de Dios; así que, obviamente esa era la avenida que se habían propuesto seguir.

Esos fueron tiempos de prueba para aquéllos que se inclinaron a hacer el bien y adherirse a la revelación de la Iglesia de Dios. Cuando esta revelación f11e nublada por los vientos contrarios a la doctrina, algunos estaban teniendo un tiempo muy difícil en ser leales al gobierno central de la Iglesia. Sin la dirección divina, ellos estaban confundidos en relación a lo que deberían hacer. Algunas congregaciones se desligaron a si mismas de la organización apóstata y se fueron independientes para esperar por la intervención divina de Dios, pues no pudieron continuar sosteniendo la metamorfosis o cambios introducidos por los vientos contrarios a la sana doctrina y contrarios a las Santas Escrituras. El Espíritu Santo les habló diciendo: "He aquí, algunos han presumido .. .He aquí, digo que algunos se han liberado. Ellos han presumido que eran los únicos que habían quedado, pero sí, Yo le dije a mi siervo Elías que habían siete mil que no se habían inclinado. Se os digo, pueblo Mío, hay muchos, un pequeño remanente que no se ha inclinado. Sí, hablo a los que se han apartado de los apóstatas, decidles que es tiempo de regresar a la verdad Decidles que se congreguen conmigo en Asamblea Solemne".

La Asamblea Solemne fue el medio que Dios usó para liberar Su pueblo. El Profeta Sofonías también habló de la Asamblea Solemne cuando dijo: "Reuniré a los fastidiados por causa del largo tiempo; tuyos fueron, para quienes el oprobio de ella era una carga He aquí, en aquel tiempo yo apremiaré a lodos los opresores; y salvaré a la coja, y recogeré la descarriada; y pondré/os por alabanza y por renombre en todo país de confusión" (Sofonías 3:18, 19). El profeta dijo que Dios apremiaría a todos los que nos afligieron durante tal convocación. Un mensaje del Espíritu Santo vino a través de un evangelista en el estado de Arkansas el23 de febrero de 1993, elijo en parte: " ... este es el año de Jubileo para Mi Iglesia. No temáis ... porque aun ahora estoy operando enmiendas por los daños que el enemigo os ha causado .. .pues es necesario que posea un pueblo santo que levan/e Mi estandarte de santidad y lo defienda por amor a mi Nombre ... lo que he hablado de cierto acontecerá en un lapso de un año". Muchas personas estaban muy desalentadas y tristes. Estaban sufriendo por las cosas que habían venido sobre La Iglesia de Dios. Su dolor se tomarla en gozo, pues Dios había prometido una gran sanidad allá. Su Palabra a través de los profetas también había prometido una gran sanidad para la Iglesia. A medida que este llamado para la Asamblea Solemne salía para afuera invitando a las gentes, su fe y ánimo comenzó a levantarse. Muchos estaban listos y esperando ansiosamente que esa sanidad y restauración se verificara entre nosotros. El Salmo 30:5 declara: " ... por la tarde durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría". La extensa y tenebrosa noche estaba por terminar para todos los que soportaron el peso del sufrimiento mientras permanecían firmes en las "sendas antiguas". La mañana se aproximaba y con ella, el gozo de Jehová sería restaurado.

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