¿Es Necesario
Diezmar En Este Presente Tiempo?
¿Traed todos los
diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice
Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré
sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10).
Jehová Dios siempre ha tenido un plan para la humanidad, y en ese plan
incluye la bendición espiritual y la financiera. El profeta Malaquías escribe siendo inspirado
por Dios que llevemos los diezmos al alfolí, y haciendo eso veremos bendiciones
en nuestro hogar que sobreabunden. ¿Pero que es diezmar? ¿O que quiere decir la
palabra diezmo?
Diezmo: Décima parte de algo especialmente cuando se
ofrenda a Dios. (D.B. Holman) 2.
Impuesto de aduanas que pagaba el comerciante al rey y equivalía al diez por
ciento del valor de sus mercancías. (Diccionario Enciclopédico vox 1. 2009).
En este tiempo (después
de la edad media) vemos que muchos cristianos quieren abrogar pagar
diezmos. Una de la razones por la cual
quieren excusar pagar diezmos son porque fue ejercitado bajo la ley y ahora
vivimos bajo la gracia (Rom. 6:14), y están en lo correcto que estamos bajo la
gracia. Pero como cristianos tenemos que
aceptar TODA la Biblia como la Palabra de Dios, pero claro que correctamente
dividida, por tal razón en lo siguiente compararemos el Antiguo Pacto con el
Nuevo.
En el libro de
Deuteronomio 12:11 dice, “Y al lugar que
Jehová vuestro Dios escogiere para hacer habitar en él su nombre, allí
llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, y vuestros
sacrificios, vuestros diezmos, y las ofrendas elevadas de vuestras manos, y
todo lo escogido de vuestros votos que hubiereis prometido á Jehová;.” Esto indica como otras escrituras más en al
Antiguo Testamento que los diezmos fueron dados para el servicio de Jehová
Dios. Los Levitas quienes representaban
el ministerio en su servicio al tabernáculo de la congregación recibían los
diezmos por su servicio. No hay
indicación alguna en la Escritura que mencione que los diezmos fueron
entregados para otra cosa sino para el sostén del ministerio: “Y he aquí yo he dado á los hijos de Leví
todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos
sirven en el ministerio del tabernáculo del testimonio (Num. 18:21). El ministerio de los Levitas era de mantener
el fuego encendido continuamente, el cuidado del tabernáculo, de mantener los
vasos limpios y mantenerlos llenos de agua, y otras cosas más dentro del
ministerio. Muchos de los pastores y
granjeros tenían que labrar la tierra para su sostén, pero los Levitas estaban
tan ocupados en el ministerio que no tenían suficiente tiempo para hacer eso
sino dedicarse a lo que Dios les había mandado.
Como podemos ver, desde antes Dios tenía un plan para su servicio en el
tabernáculo.
En nuestro presente
tiempo (bajo la gracia) tenemos también un ministerio: “Y él mismo dió unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros,
evangelistas; y otros, pastores y doctores; Para perfección de los santos, para
la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo;” (Ef.
4:11-12). Nuestro Señor Jesucristo no
vino para abrogar la ley, “No penséis que
he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino á
cumplir” (Mt. 5:17). Entendiendo
esto sabemos que Él vino a cumplir lo que ya estaba establecido (la ley) pero a
través del cumplimiento de (la ley) estableció la gracia, muriendo en la cruz
del calvario y resucitando al tercer día.
En el libro de Génesis 14:20 dice: “Y
bendito sea el Dios alto, que entregó tus enemigos en tu mano. Y dióle Abram
los diezmos de todo.” Uno de los
patriarcas, Abraham pagaba diezmos a Melchisedec quien fue uno de los
sacerdotes de Dios; cuatrocientos años antes que la ley fuera establecida. Igualmente paso con Jacob cuando el vio: “Y esta piedra que he puesto por título, será
casa de Dios: y de todo lo que me dieres, el diezmo lo he de apartar para ti”
(Gn. 28:22). Este voto fue hecho muchos
años antes que la ley fuese dada. La
Biblia nos enseña que fue algo que ellos hicieron voluntariamente como
agradecimiento hacia Dios.
“Porque las cosas que antes fueron escritas, para nuestra enseñanza
fueron escritas…” (Rom.15:4). Nosotros
no pagamos diezmos como si
estuviéremos bajo la Ley porque en esta dispensación de la gracia no estamos
obligados a guardar la Ley. En el Nuevo
Testamento hace referencia a Abraham concerniente al diezmar, y nosotros
regresamos a Abraham para nuestros diezmos como si la Ley nunca había sido
instituida. El profeta encomendó que se pagaren los diezmos al alfolí. Esto ahora nos corresponde a nosotros pagar
nuestros diezmos a la tesorería de la iglesia para el soporte del
ministerio.
Por consiguiente, “Indispensablemente
diezmarás todo el producto de tu simiente, que rindiere el campo cada un año”
(Deut. 14:22). En el día que vivimos
hoy, muchos de nosotros no obtenemos nuestros bienes por labrar la tierra o
cuidar rebaños, y aquellos que si se les es más conveniente pagar diezmos con
dinero que con los bienes de su labor.
Dios requería que pagaran diezmos del primer fruto, quiere decir que
debemos pagar diezmos de lo que recibamos de nuestra ocupación o profesión y
después usar la porción que queda como sea necesaria.
Algunos menciona que en la Iglesia Primitiva (del
Nuevo Testamento) no se habló sobre el diezmar pero se entiende que la razón
por la cual los apóstoles no discutían sobre el diezmo es porque ellos ya
conocían los manuscritos y la ley de Moisés, por tal razón no se mencionaba, ya
que era algo que los ante pasados habían ejercido. Cuando los apóstoles continuaban enseñando
algunas cosas que eran con respeto a la ley hubo un desacuerdo y se trajo a la
asamblea que está registrada en Hechos capítulo 15. Uno de los temas era sobre la circuncisión, y
la razón era porque la ley decía que tenían que ser circuncidados más
Jesucristo dijo que ahora la circuncisión seria en el corazón:
Porque la circuncisión en verdad aprovecha, si guardares la ley; más si
eres rebelde á la ley, tu circuncisión es hecha incircuncisión. De manera que,
si el incircunciso guardare las justicias de la ley, ¿no será tenida su
incircuncisión por circuncisión? Y lo que de su natural es incircunciso,
guardando perfectamente la ley, te juzgará á ti, que con la letra y con la
circuncisión eres rebelde á la ley. Porque no es Judío el que lo es en
manifiesto; ni la circuncisión es la que es en manifiesto en la carne: Mas es
Judío el que lo es en lo interior; y la circuncisión es la del corazón, en
espíritu, no en letra; la alabanza del cual no es de los hombres, sino de Dios” (Rom. 2:25-29).
Nuestro Señor Jesucristo aprobó el diezmo cuando se le
acercaron los escribas y fariseos, “Ay de
vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo
y el comino, y dejasteis lo que es lo más grave de la ley, es á saber, el
juicio y la misericordia y la fe: esto era menester hacer, y no dejar lo otro”
(Mt. 23:23). Jesús les encomendó lo
bueno que hacían al pagar diezmos pero no les estaba llamando hipócritas porque
diezmaban sino porque diezman y se olvidaban de lo demás. Es necesario cumplir con todo lo que Dios nos
ha encomendado a hacer, incluyendo la misericordia y la fe. Creemos que los diezmos deben ser usados para
el “apoyo del ministerio, pero un regalo
o una ofrenda puede ser usada para ayudar a los pobres y al necesitado, para
construir un templo, para financiar el trabajo misionero, para publicar el
evangelio, y para otras cosas más que ayuden a promover el trabajo de la
iglesia” (tcog t.g). El ofrendar es
algo separado y aparte de pagar diezmos, es algo adicional de los diezmos que
pagamos.
“Y aquí ciertamente los hombres
mortales toman los diezmos: más allí, aquel del cual está dado testimonio que
vive. Y, por decirlo así, en Abraham fué diezmado también Leví, que recibe los
diezmos; Porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melchîsedec le salió
al encuentro. Si pues la perfección era por el sacerdocio Levítico (porque
debajo de él recibió el pueblo la ley) ¿qué necesidad había aún de que se
levantase otro sacerdote según el orden de Melchîsedec, y que no fuese llamado
según el orden de Aarón? Pues mudado el sacerdocio, necesario es que se haga
también mudanza de la ley.” (Hebreos 7:8-12)
En estos versículos del libro de Hebreos
vemos la comparación que el escritor hace en referencia a los tiempos de
Abraham. ¿Pero por qué? ¿Por qué menciona al patriarca Abraham en el libro de
los Hebreos? ¿Cuál es la intención? En
el versículo once de Hebreos capitulo siete dice, “Si pues la perfección era por el sacerdocio Levítico (porque debajo de
él recibió el pueblo la ley)…” Y no la epístola de Efesios usa la misma
referencia concerniente al ministerio? “Para perfección de los santos, para la obra del
ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo”. Podemos comprender que es lo
mismo para nuestro tiempo, el ministerio fue dado para perfección de los santos
y ellos son los que nos administran la (ley) Palabra de Dios. Pero haremos un poco más de énfasis en los
primeros versículos de Hebreos 7:1-3.
“PORQUE
este Melchîsedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, el cual salió á
recibir á Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, Al cual
asimismo dió Abraham los diezmos de todo, primeramente él se interpreta Rey de
justicia; y luego también Rey de Salem, que es, Rey de paz; Sin padre, sin
madre, sin linaje; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, mas hecho
semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.”
Melchisedec
es un tipo de Cristo, las mismas características que menciona el autor de él
son idénticas a las de nuestro Señor Jesucristo. El rey
de Justicia es nuestro Señor Jesucristo (1 Tim. 6:15), Rey de Paz (Jn. 14:27), ni
tiene principio de días (Heb. 13:8).
Nuestro Patriarca Abraham es conocido como el Padre de la fe, siendo que
fue constituido amigo de Dios; y él mismo pagaba diezmos a Melchisedec quien
era mayor que Abraham. Entendiendo
claramente que el Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo Testamento y el
Antiguo es Revelado en el Nuevo podemos entender que desde los patriarcas,
jueces, reyes, y profetas se preparaba el camino del Señor para que en Él sea
cumplida la ley; y la gracia fuera establecida: “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la
principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Ef. 2:20).
Sabemos que es mejor dar que recibir, “Dad, y se os dará; medida buena, apretada,
remecida, y rebosando darán en vuestro seno” (Luc. 6:38). “…Señor
Jesús, el cual dijo: Más bienaventurada cosa es dar que recibir” (Hec.
20:35), Dios siempre ha bendecido al dador alegre y es algo hermoso que
sigamos practicando. Es promesa que Dios nos bendecirá en gran
manera:
Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y
probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las
ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que
sobreabunde. Increparé también por vosotros al devorador, y no os corromperá el
fruto de la tierra; ni vuestra vid en el campo abortará, dice Jehová de los
ejércitos. Y todas las gentes os dirán bienaventurados; porque seréis tierra
deseable, dice Jehová de los ejércitos (Mal. 3:10-12).
¿Sera tan importante pagar diezmos y ofrendar? “¿Robará
el hombre á Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos
robado? Los diezmos y las primicias.
Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis
robado” (Mal. 3:8,9). Dios quiere
que seamos fiel en todas las cosas y eso incluye diezmar y el ofrendar: “Cuanto á la colecta para los santos, haced
vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada
primer día de la semana cada uno de vosotros aparte en su casa, guardando lo
que por la bondad de Dios pudiere; para que cuando yo llegare, no se hagan
entonces colectas” (1 Cor. 16:1,2).
El ministerio es algo sagrado dado por Jesucristo mismo a Su Iglesia y
por tal razón es importante que, “Así
también ordenó el Señor á los que anuncian el evangelio, que vivan del
evangelio” (1 Cor. 9:14). Ayudemos a
nuestros ministros en el Señor y cumplamos con la doctrina de la Biblia, “Si sabéis estas cosas, bienaventurados
seréis, si las hiciereis” (Jn.
13:17). Espero que a través de este
corto estudio podamos reflexionar si estamos defraudando a Dios con no diezmar
y empecemos a practicar el diezmar y traerlos al alfolí (tesorería) de la
Iglesia.
Bendiciones,
Evangelista Regional y Ministro Irving Romano.
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