jueves, 13 de junio de 2013

LA SANTIFICACIÓN


LA SANTIFICACIÓN

 
"Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo con su propia sangre, padeció fuera de la puerta" (He. 13: 12).

 ¿Cuál es el significado de la Santificación? ¿Cuál es el significado de que Jesús padeciera fuera de la puerta, para que pudiera santificar al pueblo con Su propia sangre?

 La palabra griega para 'Santificación'-hagiadzoo-significa "sacar del mundo". En el ser humano, el mundo, tal y como lo llamamos dentro de los círculos religiosos, está caracterizado por la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida. De estos atributos mundanos es que proviene toda clase de pecado-son tantos que ni siquiera trataremos de enumerarlos. Estos provienen de la raíz del pecado-la vieja naturaleza que es enemiga de Dios y de todo lo bueno y santo. Esto es lo que ha puesto al hombre caído en su condición deplorable, viviendo en depravación, derrotado y subyugado por el pecado innato original. Es debido a esta condición que el corazón de una persona debe ser purificado.

 El detenernos a considerar el tema acerca de una persona carente de santificación, tiende a colocarnos en un estado mental depresivo y miserable. Y es ahí donde Satanás desearía poder mantenerlo, debido a que si él puede mantenerle en un estado mental de derrota entonces usted nunca podrá ser fuerte espiritualmente, y lo más probable es que vuelva a caer en el pecado. Pero hay un cuadro más brillante y hermoso que contemplar, debido a que hay victoria en la sangre de Cristo. La experiencia de la Santificación coloca a uno en un estado de santidad delante de Dios. La Santificación y la santidad son sinónimas. Cuando una persona es santificada, se convierte en una persona santa. Eso quiere decir que ha sido exonerada del pecado innato, y entretanto permita que la naturaleza divina le controle, y permanezca dentro de la fuente purificadora de la sangre de Cristo, no cometerá pecado. ¿Por qué? Debido a que allí no hay raíz alguna de pecado que pueda incitar al pecado. Sabemos que habrá algunos que digan que cuando una persona es santificada entonces deja de haber peligro de que se pierda; él es perfecto y ya no puede pecar. Pero cuídese mi amigo, porque esta es una suposición falsa, y una que ha encauzado a muchos creyentes que la han abrazado, al fracaso espiritual. Yo acabo de decir que una persona santificada no peca, porque no hay raíz de pecado en ella; y mientras la persona permanezca en esta condición, no tiene pecado-carece de pecado innato-no comete pecado.

 Recordemos que Dios creó al hombre y lo dotó de libre albedrío, para que pudiera escoger según su mente le dictara. Siempre existe la posibilidad de apostasía-apartarse voluntariamente de Dios y rechazarlo. Aunque no hay raíz de pecado en la persona, siempre existe la posibilidad de que las presiones, tentaciones y persuasiones externas puedan prevalecer en la persona, de tal manera que en un momento de debilidad pueda ser seducido, apostatar y caer de su estado impecable delante de Dios. La persona que se encuentra en esta condición debe ser restaurada y esto es logrado volviendo a la fuente de la gracia, de la cual anteriormente recibiera perdón y limpieza. Jesús es nuestro abogado ante el Padre, y está listo para perdonar y restaurar al pecador al estado de justificación delante de Dios. ¡Y, gracias a Dios, no hay probatoria! Él está listo y dispuesto a restaurar a la persona que viene a Él arrepentido y dispuesto a recibir Su gracia salvadora.

 Algunas veces la Santificación es confundida con la obra progresiva de la gracia. Esto es algo lamentable, porque la persona que acepta la creencia de una santificación progresiva nunca experimenta el gozo completo de una victoria sobre la raíz de pecado que existe en su vida. Yo nunca he conocido una persona que crea en la santificación progresiva, y que haya confesado la experiencia de victoria sobre el pecado innato. La suposición aquí es que el proceso de limpieza mediante la santificación crece y se desarrolla hasta echar fuera la raíz de pecado o el pecado innato. Esto es como creer que el maíz extirpará las malas hierbas que haya en su huerto, o que sólo el tiempo se encargará de purificar la contaminación del agua y del aire. No, mi hermano, la única respuesta para el problema del pecado es la completa erradicación y crucifixión de la naturaleza adánica. En Romanos 6:6 Pablo dice: "Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fue crucificado con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, a fin de que no sirvamos más al pecado".

 Cuando alguien está crucificado está muerto, y si está muerto, entonces ya no tiene vida. En realidad, ya no existe. Esta situación nunca se podría experimentar en una santificación progresiva. Pablo nunca hubiera usado los términos "crucificar" y "deshacer", si no se hubiera estado refiriendo a la completa extirpación del "viejo hombre"-la naturaleza adánica.

 El crecimiento en la gracia es el resultado natural de vivir diariamente como un cristiano. El crecimiento es un proceso natural de la naturaleza, así como lo es en lo espiritual. Pero la santificación es un proceso sobrenatural, a través del cual el Espíritu Santo limpia y extirpa del corazón la raíz de pecado, de forma definitiva e instantánea. Es solamente cuando esta obra ha sido terminada que el creyente está verdaderamente preparado para crecer en la gracia de forma efectiva. Los impedimentos e inhibiciones han sido removidos y el terreno se ha preparado para un crecimiento ilimitado, de acuerdo a la forma en la que el creyente permita que el Espíritu obre en su vida. Pablo escribe y dice en Romanos 6:11: "Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos a Dios en Cristo Jesús Señor nuestro".

 Según su propia experiencia, Pablo otra vez dice en Gálatas 2:20: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí". Aquí Pablo define la completa crucifixión. No solamente se crucifica la naturaleza Adánica, sino que también somete completamente su propia voluntad natural a Dios. Muchos de nosotros nos quedamos cortos ya que no rendimos completamente nuestra voluntad.

 La vieja naturaleza podrá estar muerta en nosotros, pero no podemos decir juntamente con el apóstol Pablo: "Y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí". La vida que está completamente rendida a Cristo y que está completamente sometida a Su voluntad es la que es más efectiva. Esta obra implica una rápida y completa operación de la gracia. Juan Wesley escribió, diciendo: "Si usted busca una santificación gradual, comprenderá que está mal porque la está buscando mediante las obras-esto es romanismo. Si tiene que esperar, no es de Dios; es que usted debe trabajar. Por lo tanto, puede ver que está mal. Usted recibe todas las bendiciones de parte de Dios-no por obras, sino solamente mediante la fe. Por lo tanto, no tiene que esperar, ya que Dios desea dárselas inmediatamente". Él cita 1 Tesalonicenses 4:3: "Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación".

 Cuando el "viejo hombre" ha sido extirpado de su corazón, éste no sale en pedazos. O sale por completo o no sale. Este puede ser suprimido si se utiliza la voluntad, pero siempre permanecerá ahí. Además, también puede ser subyugado, pero eventualmente revivirá y tomará control nuevamente. El hecho de estar "muertos al pecado" y de estar "libres del pecado" es extirpado completamente.

Pasado Supervisor General Obispo Robert J. Pruitt

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