E. Roger Ammons, (Hechos
2:2) “. . . vino un estruendo del cielo como LOGO
Coordinador General DE EVANGELISMO
De
Evangelismo UN VIENTO RECIO QUE
CORRÍA . .
.”
todos
llenos del Espíritu Santo, y comenzaron á hablar en otras lenguas, como el
Espíritu les daba que hablasen” (Hechos 2:1-4).
La palabra, “como” en
estos versículos implica que el “estruendo” y las “lenguas repartidas”
verdaderamente eran reales y podrían ser comparadas con un “viento” y “fuego” quienes simbolizan
el Espíritu. Este pasaje contiene siete
descripciones proféticas de la naturaleza y efectos del “viento recio que
corría”.
I.
Un
Viento de Repente V. Un
Viento Poderoso
II.
Un
Viento con Sonido VI.
Un Viento Con Fuego
III.
Un
Viento Celestial VII.
Un Viento Que Llena
IV.
Un
Viento Recio
I. Un viento de Repente
Por 10 días aproximadamente 120
personas alabaron y glorificaron a Dios conforme esperaron la promesa del
Espíritu, pero todavía no lo habían recibido.
De (“repente”) un estruendo
lleno la casa y todos fueron llenos del Espíritu santo.
En Hechos 9, el Señor le dijo a
Ananías que Saúl (Pablo) lo había visto en visión, “le pone la mano encima, para que reciba la vista” (v.12). “Ananías… dijo… el Señor… ha enviado para que recibas la vista y seas
lleno de Espíritu Santo” (v.17). No
se le fue dicho a Saúl que iba a recibir
el Espíritu Santo. Paso “de repente”.
En Hechos 10 en casa de
Cornelio, “hablando Pedro estas palabras,
el Espíritu Santo cayó…” (v.44).
Paso “de repente”.
En Hechos 16, “Mas á media noche, orando Pablo y Silas,
cantaban himnos… de repente un gran terremoto…” Mientras oraban, cantando y
alabando, uno puede ser lleno del Espíritu Santo asi “de repente” mucho más poderoso que un terremoto.
En Hechos 28, Pablo pudo, “caer muerto de repente” de una mordida
de una serpiente. El Espíritu Santo
puede caer “de repente” como una
serpiente y lastimar la cabeza de la serpiente.
Los que buscan el bautismo del
Espíritu Santo deben espera lo inesperable.
II. Un Viento con Sonido
La Palabra “sonido” traducido al Griego en Hechos 2:2 es “echos”. Las alabanzas en el
Aposento Alto hacían echo hacia la tierra como un sonido de un viento recio que
corría. Jesús había dicho a Nicodemo, “El viento de donde quiere sopla, y oyes su
sonido; mas ni sabes de dónde viene… así es todo aquel que es nacido del
Espíritu” (Juan 3:8). Como el
viento, el Espíritu Santo no se puede ver, pero Se puede sentir y escuchar.
El Espíritu fue escuchado, no
tan solo como viento, pero también en lenguas que los oyentes no conocían, pero
también en su lengua natal, tal vez estas fueron simbolizadas por las “lenguas repartidas”.
Jesús le había dicho a Nicodemo,
“El viento de donde quiere sopla, y oyes
su sonido; mas ni sabes de dónde viene… aquel que es nacido del Espíritu”
(Juan 3:8). Como el viento el Espíritu
Santo no se puede ver, pero si se puede escuchar y sentir.
El Espíritu fue escuchado, no
tan solo como un viento, pero también en
lenguas no reconocidas por los oyentes, pero también en su legua natal, tal vez
esto fue simbolizado por las “lenguas
repartidas”.
“comenzaron á hablar en otras lenguas, como el Espíritu les daba que
hablasen” (Hechos 2:4). “…”todas las
naciones debajo del cielo” (v.5) dijo “…cada
uno en nuestra lengua en que somos nacidos…” (v.9)?
La palabra “sonido” en griego como en Hecho 2:2 es “fame” en Lucas 4:37, “Y la
fama de él se divulgaba de todas partes por todos los lugares de la comarca.”
Jesús había prometido, “Mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo
que vendrá sobre vosotros; y me sereís testigos… hasta lo último de la tierra”
(Hechos 1:8).
La promesa fue cumplida cuando
“…Por toda la tierra ha salido la fama de
ellos, Y hasta los cabos de la redondez de la tierra las palabras de ellos”
(Romanos 10:18).
III. Un Viento Celestial
Cuando fue el bautismo de Jesús,
Juan “…Vi al Espíritu que descendía del
cielo como paloma…” (Juan 1:32). Dios le había dicho a Juan, “… Sobre quien vieres descender el Espíritu…
éste es el que bautiza con Espíritu Santo” (v.33). “…Los
cielos fueron abiertos…” (Mateo 3:16, Marcos 1:10; Lucas 3:21). Aun también, en Hechos 2:2, “vino un estruendo del cielo”.
“Así que, levantado por la diestra de Dios, y
recibiendo del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que
vosotros veis y oís” (Hechos 2:33).
“Más esto es lo que fue dicho por el profeta
Joel… Y será en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre
toda carne…” (Hechos 2:16, 17). “Derramar” implica un fluidez de un lugar
de arriba a un lugar de abajo.
La
Iglesia Primitiva “…han predicado el
evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo…” (1 Pedro 1:12). “Toda buena dádiva y todo don perfecto es de
lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni
sombra de variación” (Santiago 1:17).
Dios no es como el sol que se levanta y se asienta. No es un Dios temporal. El Bautismo con el Espíritu Santo es para
nosotros a hoy. “…[vuestro] Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que lo
pidieren de él” (Lucas 11:13).
Puedes estar en medio que aquellos que “gustaron el don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu
Santo” (Hebreos 6:4).
IV. Un Viento Recio
La
palabra “recio” traducida al griego
en Hechos 2:2 es “phero”. “Phero”
es traducida a “moverse” en 2 Pedro
1:21, “…santos hombres de Dios hablaron
siendo inspirados del Espíritu Santo.”
En Hechos 27 “phero” es usada en
el verso 15, 22 y 27 para describir un barco llevado por el viento. El viento del Espíritu inspiro a los
escritores de la Escritura para decir exactamente lo que Dios quería.
En Hebreos 6:1 “phero” es traducido “dejanos seguir adelante.” La Iglesia de Dios solamente puede llegar a
su punto final de “perfección”
conforme el viento recio del Espíritu llene las velas del Barco Antiguo de
Sion.
¡Oh que sentir es de navegar a
toda velocidad detrás del Espíritu, para seguir con la fluidez, llevada por un
poder increíble mucho más allá de que nos podamos imaginar!
Unos
años atrás tuve una visión del Barco Antiguo de Sion en aguas tempestuosas,
pero en medio del cielo oscuro estaba una, hermosa, floreciente, paloma blanca
tan grande como el Barco y el viento de Sus alas llenaba las velas del Barco
Antiguo de Sion y la guio a un lugar de seguridad.
Este
barco comenzó por una montaña fuera de Jerusalén
Tomando un nuevo soplo de viento
Cuando
soplo por el aposento alto
…Vela en el
barco antiguo de Sion…
Barco Antiguo de Sion… (Por Ronald
Hinson)
V. Un Viento Poderoso
La palabra “poderoso” traducida al griego en Hechos 2:2 es “dunamis”. “Dunamis”
es traducida en los dos “poderoso” y
“potencia” en Romanos 15:19, “Con
potencia de milagros y prodigios, en virtud del Espíritu de Dios… he llenado
todo del evangelio de Cristo.” Un
viento poderoso lleno los pulmones de los Apóstoles conforme predicaban con el
poder del Espíritu (Hechos 4:3, Hebreos 2:4).
Jesús
dijo, “…Cualquiera, pues, que me oye
estas palabras, y las hace, le compararé á un hombre prudente, que edificó su
casa sobre la peña… y soplaron vientos, y combatieron aquella casa; y no cayó…”
(Mateo 7:326, 27). Jesús es el hombre
quien edifico Su casa sobre la peña. Él
dijo, “…y sobre esta piedra edificaré mi
iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mateo
16:18). El poder y príncipe del aire
puede soplar y soplar contra ella con cada viento de doctrina, pero no podrá
derribar esta casa.
Jesús
también dijo, “…Y cualquiera que me oye
estas palabras, y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó
su casa sobre la arena… y soplaron vientos, e hicieron ímpetu en aquella casa;
y cayó…” (Mateo 7:26, 27). Satanás
es el hombre que edifico su casa sobre la arena. Pero Dios “…Soplará su viento, y fluirán las aguas” (Salmos 147:18). El viento
poderoso del Espíritu Santo soplara contra su casa hasta que un ángel clame “…Caída es, caída es la grande Babilonia…”
(Apocalipsis 18:2).
VI. Un Viento con Fuego
Juan
el Bautista dijo de Jesús, “…él os
bautizará en Espíritu Santo y en fuego su aventador en su mano está, y aventará
su era: y allegará su trigo en el alfolí, y quemará la paja en fuego que nunca
se apagará” (Mateo 3:11b, 12). El “aventador” en un “cual será aventado” (Isa. 30:24).
Según Wikipedia, “aventar”
involucra aventando una mezcla en el aire para que el viento sople la paja más
ligera, mientras los granos más pesados se caen para recuperarse. El viento del Espíritu hará Su trabajo
santificador, purificando y cada paja será quemada antes que uno sea bautizado
con el Espíritu Santo.
El
Espíritu Santo y fuego no tan solo es purificador, pero también
energético. Jeremías dijo, “…No me… ni hablaré más en su nombre: empero
fué en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos… y no pude”
(20:9).
Juan
el Bautista “era antorcha que ardía y
alumbraba…” (Juan 5:35). Si vamos a
alumbrar allá afuera, debemos primero estar ardiendo por dentro.
Si estamos fervientes de
Espíritu (Hechos 18:25; Romanos 12:11), seremos fervientes en la oración
(Colosenses 4:12; Santiago 5:16) y amor (1 Pedro 1:22; 4:8).
No
apaguéis el fuego del Espíritu (1 Tesalonicenses 5:19). Si se disminuye, aviva la flama (2 Timoteo
1:6).
VII. Un Viento que Llena
Las
palabras, “hinchió toda la casa” en
Hechos 2:2 son prefiguras de la gloria que lleno el Tabernáculo (Éxodos 40:34,
35), el Templo de Salomón (1 Reyes 8:10, 11) y la reedificación del Templo
(Hageo 2:7) en el Antiguo Testamento.
Hageo
2:9, “La gloria de aquesta casa postrera
será mayor que la de la primera…” extiende lo que es prefigurado aún más de
nuestro tiempo presente. En otras
palabras, la etapa final de La Iglesia de Dios será más gloriosa que la gloria
de la Iglesia Primitiva.
Alguna
de la gloria que fue profetizada para la casa primera fue manifestada en el
Aposento Alto en el Día de Pentecostés.
“La casa de Dios, que es la
iglesia del Dios vivo…” (1 Timoteo 3:15).
Cuando el “estruendo del cielo
como de un viento recio que corría, el cual hinchió toda la casa…” y “fueron todos llenos del Espíritu Santo”,
esta fue una prueba profética de la gloria mayor que se acerca al punto final
de La Iglesia de Dios en los Últimos Días donde cada miembro será lleno del
Espíritu Santo.
Efesios
5:18 nos da un mandato “más sed llenos de Espíritu.” Jesús prometió, “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos
serán hartos” (Mateo 5:6).
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