lunes, 26 de septiembre de 2011

MENSAJE ANUAL ANTE LA 89na ASAMBLEA GENERAL, 1994

El 24 de julio de 1993, La Iglesia de Dios contestó el llamado de Dios para regresar a las sendas antiguas; no por el hecho de que fueran viejas y anticuadas, sino porque fueron el camino que el Espíritu Santo nos había revelado, y el cual Dios había revelado a Su pueblo antes de la fundación del mundo. Tales sendas no solo son veredas antiguas, sino que también han sido caminos comprobados y verdaderos por los cuales caminar. Si son seguidos, resultarán en paz, contentamiento, y en la seguridad de que Dios va a nuestro lado.

Aunque para el momento que la Iglesia respondió al llamado y rehusó seguir en el espíritu de' error y decepción, no estaba al tanto de todas las implicaciones de ser la "Iglesia dentro de una Iglesia", "Un pueblo dentro de un pueblo", "Una nación dentro de una nación", Sin embargo, no le tomó mucho tiempo al Espíritu Santo para hacernos conscientes de que eso era precisamente lo que había pasado. Al aceptar y seguir la dirección que Dios le había dado a Su pueblo, la Iglesia fue puesta al tanto de la aprobación de Dios y las bendiciones e inspiración del Espíritu Santo. Por todo lugar en el cual se han llevado a cabo servicios o reuniones sin importar los niveles, grandes o pequeños, se ha podido sentir la innegable presencia, aprobación y favor de Dios dándonos la seguridad y motivación de que estamos en la senda correcta.

Lo que ha sucedido en La Iglesia de Dios durante los últimos trece meses pasados, y unos cuantos días, no ha sido nada menos que un milagro. Ninguna persona o grupo de personas podrían haber obtenido un progreso tan enorme en tan corto tiempo, bajo las circunstancias que hemos pasado, sino hubiera sido por la intervención milagrosa de Dios, y debo agregar—sino hubiera sido por la respuesta celosa y fiel de Su maravilloso pueblo.

La Iglesia había tornado la posición de no desviarse de la visión y revelación de Dios, sabiendo que al hacerlo, tendría que renunciar a todos los recursos, y comenzar con nada en cuanto a bienes materiales se refería.

Aprendimos una gran lección en el proceso: Esa lección es de lo mucho que se puede hacer por Dios y Su causa con pocos o ningún recurso material. Algo que no perdimos fue la rica herencia espiritual que ha seguido la Iglesia a través de Su existencia en esta tierra, desde el tiempo en que fue establecida con los doce apóstoles por Jesucristo Mismo, la Cabeza de la Iglesia, en el monte Hatín, aproximadamente para el año 28 D.C. Dios continúa bendiciendo la Iglesia y si permanecemos siendo fieles en todo, podemos confiar en que seguirá bendiciéndola y guiándola en Su etapa final en esta tierra.

Dios no nos ha dejado sin recursos; no obstante, sabiendo que debemos tener una cantidad adecuada de ellos para poder realizar Su trabajo efectivo y exitosamente en esta época, Él, a través de la generosidad y sacrificio de Su pueblo, nos ha dado un edificio de oficinas bonito, adecuado y equipado en el cual también tenemos un área para la imprenta a través de los cuales podemos continuar realizando Su trabajo. A medida que el trabajo de la Iglesia crece y se expande, habrá la necesidad de ampliar nuestras facilidades. Enfrentaremos dicha situación cuando llegue el tiempo, pero por ahora adoramos al Señor por habernos suplido nuestras necesidades presentes, y confiaremos en Él para que haga lo mismo en el futuro.

Queda de nosotros el que usemos los recursos que Él nos ha dado sabiamente, utilizando los fondos que Él nos da como buenos y sabios mayordomos.

La Iglesia se está acercando a su mejor hora, Ella estará lista en todo, como la novia que se prepara para la venida del Novio. Al hacer eso, asegurémonos de que todo lo que hagamos sea hecho con toda nuestra cooperación y obediencia, más bien que sin nosotros, que pudiera ser el caso si fallamos en seguirle en completa obediencia y con una actitud de corazón manso. Este es el último mandato; no tendremos el lujo de volver a comenzar nuevamente y tratar de hacer lo correcto. Debe ser hecho correctamente en esta ocasión.

Nunca hubo un tiempo de mas necesidad para que la Iglesia camine circunspectamente que al presente, como el Apóstol Pablo nos amonesta en Efesios 5:15. La terminología "circunspecto" significa el mantener todo en su balance. Significa mirar en un círculo para ver que todo sea atendido y que nada sea dejado de lado. Esto requiere unidad y una acción en concierto. No existe sustituto o alternativa para ser de un espíritu y una mente. Llegaremos y debemos llegar a ese estado donde toda la Iglesia sea de una mente y un espíritu en aquellos asuntos que sean pertinentes a todos nosotros como La Iglesia de Dios mundial. Esta es una actitud y una cualidad espiritual que ha sido abandonada desde hace mucho tiempo por las organizaciones religiosas, porque no pudieron lograrla y aceptaron el hecho de que era inalcanzable. No será así con La Iglesia de Dios. Ella logrará tener una sola mente, actuando y moviéndose como un cuerpo unificado, como el organismo físico de una persona se mueve en complete unidad. En su estado final, la Iglesia universal de Dios se moverá y tiene que moverse como un hombre.

Satanás no quiere que esto suceda. Él meterá su mano en su bolsa de trucos, trampas y ardides para usar a todo el mundo que esté a su disposición para prevenir que la Iglesia llegue a tal estado, pero no tendrá éxito. La Iglesia está destinada a ser "una iglesia gloriosa que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancho" (Efesios 5: 27). Para mantener la Iglesia en el lugar que debe estar en su relación con Dios, y para que cumpla con uno de sus propósitos, evitando así caer en las trampas de Satanás, ella debe hacer todo esfuerzo posible para mantener y guardar la fe.

En cuanto a los peligros que se encuentran ante nosotros, quiero señalar algunas trampas que sería sabio identificar y evadir. La trampa numero uno es el fracasar en la ejecución de la disciplina apropiada del Nuevo Testamento en todos los niveles de la Iglesia.



DISCIPLINA APROPIADA DEL NUEVO TESTAMENTO

Ha sido una falta común en la estructura de la religión cristiana en general, y a veces dentro de la verdadera Iglesia, bajo ciertas circunstancias, fallar en la aplicación de la disciplina bíblica de la manera apropiada a los miembros que caen en pecado. El pasar por alto el aplicar la disciplina bíblica de la forma apropiada y al momento indicado es equivalente a tolerar el pecado en la Iglesia, e ignorar o retar el mandato bíblico de seguir los principios escriturales al tratar con el mismo. La apatía del pecado en la Iglesia, cerrando los ojos ante él y dándole la espalda en vez de afrontarlo, es como “barrer y echar la basura debajo de la alfombra". Todas estas prácticas son inaceptables cuando la plaga del pecado se manifiesta así misma en el cuerpo de Cristo, la Iglesia.

Sería más llamativo seguir el camino fácil. Nunca es agradable tener que tratar con un miembro o ministro que le ha fallado a Dios, pero para agradar a Dios y tener su favor, no hay otra alternativa. Debe ser hecho siguiendo las instrucciones específicas del Nuevo Testamento. No hay duda respecto a que esa responsabilidad descansa sobre nuestros hombros. Tenemos que ejecutar el mandato expuesto por 1 Timoteo 5:20, donde Pablo instruye a Timoteo: "A los que pecaren, repréndelos delante de todos, para que los otros también teman". En todos los casos tenemos que dejar que el amor cristiano prevalezca. Detestamos, rechazamos y odiamos el pecado, pero debemos amar al pecador.

Donde exista una cuestión de conflicto entre miembros de la Iglesia, Jesús da un escenario claro y simple para tratar con el problema. Primero, se hace un intento para tratar de resolver el mismo entre las personas envueltas. De eso fallar, entonces Jesús instruyó a que se envolvieran dos o más en el asunto para tratar de encontrar una solución. Si también este intento falla, entonces el asunto se debe llevar ante la Iglesia. En la práctica, sería apropiado que el pastor, como moderador de la conferencia de negocios de la Iglesia local sea quien presente el asunto en cuestión ante la congregación con el fin de hallar una respuesta o solución aceptable al asunto. Se espera que en algún momento entre la reunión en privado y las personas envueltas y cuando el asunto sea llevado ante la Iglesia se encuentre una solución aceptable al asunto. Si este no es el caso, luego la Iglesia, en una conferencia oficial está obligada a proseguir el caso y deberá tratar de salvar a ambos, la persona o personas ofendidas y la integridad de la Iglesia. Si la persona o personas ofendidas no responden positivamente a los acuerdos llegados en la conferencia de negocios, entonces la única alternativa es que el cuerpo haga lo que Jesús dijo que se hiciera: "Tenle por étnico y publicano" (Mateo 18: 17). En otras palabras, considerar la persona como pecadora y no como una parte de la comunión de los santos. Eso no significa que ellos deben ser evitados, ignorados y desterrados del amor e interés del cuerpo. Los procesos de restauración siempre deberán ser seguidos cuando se desliga a un miembro caído, exactamente como se toman las medidas preventivas cuando es

evidente que uno se está descarriando.

El espíritu o moral del cuerpo de la Iglesia al igual que la salvación y bienestar del miembro individual están en riesgo. El Apóstol Pablo explica esto en su discusión del asunto de la fornicación dentro de la Iglesia en Corinto. Ese es un pasaje familiar de la Escritura y no entraremos en detalles del mismo al presente, sino que repetiremos lo que Pablo le dijo a la Iglesia en Corinto sobre el asunto. Sus palabras fueron: "En el nombre del Señor nuestro Jesucristo, juntados vosotros y mi espíritu, can la facultad de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para muerte de la carne, porque el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús" (1 Co. 5:4, 5). La Frase: "Porque el espíritu sea salvo", parece referirse al espíritu o moral de los santos de la Iglesia en Corinto. Es devastador para el espíritu y moral de la congregación cuando obviamente existe pecado entre sus miembros y nada es hecho al respecto. Existe una forma bíblica para tratar tal asunto; el Espíritu Santo se contrista y la Iglesia se debilita cuando no se trata con propiedad. La Iglesia que trata can el pecado en sus rangos y se mantiene sin mancha del mundo, será una Iglesia victoriosa donde Dios manifestará Su presencia y Su poder para obrar milagros.



EXTREMISMO

Otra trampa de la cual la Iglesia debe estar al tanto y evadir es la del extremismo. El diablo es un extremista y tratará de desviar la Iglesia lo más lejos que pueda hacia ambos extremos lejos del lugar que Dios desea que ocupe. Extremismo es la cualidad, hecho o estado de irse a los extremes, sea a la derecha o a la izquierda, en asuntos de pensamiento o acción. Los enemigos de la Iglesia se deleitarían en verla irse profundamente a los extremos de un lado u otro. Se gozarían en verla adelantándose a lo requerido por la Palabra de Dios o en rehusar ir lo suficiente lejos como para cumplir la completa voluntad de Dios. Sería erróneo para nosotros irnos más lejos en ambas direcciones que lo que Dios requiere o permite. Debemos encontrar y seguir la ruta bíblica tanto en nuestras creencias como prácticas y no irnos más lejos de lo que Dios requiera, pero sin ser negligentes en ir tan lejos como lo que Él nos exija.

Siendo que esta es la Iglesia universal, lo que se aplica en este sentido para uno de nosotros deberá aplicarse de la misma forma para todos. Somos un cuerpo formado para funcionar en unidad de creencia y práctica. La Biblia fue escrita para ser observada por todos los hombres, naciones, culturas y lenguajes. Hay una forma para lograr la completa unidad de pensamiento y practica entre todas las naciones y pueblos de la tierra quienes quieran vivir para agradar a Dios. La Iglesia de Dios será La Iglesia de Dios dondequiera que se encuentre en esta tierra. Deberá ser identificada por su amor y unidad.

La contestación bíblica para el extremismo es la moderación en cosas que no son específicamente prohibidas. Pablo le dio la siguiente amonestación a los santos de Filipo en Filipenses 4:5: "Vuestra modestia sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca". La terminología "moderación" significa el no irse a los extremos con las cosas que son permitidas o aceptables. No significa el uso moderado o la práctica de cosas que son prohibidas a los hijos de Dios. La Biblia y la Iglesia enseñan total abstinencia de bebidas alcohólicas, del uso de tabaco y cualquier otra cosa que corrompa la salud del cuerpo, como los narcóticos, relaciones sexuales premaritales, etc. Ninguna de estas cosas deberán ser practicadas ni aun con moderación. Concerniente a estas cosas, la Iglesia toma la posición de abstinencia total. Aunque una mayor parte del mundo y aun algunas organizaciones religiosas no están de acuerdo con la Iglesia y nuestra posición, no creemos que estas cosas deben ser practicadas, y la Biblia nos lo enseña, ni dejaremos que la sociedad o cultura cambie nuestra posición respecto a la Palabra de Dios.

Jesús no fue un promotor de las causas sociales. Ni tampoco la Iglesia lo debe ser. Aun cuando el Apóstol Pablo estaba enterado de las injusticias que se estaban cometiendo contra las personas que se encontraban en servidumbre, no se colocó a sí mismo como un trabajador social contra las mismas. A cambio , el les amonestó con estas palabras: "Siervos, obedeced a vuestros amos según la carne con temor y temblor, can sencillez de vuestro corazón, como Cristo; no sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres; sino como siervos de Cristo, hacienda de ánimo la voluntad de Dios; sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no a los hombres; sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre" (Efesios 6:5-8). Y en el mismo pasaje le dice a los amos: "Y vosotros, amos, haced a ellos lo mismo, dejando las amenazas: sabiendo que el Señor de ellos y vuestro esta en los cielos, y que no hay acepción de personas con él" (V. 9). Pablo presenta en este pasaje un principio de vida y conducta para los cristianos en el mundo secular, no solo para los que sirven, sino también para los que son servidos. En lugar de estar haciendo cruzadas para cambiar la sociedad, es mejor que el cristiano aplique sus esfuerzos en cambiarse a sí mismo con la ayuda de Dios para confrontar las responsabilidades que Él tiene para cada uno; por el contrario, tales esfuerzos para cambiar la sociedad podrían tener un efecto detrimental sobre su propia vida espiritual, resultando en más violencia y confusión en dicha sociedad. Nuestros esfuerzos deben ser dirigidos hacia la salvación de las almas y nutrirlas en el Señor para que puedan mantener las relaciones apropiadas con Él. Ninguna otra organización excepto la Iglesia, podrá hacer Su trabajo; hay millones de religiosos envueltos con gran ahincó y disposición en las causas sociales. Pero la Iglesia tiene que mantener la perspectiva correcta tocante a su llamado y trabajo para Dios, sin dejar que nada interfiera o impida con su objetivo principal, concluir la Gran Comisión de ir a todas las naciones y compartir el evangelio con toda criatura; convertirlas, bautizarlas y enseñarles a que observen todos los mandamientos de Cristo. Ese es nuestro trabajo y debe ser hecho si queremos estar listos para Su venida. ¿Estaremos listos?







LA CODICIA EXCESIVA HACIA EL DINERO Y LAS COSAS MATERIALES

La tercera trampa que quiero darles a conocer es la codicia desordenada hacia el dinero y las casas materiales. Debo admitir que experimenté una gran lucha para decidirme a incluir este tema en este mensaje, porque puede ser, y para algunos lo es, un tema muy sensible. No obstante, no debería serlo, siendo que las pautas escriturales al respecto son bien claras. El Apóstol Pablo hizo una dedaración bien sabia y significativa sobre la actitud de los cristianos hacia las cosas materiales en Filipenses 4: 11,12: "… pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. Se estar humilladlo, y se tener abundancia: en todo y por todo estoy enseñado, así para hartura como para hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad". Aquí Pablo enfatiza la cualidad santa del contentamiento. En el proceso normal de la vida experimentaremos mementos de abundancia y de escasez en relación al dinero y bienes materiales. Pablo nos dice sabiamente que él ha aprendido a tratar tanto con los tiempos buenos como can los malos, y a como bregar can las dos situaciones. Más adelante escribe en Hebreos 13:5: "Sean las costumbres vuestras sin avaricia; contentos de lo presente; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré". Luego para enfatizar más ampliamente la virtud del contentamiento escribe en 1 Timoteo 6:6: "Empero grande granjería es la piedad con contentamiento".

El dinero y las cosas materiales varían de lugar a lugar, y siendo que la Iglesia es una de naturaleza universal con congregaciones en todas las partes del mundo, todos los niveles sociales, económicos y los diferentes estilos de vida alrededor del mundo estarán presentes en ella. Esto fue una realidad en la Iglesia primitiva, pero no tanto como lo tenemos para el tiempo presente, en el cual tenemos más rápidos y mejores medios de transportación y comunicación. La referencia a "tener todas las cosas en común" no se refiere a las cosas materiales. En la iglesia local de Jerusalén organizaron un sistema comunal en el cual compartían todas las cosas entre todos. Eso puede ser logrado en una situación local, pero en nuestro mundo de diversidades y fronteras esa idea sería imposible de practicar alrededor del mundo a medida que la Iglesia continúe alcanzando a todas las áreas del globo en su encomienda de cumplir la Gran Comisión. Eso no significa que no estemos obligados a ayudar tanto en la aplicación individual como universal. La frase "todas las cosas en común" se aplica también a las cosas espirituales las cuales nos hablan de igual manera en todo el mundo. En nuestras relaciones los unos con los otros debemos reconocer y aceptar este hecho como parte de nuestra vida y no dejar que la misma nos afecte adversamente. Nunca existirá igualdad en estos asuntos en la presente estructura económica de nuestro mundo. Eso es también cierto dentro de cualquier estructura económica. Algunas personas tienen más debido a que trabajan y estudian más fuertemente. Otros tienen menos debido a alguna mala fortuna o debido a que no han tenido las oportunidades y ventajas que otros han tenido. Una vez más, aquí nos podemos beneficiar del consejo del apóstol para sacarle el mejor provecho a esta situación y buscar la aprobación de Dios tanto en la abundancia como en la necesidad.

Somos amonestados a no ser codiciosos de las cosas terrenales hasta los extremos, porque las mismas tienden a apartamos lejos de la confraternidad que debemos tener con nuestro Dios. Pablo nos amonesta nuevamente en 1 Timoteo 6:9, 10: "Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden a los hombres en perdición y muerte. Porque el amor del dinero es la raíz de todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores". A esta amonestación el Apóstol Juan añade en 1 Juan 2:15 lo siguiente: "No améis al mundo, ni las casas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él".

El orgullo excesivo por concepto de la raza, alcurnia, elegancia, o aún por alguna gracia especial no pueden tener parte en la vida de un hijo de Dios y tales cosas deben colocarse bajo la sangre de Jesús, no sea que tales elementos de mundanalidad enfríen el amor de Dios y Su presencia. El deseo excesivo del estado de posición social y la búsqueda de reconocimiento y aprobación del mundo provienen de raíces de mundanalidad y la lucha contra la verdadera espiritualidad. La Biblia no condena la abundancia y riqueza, pero condena el uso impropio de ellas. Cuando venimos a ser hijos de Dios, pertenecemos a Él totalmente. Todo lo que somos y tenemos lo pertenecen completamente; no obstante, Él nos confía la administración de nuestros recursos materiales y espera que como hijos Suyos, seamos buenos mayordomos de lo que tenemos. Primero que nada, le debemos la decima parte de nuestros ingresos. Ese es nuestro diezmo. El diezmo es pagado a Dios como una demostración de nuestra obediencia y adoración como tal. La forma bíblica para pagar diezmos de nuestros ingresos netos que recibimos, aparte de los ingresos que tenemos en el ministerio, es el pagar los mismos a la tesorería de la iglesia de la cual somos miembros. Los ministros pagan sus diezmos del ingreso que reciben del ministerio a la tesorería del Cuartel General de La Iglesia de Dios. Una vez pagamos nuestros diezmos, los que lo reciben son responsables de su distribución apropiada. Cuando los pagamos, hemos cumplido nuestra responsabilidad con Dios; entonces la responsabilidad para su uso apropiado pasa a manos de los recipientes.

Como hijos de Dios y mayordomos fieles de los recursos que Él ha permitido que tengamos, se espera de nosotros que demos ofrendas voluntarias para sostener y extender el trabajo del Señor a través de la iglesia, y, que estemos dispuestos a compartir nuestras bendiciones para suplir las necesidades de otros, y como Él nos impulse a compartirlas. El dar ofrendas es un asunto estrictamente entre la persona y Dios. Se dice mucho en la Escritura sobre la forma en que debemos dar. Pablo escribió lo siguiente en 2 Co. 9:7: "Cada uno de como propuso en su corazón: no con tristeza, o por necesidad; porque Dios ama el dador alegre". Jesús expresó un principio de ofrendar en Lucas 6:38 en donde Él dice: "Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y rebosando dará en vuestro seno: porque con la medida que midiereis, os será vuelto a medir", Pablo vuelve a declarar una vez más en Romanos 12:8 lo siguiente: “... el que reparte, hágalo en simplicidad".

Han habido casos en el pasado más reciente en los que algunos no han ejercido diligencia en el manejo responsable de las finanzas pagadas a la tesorería de la Iglesia. En algunos casos extremos, es lamentable decir que algunos se hicieron ricos al ejercer una codicia excesiva por el dinero o fondos pagados a la Iglesia. Estos han sido relativamente unas cuantas personas, pero pueden tener la completa seguridad de que se hará todo esfuerzo posible durante el periodo de tiempo presente en la historia de La Iglesia de Dios para impedir que esto jamás suceda nuevamente. El tiempo es demasiado corto y el trabajo muy importante para ser atrapados en el horrible espíritu de estar acumulando riquezas a expensas del sacrificio hecho por el pueblo de Dios. Seremos buenos mayordomos del dinero de Dios y cosecharemos las maravillosas bendiciones espirituales que acompañan tal mayordomía; luego Dios se encargará de suplir las necesidades.

En todos los aspectos del trabajo de la Iglesia debemos practicar lo que predicamos respecto al asunto de sobreponernos al deseo de adquirir cosas materiales. Recientemente hemos visto cómo cientos de miles de dólares, probablemente millones, han sido empleados en cosas innecesarias tales como casas pastorales que parecen palacios, complejos de oficinas muy lujosos, terrenos y edificios para campamentos juveniles extravagantes. Todos sabemos que estas cosas son a veces necesarias si se hacen con moderación y buen gusto, pero si se hacen con extravagancia y excesivamente, es un desperdicio del dinero de Dios. Esa mala administración de los bienes de Dios, en lugar de causar una buena impresión en aquellos de afuera, lo que muestra es la falta de responsabilidad ante Dios y una falta de consideración a los santos que tan sacrificadamente han dado para la causa del Señor, quienes en obediencia mostraron su deseo y buena voluntad para promover el trabajo del Señor. Cualquier cosa que vaya más allá de las necesidades razonables debe ir directamente en conexión con el trabajo de ganar y nutrir las almas. El manejo del dinero no es usualmente un problema hasta que está disponible o se tiene en abundancia. Cuando hay dinero a la disposición, siempre existe la tentación de utilizarlo para satisfacer la codicia personal de parte de aquellos que aman el dinero con deseos incontrolables. Que Dios nos ayude a no repetir los mismos errores del pasado en este respecto. Que Él nos ayude a ser mayordomos fieles con lo que Él nos dé.



LA MULTITUD DE CONSEJEROS Y EL ACUERDO UNÁNIME

Quiero salirme de la discusión del tema de las trampas del enemigo y volver al asunto de transar negocios en La Iglesia de Dios. Somos un cuerpo llamado divinamente, único en existencia y origen. No tenemos derecho de ser arrogantes ni ir a los extremos concerniente a la singularidad y exclusividad de la Iglesia, pero ello no significa que estemos en el derecho de negar la identidad, así como Jesús no tenía el derecho y autoridad de decir que no era en realidad el Hijo de Dios; aunque hubieron tiempos cuando Él hubiera sido menos maltratado y se hubiera negado a sanar los enfermos. Aceptamos nuestra identidad con humildad y gozo por el hecho de que Dios nos ha permitido conocer la verdad y tener la revelación divina de la Iglesia mediante el Espíritu Santo y de la Palabra de Dios.

La mayoría del mundo religioso ha dejado de practicar la idea del acuerdo unánime en los asuntos de los negocios de la Iglesia. Dicen que es prácticamente imposible estar de acuerdo sobre algo en unanimidad; por lo tanto, se han vuelto al uso de otras formas para resolver sus asuntos de negocios. Esto no es así en La Iglesia de Dios. Somos instruidos en la Palabra de Dios a ser de un "solo pensamiento", a estar "de acuerdo" y tener "un mismo juicio", a ser "de un corazón y un alma", "a luchar juntos por la fe del evangelio". Si Dios nos dice que DEBEMOS hacerlo, entonces PODREMOS hacerlo por Su poder y gracia. No tomaremos desvíos, atajos, rutas alternas o caminos de una resistencia menor. Haremos lo que Él nos dijo para resolver los asuntos de negocios en la Asamblea General siguiendo el acuerdo unánime.

La Asamblea General de La Iglesia de Dios es el tribunal más alto bajo la autoridad de Dios, es el cuerpo que para nosotros representa “la multitud de consejeros" a través del cual conducimos los negocios que le incumben a la Iglesia en general. A través de la interpretación bíblica, solo los hermanos masculinos tienen voz en las decisiones que se hagan—llevando a buen término el proceso de los buenos negocios.

Cuando un asunto de negocios ha sido sometido y aceptado bajo el acuerdo unánime, cada uno de nosotros, como miembros del cuerpo, está obligado a respetar y observar la acción aceptada, debido a que es de interés para cada miembro sin excepciones.

Traigo esto a nuestras mentes debido a que entiendo que nosotros debemos continuar respetando y observando el sistema de gobierno que Dios ha puesto en Su Iglesia para recibir Su aprobación y bendiciones.

Nuestra vida terrenal como La Iglesia de Dios, pronto terminará; el trabajo será hecho, aunque para nosotros al parecer es una tarea imposible de lograr. Pero Dios ha dicho que hará una obra breve, y de seguro que muy pronto estaremos pasando por el umbral de las puertas hacia nuestro eterno hogar. Hay mucho trabajo que hacer y muchos negocios que transar para el bienestar del trabajo del Señor.

Tal tarea debe ser realizada debidamente sin disputas sobre asuntos que no son necesarios ni pertinentes ser tratados. Todas las discusiones deberán ser conducidas en amor y en la sabiduría de Dios, en un espíritu que nos conduzca a retener la unidad del Espíritu y en los vínculos de la paz.

La Escritura nos dice que hay seguridad en la multitud de consejeros. Dentro de la multitud puede que alguien tenga una visión o revelación concerniente a ciertos asuntos que otros no tengan. Si realmente el Espíritu de Dios está trabajando en nuestras mentes y corazones, Él nos ayudará a lograr todo en armonía y podremos llegar a una conclusión, decisión o a una solución que parezca bien a nosotros y al Espíritu Santo. Continuemos luchando por la sabiduría de Dios y el acuerdo unánime en todas nuestras deliberaciones de negocios.



EMBAJADORES DE MISIONES

Con el trabajo expandiéndose en la Iglesia y el creciente número de llamadas por teléfono de otros países e islas de los mares, es imperativo que tengamos a alguien que vaya y responda personalmente a estas llamadas.

Al presente no tenemos los fondos a nuestra disposición para mantener a un personal de misioneros a quienes podamos enviar a las áreas de las cuales vienen estas llamadas. Quizás no sea la voluntad de Dios el que sostengamos una facultad de tal índole al presente, cuando podemos enviar a un misionero en un viaje como embajador por unos cuantos días, semanas o meses, dependiendo de la necesidad o naturaleza de dicho viaje. Tal misionero temporero puede entrar en contacto con las personas nativas, lograr que se unan a la Iglesia, organizar los mismos como iglesia local y luego poner como pastor a una persona competente de la localidad. Luego podremos hacer algunos viajes, cuando sea necesario, para verificar el bienestar de los mismos y la continuación del trabajo en el área respectiva. Tales embajadores de Misiones necesitarán alguna clase de ingreso financiero, tal vez pastores de iglesias locales, o personas retiradas con ingresos, o algún otro tipo de trabajo al cual pueda regresar cuando no esté envuelto directamente en el trabajo misionero. En el caso de un pastor, puede conseguir a alguien que le sustituya por el corto tiempo que estará fuera alcanzando nuevos campos y abriendo el trabajo de la Iglesia en otros países e islas.

Cualquiera sea el método que seleccionemos, deberá haber dinero para los boletos de viaje y para sufragar los gastos envueltos en el trabajo. Es por eso que le estoy rogando a esta Asamblea General que autorice al Supervisor General a seleccionar hombres buenos y que sean capaces, llenos del Espíritu Santo, y con una compasión ardiente por las almas y el trabajo de la grandiosa Iglesia de Dios, para que vayan a estas áreas de las cuales hemos recibido llamadas y ayuden en la organización de la Iglesia. Esto es vital en la preparación de las almas y concluir la obra de aparejarnos para la venida del Señor. El Comité de Asuntos y Preguntas podría considerar este asunto para la discusión, asesoramiento y recomendación respectiva.

Al mismo tiempo, deseo hacer una apelación a los obreros misioneros en cada iglesia local a que comiencen un esfuerzo especial para recaudar fondos en pro de esta fructífera encomienda de cumplir con la Gran Comisión que Cristo le dio a La Iglesia de Dios. El Comité de Medios y Arbitrios está trabajando en los esfuerzos para aumentar los fondos que están llegando al Cuartel General, con el propósito de hacer todo lo que se requiera de la Iglesia para hacer la voluntad de Dios y cumplir con sus responsabilidades. Le urjo con humildad y sinceridad a esta Asamblea que trabaje con ellos en un esfuerzo para llevar a cabo estos negocios necesarios durante los días que estemos aquí.



Conclusión

Este ha sido un año saturado de eventos. Pocos, o tal vez ninguno de nosotros esperábamos el viraje repentino de los eventos que ocurrieron durante y después de terminar la Asamblea Solemne. En algunas formas, ha sido un año difícil, cuando consideramos el aspecto humano y emocional de todo lo que ha pasado. Esa parte no ha sido fácil. El tomar la decisión de mantenernos firmes en pro de la verdad de Dios y Su divina Iglesia, ha creado divisiones entre familiares y amigos muy dolorosas y difíciles de sobrellevar, pero vienen tiempos en las vidas de los verdaderos hijos de Dios en los que tienen que hacer decisiones por Su causa, sin importar cuales sean las consecuencias. Más allá de la angustia y el dolor de las amistades rotas, está la gloria y victoria de la aprobación y favor de Dios. Definitivamente, Dios ha mostrado Su aprobación y presencia en nuestros servicios tanto a nivel local como en los servicios más grandes.

Creo que es tiempo de poner nuestras heridas y desilusiones tras nosotros. Tenemos que darle menos pensamiento a las cosas del pasado y enfocarnos en la voluntad de Dios para el presente y para nuestro futuro. Con nuestras nuevas facilidades seremos capaces de hacer nuestro trabajo con mayor rapidez y eficiencia. Lamentamos los inconvenientes que hemos experimentado durante este primer año de organización, comenzando desde un punto de cero en recursos y facilidades. Pero eso ha cambiado rápidamente y creemos que podemos asegurarles que ustedes estarán recibiendo su literatura de Escuela Dominical, la literatura de la Iglesia y los procedimientos para obtener sus licencias con más prontitud de lo que habíamos anticipado. Apreciamos profundamente su paciencia y comprensión para con nosotros en este nuevo comienzo. Dios ha sido bueno y nos ha dado las facilidades para mejorar nuestra comunicación y servicio a la Iglesia, y sabemos que Él ha de bendecirles por ayudarnos en este esfuerzo.

Es tiempo para que digamos: "Satanás, a tu reino le ha llegado el tiempo de caer", La Iglesia de Dios está preparando una guerra contra ti y todos tus demonios. Aún las puertas de tu habitación—el mismo infierno—no prevalecerán contra el avance de La Iglesia de Dios. Tú y tus demonios deben dejarle el paso libre al movimiento invencible del pueblo de Dios a medida que marchamos hacia la victoria final. Tú, Satanás, eres un poder secundario, y deberás rendir tu poder ante el poder más alto e invencible del Dios Todopoderoso, quien está dirigiendo a Su pueblo.

Pongámonos de pies, cantemos y marchemos a la melodía de ese cantico victorioso, "Al Frente de la Batalla", ¡pues estamos en esta batalla para ganar!”

Pasado Supervisor General Robert J. Pruitt

sábado, 24 de septiembre de 2011

La Ciudad de Oxnard Experimento un Magno Evento Musical Juvenil el pasado 17 de Septiembre en La Iglesia de Dios en Oxnard. En tal evento se promovió la Paz como también la unidad entre las iglesias cristianas. Este magno evento fue auspiciado Por La Iglesia de Dios en conjunto con el Hno. Félix del Programa Radial “En contacto Directo con Jesus” transmitido de Jueves a Sábado de 1:30PM a 2:00 PM por la estación de radio 910 AM. Se hicieron presentes El Pastor y Locutor Josué Lozano del programa radial “De Quien Para Quien” que se transmite de lunes a viernes de 7:00 AM a 10:00 AM por la Radio 87.7 FM.


Las Iglesias y grupos de alabanzas se hicieron presentes:

Grupo Congregación de La Iglesia de Dios - Pastor Noé A. Solís.

Grupo Los Valientes.

Grupo Horeb.

Iglesia Ministerio Mixteco – Pastor Félix Velazco

Iglesia Casa del Alfarero – Pastor Roberto Valenzuela.

Iglesia Los Hebreos – Pastor Israel Abundis

Iglesia Para Las Naciones – Pastor Juan Flores

Iglesia Centro Cristiano de Oxnard – Pastor Fermín Hernandez

Iglesia Adonaí – Pastor Jaime Velasques

El Evento que duro todo el día tuvo un promedio de 200 personas concluyendo con un mensaje de Unidad Por El pastor y ministro Noé A. Solís con l escritura de Juan 17:21. Para ver videos del evento vístenos en el internet www.laiglesiadediosdelabiblia.org o www.youtube.com/laiglesiadediosreal/

jueves, 8 de septiembre de 2011

MENSAJE ANUAL ANTE LA 88VA ASAMBLEA GENERAL, 1993 (Parte 1)

¡La gloria sea para Dios! ¡A Dios sea la gloria por todo lo que ha hecho! Mi corazón se regocija por el maravilloso esplendor de Su presencia y poder. Puedo ver Su majestad por todo nuestro alrededor y Su obra infinita a medida que revela y ejecuta Su plan eterno en los corazones y vidas de aquellos que no solo le llaman Señor y Maestro, sino que también hacen lo que Él les ha comisionado que hagamos. El llamarle Señor y Maestro para luego fallarle en no observar todas las cosas que nos ha ordenado hacer es lo mismo que fuentes sin agua, nubes sin lluvia, y ramas sin fruto.

A medida que disfrutamos fervientemente de Su presencia y nos calentamos en Su amor, al mismo tiempo siento gran temor delante de Él y ante la presencia de Su pueblo. Mi mayor temor es fallar en cumplir en mi corazón y vida las expectaciones que Dios espera de mí, y no tanto del temor al poder que tiene para enviarme la muerte y terminar con mi existencia terrenal, aunque la verdad es que tiene poder para hacerlo en Su soberanía cuando así lo desee. No quiero fallarle a Dios. Preferiría disfrutar de la sonrisa de Su gracia que sufrir el castigo de Su ira. Cualquiera de esas dos consecuencias que experimente, dependerá, de mis relaciones con Él. Deseo ardorosamente que me venga lo que es justo, sin importar las consecuencias de tal alternativa. Es mejor colocar tales consecuencias en Sus manos que el sufrir eternalmente por haber escogido la alternativa errónea. Dios no está jugando juegos con Su pueblo. Desde aquí hasta el rapto no hay tiempo para, ni tampoco tolerará, la interferencia de la carne para impedir lo que Él nunca ha hecho con alguna otra generación anterior de Su pueblo: y es la meta de llevarlo a la perfección sobre Sus propios términos, preparando de esa manera Su Novia en este mundo antes de raptarla para llevarla a la Fiesta de las Bodas del Cordero. Nada podrá impedir que este evento tome lugar. Ocurrirá a pesar de la oposición de las puertas del infierno. No hay nada más seguro y definido que el plan supremo de Dios para Su Iglesia. ¡Por supuesto que no fracasará!

LA REORGANIZACIÓN

Aunque los pasos definidos y positivos que condujeron a la reorganización de La Iglesia de Dios, anteriormente operando bajo el nombre de Iglesia de Dios de la Profecía, comenzaron en agosto de 1992, muchos de nuestro pueblo todavía no están conscientes de lo que está pasando en relación a este gran movimiento de Dios. Miles de los santos, muchos de los cuales aun están en la Iglesia de Dios de la Profecía, están conscientes de que hay algo drásticamente erróneo en su organización. Saben que la presencia y poder de Dios ya no se sienten como solían sentirlo en sus iglesias. Con todo, no saben la raíz que ha causado esas condiciones existentes entre ellos. Por muchos años ellos fueron la Iglesia que una vez tenía el favor y dirección de Dios, pero que comenzaron a apartarse de las relaciones vitales con Él al entretener inocentes rasgos de herejías y falsas enseñanzas. Estas finalmente llegaron a madurar y a ser notorias en la predicación y prácticas de sus ministros liberales y de mentalidad sensual, y de laicos que fueron atraídos por esas actividades erróneas; luego las expresaron públicamente en las Asambleas Generales de 1990, 1991, Y 1992. Una desviación del proceso teocrático ocurrió durante la reunión del presbiterio del 30 de abril al 2 de mayo de 1990, a la cual se hace referencia actualmente como la "Reunión de los Supervisores para la Selección de un Supervisor General Interino". Pero ocurrió que seleccionaron un Supervisor General por mayoría de votos más bien que por el acuerdo unánime, que había sido la práctica bajo el gobierno teocrático. En la Asamblea General de 1991, el Supervisor General hizo la declaración de que era aceptable recibir miembros en la Iglesia usando anillos de matrimonio, en contradicción a la 26ta enseñanza de las veintinueve enseñanzas prominentes ya aprobadas por la Asamblea General de la Iglesia, abriendo de esa manera el sendero hacia la falta de respeto más intrusa y publica contra la enseñanza por el uso sin restricciones de toda clase de joyas y maquillajes excesivos. Además, en la Asamblea General de 1992 conducida en Louisville, Kentucky se demostró otra partida del proceso teocrático al no permitir que el Comité de Asuntos y Preguntas hiciera su informe abierto para la discusión de parte de la Asamblea General, a fin de aceptar o rechazar los asuntos pertinentes a la Iglesia como un todo. El informe fue presentado como algo "solamente para información", y no fue aceptado por la Asamblea General, aunque su contenido fue publicado en las Minutas de la Asamblea General de 1992. Estas desviaciones de la corriente principal de La Iglesia de Dios y del favor y dirección divina son meramente ejemplos de desviaciones adicionales en progreso para el tiempo presente, y otras bajo consideración para el futuro. Usted puede estar seguro de que el diablo no se detendrá en su obra maligna por destruir totalmente esa organización, hasta que el espíritu de decepción la lleve al nivel del suelo en apostasía y falsa doctrina. Dios tiene otros planes para La Iglesia de Dios, la continuación de la Iglesia de los últimos días, como fue revelada en el 1903 a A. J. Tomlinson y otros para que se levantara de los escombros del Oscurantismo para concluir el plan de Dios para Su Iglesia. Los que se preocuparon lo suficientemente como para protestar contra la herejía, pueden ser comparados con los trescientos hombres valientes de Gedeón para confrontar cualquier oposición, para soportar cualquier persecución, para tolerar cualquier consecuencia, para osar andar en las "sendas antiguas" y para levantarse firmes y sin pedir disculpas en pro de la proclamación de la verdad eterna, estuvieron listos en julio de este año cuando el Espíritu Santo llamó a una Asamblea Solemne para dirigirnos a la separación del elemento de error y apostasía a fin de continuar como la verdadera Iglesia de Dios como fue revelada al principio con su gobierno teocrático. Este gobierno había sido dejado de lado en el 1990. La separación nos dejó en la corriente principal de la voluntad directa de Dios y en obediencia a la teocracia genuina, pero nos quedamos por así decir con las ropas que vestíamos. La administración del elemento de error continúa en control de todas las propiedades y valores que usted y yo, por un periodo de años y con grandes sacrificios personales, ayudamos a acumular y mantener. Hasta este punto, la administración de esa organización ha rehusado considerar la idea de compartir tales propiedades y valores con nosotros, aun cuando se le escribió una carta a la administración solicitando una reunión para discutir tal asunto de manera honesta, cristiana y de mayordomía integra y para la consideración de nosotros los que habíamos dado sacrificadamente para hacerlas posible para el uso en la obra del Señor. Hasta la fecha, este asunto ha sido dejado en las manos del Señor y aquellos encargados de la administración de tales bienes.

LOS EFECTOS DE LA DIVISIÓN

Los efectos de una división y la separación consecuente de una organización eclesiástica son siempre devastadoras en muchos aspectos, aun cuando hay tiempos en los que tal separación es inevitable a causa de que es obrado por la mano de Dios para volver a traer Su plan y revelación original de vuelta al principio después de haber ocurrido tal desviación. Esto fue lo que ocurrió en la Iglesia de Dios de la Profecía, en la cual muchos de nosotros invertimos tantos años de servicio y recursos económicos. Para el tiempo en el cual hacíamos eso, hasta la reciente apostasía y desviación, el favor de Dios estaba sobre la Iglesia que operaba en conformidad a la voluntad divina bajo el nombre de la Iglesia de Dios de la Profecía. Para ese tiempo era la verdadera Iglesia de Dios y operando bajo un gobierno teocrático, Cuando ésta dejó de honrar y sujetarse al plan del gobierno de Dios, siguiendo el gobierno y doctrinas de los hombres, algo tenía que hacerse para traer de vuelta la institución divina a las sendas antiguas y para andar en armonía con la Palabra de Dios.

Dios conocía los corazones que estaban heridos y que no permanecerían tranquilos e indiferentes viendo la Iglesia siendo destruida por los poderes de las tinieblas. Él citó Su pueblo a una Asamblea Solemne en el mes de julio de 1993, después del rechazo de un llamado a una Asamblea Solemne en el 1984— nueve años atrás—de parte de la Iglesia de la Profecía en ese tiempo. En la Asamblea Solemne de 1993, Dios nos trajo de vuelta a la teocracia. Esta es la razón por la cual estamos en esta Asamblea General. Estamos aquí para continuar la obra del Señor en su revelación y estructura original.

Aunque esta separación es obra de Dios y resultará en gran gozo y triunfo en sus etapas finales antes del rapto, en su despertar hay incontables sufrimientos, malos entendidos, divisiones, y obras perversas de Satanás. Jesús lo expresó bien claro cuando dijo: "¿Pensáis que he venido á la tierra a dar paz? No, os digo; mas disensión. Porque estarán de aquí adelante cinco en una casa divididos; tres contra dos, y dos contra tres. El padre estate dividido contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra" (Lucas 12:51-53). A pesar de que este drama sin duda que ha sido actuado en generaciones pasadas, jamás ha sido más grafico que en la presente separación. Jamás hubo una división mayor entre las familias y amigos como la que está ocurriendo al presente tiempo. Estas divisiones son el resultado de alternativas personales. Algunos van a rechazar, desacreditar, y censurar lo que Dios está haciendo en este asunto, pero otros lo reconocerán y aceptarán como la obra y voluntad del Padre. Ellos se adelantarán para ir al paso con todo su corazón, mente, y alma. Otros lo rechazarán para su propia destrucción eterna. Estos tiempos no pasarán apacible y fácilmente. Están envueltos tanto los elementos de las emociones humanas como los sentimientos bien cimentados e incrustados en las mismas fibras del hombre natural. Ellos resisten cualquier esfuerzo al cambio, aun cuando el Espíritu Santo urge lo contrario. El otro elemento es el poder invisible y convicción del Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad que confiere ánimo para abrazar y seguir la verdad sin importar las consecuencias. Cuando estas dos fuerzas o elementos se encuentran, es como la ley de la física, la cual dice que cuando una fuerza irresistible se encuentra con un objeto inmovible, algo tiene que dar, Lo que determinará el destino eterno de muchas almas en esta cuestión. Esto nos deja ver cuán seria es la operación de Dios y cuan seguro debemos estar de lo que estamos haciendo si es que deseamos evitar ser pesados en las balanzas y ser hallados faltos.

Autor: Pasado Supervisor General Robert J. Pruitt