miércoles, 15 de mayo de 2019

DEJEMOS QUE LA IGLESIA, SEA LA IGLESIA

La Biblia nos dice de Jesús de Nazaret “…no hay parecer en él, ni hermosura: verlo hemos, mas sin atractivo para que le deseemos” (Is. 53:2). Para el hombre carnal, y el ojo físico, no habría nada atractivo en Él, sino sería despreciado y desechado por los hombres. La Biblia también dice que Él estaba lleno del Espíritu Santo y que el Espíritu lo llevó a estar a solas con Dios en un lugar desértico. Luego, cuando reapareció en el mundo poco tiempo después, Jesús volvió en virtud del Espíritu “…y salió la fama de él por toda la tierra de alrededor” (Lucas 4:1, 14).
Juan el Bautista envió algunos hombres a Jesús para preguntar si era Él aquél que había de venir o si ellos deberían esperar a otro. Lo que provocó que Juan enviara a hombres a preguntar por Jesús es la misma razón que hará que los hombres y mujeres pregunten hoy si ésta es la Iglesia profetizada o no, la Iglesia esperada o no, si ésta es en verdad la Iglesia de la Biblia o no, ¿Cuál es esa razón? Que el Cuerpo de Cristo hace “las obras del que me [nos] envió;” que es, ¡predicar el evangelio a los pobres, sanar a los enfermos y echar fuera demonios!
El mundo, secular y religioso, no podía ignorar por mucho tiempo a un grupo de personas unidas en una genuina unidad de doctrina, gobierno y propósito que es dirigido por el Espíritu y opera bajo la influencia del Espíritu Santo. A los ojos de muchos puede que no seamos mucho, puede que no seamos muy atractivos, pero a medida que aumentemos en obediencia, y mientras nos acercamos más a Dios, nos llevará a un lugar donde la belleza de la santidad de Dios y la predicación de la Palabra de Dios en la demostración de Su Espíritu y poder hará que la Iglesia sea conocida en el mundo.
Debemos determinar en nuestros corazones seguir predicando a Cristo y a Su Iglesia, pero, lo que es más importante, ¡debemos determinar vivir en Cristo y ser la Iglesia! Necesitamos que Dios trabaje con nosotros y confirme Su Palabra, por eso, doblamos nuestras rodillas e inclinamos nuestros corazones ante Él y clamamos “No nuestra voluntad Señor, sino la tuya,”
Las acciones siempre han hablado más que las palabras, así que no es difícil entender que lo que el mundo necesita hoy es ver a La Iglesia de Dios ardiendo con el fuego del Espíritu Santo, siendo la Iglesia; ¡haciendo el trabajo de La Iglesia de Dios!
Las multitudes dudan en venir a nosotros, no porque la “doctrina es demasiado fuerte” o porque las enseñanzas son “demasiado estrictas,” sino porque en muchos casos, ni siquiera saben que estamos en la ciudad. El mundo no podía ignorar a Cristo cuando caminó sobre la tierra, sino que estaba obligado a reconocerlo en vista de Sus poderosos milagros y Su predicación ungida. Las multitudes no dudan en venir a nosotros porque somos “demasiados santos,” sino porque aún no hay suficiente diferencia entre la verdadera Iglesia de Dios y las instituciones religiosas hechas por el hombre. ¡Seguramente una Iglesia ungida por Dios no podría pasar desapercibida en el mundo! Como los manojos de José entre los manojos de sus hermanos, así es La Iglesia de Dios bajo la unción divina en medio de todas las religiones de la tierra.
Necesitamos el mismo poder que Jesús tuvo para hacer el mismo trabajo que Jesús hizo, así que, debemos ser como Él fue, ocupados haciendo esas cosas que agradan a Dios. El corazón de la Iglesia debe estar comprometido en buscar al Señor. Queremos vivir diariamente como aquellos que están perfectamente convencidos de lo que está bien y lo que está mal, lo que es verdadero y lo que es falso, y no se inquieten en cuanto al destino de la Iglesia. La fe en Dios nos moverá a la acción, y la oración prevaleciente y eficaz traerá poder. Cualquier desafío que usted pueda enfrentar, mire a Aquel que ha prometido la victoria.
Oscar Pimentel, Supervisor General, La Iglesia de Dios

El Propósito y la Autoridad de la Asamblea General

Este artículo fue publicado por primera vez en La Luz Vespertina, Vol. 5 No.10 En Inglés (Agosto 1997), y fue escrito por R.O, Covey.
El olvido es aparentemente una debilidad de la naturaleza humana. Esto puede volverse trágico cuando el pueblo de Dios olvida Su bondad para con ellos; Cuando fallan en recordar Sus mandamientos y Su voluntad para ellos y para la Iglesia. Israel, el pueblo escogido de Dios por pacto, era propenso a olvidar, aunque Su ley fue dada con el propósito expreso de que no deberían olvidarla. David hace referencia a su historia, citando las terribles consecuencias de su olvido: “El estableció testimonio en Jacob, Y pusó ley en Israel; La cual mandó á nuestros padres Que la notificasen á sus hijos; Para que lo sepa la generación venidera [ellos], y los hijos [los cuales] que nacerán; Y los que se levantarán,[ellos] lo cuenten á sus hijos; A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios, y guarden sus mandamientos: Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no apercibió su corazón, Ni fué fiel para con Dios su espíritu. Los hijos de Ephraim armados, flecheros, Volvieron las espaldas el día de la batalla. No guardaron el pacto de Dios, Ni quisieron andar en su ley: Antes se olvidaron de sus obras, Y de sus maravillas que les había mostrado…Empero aun tornaron á pecar contra él, enojando en la soledad al Altísimo…Y volvían, y tentaban á Dios, Y ponían límite al Santo de Israel. No se acordaron de su mano, del día que los redimió de angustia” (Salmos 78:5-11,17,41,42). “Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; No se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias; Sino que se rebelaron junto á la mar, en el mar Bermejo…Apresuráronse, olvidáronse de sus obras; No esperaron en su consejo…Olvidaron al Dios de su salud, que había hecho grandezas en Egipto… Contamináronse así con sus obras, y fornicaron con sus hechos. Encendióse por tanto el furor de Jehová sobre su pueblo, y abominó su heredad” (Salmos 106:7,13,21,39,40).
Dios instituyó y ordenó la Pascua para el recuerdo anual de Su maravillosa liberación de Su pueblo de Egipto. Luego, en el Sinaí, dio Su ley como un recordatorio perpetuo de Su voluntad.
Cuando Jesús estableció Su Iglesia, Él instituyó la Santa Cena, demostrando que la Pascua se había cumplido gloriosamente. Esta comunión debía ser observada periódicamente “…en memoria de mí” (Lucas 22:19; 1 Corintios 11:24,25). Pablo explicó, “Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga” (1 Corintios 11:26).
En un sentido muy real, la Asamblea General de La Iglesia de Dios trae la Palabra y la voluntad de Dios a la memoria y la mantiene en la memoria. La necesidad se hizo evidente poco después que la Iglesia de estos últimos días surgiera de 1,578 años de la Edad Oscura. Funcionalmente, fue un nuevo comienzo. Dios se movió en el grupo del este de Tennessee y del oeste de Carolina del Norte para redescubrir La Iglesia del Nuevo Testamento. La confusión del denominacionalismo necesitó una búsqueda de “base” de las Escrituras en relación con la doctrina y las practicas de la Iglesia primitiva, con la Biblia como su única autoridad y guía.
Cuando la revelación vino de Dios a través de A. J. Tomlinson en la mañana del 13 de junio de 1903, se señaló específicamente y se acordó que tomar toda la Biblia correctamente dividida es lo que hacía La Iglesia de Dios. Siendo este el caso, es conveniente que sepamos lo que la Biblia requiere. Es aquí donde el propósito y la autoridad de la Asamblea General se hacen claramente evidentes.
LA NECESIDAD ACTUAL DE UNA REVISIÓN
Con el paso de las generaciones, siempre existe la posibilidad de que las deliberaciones inspiradas de la Asamblea sufran una medida de descuido, ya sea por el olvido, negligencia o ignorancia de la verdad. Por lo tanto, de vez en cuando se hace necesario refrescar las mentes de los miembros de la Iglesia sobre el propósito y la autoridad de este instrumento de gobierno teocrático. Quizás este tiempo presente sea uno de esos momentos para una revisión necesaria. Debe recordarse que la Iglesia ya ha sufrido una gran “caída” y dos divisiones lamentables a través de las desviaciones del gobierno teocrático.
BASES BÍBLICAS PARA UNA ASAMBLEA GENERAL
La Asamblea General es el resultado de una necesidad urgente. Esta necesidad se reconoció por primera vez, y se cumplió, cuando se desarrolló una disensión en la iglesia local en Antioquía en Siria (Lea Hechos, Capitulo 15 para más información). El conflicto, o indecisión, fue sobre la circuncisión gentil. Pronto se hizo evidente que la autoridad de la iglesia local no era el nivel adecuado para resolver el asunto. En esa fecha temprana en la operación de la Iglesia, se apeló a los Apóstoles y Ancianos de la Iglesia madre en Jerusalem como el cuerpo calificado para resolver el asunto. Del registro histórico de ese Concilio vemos el plan y el propósito de Dios revelados para el núcleo de gobierno de Su Iglesia en este mundo presente.
Los detalles en algunos aspectos pueden no estar claros, pero los elementos esenciales son evidentes. Por ejemplo, vemos que al Espíritu Santo se le dio preeminencia: “Que ha parecido bien al Espíritu Santo [primero], y [después]á nosotros…” (Hechos 15:28). El “nosotros” se ve que han sido “los apóstoles y á los ancianos, con toda la iglesia…” (Hechos 15:22). La Iglesia en estos últimos días ha tomado los procedimientos de ese primer concilio o Asamblea, como nuestro patrón para conducir negocios en asuntos relevantes para la Iglesia en general. Varios puntos deben ser observados desde esa Asamblea.
* Dios usó hombres debidamente nombrados—apóstoles y ancianos—como líderes en los procedimientos. Por supuesto, no hubo una sucesión de apóstoles, así que hoy buscamos en Dios la dirección del Espíritu Santo en la selección y nombramiento de los líderes de la Iglesia. (Lea Hechos 15:12,22).
* El asunto fue escuchado y discutido desde ambas perspectivas, para ser justos con todos. (Hechos 15:5,7,12).
* La decisión se basó en la Palabra de Dios a través de los profetas (Hechos 15:14-19).
* La decisión se tomó por acuerdo unánime (Hechos 15:22,25), estableciendo ese principio como una orden para los asuntos de la Iglesia.
* El moderador, o Supervisor General, expresó la decisión (Hechos 15:19). Él mismo no tomó la decisión.
* El Espíritu Santo fue honrado como Aquel a quien Jesús había declarado “…él os guiará á toda verdad” (Hechos 15:28, Juan 16:13).
* La decisión fue equitativa, ya que se adhiere al asunto y, por lo tanto, evita ofender a los miembros judíos innecesariamente (Hechos 15:19-21). Mas tarde Dios usó a Pablo para aclarar la verdad de que no hay diferencia en Su vista entre los judíos y gentiles; todos están en un cuerpo. De hecho, este es un punto importante en la revelación del misterio de la Iglesia a Pablo. (Lea Romanos 10:12; Efesios 1:9,10; 2:11-22; 3:1-11; Gálatas 3:26-29; 1 Corintios 12:13).
* Por acuerdo de la Asamblea, se dio la comisión de elegir hombres para repartir el acuerdo oficial en toda la Iglesia en todas partes (Hechos 15:22-29; 16:4,5). Esto aseguró la unidad en la fe y en la doctrina (Efesios 4:3,13; 1 Corintios 1:10; Romanos 15:6).
* Las restricciones no bíblicas se evitaron a la luz de la gracia frente a la ley ceremonial de Moisés (Hechos 15:5, 10,22,15,28).
* Su “grande contienda” (Hechos 15:7) fue silenciada por la manifestación de Dios a través del Espíritu Santo: (1) la experiencia de Pedro en la casa de Cornelio (vv.7-10), y (2) los testimonios de Pablo y Bernabé con respecto a los milagros y maravillas entre los gentiles.
* Finalmente, Santiago resumió la discusión sobre la base de la Palabra inmutable de Dios (vv.13-21).
Salomón ha dicho, “…en la multitud de consejeros hay salud” (Proverbios 11:14). La Asamblea General proporciona esta multitud, y la dirección de la Iglesia está asegurada, protegiéndose de los peligros de las interpretaciones personales. (2 Pedro 1:20).
Hebreos 12:22-24 habla de la Iglesia del Nuevo Testamento como una “asamblea general,” en el contexto de la Iglesia como institución asombrosa que debe instigar tanto la gloria como el temor de Dios y Su Hijo como Mediador del nuevo pacto.
SE HACE EVIDENTE LA NECESIDAD DE LA ASAMBLEA,/5>
Hemos visto cómo la necesidad hizo surgir la Asamblea en la Iglesia primitiva. Asimismo, poco después de la revelación de la Iglesia restaurada en 1903, se hizo evidente que surgirían problemas que requerían soluciones oficiales; especialmente aquellos relacionados con la interpretación de las Escrituras relacionadas con la doctrina y la santidad de la vida. Después de una búsqueda cuidadosa de las Escrituras, se concluyó que una Asamblea General era la respuesta; y la primera de este lado de la Edad Oscura se celebró el 26 y 27 de enero de 1906. A.J. Tomlinson revisó esta decisión en su mensaje a la 7ma Asamblea en 1912 de la siguiente manera: “Fue en 1905 que se concibió la idea de una Asamblea Anual. Hubo una cierta reunión de almas durante el año, al mismo tiempo han surgido los mismos problemas desconcertantes. Nos habíamos unido como las Iglesias de Dios para caminar en la luz y, al mismo tiempo, buscar las Escrituras y buscar fervientemente más luz y conocimiento. Cerca del final de ese año, la demanda de una reunión había crecido hasta tal punto que los ministros casi se vieron obligados a buscar en las Escrituras para ver si había algo que justificara el llamado convención. Caminamos de manera suave, cuidadosa y en oración ante Dios, como lo hemos hecho hasta el día de hoy, decididos a buscar la Biblia, y no ir más allá en ninguna de nuestras enseñanzas y prácticas, y al mismo tiempo avanzar a medida que la luz fue dada.”
LA POSICIÓN DE LA ASAMBLEA, NATURALEZA Y FUNCIÓN
Después de 83 años de la restauración de la Iglesia (1903-1986) y 80 Asambleas, el Comité de Asuntos y Preguntas presentó un resumen ordenado del Propósito, Naturaleza, y Función de la Asamblea. (Lea 81ra Minutas de Asamblea de 1986, páginas 36 y 37).
Posición: Cristo es la cabeza de La Iglesia de Dios. La Asamblea General, bajo la dirección del Espíritu Santo, es la máxima autoridad gobernante aquí en la tierra.
Naturaleza: La Asamblea esta compuesta por todos los miembros de la Iglesia presentes, los miembros masculinos discuten y deciden todos los asuntos de negocios. La primera Asamblea adoptó lo siguiente: “No nos consideramos un cuerpo legislativo o ejecutivo, sino solo judicial.” Tampoco es un cuerpo representativo; más bien, está constituido por todos los miembros presentes, cada miembros masculino tiene voz en las decisiones de la Asamblea.
Propósito: Si bien proporciona un foro para la adoración, comunión, y unidad del Espíritu, su propósito principal es el negocio, tanto doctrinal como práctico. Desde el principio, el propósito expresamente declarado de la Asamblea ha sido buscar en las Escrituras más luz y conocimiento; para resolver interpretaciones que tienden a ser divisivas. Lo ideal a la vista es esforzarse “…para edificación del cuerpo de Cristo; Hasta que todos lleguemos á la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, á un varón perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:12,13).
Función: La Asamblea está moderada por el Supervisor General, quien, por la autoridad de la Asamblea, nombra a varios comités para considerar los asuntos relevantes a través del estudio intensivo y la oración. Sin embargo, las decisiones reales son tomadas por la Asamblea en sesión por acuerdo unánime, no por los comités. La Iglesia de Dios es teocrática en forma gubernamental; El gobierno de Dios a través de la dirección inmediata del Espíritu Santo. La Asamblea se compromete a aprobar solo lo que Dios aprueba. La función de la Asamblea es resolver las diferencias que puedan surgir entre buscadores diligentes y maestros de la Palabra de verdad de Dios.
Obviamente, es necesario que haya ciertos oficiales y comités para mantener el orden y hacer avanzar el asunto. Ninguno de estos nombrados tiene poder dictatorial. No obstante, una cuestión de importancia primordial es la relación de la Asamblea General y el Supervisor General. El Supervisor General es seleccionado en la dirección de Dios a través del Espíritu Santo, y por aclamación por parte de los miembros presentes. Su autoridad de nombramiento es delegada por la Asamblea en sesión, él es responsable ante la Asamblea por la dirección de su oficio. Además de ser el moderador de la Asamblea, también está sujeto a sus decisiones al igual que los demás miembros. La 60ma Asamblea (1965) aceptó la siguiente resolución:
“…que el Supervisor General sea y por este medio esté autorizado para representar y defender la posición de la Asamblea General cuando no esté en sesión, para firmar todos los documentos que requieran la firma de un representante autorizado de dicha Asamblea, y para manejar todas las emergencias que puedan surgir entre Asambleas.”
LA RESPONSABILIDAD DE CADA MIEMBRO
Como miembros de la Iglesia, es nuestra responsabilidad aceptar y apoyar todos los acuerdos de Asamblea. Si tenemos quejas o desacuerdos con la Iglesia, ya sea en doctrina o las prácticas, no debemos ventilarlos públicamente para generar conflicto y división. Más bien, nuestro asunto debe ser presentado al comité apropiado para su estudio y consideración y posible presentación a la Asamblea. “Cuando la Asamblea esté en sesión, aquellos que deseen hacer presentaciones para la consideración de la Asamblea deben comparecer primero ante el Comité de Consejería quien les ayudará a determinar el curso apropiado a seguir.” (Minutas de la 81ra Asamblea de 1986, página 38).
Debemos honrar, respetar y cumplir con las decisiones de la Asamblea. La lealtad a la Asamblea General también es lealtad a Dios, a la Biblia y a la Iglesia que Cristo compró con Su propia sangre. Si alguno ha olvidado estas verdades, o si alguno ha sido tentado a levantarse en oposición, abogaríamos para que revisen concienzudamente el propósito y la autoridad de la Asamblea General con un corazón y una mente abierta, y con humilde sumisión al “Espíritu Santo y a nosotros.”

miércoles, 19 de diciembre de 2018

“…Me Apropiaste Cuerpo” por M. A. Tomlinson 1973

M. A. Tomlinson
Del MAB 15 de diciembre de 1973

Nuestra Navidad debe ser Cristo–Exaltado.
Somos Miembros de Su Cuerpo, de Su Carne, y de Sus Huesos

Ahora estamos en la temporada del año que durante siglos se ha llamado “Navidad” Sé, por supuesto, que se refiere al tiempo supuesto del nacimiento de Jesús, quien es el Cristo. En la Biblia no parece haber ninguna mención de que Su nacimiento se haya celebrado, excepto en esa noche santa cuando nació en este mundo.

Muchas cosas se han introducido sutilmente a estas celebraciones anuales que tienen poco o nada que ver con honrar a nuestro Cristo; pero nosotros, que lo amamos como nuestro Redentor crucificado y resucitado, así como el Santo Bebé de Belén, creemos que para ser Navidad en todo debe ser Cristo-Exaltado. Como en muchas otras cosas, el amor que mostramos todo el año es lo que cuenta. Por supuesto que esto no significa que no debemos unirnos a la celebración apropiada, y hacer todo lo posible de glorificar Su maravilloso nombre.

Cuando se trata de celebración, supongo que sería difícil igualar al auspiciado por el mismo cielo en esa noche hace tanto tiempo. No mucha gente aquí en la tierra sabía lo que estaba sucediendo, pero los pocos a los que se les contó la historia parecían sentirse bastante entusiasmados. Hubo un gran revuelo entre los pastores a quienes llegó el anuncio; y los magos del Oriente probablemente se encontraban en algún lugar de su viaje, al menos, sintiendo que era muy importante que ellos buscaran a Aquel “Rey de los Judíos, que ha nacido.”

Es muy necesario que entendamos que esto no era simplemente otro bebé tierno que nace de padres amorosos. Este nacimiento tuvo que ver con el plan de Dios antes de la fundación del mundo. En la Palabra de Dios escrita, se habló de este plan en el primer libro del Antiguo Testamento. Hablando a la serpiente que acababa de tener éxito al plantar la semilla del pecado en el corazón del primer hombre Adam, Dios dijo: “Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Gn. 3:15).

Muchas dispensaciones vinieron y se fueron cuando Dios instituyó un plan tras otro con la redención de los hombres en mente. Ninguna fue en vano; cada una cumplió su propósito; pero el plan definitivo estaba reservado “para testimonio en sus tiempos” cuando el rescate se pagaría en su totalidad (1 Timoteo 2:6).

En los días de David, durante la dispensación de la ley de Moisés, el salmista fue inspirado por el Espíritu Santo para escribir, en el Espíritu de Cristo, algunas palabras que serían aclaradas mucho más tarde por un escritor del Nuevo Testamento: “Sacrificio y presente no te agrada; has abierto mis oídos; holocausto y expiación no has demandado. Entonces dije: He aquí, vengo; En el envoltorio del libro está escrito de mí: el hacer tu voluntad, Dios mío, hame agradado; y tu ley está en medio de mis entrañas” (Salmos 40:6-8).

Estas maravillosas palabras son claramente interpretadas por el escritor de Hebreos, quien estaba escribiendo de Cristo, el sacrificio mejor y perfecto: “Por lo cual, entrando en el mundo [Cristo], dice: Sacrificio y presente no quisiste; mas me apropiaste cuerpo: Holocausto y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije [Cristo]: Heme aquí (En la cabecera del libro está escrito de mí)” (Hebreos 10:5-7).

Aquí está muy claro que Cristo estaba hablando con el Padre, y Sus palabras se proyectaron al debido tiempo cuando Él, el Hijo, vendría al mundo. Él vendría en un cuerpo; y el cuerpo sería uno preparado por el Padre—por la sombra del Espíritu Santo, tal como resultó en el cumplimiento.

Está claro que Su llegada al mundo en un cuerpo no fue un mero experimento esperanzador, como último recurso, por así decirlo. El Cristo dijo al Padre, en esencia, “Padre, en todo el libro de Tu Palabra, está escrito de mí, que debería convertirme en el sacrificio perfecto para salvar al mundo. Padre, estoy listo para hacer Tu voluntad.”

El escritor del Nuevo Testamento muestra que este poderoso advenimiento tuvo lugar, o comenzó su cumplimiento, cuando Jesús vino al mundo. ¡Con razón hubo tal revuelo en el cielo! ¡Con razón “el ángel del Señor” fue comisionado a llevar las nuevas de gran gozo! Y, antes de esto, con razón el ángel Gabriel fue enviado a esta tierra para dar el anuncio a María, ¡la virgen de Nazaret! Además, entendiendo el propósito de Dios en todo como lo hacemos ahora, no nos sorprende que una multitud de los ejércitos celestiales haya sido enviada a la ladera de Judea que “alababan a Dios, y decían: Gloria en las alturas a Dios, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.” Con razón una Estrella especial fue arrojada al cielo para guiar a los eruditos de la sabiduría a encontrar a Aquel de quien estaba escrito. “Saldrá ESTRELLA de Jacob, y levantaráse cetro de Israel…” (Números 24:17).

¡Habla de celebración! El oropel barato y el brillo de la pantalla comercial de este mundo, aunque se extendió a un lapso de seis semanas o más, no es un gran recuerdo del primer acontecimiento en que “la claridad de Dios los cercó de resplandor” y trajo el temor de Dios sobre los humildes pastores. Tampoco hay mucho significado en nuestra llamada celebración cristiana, a menos que permitamos que el mismo Espíritu Santo participe, quien fue el instrumento de Dios, junto con la virgen, en la preparación del cuerpo que albergaría al único Hijo engendrado de Dios—¡y el Hijo de hombre!

Ningún otro bebé o cuerpo, llegó a este mundo por los mismos medios, o con el mismo propósito, que este Bebé cuyo cuerpo fue preparado por Dios. Ningún otro ser celestial vino voluntariamente al mundo, tomando “forma de siervo” y “hecho semejante á los hombres.” Ningún otro ha personificado el amor de Dios, ni lo ha manifestado hasta tal punto que moriría por nosotros cuando aún éramos pecadores.

Entonces no nos maravillamos de que esté escrito, “Sin embargo, se anonadó á sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante á los hombres; y hallado en la condición como hombre, se humilló á sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le ensalzó á lo sumo, y dióle un nombre que es sobre todo nombre; para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y de los que en la tierra, y de los que debajo de la tierra; Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, á la gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:7-11).

Los ángeles lo exaltaron. Cuando los pastores lo vieron en el pesebre, ello lo exaltaron cuando “volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios de todas las cosas que habían oído y visto, como les había sido dicho.” Los magos lo exaltaron en su largo y arduo viaje para adorarlo y ofrecerle regalos de oro, incienso y mirra. El anciano Simeón le exaltó en el templo mientras exclamaba, “han visto mis ojos tu salvación, la cual has aparejado en presencia de todos los pueblos” La profetisa Ana lo exaltó en acción de gracias y “hablaba de él a todos los que esperaban la redención en Jerusalem.” Los ángeles habían venido a la tierra en muchas otras ocasiones, pero ninguna tan grande como esta. El ángel del Señor fue el primero en describir Su identidad en forma corporal—“Hallaréis al niño envuelto en pañales, echado en un pesebre.”

Sí, “Os ha nacido…un salvador, que es CRISTO el Señor,” pero Él no estaría en un palacio, ni siquiera en un hogar cómodo. Él no estaría vestido con vestiduras elegantes y delicadas. Lo encontrarían en un pesebre, lo que significaría que debían llevarlo a un establo; Y Su ropa sería pañales. Y los pastores lo encontraron y lo conocieron porque ellos creyeron a las palabras del ángel. ¡Pero, a pesar del entorno humilde, este nacimiento fue dignificado por nada menos que una multitud de los ejércitos celestiales! ¡Aleluya!

Ahora, nos sumamos a la exaltación. La Navidad tiene un significado para los hijos de Dios porque nosotros también lo hemos encontrado. También tuvimos que tomar el camino humilde. Aprendimos que no era probable que lo encontraran entre los poderosos y nobles de este mundo. A medida que el Cristo nos es predicado, y cuando leemos de Él en la Palabra del Padre, aprendimos que la identidad inicial lo siguió a lo largo de Su vida terrenal. Encontramos que fueron las personas comunes quienes lo recibieron con gusto. Leemos que Él mismo declaró que el Hijo del hombre no tenía lugar para recostar Su cabeza.

Pero leemos más. Encontramos que nunca un hombre hablaba, así como este Hombre; que asombró a los doctores en el templo a la edad de doce años; que las personas se asombraron de Su doctrina cuando escucharon Su famoso Sermón del Monte. Aprendimos que Él estaba haciendo el bien, y que las multitudes lo seguían mientras les servía en cuerpo y alma. A veces no lo entendían, Su comer con los pecadores, o Su actitud hacia el Sábado. Pero había algo en ese cuerpo, Dios encarnado, la Palabra hecha carne, que los atrajo hacia Él.

Es fácil exaltar a Alguien como este, pero es difícil honrarlo como merece ser honrado. Pero millones de personas han entregado sus vidas a Él, mirándolo por simple fe y encontrando vida. Le hemos seguido fuera de la puerta, encontrando su corriente santificadora en respuesta a Su llamado a la santidad. Hemos creído a Sus promesas y hemos recibido al Espíritu Santo el cual Él envió para que sea nuestro “otro Consolador.” Pero Oh, gracias a Dios, lo hemos seguido aún más en la revelación divina de la Iglesia, designada bíblicamente como “el cuerpo de Cristo,” o “la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que hinche todas las cosas en todos.” Ese cuerpo en el pesebre de Belén no era solo un “paquete de amor” para María y José, sino para todo el mundo. Y ahora, Su Cuerpo, La Iglesia de Dios de la Biblia, debe ser la Iglesia de amor. Debemos ser identificados por nuestra humildad y por nuestra compasión por todos los hombres. Debemos ser conocidos por nuestra obediencia al nuevo mandamiento que Él nos dio—“Que os améis unos a otros.” Debemos ser reconocidos por un fervor insaciable para apresurarnos hacia la parte más extrema de la tierra, y para cada criatura, con el mensaje que Él nos dio.

Parece apropiado cerrar este mensaje con una cita de un artículo de Navidad de mi padre, A. J. Tomlinson, el cual apareció en el Mensajero Ala Blanca el 21 de diciembre de 1940:

“Ahora es el momento de prepararnos para celebrar el nacimiento de este maravilloso Cristo. Una vez fue un niño indefenso acostado en un pesebre, pero ahora está a la diestra de Su Padre en el cielo, allí permanecerá hasta que los enemigos se conviertan en el estrado de Sus pies. No sé todo lo que esto significa, pero sí sé que Él ha dejado la gran responsabilidad de someter al mundo a Su Iglesia. Él debe tener toda la confianza en esta Iglesia de la profecía o no estaría satisfecho de sentarse allí, así como el Libro lo declara que Él lo hará, y hagamos el trabajo que aún tenemos que hacer.”

No, no somos ese cuerpo que el Padre preparó para el advenimiento en Belén, y para vivir como nuestro Ejemplo en este mundo durante unos treinta y tres años. Ese cuerpo vino a hacer la voluntad de Dios al ofrecerse como el sacrificio perfecto y último para la salvación eterna de los hombres. Al hacerlo, también compró la Iglesia con Su propia sangre. Él puso esa Iglesia en orden, convirtiéndose tanto en Su Cabeza como en la principal Piedra Angular del fundamento. Ahora, la Iglesia debe aceptar el hecho de que estamos aquí para hacer otra parte de la voluntad de Dios como “miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos” (Efesios 5:30). Si somos diligentes en nuestra comisión todos los días pueden ser un día de Navidad exaltando a Cristo, una celebración interminable. ¡Aleluya!

jueves, 4 de octubre de 2018

ENEMIGOS EN EL INTERIOR DE LA IGLESIA QUE A VECES NO SABEMOS IDENTIFICAR


ENEMIGOS DESDE ADENTRO

“Un Historiador Escribió: (Historia de la Iglesia Cristiana por Schaf. Vol. 2 Pág. 428 en inglés) “...Ahora debemos examinar su intensa y majestuosa lucha con los enemigos ocultos en el interior: (refiriéndonos a la lucha de la Iglesia con los enemigos internos), que eran muchos, y más peligrosos, como lo son hoy; que los enemigos externos. Eventos que sucedieron entre a mediados del primer siglo de la Iglesia hasta el año 325 en que sucumbió en la apostasía. Los judíos y paganos comenzaron a introducirse dentro de la Iglesia disfrazados, y una vez en el interior, comenzaron a judaizar y a introducir el paganismo en la Iglesia...”


Brevemente, el enemigo realizó una obra mortal desde adentro, culminando en la apostasía de la Iglesia el año 325 D.C. las herejías fueron sutiles. Aparentaban ser muy religiosas. Pero eran mentiras mezcladas con suficiente verdad para lograr su propósito de ser aceptables. Por ejemplo, estaba la herejía del “ebionoismo”; similar al legalismo de hoy. Pablo, Juan, y Judas advirtieron contra aquella decepción en sus escritos, aunque para entonces no se denominaba “ebionismo”, También estaba la herejía del gnosticismo, que se caracterizó por su “liberalismo licencioso”, visto al presente en la defensa de una libertad de conciencia sin restricciones. El intelectualismo estaba arraigado intensamente en el gnosticismo. 


“Tomado del curso de IEB la misión inconclusa de la Iglesia”
Como podemos ver todos esos aspectos están latentes en el interior de la Iglesia disfrazados de otros calificativos pero que al final significan lo mismo. Pues en el interior de la Iglesia todavía anda merodeando el “judaísmo cristianizado” que es una mezcla de cristianismo íntimamente subordinado al judaísmo. Pretendiendo o reconociendo la influencia del protagonismo judío. Lo cual es absolutamente falso, por cuanto si el judaísmo tuviera algún protagonismo necesario, sería como reconocer que la gracia no es suficiente. También podemos verlo manifestándose en la introducción de muchos hermanos en el interior de la Iglesia, carentes del discernimiento espiritual. Y dando palos de ciego al presentar el evangelio de la gracia, confundiendo el legalismo religioso con la gracia de Dios. Y pretendiendo introducir una multitud de reglas que según ellos le faltan a la Iglesia para ser una Iglesia santa.



También podemos ver la manifestación del gnosticismo en aquellos que se consideran la crema y nata en la Iglesia, de los cuales deben depender aquellos sin educación secular y teológica. Separándose de los del vulgo, los cuales, según ellos, no comprenden la profundidad de sus argumentos, por lo cual no deben ser tomados en serio y deben ser ignorados por los profesionales en la materia. Lo cual no es más que un intelectualismo íntimamente relacionado con el gnosticismo. También podemos ver la tendencia de dar un trato especial a los educados y con comodidades materiales, lo cual es peligroso por cuanto dichas personas pueden pensar que por sus comodidades y virtudes culturales es que han hallado gracia ante los ojos de Dios, lo que coloca a la justicia propia por encima de la justicia de Dios. Sentando un precedente nefasto en el interior de la Iglesia, por cuanto el secularismo religioso sustituye o reemplaza los dones del Espíritu y los dones de ministerio en las posiciones de liderazgo y de enseñanza al interior de la Iglesia. Como fue reemplazado cuando se adoptó el Credo de Nicea, en donde el poder político y secular en manos de Constantino; tomo control de la institución divina, llevándola o sepultándola en donde el gran sueño de las tinieblas espirituales terminó por interrumpir el trabajo de la Iglesia. Haciéndola perder 1578 años preciosos de tiempo, como nos han hecho perder otros tiempos preciosos las diferentes apostasías en el plan de las épocas de la Iglesia de Dios.


También es importante entender cómo funciona el “liberalismo licencioso” o lo que se ha dado en llamar al presente “la defensa de una libertad de conciencia sin restricciones”. Pues esa decepción, se caracteriza por dar un gran énfasis al sensualismo religioso enfocándose o endiosando el sentir interior de la conciencia, pretendiendo eliminar las doctrinas y practicas visibles y espiritualizándolo todo; al extremo de sostener que la práctica de las doctrinas no es lo que importa frente a Dios sino el sentir interno del corazón. Como me dijo una vez un pastor denominacional en relación a la doctrina de el “Lavatorio de los Pies” el cual dijo: el “significado de el lavatorio de los pies me dijo: es estar limpio del corazón” con lo cual si lo interpretamos de esa manera espiritualizamos la enseñanza ignorando la practica literal de la misma. De esa manera el tema de la libertad de conciencia sin restricciones espiritualiza todas las doctrinas y elimina la practica literal de ellas.


Es por tal razón que es el deber de todo miembro de la Iglesia, estar capacitado para discernir e identificar toda esa clase de argumentos que continuamente está tratando de introducir al interior de la Iglesia el enemigo, las cuales cuando vienen a ser identificadas muchas veces ya es demasiado tarde y nos han causado mucho daño en el interior.


“Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas de vanas cosas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia: La cual profesando algunos, fueron descaminados acerca de la fe. La gracia sea contigo. Amén” 1 Timoteo 6:20-21


~Ministro Jose Urbina

jueves, 13 de septiembre de 2018

HAZLO OTRA VEZ, SEÑOR, ¡HAZLO OTRA VEZ!

Un espíritu gratificante de renovación recorrió la Iglesia en 1938, e incluso en Polonia un informante declaró que 5,000 esperaban ahora el mensaje de la Iglesia de Dios (MAB, 26 de febrero de 1938). Sólo algunos de los informes seleccionados al azar se enumeran aquí.
EG Murr escribe que había 50 o más salvados, la mayoría de los cuales fueron santificados y llenos del Espíritu Santo durante un avivamiento sostenido entre el 24 de octubre y el 14 de noviembre de 1937 en la Iglesia pastoreada por Vernon H. Smith en Detroit, Michigan (MAB, 18 de diciembre de 1937).
E. T. Fowler informó que el resurgimiento en Schoolfield, Virginia, por Bertha Goza resultó en 26 conversiones, 20 santificadas, 14 llenas con el Espíritu Santo y 13 se unieron a la Iglesia. (MAB, 1 de enero de 1938).
Joe C. Crews reportó 24 salvados, 24 santificados, 14 recibieron el Espíritu Santo y 5 se unieron a la Iglesia como resultado del resurgimiento en Columbus, Georgia (MAB, 15 de enero de 1938).
LS Rhodes, pastor en Waycross, Georgia, reportó un renacimiento allí con Cleve McCrosksy en el cual había 48 salvados, 33 santificados, 17 llenos del Espíritu Santo, 22 bautizados en agua y 18 se unieron a la Iglesia (MAB, 4 de junio de 1938) .
Leonard Boring reportó el renacimiento de Maurice Curry y sus asociados en Cleveland, Tennessee, resultó en 15 conversiones, 15 santificadas y 8 recibieron el bautismo con el Espíritu Santo (MAB, 2 de julio de 1938).
Roy M. Prince, pastor de Carolina del Sur, informó que el avivamiento llevado a cabo por May Cannon mostró que 30 salvaron, 16 santificaron, 15 recibieron el Espíritu Santo, 9 se unieron a la Iglesia y observaron la Cena del Señor y el Lavado de los Pies (MAB, 2 de julio de 1938). ).
La señora Clay Shelton informó que el avivamiento en Wheatcroft, Kentucky, con A. G. Byrd dio lugar a 41 experiencias (MAB, 2 de julio de 1938).
De East Erwin, Carolina del Norte, el evangelista GW Helmick informó que su avivamiento dio lugar a 104 experiencias-61 salvadas, 28 santificadas, 15 bautizadas con el Espíritu Santo, 18 bautizadas en agua y 24 se unieron a la Iglesia (MAB, 13 de agosto de 1938) .
El resurgimiento llevado a cabo por HM Haire y HM Crews en la Sucursal de Campamento, Georgia, resultó en 16 salvados, 15 santificados, 15 bautizados con el Espíritu Santo, 16 bautizados en agua y 10 se unieron a la Iglesia (MAB, 13 de agosto de 1938 ).
George Flippo informó que el renacimiento de Owen Ellenburg en la Iglesia Flat Creek en Alabama resultó en 36 conversiones, 32 santificadas, 28 llenas del Espíritu Santo, 32 bautizadas en agua y 32 añadidas a la Iglesia (MAB, 13 de agosto de 1938).
Era tiempo de avivamiento en la mayoría de las iglesias, y no sólo eran nuevas personas asistiendo a la iglesia y obteniendo la salvación, pero la membresía fue revivida con un nuevo toque de fuego de altar.
(LIBRO SOBRE ESTA ROCA, Vol. 2, pp. 631-632)
NOTA: MAB se refiere a Mensajero Ala Blanca)

Momentos que llega el Desánimo

Hay momentos que llega el desánimo en nuestra caminar cristiano y ministerio. Jeremías estaba desanimado por el mensaje que le había sido dado para predicar. El mensaje no había sido recibido. Él recibió insultos, rechazos y persecución. A veces cuando estamos desanimados nuestras emociones nos pueden ganar. Las emociones de Jeremías lo vencieron y arremetió contra Dios. “Alucinásteme, oh Jehová, y hállome frustrado: más fuerte fuiste que yo, y vencísteme: cada día he sido escarnecido (Escarnio: Ridiculizar, Burla); cada cual se burla de mí. Porque desde que hablo, doy voces, grito, Violencia y destrucción: porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día.” (Jeremías 20:7, 8)
Señor, has prevalecido contra mí. Estoy predicando un mensaje que sólo ha traído burla y soy ridiculizado cada día. Ya estoy harto. Debe haber algo en nosotros más fuerte que nuestros sufrimientos, dolores y nuestras emociones. Jeremías declara algo que no puede cumplir. “Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre…” Jeremías tenía algo trabajando adentro lo cual él no podía negar. “…empero fué en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos, trabajé por sufrirlo, y no pude” (Jeremías 20:9). El dijo: Yo tengo que hablar. No puedo contenerme. Nosotros, la Iglesia, debemos estar en fuego para llevar el mensaje de la Iglesia.

Los Tesoros de Dios en Vasos de Barro

El Caudal En El Interior (Autor desconocido)
No hace mucho tiempo atrás escuché a un joven evangelista predicar acerca del "Agua Viva" que Jesús le ofreció a la mujer junto al pozo en Samaria. Él ilustró usando un manantial o una fuente; también un pozo artesano. Mencionó que el caudal es en el interior más bien que en el exterior, y que la fuente, el manantial o pozo se mantiene a sí mismo limpio y puro impidiendo la entrada de toda suciedad y escombros.
¡Qué cierto es esto sobre el agua de vida que comparte Jesús! Entendemos, por supuesto, que es necesario para cada individuo primero beber del agua viva antes de que venga a ser una "fuente de agua que salte para vida eterna" (Juan 4:14)
Fíjate en el positivismo de la declaración de Jesús: "mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed; mas el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna."
Pero hay una condición: "Mas el que bebiere" Tomar agua significa agarrar y tragársela. Quienquiera que hace esto nunca tendrá sed, porque la fuente ya no está afuera sino adentro.
Vivir: activo o próspero; vigoroso, fuerte: manteniendo nuestra vida espiritual a través de nuestra fuente espiritual, Jesucristo.
Pero todavía no hemos terminado. ¡Caudal en el Interior! ¿Qué acerca de Juan 7:37-40? "Mas en el poster día de la fiesta, Jesús se ponía en pie y clamaba, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre. (Y esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo; porque Jesús no estaba aún glorificado.) Entonces algunos de la multitud, oyendo este dicho, decían: Verdaderamente este es el profeta."
Imagínese, si usted puede, el poder, la fuerza y las corrientes de los ríos (plural) de las aguas vivas. No sólo veo un arroyo "perezoso". Sino que veo por lo menos dos ríos. Uno es un río poderoso que se mueve, corre, gira, torrentes que saltan— ¡aguas vivas! ¡Aguas poderosas! ¡Irresistibles inundaciones! ¡Inundaciones, no de agua sucia furiosa, pero hermosa y cristalina! ¡El otro gran río es más callado, pero está en movimiento, y corre muy profundo! ¡No veo la espuma verde del estancamiento a lo largo de los bancos; ni a la orilla sitios llenos de escombros y basura terrenal.
Los ríos del Espíritu fluyen desde adentro y fluyen por toda de la tierra desde un lado hasta el otro— ¡a todo el mundo! ¡Piense en cada miembro de La Iglesia de Dios con estos ríos vivos y fuertes fluyendo desde adentro hacia nuestras comunidades, condados, estados, y naciones! ¡Ningún escombro mundano ni contaminación debe quedarse cerca de nosotros! No llamando y "tomando" las contaminaciones de la vida pasada, ¡pero siempre expulsando y rechazándolas! Tomando aún la experiencia de la salvación - aunque Satán literalmente amontone sus tentaciones asquerosas “en la boca del manantial", ¡el caudal que fluye hacia afuera desde adentro debe mantener las aguas dulces y puras! ¡Y seguramente, cuando el Espíritu Santo llegue, y los ríos comiencen a fluir, todo lo rechazado se habrá ido muy lejos! Parafraseando un poco, mucha de la gente dirá, "¡Verdaderamente esta es La Iglesia de Dios!"
Melvin Byers, Hijo, Pasado Coordinador General del AMIP

Marca Histórica un gran derramamiento del Espíritu Santo

En la Marca Histórica está escrito:
Y DESCENDIÓ EL ESPÍRITU SANTO SOBRE ÉL EN FORMA CORPORAL, COMO PALOMA… LUCAS 3:22
…Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne… Hechos 2:17
En o cerca de este lugar, en una iglesia de troncos y en la escuela Schearer a algunos metros de distancia, un gran derramamiento del Espíritu Santo ocurrió al final del siglo XIX, a partir de 1896. Alrededor de cien personas recibieron el bautismo del Espíritu Santo y hablaron en otras lenguas, como el Espíritu les daba que hablase. De acuerdo con Hechos 2:4. Varios de estos se convirtieron en miembros de la Iglesia que surgieron de una reunión histórica en los campos del bosque el 13 de junio de 1903. Incluso antes del año 1896, hay registros de individuos recibiendo el Espíritu Santo, pero la evidencia indica que este fue el primer mayor derramamiento del Espíritu Santo en los últimos días.
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos lo que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Hechos 2:39.]
Según la página 8 del folleto, La Visión Escrita, “Dios sabía que la Iglesia de los últimos días necesitaría el Espíritu Santo al igual que la Iglesia primitiva, para dirigir y guiar hacia la verdad más profunda de Dios según lo enseñado por Jesús en Juan 14:16, 17, 26 y 16:13. También las personas de los últimos días necesitarían las revelaciones a las que Pablo se refirió en 1 Corintios 2:10-12 para poder llevar a cabo la obra de la enseñanza hacia la perfección. Joel también describe la lluvia tardía y la restauración de la Iglesia a su estado anterior, en el capítulo segundo, versículos 23-27. También, se hace referencia en los versículos 28 y 29 a un derramamiento general del Espíritu Santo en los hijos de Dios en todas partes… Esta marca fue dedicada el 10 de septiembre de 1963. Además, “es algo sorprendente saber que sucedió este evento muy cerca del lugar ‘Levántate, Resplandece’ de la Iglesia en 1903” y también muy cerca de donde la Primera Asamblea de la Iglesia se celebró en 1906. Todos estos eventos ocurrieron en el condado de Cherokee, Carolina del Norte, EE. UU” (Estas Piedras Hablan, pág. 100).

miércoles, 15 de agosto de 2018

PECULIARIDAD PROFÉTICA

James R. Horne – Editor Asistente

A medida que uno estudia la Palabra de Dios, el gran poder y énfasis que el ministerio de la Iglesia primitiva tuvo al predicar su mensaje con entendimiento y sin transigir se vuelve evidente. Los resultados de tal predicación a veces trajeron persecución o incluso algo peor, pero esto no les impidió ni los detuvo de mantenerse firmes y aferrarse a su fe. Podríamos contar la historia de Esteban siendo apedreado o quizás Juan el Bautista perdiendo la cabeza por predicar a Herodes el mensaje del divorcio y el recasamiento. Hay muchos ejemplos en las Escrituras que relatan cómo los hombres de Dios sufrieron, y algunos murieron, por proteger La Iglesia de Dios. ¡Vivieron un ejemplo increíble ante nosotros y Dios se aseguró de que sus historias fueran grabadas para que las leamos y las imitemos! Aquellos que dieron todo de sí cuentan hoy con nosotros para mantener el rumbo y ayudar a llevar este último gran conflicto a su gloriosa conclusión. “¿Qué veréis en la Sulamita? Como la reunión de dos campamentos” (Cantares 6:13).

¿Qué obligó a estos queridos santos a tener tanta determinación y poder con Dios? Sin duda, tuvieron una verdadera experiencia y una comprensión de su papel en la obra del Señor y de lo que Dios les envió a hacer en este mundo. Estos ministros predicaron con gran fervor, y ellos mismos estaban cumpliendo las profecías que se escribieron de ellos para cumplirlas. Hubo algunos de quienes las profecías específicamente hablaron. Jesús mismo cumplió la profecía cuando leyó de Isaías acerca de la venida del Mesías y dijo, “Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos.” Jesús entendió su misión para la humanidad y el propósito que debía cumplir como el Hijo de Dios. Pablo dijo estas palabras a la iglesia de Colosas, “… según la dispensación de Dios que me fué dada en orden a vosotros, para que cumpla la palabra de Dios” (Col. 1:25). En Hechos 1:15-22, Pedro dijo que él y otros apóstoles cumplían la profecía ordenando a Matías para reemplazar a Judas. Él dijo, “Varones hermanos, convino que se cumpliese la Escritura, la cual dijo antes el Espíritu Santo por la boca de David, de Judas…” (v.16). Luego citó el Salmo 109:8 y Salmo 69:25. En su concejo a la Iglesia, utilizó la profecía como las instrucciones que debían seguir para ordenar un reemplazo en el puesto de los doce. “Porque está escrito en el libro de los salmos: Sea hecha desierta su habitación, y no haya quien more en ella; tome otro su obispado” (Hechos 1:20-22). Jesús declara en Mateo 11:9, 10, que Juan el Bautista era “y más que profeta. Porque éste es de quien está escrito…” El mismo Juan declaró, “Yo soy la voz del que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo Isaías profeta.” (Juan 1:23). ¡Juan estaba cumpliendo la profecía de Isaías y él lo sabía! En el libro de los Hechos, capítulo dos, algunos se burlaron del bautismo del Espíritu Santo que acababa de ser derramado. La respuesta fue hecha, “no están borrachos, como vosotros pensáis… mas esto es lo que fué dicho por el profeta Joel” (v. 15, 16). El cumplimiento de lo que fue dicho por el profeta se realizó y ahora es evidente en su vida, ¡y la historia revela el efecto que tuvo!

En el ejemplo citado, la Iglesia primitiva tenía una firme compresión de la profecía y sabía que ellos mismos la estaban cumpliendo al seguir a Dios. Del mismo modo, en La Iglesia de Dios, debemos conocer nuestro papel al servir a la Cabeza de la Iglesia y lo que debemos hacer en cumplimento de la profecía. No podemos tener miedo, no importa qué oposición pueda venir para proclamar el consejo completo de Dios. ¡Además de esto, debemos saber hacia dónde vamos y luego ver ese destino designado y profético sin parar! Así como Juan sabía que él era el cumplimiento de la profecía de Isaías, lo mismo debe suceder con La Iglesia de Dios en estos últimos días ya que nos hemos levantado (Is. 60:1) y está brillando la luz de la esperanza en este mundo oscuro como en la profecía fue escrito que ella hiciera.

Años después del hecho, A. J. Tomlinson se dio cuenta humildemente que había cumplido la profecía bíblica y declaró, “Creo que puedo decir como Pablo que para este propósito Dios me levantó… de la misma manera como el apóstol Pablo, yo magnifico mi puesto… Usted nunca vio mi nombre allí [la Palabra de Dios], pero sin nombre yo estaba allí. Simplemente resultó que fui yo y nadie puede ayudarlo. ¿Dónde hubiera estado esto si no hubiera sido por mí? No me jacto de como Dios ha hecho esto… todos ustedes son la Iglesia de Dios porque yo soy…” (Extractos de A. J. Tomlinson, El Profeta de la Sabiduría Ungido de Dios de 1943) ¡Qué declaración, y que verdadera! El hecho es que la profecía y el tiempo de Dios hicieron que fuera este hombre el que recibiera la revelación de la Iglesia en la cumbre de la Montaña Burger en lo que se conocería como los Campos del Bosque. A. J. Tomlinson dejó en claro que era, y es, La Iglesia de Dios y el relato muestra que él fue el primero con el entendimiento y la revelación dados a él para tomar el pacto para hacerse miembro de La Iglesia en este lado de la Edad Oscura. En relación con el Levántate, Resplandece, el 13 de junio de 1903, y el descubrimiento de La Iglesia de Dios, él llegó al conocimiento de su misión y cumplimiento profético al verse a sí mismo en la Biblia (como él dijo, “sin nombre, yo estaba ahí”). Jeremías reveló el momento en que este hombre se acercaría y ablandaría su corazón con Dios, como luego fue marcado en lo alto de la montaña en los Campos del Bosque. “Y de él será su fuerte y de en medio de él saldrá su enseñoreador; y haréle llegar cerca, y acercaráse a mí: porque ¿quién es aquel que ablandó su corazón para llegarse a mí? Dice Jehová” (Jer. 30:21). Dios dio la revelación divina cuando el hermano Tomlinson se acercó humildemente a Dios en oración que prevalecía, recibiendo una visión de la Iglesia (También vea: 2 Cronicas 6:32, 33 “y también al extranjero”). ¿No está usted agradecido de que también usted puede recibir esta visión? La oración prevaleciente “la” encontrará cuando el “Padre” la revele (Mt. 16:17).

De la misma forma, la Iglesia ha reconocido su propia peculiaridad profética a través de los años. El tiempo de la profecía había llegado para el Levántate, Resplandece de Isaías 60:1, pero también hay muchas más escrituras que se relacionan con ese evento, incluso señalando el lugar (Is. 49:19; Ez. 17:3-5; Sal. 132:4-6) y la estación (Cantares 2:10-13). El tiempo en el que surgió la Iglesia, y los acontecimientos del siglo pasado también relataron a la Iglesia su progreso y validaron aún más su curso. Hemos visto que las profecías se cumplen con los inventos exitosos de tales cosas como los aviones – el primer vuelo fue en el mismo Estado (Carolina del Norte) y el mismo año que la Iglesia resurgió – 17 de diciembre de 1903 (Is. 60:8; Ec. 10:20, presas (Nah. 2:6), automóviles (Nah. 2:3, 4), motocicletas (Nah. 3:2), satélites y estaciones espaciales (Abd. 1:4), revelaciones espirituales de los Campos del Bosque donde David dijo que la Iglesia fue encontrada (Sal. 132:6; Hab. 2:2, 3; Is. 60:1), y la bandera de la Iglesia (Sal. 60:4; Is. 5:26, 13:2), por nombrar unos cuantos. Varios ejemplos en las Escrituras se refieren a “el día de su preparación.” Creemos que estas cosas puede ser un indicador de tiempo para ayudar a señalar el hecho de que Jesús viene por Su Iglesia. Debemos predicar el mensaje de la Iglesia como el redil de Dios y el lugar de reunión de Sus ovejas (Juan 10:16; Cantares 6:9). El programa es que habremos cumplido nuestra tarea dada y cumplir toda la profecía y las cosas escritas para que podamos cumplir. Es decir, en parte, haber predicado el evangelio completo al mundo con la influencia del pueblo de Dios y haber alcanzado el estado de perfección.

Fue A. J. Tomlinson quien se unió a la Iglesia con el entendimiento de que era, y es, La Iglesia de Dios de la Biblia, no que va a ser, ¡sino que es! (Este lugar, la cabaña de W.F. Bryant, está marcada en los Campos del Bosque por la marca del Levántate, Resplandece). En otras palabras, ¡es la Iglesia, actualmente, según las Escrituras y las Profecías que se escriben sobre ella! No debemos dejar de predicar a Jesús y la cruz, predicar el reino, predicar la doctrina y predicar la Iglesia, ¡PREDICAR TODO! Esa es la comisión que se ha dado. Debemos llevar el mensaje completo a todo el mundo y solo a través de Dios se realizará esta gran tarea. Recuerde que fue Cristo quien pagó el precio por “la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre” (Hch. 20:28) e hizo esta distinción por nosotros.

El hermano A. J. Tomlison fue ese hombre que se acercó y ablandó su corazón con Dios y oró y prevaleció (Jer. 30:21). M. A. Tomlinson fue el David de la Iglesia cuando el Espíritu Santo dijo que debía traer a “su hijo menor” y ungirlo, así como Dios hizo que Samuel ungiera al hijo menor de Isaí (1 S. 16:11, 12). El hermano Robert Pruitt fue el hombre llamado a pararse en el portillo y completar el vallado y dirigir al remanente fiel o “la tercera parte” en 1993 (Ez. 22:30). El hermano Stephen Smith contendió fielmente (Judas 1:3) siguiendo el mismo camino que el hermano Pruitt, estabilizando a la Iglesia en tiempos tumultuosos y animando a una mayor santidad, oración e ir a la perfección. Nuestro actual Supervisor General tiene un espíritu excelente y se escribirá más de nuestro tiempo actual, pero seguramente esta Escritura se aplicará a medida que seguimos adelante, “Cosas ilustres son dichas de ti, Ciudad de Dios” (Sal. 87:3). Todo lo que hacemos medirá hasta la cuerda de plomada (Amós 7:7, 8), centrado en el libro. Cada separación que tuvo lugar en la Iglesia, de esa en el 325 A.D. del 1923 al 1993 se habla de estas a través de la profecía, lo cual es otro mensaje. ¡Confirmemos que la tercera parte será presentada! (Zac. 13:9). El programa de la perfección, el nombre, la misión, la Bandera de Amor, TODO ESO y más es una señal de la peculiaridad de la Iglesia en las Escrituras.

Debemos tener cuidado de no elevarnos como individuos. Hubo un momento en la historia durante la 51ra Asamblea en la que se emitió un fallo porque una persona creía estar en el espíritu y el poder de Juan o su ministerio como uno de los dos testigos del Apocalipsis. Esta persona (nuestro primer Secretario del AMIP, Grady Kent), aunque muy inspirado al principio y capaz de atraer multitudes y predicar durante horas bajo la unción, aparentemente se exaltó en su percepción de sí mismo y su ministerio. También hubo otros problemas que se desarrollaron, incluyendo su entendimiento de la teocracia, etc., que trajeron la corrección de parte del liderazgo. La Asamblea dictaminó en contra de sus afirmaciones, ya que no lo respaldaron a él ni a su ministerio de esta manera, ni aprobaron dichas declaraciones o prácticas. La resolución declaraba: “¿Apoya la Iglesia los intentos de sus ministros de identificarse a sí mismos u otros ministros como los dos testigos mencionados en Apocalipsis 11? ¿Aprueba que alguien indique que él es Juan el Teólogo? Respuesta: No” (51ra MA, Pag. 111). En lugar de someterse al gobierno de la Iglesia con los incalculables intentos realizados para restaurarlo y ayudarlo, Kent se fue y comenzó su propio trabajo en 1957, llamándose a sí mismo “Obispo Principal.” En 1956, se observó que él decía algo así como “si pierdo la cabeza y dejo la Iglesia, no me siga.” Su lápida decía, “San, Juan 11” durante muchos años, pero ese título ahora está oculto por una placa de metal, por alguna razón, cubierto por la iglesia que él comenzó. Saber quiénes somos y para qué somos enviados a hacer en cumplimiento de la profecía va más allá de nosotros mismos como individuos, y la gloria por todo lo logrado se dirige a Dios. Esto no significa que el mensaje de la Iglesia deba disminuirse o dejarse de lado. ¡Dios no permita que la Cabeza sea separada del cuerpo! Nuestro mensaje debe ser un mensaje balanceado como el hermano M. A. Tomlinson escribió (MAB, 9 de diciembre de 1978), págs... 3, 4). ¡Cada miembro fiel debería encontrarse en el trabajo y completarlo! Esperamos con interés las profecías que aún no se han cumplido y, sobre todo, cuando la Novia se ha preparado para Su regreso (Ap. 19:7), sin “mancha ni arruga, ni cosa semejante” (Ef. 5:27).

¿Haremos como Pablo, Juan, Esteban, A. J. Tomlinson, o como otros tantos que fueron fieles? ¡Tal vez hoy Dios está levantando algunos “pequeños David”! Quién sabe, pero tal vez usted es uno que hará humildemente algunas cosas especiales para la gloria de Dios en los últimos días. Todos tenemos una parte y sabemos que la Iglesia hará “cosas más grandes” como Él nos dice en Su Palabra. ¿Seguiremos predicando la Palabra sin transigir como ellos lo hicieron? ¿Sabemos sin duda, a través de la revelación divina del Padre, que esta es La Iglesia de Dios? (Mt. 16:17). Si es así, no deberíamos tener ningún problema para entusiasmarnos con este mensaje y proclamar estas verdades al mundo entero como lo hicieron otros hombres en su tiempo. Ellos estaban entusiasmados y alborotaron al mundo con el mensaje (Hch. 17:6).

¡Nuestra era debe ser uno de los momentos más emocionantes de la historia de La Iglesia de Dios! ¡Que esta generación tome este ejemplo y ame y proteja este mensaje con todo su corazón! ¡La casa postrera será mayor que de la primera (Hag. 2:9)! La peculiaridad profética atraerá a la gente a esta Nación Santa. ¿Quién o qué será lo próximo a ser completado por el Cuerpo de Cristo que revelará a Jesús más y hará brillar más nuestra luz en esta presente oscuridad? El tiempo, la dedicación, la oración, la responsabilidad de las almas, la valentía acerca del mensaje y el entendimiento de nuestro papel nos llevarán adelante, y por supuesto, al cumplimiento final del plan de Dios. ¿Qué parte de la Biblia ayudará a cumplir como miembro en particular? Permítanos con santa valentía proclamar el mensaje de los últimos días de la Iglesia con Jesús como la Cabeza y predicar con fervor “todas las cosas que os [el Señor] he mandado.” Seamos como aquellos “entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer” (1 Cr. 12:32) y como aquellos de quienes la Escritura dijo, “Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura” (Neh. 8:8). Trabajemos y juntémonos en unidad, uniendo esas cosas que dividen, ¡llenos del celo del Señor! Como el Himno antiguo declara: “Las puertas del infierno no prevalecerán, ella llegará a su destino. La Esposa de Cristo, la elegida, la Iglesia en la Profecía.”