miércoles, 4 de mayo de 2016

CRUZANDO LAS PUERTAS

Dustin Hays, Coordinador General de la BLV


"Los pensamientos con el consejo se ordenan: Y con industria se hace la guerra" (Pr. 20:18).

A través de la inspiración divina un conjunto de instrucciones se ha incluido en nuestras Minutas de la Asamblea desde 1917 (13ra MA p. 38) y fueron aprobadas oficialmente como una decisión de la Asamblea General en 1958. Nosotros llamamos a esta lista de instrucciones Los Consejos a los Miembros. Los Consejos a los Miembros son dados a nosotros por "aquellos que están velando por [nuestras] alma[s]" en un "espíritu de mansedumbre y

gentileza." Normalmente consideramos los Consejos como una defensa para
nuestras almas. Si somos fieles a vivir por ellos, como lo desea la Asamblea General, ellos nos ayudaran a protegernos del espíritu de mundanalidad que continuamente trata de infiltrarse entre nosotros. Este espíritu es más peligroso de lo que parece a primera vista, por eso Santiago advirtió que cualquier amistad con el mundo crea separación entre nosotros y Dios y nos hará Sus enemigos (cf. 4:4). Considere el Consejo como un muro de seguridad alrededor de nosotros, puede parecer extraño pensar en ella como un arma que podemos usar cuando somos atacados por las puertas del infierno, pero eso es justo lo que Salomón ha indicado que podemos, y debemos, hacer–"Los pensamientos con el consejo se ordenan: Y con la industria se hace la guerra."

Podemos contar con el consejo no sólo para mantenernos a salvo mientras estamos en casa, sino como un arma confiable en el campo de batalla. En parte, algunas de las defensas con las que Satanás nos golpeará mientras marchamos en su territorio será la tentación diseñada para debilitarnos y convertirnos a su lado. Tomar el consejo con nosotros proporciona una guía que nos ayuda a guardarnos de la tentación. Aunque sabemos que el consejo no remplaza la Biblia, encontramos que sirven como un buen manual para ayudarnos a mantenernos en el camino correcto, ya que "tiene su fundamento en el Nuevo Testamento." Además, servirá para fortalecer nuestro ataque a las puertas del enemigo. La fidelidad al Consejo nos ayudará a mantenernos "sin mancha de este mundo" (Santiago 1:27). Un ejército en esta condición se dará cuenta de que sus flechas vuelan más directo, su espada permanece más afilada, su ariete golpea más duro y sus explosivos detonan más poderosamente–¡Y ¿a quién no les gusta las explosiones?!

Estamos luchando con un adversario que no se detendrá ante nada para ver su causa victoriosa. Él odia a Dios, el odia al ejercito de Dios, y él no está interesado en ser derrotado. En contra de este tipo de enemigo necesitamos cada ventaja a nuestra disposición por lo que la Biblia nos enseña a utilizar "con el consejo [no podemos encontrar ninguno mejor que el que la Asamblea General ha dado] se hace la guerra." El Consejo a los Miembros nos ayudará en esta batalla si lo vamos a recibir con un espíritu de mansedumbre y gentileza y lo aplicamos a nuestras vidas. ¡"Cruzando las Puertas" con el buen Consejo!


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