Allene Cox, Coordinadora General del MBA
¿Alguna vez ha pensado en la esposa de Abraham? Sara era una mujer que, para el punto de vista del mundo, estaba casada con un gitano. Ella y su marido vivían en tiendas y no tenían casa con cimientos. Ellos no eran pobres, pero se movieron lejos de la familia y amigos cercanos para estar errantes con el único propósito en la vida de hacer la voluntad de Dios. Ella no fue llamada a moverse, pero su marido sí. Ella se mudó, estuvo errante y ayudó a su marido.
¿Cuántos de ustedes han vivido en un lugar toda su vida o la mayor parte de su vida? Tal vez usted ha vivido en una región del país la mayor parte de su vida. Algunos siempre han vivido muy cerca de sus familiares y amigos. Conozco personas que se sabe que han asistido a la misma escuela durante años y han disfrutado de poder construir una vida completa con la familia, puesto de trabajo seguro o carrera y una casa en el terreno que ha sido parte de su familia por muchos años. ¡Que bendición esa vida sería!
Hay mujeres especiales (algunas de las cuales nunca han aceptado un llamado personal en sus vidas) que se han casado con hombres cuyo llamado del Señor, hizo que se movieran lejos de sus vidas confortables. Algunos
disfrutaron la vida como la que he descrito anteriormente. Ellos dejaron familia y amigos, la seguridad y la comunidad, para embarcarse en vidas que podría estar a la merced de las personas que apenas conocían. No sabían a ciencia cierta donde vivirían, quien sería su amigo de ellos y de sus hijos y cómo o cuando se satisfacieran sus necesidades financieras.
Estas mujeres son de diferentes ámbitos de vida. Algunas crecieron en La Iglesia de Dios y otras no. Algunas eran mujeres con personalidades extrovertidas y algunas eran muy tímidas e introvertidas. Estas mujeres son esposas de los Supervisores Generales. Son mujeres con las que las personas de todo el mundo mirarían y se compararían con ellas. Ellas serían líderes de otras mujeres, incluso si no enseñan o predican. Su ropa podría ser objeto de crítica, su estilo de peinado podría ser imitado, sus hijos podrían ser analizados y sus esposos podrían ser ridiculizados.
Estas mujeres dieron todo lo que tenían, y todo lo que ellas eran, al ministerio al cual sus esposos fueron llamados. Ellas se sentaron solas algunos aniversarios, cumpleaños y días festivos. Ellas esperaron pacientemente cuando sus comidas y salidas especiales fueron interrumpidas. Oraban intensamente mientras sus maridos estaban en una reunión y tomando llamadas telefónicas o andaban de viaje. Dieron su tiempo personal, dinero y energía para ser de bendición a su marido, a sus hijos y a La Iglesia de Dios. La mayor parte de esta entrega se llevó a cabo de una manera única que solo Dios sabe todo.
Históricamente, La Iglesia de Dios ha aceptado la hermosa responsabilidad de apoyar financieramente a estas mujeres especiales cuando sus esposos han pasado a mejor vida. ¡Qué honor poder ser una bendición para los que han bendecido de muchas maneras diferentes! Yo no estaba viva durante el tiempo en que la Hermana Mary Jane (Taylor) Tomlinson tuvo que iniciar una nueva vida sin su amado esposo. Estaba demasiado ocupada conmigo misma para entender las maneras en que podría ser una bendición personalmente a la Hermana Ina Mae (Turner) Tomlinson, aunque yo pude encontrarme con ella y hablar en un par de ocasiones especiales. En mi vida adulta, he tenido la bendición de conocer a la Hermana Norma Jean Pruitt. Tuve la oportunidad de poder ser parte de la despedida cuando el Obispo Pruitt dejó la tierra por el cielo.
Cuando pasó a mejor vida el Obispo Stephen E. Smith en la junta de negocios de la 110ma Asamblea General, me sentí honrada de tener la tarea de impulsar el Fondo de Benevolencia de la Hermana Vicki LeAnnette (Wilda) Smith. Ella, al igual que las hermosas mujeres piadosas antes de ella, han servido a La Iglesia de Dios con una vida de sacrificio y dedicación. Si quiere contribuir con el Fondo de Benevolencia, usted puede optar por enviarlo por correo a La Iglesia de Dios P. O. Box 450, Charleston, TN 37310 escriba Fondo de Benevolencia.
Que el espíritu del MBA tome todo nuestro corazón mientras nos esforzamos para ser una bendición para el ministerio de La Iglesia de Dios y los unos a los otros como hermanos y hermanas.
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