miércoles, 26 de septiembre de 2012


UN VIENTO RECIO QUE CORRÍA    

“Y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento recio que corría…” (He. 2:2)

PARTE 4: RPC ESPIRITUAL

E. ROGER AMMONS, CORDINADOR DE EVANGELISMO MUNDIAL                                                             2012/13 TEMA DE EVANGELIZMO

               

CPR (cardiopulmonar resucitación) Es una medida de emergencia que es utilizada para revitalizar a un paciente cuyo corazón ha parado de batir, en que compresiones son aplicadas con las manos al pecho del paciente son alternadas con la respiración de boca a boca.

(Según el Diccionario de Ingles por Collins Harper Collins Publicaciones 1991,1994,1998,2000,2003).

Cuando Jesús soplo en sus discípulos y dijo, “Tomad el Espíritu Santo” (Jn. 20:22), Él estaba administrando el “RPC espiritual”. Considere tres aspectos de este CPR espiritual: (1) La necesidad; (2) La Promesa; (3) El Cumplimiento.

I.                    LA NECESIDAD DEL CPR ESPIRITUAL

   En la ultima cena Jesús le dijo a Sus discípulos que Él sería traicionado; Su cuerpo seria roto; y Su sangre sería derramada.  Y entristecidos ellos en gran manera…” (Mt. 26:22). Todos lo habían dejado de seguir y ahora Él tomaría la muerte de criminal común. Era como si se hubieran caído las estrellas del cielo y se hubieran hundido en la noche más oscura del alma. Él dijo, “Hijitos, aún un poco estoy con vosotros. Me buscaréis; mas, como dije a los judíos: Donde yo voy, vosotros no podéis venir; así digo a vosotros ahora” (Jn. 13:33). En un sentido espiritual, es como si les hubieran sacado el aire.

II.                  LA PROMESA DEL CPR ESPIRITUAL

Desde la Ultima Cena a la Ascendencia, Jesús repetidamente prometió esa “RPC espiritual”, de la cual ellos tenían gran necesidad, el Espíritu Santo vendría como el Consolador.  “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre; … No os dejaré huérfanos” (Jn. 14:16, 18b). “…porque si yo no fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si yo fuere, os le enviaré” (Jn. 17:7). Jesús”Y estando juntos, les mandó que no se fuesen de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, que oísteis, dijo, de mí” (He. 1:4).

III.                EL CUMPLIMIENTO DEL CPR ESPIRITUAL

Una promesa de Dios es seguramente una palabra de profecía. Cuando Jesús “…sopló, y díjoles: Tomad el Espíritu Santo” (Jn. 20:22), Su soplo fue profético del “viento recio” que vendría en el día del Pentecostés. Él había espirado un respiro divino y les había encomendado que inhalaran y recibirían “RPC espiritual”. Pedro predico, “Así que, levantado por la diestra de Dios, y recibiendo del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. …Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos al Señor nuestro Dios llamare” (He. 2:33, 39). Después del día de Pentecostés, Pedro y Juan en el nombre de Jesús sanaron al hombre cojo que estaba cerca de la puerta del Templo. El resultado, el Sanedrín “les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñen en el Nombre de Jesús” (He. 4:18). Ellos una vez más estaban en necesidad del “CPR espiritual”.  Y como hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaron la palabra de Dios con confianza” (He. 4:31).

CONCLUSION

        Cuando my mamá y papá habían muerto tres meses separados, yo necesitaba “RPC espiritual”. Cuando vi a cada uno en su ataúd, el bendito Consolador, el Espíritu Santo testifico dentro de mí. Cuando fui capturado y robado a punto de pistola en el Congo, necesite “RPC espiritual” y el Espíritu Santo habló y me consoló. En la noche oscura cuando tu alma desmaye, necesitaras esta RPC espiritual; Jesús lo ha prometido para ti; ¿por qué no recibirlo y experimentarlo? ¡Créelo y recíbelo!

“Recibid el Espíritu Santo.”

        “Y deja que la gente venga de muchas millas, conforme tu mandas tu Espíritu solamente para revivir tu iglesia, para volver a revivir la iglesia, Que venga como un viento recio que corre.”
(“Viento Recio”, por Marjorie Duncan, Andre Crouch

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