martes, 12 de junio de 2012

"Afírmate en Dios"

"Afírmate en Dios"


Filipenses 3:12 "No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si alcanzo aquello para lo cual fuí también alcanzado de Cristo Jesús:'

En esta escritura y en las que siguen, Pablo hace referencia a una carrera. Él aun no había recibido la recompensa pero seguía hacia la marca, y esforzándose para alcanzar aquellas cosas que estaban por delante. La determinación de Pablo fue el resultado de su conversión en el camino a Damasco. Aun mi entras que respiraba amenazas contra la Iglesia, el Señor se le apareció en ese camino. Pablo vino a ser una "nueva criatura", fue nacido de nuevo. Que tremendo cambio fue hecho en su vida por el Salvador. Piense en esto por un momento; acerca del trabajo de salvación en el corazón de un pecador, el cambio tan increíble que ocurre cuando Dios alcanza al corazón de una persona. Que transformación tan fantástica.

Yo pensaba en un canto viejo el otro día que mi padre solía escuchar cuando yo era niño. "Cristo a tomado mi vida y no la quiero dejar. Cristo entro a mi alma, entro a mi corazón:' Sin duda todavía nos excita la memoria del día cuando Cristo nos alcanzó. Sin embargo, esta experiencia iba a tener doble sentido para el apóstol Pablo. Él dijo, sí, Cristo ha tomado mi vida, pero ahora yo quiero echar mano de Él.

En esta vida la gente hace muchos esfuerzos para obtener cosas materiales. Sacrifican el tiempo, energía, dinero y muchas otras cosas para tener algo que pronto se desvanecerá.

Yo recuerdo como de joven pasaba muchas horas a la orilla del río buscando oro con mis herramientas. Sin importar el calor o cuanto me doliera el cuerpo, yo me esforzaba esperando buscar un poco de ese metal dorado. Pasaba horas rascando, separando, planeando, etcétera. Pero que alegría cuando todo lo demás se había deslavado y solo quedaba esa sustancia tan cara en mi mano.

El Salmista escribió estas palabras, Salmos 42:1-2 "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: •Cuándo vendré, y pareceré delante de Dios!" Quizás así es como se sentía la mujer a menudo que lavaba los pies del Salvador con sus lágrimas y los secaba con su cabello. Ella ungía sus pies con ese ungüento caro y los besaba a la vez. ¿Quién sabe por cuanto tiempo había buscado a Jesús? ¿Quién sabe que razones tenia ella por buscarlo? Pero ahora lo sostenía en sus manos. Ella echo mano de Él.

Es una cosa buena cuando Dios echa mano de alguien, ¿pero que de cuando alguien echa mano de Dios? Mientras yo oraba fui guiado a Jacob y a la manera que él luchó toda la noche hasta que saliera el alba. Yo meditaba en la determinación que él mostró. Y me comenzaron a venir otras escrituras. “...al reino de los cielos se hace fuerza, y los valientes lo arrebatan:' “... leguémonos pues confiadamente al trono de la gracia ... "

Génesis 32:23,26 "Tomólos pues, y pasólos el arroyo, é hizo pasar lo que tenía. Y quedóse Jacob solo, y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y dijo: Déjame, que raya el alba. Y él dijo: No te dejaré, si no me bendices." Jacob estaba en un lugar de desesperación. Él estaba a punto de tener un encuentro con su hermano Esaú. Las cosas no se veían bien para él. Él se estaba preparando para lo peor. En la escritura de arriba se separó de su familia y quedo solo, y fue allí donde él lucho con un hombre toda la noche. Quizás nosotros nos encontramos en un lugar de desesperación. Tenemos necesidades desesperantes en nuestras vidas, nuestras Iglesias, nuestras comunidades. Quizás la necesidad más desesperante es que tenemos que estar a solas con Dios, echar mano de Él, y no dejarlo ir. O Dios, ¡mi alma tiene sed de ti! Orar con los santos de Dios es maravilloso, necesario, animante... pero que nos separáramos a nosotros mismos y echáramos mano de Dios.

Génesis 32:28-30 "Y él dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel: porque has peleado con Dios y con los hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y él respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre? Y bendíjolo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar Peniel: porque vi á Dios cara á cara, y fué librada mi alma:'

Jacob no estaba satisfecho con estar solo, o únicamente luchar. Él necesitaba que las cosas cambiaran y pudo recibir. Él prevaleció esa noche y recibió respuestas. Pero aun así, Jacob quería mas intimidad. "Declárame ahora tu nombre." Me imagino que esta clase de experiencia solo causa un deseo por más. Isaias 64:7 "Y nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para tenerte; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades." Que acusación; "nadie hay que invoque tu nombre, que se des pierte... "La palabra usada aquí (miteorer) se refiere al esfuerzo que es necesario para despertar a sí mismo cuando está oprimido por un espíritu de sueño pesado. Para echar mano de ti - La palabra hebrea (chazaq) significa adecuada para enlazar rápidamente, para ceñir apretado, y luego hacer firme o fuerte, fortalecer, (Barnes). Es fácil encontrarnos en esta condición. Sin embargo, no importa la apariencia exterior de "todo esta bien;' este es un estado miserable. El estado de tibieza y complacencia es uno de los engaños más grandes del diablo, y una condición que desagrada al Señor. Recientemente escuche una historia de un hombre que ordenó una taza de café. Una y otra vez le pedía a la mesera que le agregara más azúcar a su café.

Finalmente la mesera le preguntó "¿Por qué no remueves lo que ya tienes?" Esperamos a que alguien nos remueva, a que alguien se remueva, esperamos por el tiempo correcto para ser removido, a que el Señor nos remueva. Mientras que durante todo este tiempo el Señor esta diciendo "Invoquen mi nombre, despiértense, y echen mano de mi." Hay una generación que va a echar mano de Dios. Una generación que va a agarrarse de Él. Salmos 24:6 "Tal es la generación de los que le buscan, De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. (Selah)" Selah, deténganse y piensen es estas cosas.

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