jueves, 13 de junio de 2013

UNIDAD DE PROPÓSITO TENIENDO UNA MISMA MENTE


UNIDAD DE PROPÓSITO TENIENDO UNA MISMA MENTE

 "¡Voz de tus atalayas! alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo á ojo verán que Jehová vuelve á traer á Síón. Cantad alabanzas, alegraos juntamente, soledades de Jerusalem: porque Jehová ha consolado su pueblo, á Jerusalem ha redimido" (ls. 52:8, 9).

 Los atalayas son los ministros y líderes en la Iglesia. El hermano Pruitt dijo que la "voz" es la expresión audible del mensaje (el canto); es lo que decimos, y lo que decimos debe ser consistente con el mensaje que una vez fue dado a los santos. "Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos" (Jud. 1:3).

 Nuestro mensaje debe venir del corazón, dirigido y dado por el Espíritu Santo. "Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir. El me glorificará: porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre, mío es: por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber" (Jn. 16:13-15).

Nosotros tenemos el ESPÍRITU en nosotros que nos puede guiar a la unidad perfecta. El estar perfectamente unidos es un requisito para nosotros ver ojo a ojo y sentir una misma cosa.

 "Os ruego pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones, antes seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer' (1 Co. 1:1 0). NO sólo estar unidos sino perfectamente unidos. Dios nos equipó completamente para tener la mente de Cristo, donde no hay división.

 "Más no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste. Y yo, la gloria que me diste les he dado; para que sean una cosa, como también nosotros somos una cosa. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean consumadamente una cosa; que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado, como también á mí me has amado" (Jn. 17:20-23).

 Coordinador General del AMIP- Melvin Byers Jr.

 

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