martes, 15 de mayo de 2012

Pureza de Corazón

Pureza de Corazón


Bienaventurados los de limpio corazón: porque ellos verán á Dios” (Mateo 5:8).

Oísteis que fué dicho: No adulterarás: Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:27, 28).

¿Qué significa esto? Usualmente cuando leemos esta escritura, le damos un comentario rápido y seguimos adelante porque las definiciones de “mirar y no codiciar” y “mirar y codiciar”, no parecen estar claramente definidas. Para realmente entender el significado miremos lo que significa el vocablo codicia en el griego original para esta escritura.

El poner el corazón en, es decir, fuertemente desear (legítimamente o de otra manera)—codiciar, anhelar, desear [codiciar o ambicionar], codiciar (alguna cosa).

Así que “codiciar” sería mirar a una persona del sexo opuesto el tiempo suficiente, o hasta el punto de desarrollar pensamientos impuros o pecaminosos acerca de esa persona. ¿Eso quiere decir que un varón no puede ni siquiera mirar a una mujer y darse cuenta de que es atractiva? No, eso no es lo que significa. Significa que él no puede mirar a la mujer y empezar a meditar en su apariencia física, y empezar a mirar una y otra vez y otra vez, y luego empezar a imaginar acciones impuras. Es aquí cuando el mirar se vuelve en pecado y adulterio en nuestros corazones. Satanás empezará a poner pensamientos pecaminosos en nuestras mentes; ahí es cuando nosotros debemos obedecer el mandamiento de Dios en Santiago 4:7:

Someteos pues á Dios; resistid al diablo, y de vosotros huirá”.

Fíjate que todas estas son acciones que recaen sobre nosotros. La responsabilidad es tuya. Tú tienes que elegir. Si tú tomas la elección equivocada, no te rindas simplemente y no consideres que sea imposible, pero arrepiéntete, date la vuelta, y hazlo de la manera correcta la próxima vez.

Hay generación limpia en su opinión, Si bien no se ha limpiado su inmundicia” (Pr. 30:12).

Así que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios” (2 Co. 7:1).

Discutiremos las promesas aquí prometidas más tarde en la clase. Lo importante que debemos ver ahora mismo es que nosotros tenemos la responsabilidad de limpiarnos nosotros mismos, no de acuerdo a las normas del mundo sino de acuerdo a las normas de las Santas Escrituras. Tenemos la responsabilidad de hace el esfuerzo, Dios no arrancará estas cosas de nosotros, debemos entregárselas a Él.

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo. Y el mundo se pasa, y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre” (1 Juan 2:15-17).

Si nuestros corazones están conectados a las cosas del mundo, a través de un amor del mundo, seremos condenados. Todas las cosas de las cuales el mundo consiste conducen a la persona hacia las impurezas de la vida. Aún más alarmante es la certeza de las Escrituras de que todas estas cosas pasarán. También tenemos otra promesa en este versículo de que el que haga la voluntad de Dios vivirá para siempre.

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifestare, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Amortiguad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, malicia, mala concupiscencia, y avaricia, que es idolatría: Por las cuales cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de rebelión” (Col. 3:2-6).

“Malicia”, en esta escritura viene del vocablo griego pathos y es definido por la Concordancia Strong como: sufrir (“pathos”), es decir, (sujetamente) una pasión (especialmente concupiscencia)—(desmedida) afecto, lujuria.

DESMEDIDO significa: “irregular; desordenadamente; excesivo; inmoderado; no limitado a las reglas prescritas, o los linderos usuales; como una amor desmedido del mundo; anhelo desmesurado de ser famoso”.

CONCUPISCENCIA significa: “Desear o anhelar una cosa, ambicionar o codiciar. La lujuria es un deseo ilegal o irregular de placeres sexuales. En un sentido más general, la codicia de cosas carnales, o un apetito irregular por los bienes mundanos; una inclinación hacia los placeres ilegales”.

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