miércoles, 23 de mayo de 2012

Salvar Al Perdido Del Castigo Eterno

Salvar Al Perdido Del Castigo Eterno

Obispo Stephen E. Smith, Supervisor General de La Iglesia de Dios

"Los malos serán trasladados al infierno, todas las gentes que se olvidan de Dios" (Sal. 9:17).

Cuando comenzamos el año nuevo, yo sentía una urgencia para escribir sobre el tema del castigo eterno. No es un tema agradable. Es algo que más bien pasaríamos por alto a favor de los temas más celestiales y faustos. Pero este tema se debe mantener ante el ministerio y la membresía de La Iglesia de Dios, porque juega los roles importantes de amonestarnos contra el descarriarse, y conmovernos con ansiedad y compasión por aquellos que están perdidos.

Jesús habló sobre este tema con demasiada frecuencia y les advirtió a aquellos que Él les predicaba de los peligros de ser echado " ... en el infierno, al fuego que no puede ser apagado; donde su gusano no muere, y su fuego nunca se apaga" (Mr. 9:45, 46). Tal vez una razón por la que no vemos más almas ser salvas es que no predicamos sobre este tema con demasiada frecuencia. Somos inducidos a predicar el "sentir bueno" de los mensajes que presenta el amor y la bondad de Dios y eso no ofenderá, más bien que vivir en la justicia de Dios, el juicio y la ira que finalmente deben caer en toda alma que no es salva. Pero esto no es todo. No debemos permitirnos fallar de predicar/enseñar/testificar a otros acerca del juicio divino y el infierno. "Conociendo pues el temor del Señor, persuadimos a /os hombres" (2 Co. 5:11).

No sabemos cuántas almas fueron echadas en el infierno este año pasado, pero puede ser que hayan sido millones. Algunos de ellos pueden haber sido nuestros propios miembros de la familia, amigos o vecinos. La mayor parte de ellos serían desconocidos para nosotros y sería fácil descartarlos de nuestras mentes, pero sus almas son tan preciosas así como las de nuestros miembros de la familia más allegados, y debemos sentir precisamente como Dios siente, no deseando que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento. El Señor sólo conoce los nombres y sabe el número de los que tienen una cita con la muerte este año, y que aún no están aparejados para el encuentro con Dios.

Me parece a mí que mientras consideramos el destino de las almas perdidas sentiremos la carga de Dios por ellos y llegaremos a ser más determinados en cuanto a hacer todo lo que podamos para verlos ganados para Cristo.

Los Miembros Perdidos De La Iglesia

Debemos comenzar con un examen de conciencia para asegurarnos de que nuestros propios corazones estén bien con Dios. Las Escrituras nos hablan de un día cuando de repente los pecadores se asombrarán en Sión, y el espanto sobrecogerá a los hipócritas. Además nos dicen que es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios, así que conviene que todo miembro de la Iglesia se examine a sí mismo para que vea si en realidad está "en la fe", no sólo "en la Iglesia". La membresía de la Iglesia de Dios es maravillosa y trae beneficios mientras está aquí en tierra y beneficios eternos en los cielos, pero aquellos que no están bien con Dios ganan nada. Si ellos no toman en cuenta su comportamiento, se arrepienten y viven santos por la gracia de Dios, de repente Él vendrá a Su templo y derramará Su furia y no habrá un medio de escape. Tan pronto como la tierra se abrió y el impío Coré y sus compañeros conspiradores de repente descendieron al abismo, así que de repente vendrá el juicio de Dios para aquellos que Dios sabe que tienen "manchas e imperfecciones" en Sión. Amado miembro de La Iglesia de Dios, si su corazón no está limpio y usted consiente en los deseos y actividades pecaminosas, no se engañe en pensar que nadie lo sabe. Lo que en realidad a uno le debe importar es que, el gran Juez de todos los hombres, ve todo lo que hay en nuestras vidas. Él aún conoce nuestros pensamiéntos y las intenciones de nuestros corazones. El único medio de escape de la condenación eterna deberá ser arrepentirnos ante Dios y limpiar nuestros corazones mediante la sangre del Cordero.

Fuera De La Iglesia

Hay multitudes de pecadores profanos, y no muy profanos. Algunos no se consideran ser "grandes" pecadores y a menudo hablan de la "buena moral" de la gente. Pero si ellos no depositan su fe en Jesús están tan perdidos como la mayoría de los impíos entre los hombres. Escuchen a Jesús hablándole a los pecadores, " ... aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que ellos eran más pecadores que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Os digo: No, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente" (Le. 13:4, 5). Esos dieciocho que murieron pueden o no pueden haber sido grandes pecadores, pero Jesús insistió en que sin arrepentimiento todos estamos destinados a perecer, ya sea que nuestros pecados parezcan grandes o pequeños. Todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. Por lo tanto todo el que quiere ser salvo debe arrepentirse. Y este es el deseo de Dios. Él no se deleita en la contrición de los impíos sino que declara que Él es " .. .paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento" (2 P. 3:9).

Piensen acerca de los pecadores perdidos en derredor de nosotros. Ellos están por todas partes, en cada pueblo, en cada nación. No sólo millones, sino que la tierra está llena de billones de pecadores y todos ellos están destinados para el tormento eterno a menos que se llegue a ellos con el evangelio salvador de Jesucristo. Y el Señor ha comisionado a Su Iglesia a llevarles el evangelio a ellos. Cuando tomamos nuestro pacto de membresía estamos de acuerdo en obedecer toda la Palabra de Dios, y eso incluye cumplir con la Gran Comisión ir a todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. Cada miembro tiene una responsabilidad de ayudar con este trabajo de salvar las almas. ¿Y por cuáles medios cada miembro puede estar implicado? Considere éstos: Oración. Ganar a los perdidos comienza por medio de sentir un pesar, una preocupación sincera acerca de dónde ellos pasarán la eternidad. Si ustedes no sienten un pesar por los perdidos, oren para que sientan ese pesar. He oído decir de algunos que le han pedido a Dios que les dé una visión del infierno, y ellos reclaman que Él así lo ha hecho. Yo no sé cómo una persona podría verlos sufrimientos del infierno, oír los gritos horribles, presenciar las angustias del castigo que no cesa y retener su cordura. Leer lo que las Escrituras tienen que decir acerca de la condenación eterna debe cultivar nuestra imaginación para hacernos compadecer bastante de las almas de los pobres que están ahí ahora, y avivar un deseo en nosotros para que hagamos todo lo que podamos para rescatar a otros antes de que sea demasiado tarde. Pero cualquiera sea lo que Dios haga para conmover nuestros corazones para con los pecadores perdidos, oremos para que Dios lo haga. Cualquiera sea lo que haga, debemos sentir un pesar por las almas perdidas.

Entonces también necesitamos orar por los perdidos. Las oraciones fervientes de fe tienen el poder de descomponer y derrocar los poderes del reino de Satanás. Una vez dieron un testimonio de un ministro que sintió pedirle a su congregación que se pusiera de pie y orara para que Dios rompiera las cadenas que estaban atando a los pecadores, de modo que pudieran ser liberados para buscar a Dios y recibir salvación: A medida que los santos oraban, un hombre corrió para llegar al altar y 'oraba por la salvación verdadera. Esta era una persona que había asistido a la iglesia por años pero nunca había pasado al altar. Entonces testificó que muchas veces él había deseado ser salvo, y al oír los sermones que predicaban él intentaba levantarse e ir al altar, pero algo lo detenía. Él no podía resistir el espíritu que lo tomó y le impidió pasar al altar. Pero en esta noche cuando los santos comenzaron a orar para que las cadenas fueran rotas, él sintió esas cadenas caerse y pudo levantarse y correr hacia los cornijales del altar para recibir su victoria.

¿Quién conoce los muchos medios diferentes por el cual Satanás tiene a los hombres atados? Él ha entenebrecido las mentes de algunos, y tiene, por decirlo así, enmudecidos a otros, hasta tal grado que ellos se encuentren a sí mismos incapaz de alzar su voz e invocar a Dios. Algunos están hundidos en el foso de la depresión y no pueden salir de ahí. ¡Pero cuando los santos comienzan a orar, Dios se mueve! Él da vista al ciego, desata la lengua del mudo, y Él saca las almas del foso tenebroso de la desesperación. El hijo de Dios, no comete el error de pensar que sus oraciones no son efectivas. Dios está escuchando y esperando que oremos por los pecadores, y Él está aparejado para conmover las potencias de los cielos para liberarlos. ¡Oren, amados santos, oren por los perdidos!

Testigo. El infierno es real y las almas estarán allí por la eternidad. ¿No sería delito para nosotros callar respecto a eso? Satanás procura hacernos temer respecto a ser un testigo. Él dice, "Ustedes serán ridiculizados y despreciados, sus amigos se rebelarán contra ustedes si hablan acerca de Cristo". Pero el diablo es un mentiroso. Él simplemente siente temor de que el testimonio de ustedes tendrá éxito y él perderá otra alma del reino de Dios. Y qué tal si ustedes son despreciados y rechazados por aquellos a quienes ustedes les testifican. Por lo menos, la sangre de ellos no caerá sobre sus manos cuando ustedes estén delante de Dios. ¡Y tal vez ellos escucharán las súplicas del Espíritu de Dios, que siempre obran con ustedes cuando testifican, y estas almas pasarán de muerte a vida!

Hay muchas maneras de compartir la Palabra. Nada remplazará jamás el testimonio personal frente a frente y debemos buscar cada oportunidad para hablarle a otros acerca del cielo y el infierno, de Cristo y Satanás, de la justicia y lo pecaminoso y encaminarlos a la cruz de Cristo donde Jesús der También hay otros medios de compartir el evangelio que ha probado ser efectivo:

Repartir tratados y libros. La Iglesia tiene muchos tratados para mostrar el camino de salvación, así como también explica sobre la santificación y el bautismo con el Espíritu Santo. Hay tratados acerca de las varias doctrinas de

Cristo. Hay tratados y libros para enseñar a la gente acerca de la novia de Cristo, La Iglesia de Dios. Algo maravilloso acerca de los tratados es su habilidad de viajar mucho más lejos de lo que podemos ir. Podemos darle un tratado a una cierta persona, o dejar un tratado en un lugar visible donde lo hallen. Entonces puede pasar por las manos de muchas, y muchas personas. Por todas partes que va predica el evangelio y puede tener como resultado la salvación de una persona, o de una multitud.

Escribir una carta. La mayor parte del Testamento Nuevo son "cartas" escritas para explicar el camino de salvación y enseñar las doctrinas importantes que guían a la gente hacia las bendiciones de Dios. Estas cartas inspiradas divinamente han existido más de dos mil años y todavía están siendo utilizadas para salvar las almas hoy en día. ¿Acaso ustedes han pensado acerca de escribirle a alguien que conocen y compartir el amor de Dios con él? A veces una persona tomará tiempo para leer en privado, en vista de que no estaría dispuesta a escuchar a ustedes mientras comparten verbalmente su testimonio.

Viviendo la vida antes que ellos. Alguien dijo una vez, "Lo que tú haces habla tan fuerte que no puedo oír lo que dices". Lamentablemente, algunos han vivido sus vidas cristianas tan indignamente que los pecadores a menudo dicen, "Si eso es lo que es ser un cristiano, no quiero tener parte en eso". Mis amados, nuestro gran testimonio es una vida de ejemplo después de Cristo. Debemos ejemplificar el fruto del Espíritu-manifestar en todo tiempo y en todas situaciones el amor de Dios, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Debemos vivir santos, nuestras vidas separadas del mundo. Nuestra vestimenta debe ser modesta, debemos abstenernos de diversiones materiales, nuestra fidelidad en la asistencia de Iglesia le habla a todos esos pecadores quienes nos ven cada día. Si ven a Cristo en nosotros, abrirá los corazones de los que necesitan salvación. Cuán maravilloso es cuando alguien dice: "He visto que ustedes son diferentes. Y ustedes se ven muy felices a la vez que sirven al Señor. Me gustaría saber más acerca de la religión de ustedes".

Por supuesto que, hay muchos otros métodos de comunicar el mensaje de Dios a las almas perdidas, pero todo comienza con lo fundamental-darse cuenta de lo espantoso de la condenación eterna, sentir el pesar de Dios por el perdido, orar, testificar y vivir la vida cristiana verdadera en todo tiempo. No sería maravilloso si a finales de este año habrá almas en su camino al cielo porque cada uno de nosotros se preocupó suficiente en hacer nuestra parte para compartir el plan de salvación. Recordemos siempre esta verdad de la Biblia-el destino de los pecadores es el tormento eterno en el lago del fuego. Y permitamos que esa verdad nos motive para que hagamos todo lo que podamos para ver el destino de estas almas cambiadas a la "vida eterna" en la presencia de nuestro Señor Jesucristo. Tomemos el reto este año para

"ganar al perdido a toda costa".

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