miércoles, 4 de mayo de 2016

GANANDO A LOS PERDIDOS, CONSERVANDO LOS SALVOS

Allene Cox, Coordinadora General del MBA


"En todo os he enseñado que, trabajando así, es necesario sobrellevar a los enfermos…" (Hch. 20:35).

Hace poco estaba leyendo algunos anuncios y vi a uno que decía, "Se buscan: Corderos rechazados." Un cordero rechazado es un cordero que, por cualquier razón, es totalmente repudiado por las otras ovejas y, en particular, por su madre. Estos corderos son tan maltratados por las ovejas cuando son muy pequeños que a menudo se convierten en lisiados por las patadas de sus propias madres, y en el redil de las ovejas no hay cuidadoras de bebes o padres adoptivos. Si la madre lo rechaza, las otras ovejas también lo harán. La tasa de supervivencia para los corderos rechazados es muy baja. Muchas de las veces, rechazan la ayuda de alguien después de una serie de rechazos e incluso pueden llegar a ser agresivos y salvajes.

Los estudios han indicado que las mismas áreas del cerebro que procesan el dolor físico se activan cuando experimentamos el rechazo. Imagine el dolor de los rechazados. Ellos están a nuestro alrededor. Sabemos que hay millones de personas en el mundo que están perdidos y con la necesidad de un Salvador, y tenemos que correr la voz aún más que la Iglesia de Dios tiene el mensaje de Salvación que salvará a los perdidos.

También hay muchos corderos rechazados justo en nuestras bancas. Tenemos gente en dolor extremo por el rechazo que sienten dentro del redil y fuera. Recuerde, algunos apretarán su boca fuertemente y rechazarán la comida. Algunos en un principio se volverán agresivos y resistirán el amor ofrecido, pero con los corderos rechazados, la persistencia es la clave. Un buen pastor conoce que retenerlos, independientemente de su resistencia, les ayudará a ver su necesidad de él. Un buen pastor ofrece la misma comida saludable no importando cuanto el cordero la rechaza. Al tiempo, un pastor va a ganar el corazón de esa oveja.

Leí de un pastor que presenció el abuso de un cordero. Se lo llevó a su casa y lo crió. Él lo trató como una mascota de la familia hasta el día en que la oveja tuvo que ser puesto en libertad. La madre de ese cordero nunca lo recibió, pero ese cordero se aclimató muy bien porque tenía el corazón del pastor, y fue capaz de hacer frente a cualquier cosa que le sucediera en el redil. Ese cordero rechazado se convirtió en el líder que los otros siguieron.

Nuestro Gran Pastor sabe lo que significa el rechazo. "Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fué menospreciado, y no lo estimamos" (Is. 53:3).

También sabe lo que significa superarlo. "El espíritu del Señor Jehová es sobre mí, porque me ungió Jehová; hame enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos abertura de la cárcel" (Is. 61:1). "Mas él mirándolos, dice: ¿Qué pues es lo que está escrito: La piedra que condenaron los edificadores, esta fué por cabeza de esquina? (Lucas 20:17).

Pasa la voz de que su pastor y el rebaño apoyarán a los débiles y ayudarán a crecer en madurez a esos corderos rechazados y las ovejas perdidas. Ellos nos necesitan y nosotros los necesitamos a ellos. No hay mejor momento que el Año Nuevo para difundir las buenas nuevas de un Tierno Pastor que puede cambiar el resultado de los corderos rechazados y las ovejas perdidas. Él no sólo les va a mimar, sino cambiará para siempre a que se conviertan en líderes con compasión y propósito.

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